Partida Rol por web

Investiga la leyenda I - Un inicio de leyenda

El urco

Cargando editor
07/07/2016, 18:44
Equidna - Narradora

Amanece. Desde la ventana de la cocina, observas los edificios que rodean el tuyo. Algunos de ellos son de oficinas y, sobre sus fachadas acristaladas, se reflejan los naranjas del nuevo día.

No haría falta que te hubieras levantando tan temprano, pero no podías dormir y no aguantabas más en la cama. Todo esto te pone nervioso. No sabes para qué te han llamado pero te inquieta. No es normal que a un Inspector, como tú, le llame el Director Adjunto. Es como si un ministro de cultura llamara a un profesor de escuela. Bueno, no tan exagerado pero casi.

Eres un buen policía, alguien que hace bien su trabajo. Quizás demasiado bien. Decidiste que irias a Asuntos Internos porque no hay nada peor que un policía que no hace bien su trabajo.

Como todos los buenos policías sabes que las leyes son obligatorias pero no siempre justas. Y, como todos los buenos policías, conoces tus trucos para no tener que hacer las cosas que sabes que, sencillamente, no están bien. Pero la función de los policías no es aplicar la ley como ellos quieran porque, entonces ¿quién delimita qué está bien y qué mal?

Los malos polis, los que se aprovechan de la placa para conseguir lo que quieren, los que utilizan las leyes para parecer los que mandan o los que tienen sus propias ideas sobre cómo debería ser el país y aprovechan el uniforme para intentar amoldar su entorno a sus ideas... Tú te dedicas a ir tras ellos. Y ya hay unos cuantos que, por ti, ya no están en el cuerpo y algunos más, incluso, han acabado en la cárcel. Así era como tenía que ser.

Terminas el café y te preparas. Son las 7:00 y te dijeron que tenías que estar allí a las 9:00. Vas muy bien de tiempo pero,  mejor no correr riesgos. Cuando sales de casa son las 8:00. Tardas unos 40 minutos en llegar. Entras avisando de que has llegado antes de tiempo y te señalan unos sofás para esperar. A las 9 en punto salen a buscarte y te conducen hasta el despacho del Director Adjunto.

Cargando editor
07/07/2016, 18:46
Equidna - Narradora

Te señala la silla enfrente a él para que te sientes. No le conocias en persona. Apenas si tendrá 10 años más que tú. No se le ve en tan buena forma fisica como a ti y a tus compañeros pero, claro, el es un jefe de despacho, seguro que no va mucho por el gimnasio. Tiene el pelo negro y ves algunas canas. Unas profundas ojeras enmarcan unos ojos que parecen brillar con cierta inteligencia.

-Hola. Bienvenido. Bueno... No sabes porqué estas aquí, claro- te dice revolviendo algunos papeles. Hasta que encuentra un expediente en una carpeta marrón, cruzada en la tapa por dos rayas hechas con boli rojo. Te la pasa. -Ábrala-

Al abrirla encuentras dos hojas. Una es un papel, como de un cuadernillo que pone:
 - Juan Ruiz. 70 años. Ahogado en una poza. Accidente.
 - Laura Martín. 35 años. ¿Fuga de casa?
 - Raúl Arias. 75 años. Infarto

La otra hoja es una declaración por denuncia recogida por la Guardia Civil. Lo lees por encima y te quedas con la idea de que una vecina llamada Lucrecia Gómez ha ido a denunciar las muertes de varios vecinos. Entre el texto de la denuncia encuentras una frase que no entiendes "La denunciante afirma que el Urco está visitando el pueblo y que, o interviene la autoridad o las muertes continuarán"

Levantas la vista y miras al Director Adjunto sin entender porqué te enseña esto. Asiente en silencio, como si entendiera esa pregunta que no has formulado

-Tres casos en un pueblo de 150 habitantes, en menos de 2 meses. ¿Raro? Yo creo que sí. Pero a la Guardia Civil de allí no ha visto nada raro. ¿Porqué? Porque la edad media en los pueblos de la zona es de 65 años. Y, con esa edad media están acostumbrados a que todos los dias se muera alguien. Si a eso sumamos una denuncia que habla de un animal imaginario... Ese es todo el expediente del caso-

Se levanta y se acerca a un mapa de España que cuelga de su pared
-¿Sabe cuál es realmente la población en núcleos urbanos? El 80% del total. Pero la otra parte, que no es pequeña, un 20%, está dispersa en una geografía mucho mayor... Ese 20% está repartido en el 80% de país. Demasiado grande para nuestros recursos. Así que la policía se ocupa de los núcleos urbanos y la guardia civil del resto... Pero ellos son un cuerpo militar, demasiado rígidos, demasiado pragmáticos... para esto... -

Se mueve por su despacho como si caminar le ayudara a ordenar sus ideas.
-En 1910, en Gador, se produjo un crimen horrible, el asesinato de un niño. Costó mucho resolverlo, entre otras cosas por los asesinos tenían contactos con los caciques de la zona. Misticismo y curanderos andaban mezclados en el caso. En 1901, en Baños de Montemayor, una mujer envenenó a su amante y la esposa de él y, si no hubiera sido por la insistencia en la investigación, hubiera quedado impune. 1916 Nilo Sainz mató a Manuel Ferrero y, si no hubiera sido por la insistencia y dedicación de Federico García, un policía que lo investigó, jamás se hubiera resuelto.-

Vuelve a su sitio y se sienta

-Cuando la falta de insistencia policial se une a los misticismos, las cosas quedan sin resolver... Calle Antonio Grilo número 3, una casa maldita construida sobre un cementerio. En 1945 Felipe de la Breña Marcos que vivía alli fue asesinado de un golpe con un candelabro. La policía no investigó demasiado y directamente se atribuyó el crimen a un robo. 17 años más tarde, José María Ruiz Martínez mató uno tras otro a sus cinco hijos y a su esposa. Finalmente se suicidó de un tiro en la cabeza. Nadie se explica todavía qué le empujó a cometer tal matanza. Y, nuevamente, la policía no investigó más. ¿Ve el patrón? El crimen ya se cometió, todo es mistico, así que dicen que están locos y nos vale esa explicación... Dos años después volvió a ocurrir otro suceso. Rufino Martínez vivía en el mismo piso donde ocurrieron los asesinatos anteriores, al ir a colgar una chaqueta en el armario se encontró, el cadáver de un recién nacido. Pero esta vez, la policía sí investigó. Su mujer le había ocultado su embarazo y tras dar a luz, ahogó al niño en la bañera y escondió el cadáver en el ropero hasta que pudiera deshacerse de él.-

De repente parece un poco más viejo, más cansado.

-No puedo cruzarme de brazos si creo que hay algo aquí- te dice señalando el expediente que te enseñó al principio -Pero no puedo enviar una patrulla de otro sitio sin despertar suspicacias, como si acusara a alguien de no hacer bien su trabajo. Por eso he pensado mandarle a usted. Es inteligente, discreto, entiende la importancia de que la policía haga bien su trabajo, está bien valorado por sus jefes y no tiene familia a la que le tenga que explicar porqué se va unos días a Currelos en Lugo-

Mira su reloj -¡Cielos! ¿Cuanto rato he hablado? ¿No tiene dudas? ¿Ganas de preguntarme si no hay algo mejor en lo que gastar los recursos de la policía?...-

Cargando editor
08/07/2016, 18:32
Antonio Juez Castillo

El director adjunto en persona quiere hablar conmigo. ¡Joder la puta! ¿Qué coño puede querer ese hombre de mí?“ Me pase toda la noche dándole vueltas a la cabeza sin poder apenas pegar ojo. Evalué distintas posibilidades, pero ninguna de las que se me hacían factibles era buena. ¿Un despido? Imposible. ¿Por que iba a rebajarse a ese nivel? Esa gente no se mancha las manos. Para ese tipo de trabajos tienen a sus subalternos. ¿Un traslado quizás? Eso tampoco tenía ningún sentido. Era la misma situación. Ese tipo de noticias se la daría su superior y no el señor director adjunto. Deseché por lo tanto esas dos teorías y solo se me ocurrió una posible razón: me quiere asignar una misión; una misión de tales características, que mis superiores no deben de conocer sus detalles. Pero soy inspector del departamento de Asuntos Internos. ¡Joder! ¡Asuntos Internos! Eso sólo podía significar, que uno de mis superiores estaba involucrado en alguna movida de lo más sucia y la investigación necesitaba de la máxima discreción. ¿Quien podría ser? ¿Quien estaba jugando con cartas falsas? Estas preguntas no me dejaron descansar y así estuve en pie mucho antes de lo normal. Así y todo, como tampoco serviría de nada precipitarse y llegar antes de la hora prevista, me tome mi tiempo desayunando y preparándome para la cita.

El día ha amanecido radiante, pero las promesas de buen tiempo que traen consigo las primeras horas de la mañana no se corresponden con los nubarrones que rondan mi cabeza. Sólo tengo una cosa clara: voy a tener que andar con pies de plomo.

No tengo que esperar demasiado hasta que me dejan entrar. Una vez dentro del despacho del director adjunto lo primero que se me pasa por la cabeza es que no parece gran cosa. Lo segundo, que tengo suficiente experiencia como para no juzgar a nadie por su apariencia. Y empieza a contarme su historia. ¡Dios mío! Vaya lio de fechas y sucesos sin aparente relación entre sí. Además no estoy del todo seguro, pero me parece entender que no sólo no descarta sino que incluso apunta a posibles causas fuera de lo, digamos, ordinario. No me lo puedo creer. ¿De verdad se cree lo que me está contando? Bueno. Al menos experimento un gran alivio al darme cuenta que me he equivocado con mi teoría. Por otro lado estoy bastante desorientado con el giro inesperado que ha dado todo el asunto. Cuando termina de exponerme el caso y entiendo que espera que le exprese mi disposición, no puedo más que mostrarle mis dudas.

– Por los datos que me expone entiendo que se trata de un caso realmente complicado. Entre otras cosas por parecer remontarse varios años en el pasado. Si le soy sincero aún no termino de entender la asociación entre los distintos casos, pero supongo que esto es precisamente parte de lo que usted espera de la investigación. – Dudo un momento como continuar. Si se hubiera tratado de otra persona seguramente me hubiera reído de él a la cara por plantearme unas teorías tan desquiciadas, pero se trata del director adjunto – . Verá,  yo… Le seré sincero. No creo ser la persona que usted necesita para resolver este caso. Me muevo por otro tipo de ambientes. Yo soy bueno resolviendo otro tipo de crímenes y creo que es mi deber hacerle participe de mis dudas, pues no quisiera desilusionarle. Estoy convencido de que hay otros compañeros que, por su experiencia, están más preparados que yo para llevar las investigaciones a buen puerto.

“¡Joder! No me elijas a mi. No quiero pasar una temporada entre aldeanos crédulos e ingenuos, escuchando historias de yo que sé que Meigas y otras tonterías varias.“

Cargando editor
09/07/2016, 17:52
Equidna - Narradora

Cuando comienzas a decir que ha pasado mucho tiempo para investigar los casos, asiente sonriendo con tristeza.
-No hay relación entre los casos, se los expongo sólo cómo muestras de dejadez en la investigación en entornos rurales y con rumores de causas sobrenaturales por enmedio. Sí. Esas familias ya nunca tendrán justicia. Eso no es algo que esté en nuestra mano arreglar-

Vuelve a mirar por la ventana
-¿Sabe? Todo se ve diferente desde aquí. No me refiero sólo al despacho. Me refiero a este edificio, al departamento... incluso a la ciudad.  Hay un mundo ahí fuera. Un mundo que nos necesita. ¡Vaya! Eso ha sonado a película de Hollywood... no, no, me refería a que es de justicia prestarle ayuda a esa gente, a que es nuestra obligación. Yo... podría obligarle, lo sabe. Pero no lo haré. Necesito que haga este trabajo lo mejor que pueda. Lo que quiero que haga es que vaya allí, revise este caso y vuelva. Como policía de Asuntos Internos dígame si, en su opinión, estamos haciendo lo que tenemos que hacer. Si la investigación se hizo adecuadamente.  Haga su trabajo, es lo que le pido. Y traigame conclusiones que me permitan justificar recursos, una brigada... o que me demuestren que me preocupo por nada, que era una tontería y que le he hecho perder una semana. Si es así, usted gana una semana de vacaciones que le daré en compensación y yo gano una noche de sueño con la conciencia tranquila-

Coge un sobre y, poniéndolo sobre la mesa, lo empuja hacia ti -Dentro hay los justificantes de una reserva en una casa rural que hay allí, 500 euros en efectivo para gastos... de los que voy a querer hasta el último justificante por supuesto y los nombres y direcciones de los familiares de los fallecidos- cuando acaba de decirlo te mira interrogante como preguntando sin palabras si lo vas a coger

Cargando editor
10/07/2016, 11:04
Antonio Juez Castillo

He jugado mis cartas (que tampoco es que fueran muchas) como he podido y no me ha servido de nada. Este hombre está decidido a mandarme a ese rincón perdido del mundo para calmar su conciencia. Porque, por lo que cuenta, más motivo no hay… ¿O si? Todas las alarmas que tengo, y alguna mas, saltan al instante montando un espectacular concierto en mi cabeza. Algo huele mal. Pero que muy mal. ¡Coño! ¡Huele a jodido muerto! Quizás no sea la mejor expresión teniendo en cuenta las circunstancias, pero es que es lo que hay, joder. Después de escuchar toda la historia no veo otra posibilidad: me quieren alejar de aquí. Quitarme de en medio una temporada para arreglar ciertos asuntos sin tenerme merodeando detrás. Lo más seguro es que quieran eliminar algunas pruebas en el caso que estoy llevando ahora. Si es así, estoy metido en algo gordo. Pero como le digo que no al director adjunto. ¡Mierda! ¡Que es el puto director adjunto, joder! Si me niego me veo dirigiendo el tráfico en algún pueblo de Jaén. ¡Cagüen la puta de oros!

Me pasa un sobre con cierta cantidad de dinero como quien no quiere la cosa y trata de disimular lo extraño de su comportamiento con un comentario sobre exigirme los recibos. ¿Me estará poniendo a prueba? Se me ocurre otra posibilidad y disimuladamente intento descubrir si hay alguna cámara grabando toda la acción, aunque sé que los modelos mas modernos son tan pequeños que me resultará imposible encontrar nada. ¿Me querrá sobornar? ¿O quizás extorsionar, crear pruebas contra mi para tenerme callado? Cualquiera pensaría que estoy exagerando y lo mas seguro es que tengan razón, pero ya he visto muchas cosas raras en el departamento y sé que mas vale pensar mal y estar preparado para lo peor, que luego lamentarse. Lo que está claro es que no me queda más remedio que aceptar el trabajo.

– Entiendo, señor director, y le agradezco la confianza depositada en mi. – digo cogiendo el sobre y mirando en su interior. Encuentro dentro todo lo que ha dicho. También está el recibo de la tesorería por el pago de los 500 € *. No entiendo el porque de su expresión al hablarme del dinero (cosas de superiores, supongo) pero tras ver que todo es legal me relajo notablemente tratando de no exteriorizarlo  –. Disculpe la pregunta, pero no he terminado de entender si mi misión es secreta o voy a trabajar con los agentes locales. Y, de ser secreta, ¿me esta permitido llevar conmigo mi arma reglamentaria? Si realmente se trata de algún crimen violento no quisiera estar desprotegido en una situación de peligro. – Supongo que la pregunta le puede parecer extraña, pero no estoy familiarizado con este tipo de misiones.

Notas de juego

* No tengo ni idea, si este es el procedimiento habitual o como se hace realmente. Tampoco se si habla de la tesorería o de otro departamento. Pero que me pase 500 € en un sobre, así de estrangis, no me parecia demasiado "legal".

Cuando quieras (no se si toca ahora o algo mas adelante) me cuentas los detalles del resto de objetos que hay en el sobre. Asi puedo hablar de ello en los próximos posts. 

Cargando editor
11/07/2016, 06:11
Equidna - Narradora

La satisfacción se refleja en su rostro cuando dices que lo harás
-¡Excelente, excelente!- comenta mientras asiente con la cabeza -Le he dado a mi secretaria instrucciones claras para que cualquier llamada que usted me haga, entre directamente, así que cualquier cosa que necesite, sólo dígamelo. Y, por supuesto, respecto a sus dudas, no, su misión no es secreta, usted es policia claro y, por supuesto que puede y debe llevar su arma reglamentaria y consultar con cualquier compañero -

Consulta su reloj en un movimiento rapido
-Ahora, por desgracia, le tengo que dejar. Tengo una visita del Ministro y a él no le puedo tener esperando. Pero, por favor, como le he dicho, estoy aquí para ayudarle, así que recurra a mí para lo que necesite- te dice acompañandote a la puerta.

Cargando editor
11/07/2016, 06:11
Equidna - Narradora

Vuelves a tu puesto de trabajo para lo que queda de día. Una vez en tu mesa, vacias el sobre. Dentro tienes el justificante de una reserva en Benaxo*, una casa rural de Currelos. La reserva se inicia mañana pero no tiene fecha de fin. Incluye las tres comidas principales (desayuno, comida y cena)

También hay los 500 eur, así como el justificante de entrega que, en lugar de pedirte que firmes, observas que ha firmado el propio Director Adjunto, como si se lo hubieran entregado a él. No es algo irregular pero es extraño porque, si al final no lo justificas, será a él a quién le pidan cuentas.

Hay un mapa. El mapa es de una zona más grande, no es sólo del pueblo de Currelos, si no lo que parece llamarse la Ribeira Sacra, una zona de Galicia entre las riveras del Sil, el Miño y el Cabe

Marcada entre Monforte de Lemos y O Saviñao hay una X hecha con boli y alguien ha escrito Currelos.

Por último, hay 2 folios, redactados en ordenador. Hablan de 3 sucesos separados de manera muy resumida. Las fechas de los sucesos están comprendidas en el último cuatrimestre todas

Notas de juego

* No es muy importante porque nos lo vamos a inventar. Por desgracia, hasta donde yo sé hay una "bolsa" que no se justifica realmente (algo de dinero para confidentes y cosas así). Pero como no sé cómo va el la realidad, tu y yo nos lo inventamos y decimos que sí va con un recibo y que sí tendrás que traer justificantes de vuelta (a ver, el juego no va de eso, así que si se te olvida pedir factura en una gasolinera, no te voy a empapelar ja ja ja ja ).

** http://www.benaxo.es

Cargando editor
11/07/2016, 06:12
Equidna - Narradora

Caso 1)
Juan Ruiz. 70 años. Dirección: Estrada Chave 33. Había comentado con su mujer que tenía que volver a cerrar el pozo. Estaba casi seguro de haberlo dejado bien tapado pero le dijeron que estaba abierto. Pasada una hora no habia vuelto y su mujer, extrañada e inquieta por unos aullidos fuertes que sonaban casi a lobo, cogió una linterna y la escopeta que él se había dejado y fue a buscarle. Estaba ahogado en el pozo. La autopsia confirma el ahogamiento.

Caso 2)
Laura Martín. 35 años. Dirección: Estrada Taboada 2. Desapareció dos semanas después de la muerte de su madre. La desaparecida fue echada en falta cuando no se presentó a recoger el giro postal que su hermana le enviaba desde Barcelona todas las semanas. Preguntando a los vecinos, la última vez que la habían visto había sido la noche anterior al aviso. En repetidas ocasiones había demostrado episodios de cólera expresando su intención de abandonar este pueblo. No ha sido posible localizarla ni tampoco rastrear su salida del país.

Caso 3)
Raul Arias. 75 años. Dirección: Estrada Escairon 4. Había oído hablar del ahogamiento de su vecino Juan y el relato del lobo que contaba la viuda. Estaba delicado del corazón. La noche antes de su fallecimiento se acostó un poco antes de la hora argumentando que le dolía el estómago. Sobre las 3 de la mañana se le oyó grita -¡El Urco! ¡El Urco está aquí!- Cuando llegaron a su habitación se encontraba caido al lado de la ventana y ya estaba fallecido. La autopsia confirma que murió de un infarto y atribuye el dolor de estómago de la noche a un síntoma del mismo.

Cargando editor
14/07/2016, 23:15
Antonio Juez Castillo

Ahí quedaba esa. El señor Director Adjunto ya tenía a un tonto de turno para ir a investigar a saber que supuestos crímenes y quedarse con la conciencia tranquila. Así que ya no había motivo para perder más tiempo con subordinados. El ministro le estaba esperando. Abro la puerta por la que he entrado apenas hace unos minutos y, con la cabeza llena de negros pensamientos, me dirijo a mi oficina en la Avenida Principal.

Joder que suerte mas perra. Ahora me mandan de viaje sin retorno a la España profunda. Que digo. Peor aún. A la Galicia profunda. Me cago en mis muertos. ¿Por que cojones me habrá elegido a mi? Bueno. Ya no vale la pena lamentarse. Me ha tocado el marrón y ahora a ver como hago para terminar cuanto antes y volver a casa lo mas pronto posible. Me cruzó con algún compañero que parece sorprenderse al ver que no respondo a su saludo. ¡Coño! Ya me gustaría verle a él en mi situación. No creo que se fuera a poner a dar volteretas. ¡Que se joda, hombre!

Cuando llegó a mi mesa me siento y apoyo los brazos sobre esta, reposando a su vez la cabeza sobre los últimos, y espero unos segundos en esta postura. No sé si tengo fuerzas para mirar lo que se esconde en el sobre. No me queda más remedio que abrirlo, así que hago de tripas corazón y vuelco su contenido en mi escritorio.

El lugar, Currelos, apenas aparece en el mapa y, salvo por la casa rural, parece que no tiene nada, absolutamente nada, de interés. Me voy a pudrir del aburrimiento. Apartó el dinero a un lado al no ser ahora objeto de mi interés y me concentró en los tres supuestos casos que tendré que investigar.

No podía ser todo más increíblemente sinsentido. Un anciano que se ahoga al querer sacar agua del pozo, otro mas con problemas de corazón que no supera la pérdida de su amigo y una mujer desaparecida sin dejar huella. Este último caso me da más angustia, pero por desgracia sigue sin ser nada fuera de lo común en nuestro país. Por último me llama la atención un nombre: el urco. ¿De que hablaba aquel hombre antes de morir? Busco en Internet, pero no doy con ninguna entrada que explique a que podía referirse.

Dejo todo esto de lado y me dedico por el momento al caso que tengo entre manos. Quizás pueda dejar cerrados algunos hilos de la investigación y olvidarme ademas por un rato de lo que me espera.

Notas de juego

Este post ha sido una especie de Intermezzo, puesto que no se me ocurría mucho más. Y es que te quiero dejar a tí explicar los próximos pasos. :D

Cargando editor
16/07/2016, 18:56
Equidna - Narradora

Durante lo que queda de mañana y la tarde, te dedicas a completar el caso que tan absorvido te tenía. Eso te ayuda a no darle vueltas al nuevo encargo que te han hecho. Pero no aleja el problema de ti y, cuando vuelves a casa a última hora de la tarde con el sobre dentro del maletín del portátil, su peso imaginario, carga de tensión tus músculos.

Haces la maleta. No ves manera de librarte

El martes amanece como el lunes, soleado. Coges tu coche para hacer el trayecto porque no crees que haya manera de llegar en transporte público. Por el camino paras a comer.

Para cuando llegas al pueblo son las 5 de la tarde. Has tenido que recurrir al navegador del móvil porque la señalización no te estaba ayudando  nada
https://www.google.es/maps/place/27543+Currelos,+Lugo/@42.6797105,-7.6468091,16z/data=!3m1!1e3!4m2!3m1!1s0xd30237a55d7a8e9:0xedc9fcd12642f4fa

Es imposible saltarse el pueblo. Es uno de tantos pueblos españoles, construido en la linde de la carretera.
Mientras avanzas por la carretera, que tambien es la calle principal, lo que ves son huertos o casas blancas, a los lados. Muchas nuevas, recién construidas, que se ven un poco más ostentosas, cerradas a cal y canto. Son las casas de los que se fueron del pueblo, o de sus hijos, y que ahora se han hecho una casa en el pueblo, donde apenas si van. También hay otras casas, más antiguas, encaladas, ya con algunos desconchones, donde vive la gente que siempre está allí.

Para llegar al sitio donde te alojas tienes que atravesar el pueblo casi entero.
Lo primero que ves que no es una casa, es un supermercado y, al lado, el bar. Pasado eso, una cancha de baloncesto a un lado y un parque al otro. Vacia. Para que jueguen los niños... los niños que ya no hay en el pueblo. Y una pequeña escuela que ya no sirve como tal, en un pueblo donde no hay niños. Y, que ahora hace las veces de edificio público para cualquier cosa. Un poco más adelante, el bar Viñas y pegada una peluquería llamada Sheypy. Más adelante en la otra acera el Bar Mera.
Sólo hay una desviación en todo el pueblo desde la que ves, en la subida de la izquierda, el único edificio de pisos que hay en el pueblo y, enfrente el bar Ramizquierdo. Y más adelante una farmacia. Bajando por la derecha, un veterinario, un tal Carral Taboada y, algo más adelante en la acera de enfrente, el comercial Valdes. Siguiendo hacia delante, en la desviación, más bares.

Te diriges a la casa rural para hacer el check-in. Te recibe una mujer muy agradable llamada Loli que te informa que la casa la llevan entre ella y su marido, Tomás. Te enseña tu habitación y las zonas comunes y te da la clave para el wifi. Te informa de los horarios de desayunos, comidas y cenas que son horarios con bastante margen. Además te comenta que,  como hasta el viernes no esperan a nadie más y ella y su marido viven allí, estos días puedes acercarte a la puerta que te indica y te pone la comida cuando quieras, sin necesidad de ajustarse a horario.

Notas de juego

Si puedes (y quieres) te recomiendo echar un vistazo con street view para que te hagas una idea mejor del pueblo: https://goo.gl/maps/o4w5ETW46mq

Por cierto, Loli y Tomás es el verdadero nombre de los dueños y es que, siempre que puedo, utilizo los datos reales de todo :D

Cargando editor
20/07/2016, 22:19
Antonio Juez Castillo

Me pongo a trabajar en el caso que tengo abierto. Algo tengo que hacer para evitar pensar en el marrón que me ha caído, digo yo. Pero, a pesar de que realmente consigo despejar mi mente por momentos, no termino de quitarme del todo de la cabeza los escuetos datos de los tres supuestos crímenes que me tocara investigar a partir de mañana. ¿Puede ser que el director adjunto tenga razón y estén de algún modo conectados? Que tonterías. A ver si al final me lo voy a creer y todo. Faltaría mas.

Pero eso del Urco no me termina de cuajar. ¿Como es posible que no haya encontrado nada de utilidad en la red? Vuelvo a mirar y ahora si. ¡Joder! Que estúpido he sido. He buscado con la K y no con la C. ¿Que me esta pasando? ¿No me estaré dejando llevar por todo esto y estaré perdiendo la concentración, verdad? Bueno. El caso es que aquí esta la información que buscaba sobre el Urco. Y vaya información. Un perro negro con cuernos y cadenas que sale del mar por la noche con presagios de muerte. Lo que me imaginaba: Supersticiones de aldeanos. ¡Ay Señor, deja que la semana se pase pronto!

Llego el momento de salir hacia el pueblo ese, Currelos, e intento disfrutar por lo menos del viaje. Viaje que por otra parte se me hace eterno, aunque creo que es la primera ocasión en la que no me quejo por ello. Cuando por fin llegó descubro lo que me esperaba. Nada, nada y más de nada. Aquí se tiene que morir de aburrimiento hasta un perezoso. Salvo los lugareños, que no conocen otra cosa desde decenas de generaciones, y algunos de esos frikis de la naturaleza, que ven unas vacas y se creen que todo es bio y el aire con aroma de cagarro que respiran es más saludable, no puede haber nadie en su sano juicio que venga aquí voluntariamente.

El caso es que la dueña de la casa rural donde voy a pasar los próximos días, Loli, es muy amable y atenta, y, además de tomarse su tiempo para mostrarme las habitaciones y demas estancias comunes, me ofrece la posibilidad de ponerme comidas fuera de los horarios habituales. ¿Y por que se puede permitir este tipo de atenciones? Por que no hay naaaaadie más que yo en este lugar olvidado de Dios y de los hombres. "¡Joder, Antonio!“ Decido recriminarme. "Con esta aptitud vas a joderlo todo desde el primer momento.“ Por desgracia la recriminación no me sirve de mucho. He acabado en el culo del mundo y eso no lo cambio con pensamientos positivos. Pero lo que si puedo hacer es, aprovechar el tiempo que tengo e intentar acelerar mis investigaciones.

– Es un sitio precioso, Loli. Estoy seguro que voy a tener una estancia de lo más agradable. – le miento descaradamente. Tampoco tiene mucho sentido decirle lo que opino realmente –. Y te agradezco de verdad el detalle. Intentare ceñirme a los horarios de las comidas, pero es bueno saber que no pasare hambre si se me pasa alguna. – le digo esta vez sinceramente y con una sonrisa abierta, antes de pasar a preguntarle por la dirección de Laura Martín.

– Otra cosa ¿Como llego a la Estrada Taboada? – No sé muy bien por que me he decidido a empezar por este caso. Supongo que por la esperanza de encontrar a la mujer con vida.

Notas de juego

Imagino que el carácter de Antonio va quedando algo claro. Si siempre ha sido así de cínico y pesimista, o es "solo" consecuencia de la experiencia que tuvo, pillando a su mujer in fraganti mientras se la pegaba con otro, y puede todavía cambiar, aún está por ver. Quien sabe lo que le pasara en esta partida. ^-^

Cargando editor
23/07/2016, 09:05
Equidna - Narradora

Loli te contesta que esa calle es justo la que queda por detrás de la casa rural. Es la siguiente calle.

Dejas tus cosas y te diriges allí. La localizas enseguida. Es una casa de dos pisos, con un huerto que ves a la derecha. Las puertas y ventanas son de aluminio blanco y en la planta de abajo hay un revestimiento de piedra. Pero la parte de arriba es de bloques de cemento. En el suelo hay arena y parece que se hubieran dejado una obra a medio terminar.

Llamas a la puerta y escuchas -Un momento...-. Apenas pasan unos segundos y la puerta se abre. Al otro lado hay una mujer de unos cuarenta años. Su aspecto pretende ser moderno o elegante, no lo sabes bien porque no entiendes de moda. Pero sí sabes que no lo consigue. Has visto muchas personas así como para no reconocerlo. Es una persona que aparenta ser más. Su pelo rubio deja ver unas raices no muy cuidadas. Su maquillaje no es muy llamativo pero no lleva poco lo que hace que su cara parezca algo acartonada. Su vestido te da la sensación de ser un poco como de mercadillo, pero no de un mercadillo pijo donde uno paga mucho por ropa que le hace parecer "alternativo".

-¿Sí?- pregunta extrañada cuando, al abrir la puerta no te reconoce. Es normal, en un pueblo como este no deben llamar muchos desconocidos a la puerta.

Tiene los ojos enrojecidos. No como si estuviera llorando en este momento pero se nota que lo ha hecho no hace demasiado.

Cuando te presentas te mira con sorpresa y te invita a pasar. Entras en la casa que es bastante humilde. Te conduce hasta una especie de salon o salita, no demasiado grande. Los sofás tienen colchas por encima para que no se manchen ni estropeen y en la estantería hay pocos libros y algunas figuritas de adorno como las que sabes que venden en las tiendas de baratillo. La casa te huele a una mezcla de cerrado y viejo.

Te invita a sentarte y te ofrece un café.  Sigue mirándote con asombro y está como descolocada.

Cargando editor
23/07/2016, 09:05
Virginia

-¿Es... es por mi hermana? Pensé que no la iban a buscar más... Me dijeron que se había largado ¿pero donde iba a ir sin el DNI ni dinero ni ropa...?-

Cargando editor
04/08/2016, 23:04
Antonio Juez Castillo

Sigo las indicaciones de Loli y evidentemente no me cuesta dar con la casa de Laura Martín. La vivienda está siendo ampliada; construyen un segundo piso. ¿Para quien? ¿Esta creciendo la familia y les hace falta mas espacio? En seguida lo sabré. Tras llamar al timbre me responde una voz con un tono de sorpresa. No parecen esperar a nadie a estas horas. La sorpresa va en aumento al ver que se trata de un desconocido y llega al máximo cuando tras darme a conocer a la mujer, Virginia, esta intuye los posibles motivos de mi visita. Cuando la veo no puedo evitar compararla con la casa donde vive: Por encima de la estructura original, una capa de un material ajeno a su verdadera naturaleza con la intención de mostrar algo que no se es, o, quizás sería mas adecuado decir, para ocultar lo que realmente se es. Pero todo eso pasa a un segundo plano al sentir, casi podría decir palpar físicamente, la preocupación y tristeza que alberga a Virginia. Es una persona sencilla y quizás por ello dejada de lado por la justicia. Precisamente el tipo de ciudadanos por cuya defensa decidí hace tiempo convertirme en madero. Independientemente de una más que improbable relación con los dos ancianos muertos, el caso empieza a interesarme. Al menos una mujer, y bien podría ser que dos, necesitan ayuda. Así que veamos lo que se puede hacer para encontrar a Laura.

– En efecto. Se trata de Laura. Pero déjame primero que me presente. – Tras decirle mi nombre y mi profesión y dejar que ella me corresponda diciéndome el suyo, continuo –. Ojalá tuvieras razón, Virginia, pero por desgracia son muchos los casos de personas que un día cualquiera deciden dejar todo de lado y marcharse lejos, sin importarles si llevan encima la documentación o no. Es una opción que tenemos que tener en cuenta. – Me tomo un segundo antes de continuar y la siguiente frase la digo rápidamente y casi como sin querer darle mayor importancia, pues no quiero darle tiempo a que piense en sus posibles connotaciones y tenga una recaída –. Existen además otros motivos por los que la gente desaparece. Pero vayamos por partes. Explícame por favor lo que paso ese día. Todo lo que recuerdes. En especial aquello que te parezca extraño. Que se salga de vuestra rutina diaria.

Cargando editor
16/08/2016, 09:51
Virginia

Escucho como se presenta e intento corresponder, aunque es probable que sepa todo lo que le cuento -Yo soy Virginia Martín. Laura es mi hermana pequeña... bueno, ya no era tan pequeña... aunque un poco sí... - dudo porque no sé cuánto sabe ni cómo explicarle esto. Al fin y al cabo, en los pueblos no se habla de estas cosas -Mi hermana... no era muy lista. Ya era mayor pero... no era tonta ni nada de eso ¿eh?- me siento un poco como si traicionara su memoria pero si ha hablado con la gente del pueblo, ya se habrá enterado -Pero ella no sabía callarse las cosas... Supongo que es algún tipo de síndrome o algo de eso... ya sabe, en las series de televisión sale mucho... gente que son normales pero hacen alguna cosa rara...- Me siento tan ridícula contando esto... -Bueno, el caso es que vivíamos solas; mi madre, mi hermana y yo. Mi padre murió cuando éramos pequeñas. Así que, en cuanto pude, me fui a la ciudad a trabajar... soy cajera en un supermercado. No gano mucho pero tampoco lo necesito. Lo que me sobraba lo enviaba aquí todos los meses. La enfermedad de mi madre estaba peor, ya no se podía mover de la cama y Laura la cuidaba. Ella quería venir conmigo, no quería seguir en el pueblo, pero alguien tenía que cuidar de mamá y yo tenía más posibilidades de encontrar trabajo que ella...- No sé porqué le estoy contando todo esto. Él sólo me ha dicho como se llama y que es policía... Pero parece que le importa o, al menos, ha venido a preguntar. Desde que Laura desapareció he perseguido yo a los guardias civiles y, por primera vez, alguien viene a preguntarme.

Me callo y le dejo hablar. Me dice lo que ya me dijeron los demás, que hay gente que se va sin más -Lo sé. Sus compañeros ya me lo han dicho, aunque ellos no fueron tan amables al decirlo... - no puedo evitar mirarle con pena, mientras las lágrimas se me escapan  -Me dijeron que, como Laura era idiota ni siquiera habría caído en cuenta de que necesitaba documentación y dinero- me seco las lágrimas  -Necesito que entienda que mi hermana no era retrasada. Su único problema era que no podía callarse lo que opinaba y que le daban arranques de furia. Tenía un problema pero no era idiota-

A continuación me pide que le cuente lo que pasó ese día y yo intento contarlo lo mejor que puedo
-Veamos... yo no estaba aquí. Como le he dicho, trabajo en la ciudad. Había hablado con ella el fin de semana, porque no hablamos todos los días. Me estuvo contando que mamá había empeorado, que el albañil decía ahora que con el presupuesto inicial no le llegaba y que en la última reunión para lo de la reparcelación habían dicho que en un par de meses estaría listo todo. Esto último la traía muy nerviosa y era lo que hacía que, de vez en cuando tuviera esos... - me pongo nerviosa otra vez... no quiero contar esas cosas pero sé que no se ha ido sin más y, si alguien le ha hecho algo, igual fue en una de esas discusiones  -... arrebatos. Ella esperaba que con el dinero que nos diesen, podría irse en cuanto muriera mamá y siempre estaba gritando esas cosas sobre largarse del pueblo e ir a un lugar como Cuba donde hubiera hombres de verdad...- me pongo roja y me callo. Ahora mismo me quiero morir de la vergüenza. Por cosas como esta, es por lo que los guardias civiles no me han hecho ni caso...

Cargando editor
26/08/2016, 07:17
Antonio Juez Castillo

¡Vaya! ¡La jodimos! Así que la buena de Laura además de no ser la más lista del pueblo, tiene un arranque fuerte. Este caso tiene tantas posibilidades de ser una desaparición involuntaria como las que tiene la Belén Esteban de recibir algún día el Nobel de literatura. Lo tengo claro. Laura se canso de cuidar a su madre enferma y, en un pronto de los suyos, decidió dejarlo todo y buscar nuevos horizontes donde empezar una nueva vida, antes de perder su juventud en este podrido lugar y quemar sus últimos cartuchos y posibilidades de encontrar un buen partido. El dinero igual no le daba para Cuba, pero haciendo dedo también se puede llegar lejos.

¿Y que le digo ahora a Virginia? ¿Qué abra los ojos a la realidad? ¿Qué deje de llorar la pérdida de su hermana, porque esta ahora seguro que estará sentada en alguna terraza de Madrid acompañada de un hombre demasiado mayor para ella, tomándose un café con cualquier sabor menos a cafeína y de un precio demasiado exorbitado para tratarse únicamente de una bebida? ¡Joder! Como le voy a contar eso, si se me ha echado a llorar un par de veces y tiene los ojos más rojos que la espalda de un inglés después de dos días de vacaciones en Mallorca.

– Entiendo, Virginia. Supongo que mis… – Por algún motivo descubro que me cuesta algo usar la siguiente palabra. Como si, a pesar de todo, cierta empatía con esta mujer y su desgracia me hiciera juzgar a unos policías a los que ni conocía personalmente y que por lo que parecía no habían hecho otra cosa que lo que procedía en esta situación – ...compañeros solo rascaron la superficie del caso y sacaron conclusiones demasiado premeditadas. – continuo intentando tranquilizarla algo con mis palabras, sin entender muy bien aún si no me estaré metiendo yo solo en un buen lio – . Te agradezco además que seas tan sincera conmigo. Es bueno, ya que hablas con el corazón y con toda soltura. Sin callarte nada. Y de esa forma puedes comentar algún detalle que a ti te parezca banal, pero en el que se puede esconder la clave para encontrar a Laura. Pero necesitaría conocer algo más sobre los últimos días de tu hermana. Quizás no estaría de más hablar con el albañil. – ¡Dios mío! ¿Es cierto lo que acabo de decir? ¿Acaso no veo que me estoy metiendo yo solito en una historia sin sentido? Bueno. Tampoco es que tenga nada mejor que hacer los próximos días en Currelos-City. De perdidos al monte – . Si me puedes dar su nombre, dirección y número de teléfono, me pondré en contacto con él. ¿Puedo hablar además con tu madre? ¿Quizás ella me pueda dar más datos sobre lo que paso el día de la desaparición? Pero antes de nada…

Me detengo aquí un momento y vuelvo a mirar a Virginia directamente a los ojos, dedicándole una sonrisa. Sé que algo tan sencillo como este gesto puede abrir una pequeña puerta, crear un diminuto vinculo con las otras personas, haciendo que estas se encuentren más dispuestas a hablar más allá de lo básico. En más de uno y de dos casos he conseguido de esta forma acceder a datos, a detalles que después se mostraron imprescindibles para terminar de esclarecerlos. Cuando veo que Virginia me devuelve la sonrisa y antes de que ella lo intérprete mal, bajo algo la cabeza unos segundos antes de volver a levantarla, ladeándola un poco hacia la derecha y volviendo a mirarla.

– Virginia. La forma en que me has contado tu historia me ha hecho creer que merece la pena investigar algo más la desaparición de tu hermana. – ¡Bien! Espero habérmela ganado ya – . Pero soy muy curioso, quizás por deformación profesional, y quisiera saber que te hace estar tan segura de que tu hermana no se haya ido por su propio pie.

En el ultimo momento me muerdo la lengua. He estado a punto de preguntarle si tiene alguna teoría sobre lo que le pueda haber pasado a su hermana. Pero teniendo en cuenta que no cree, que Laura les haya abandonado a su miseria, lo mas seguro es que una pregunta así de directa no haga otra cosa que devolverle las lagrimas. Ya habrá tiempo para eso más tarde, si lo encuentro oportuno. 

Cargando editor
01/09/2016, 11:02
Equidna - Narradora

Ves como Virginia te escucha atenta antes de responderte. Mientras estás preguntando datos del albañil o si puedes hablar con su madre, sus ojos reflejan una ligera esperanza. Pero cuando le preguntas porque cree que su hermana no se ha ido, su mirada se endurece un poco

-Lo que me hace estar tan segura es que mi hermana tenía diabetes tipo 2 y se inyectaba insulina varias veces al día. Tanto los envases como el mismo boli inyector están aquí. No me creo que se haya ido sin DNI, sin dinero y sin medicinas. Así de sencillo. -

Su voz refleja hastío, como si se supiera la respuesta de memoria, como si la hubiese contestado tantas veces que sólo el hecho de repetirla la desgastara. Se lleva una mano a la cara y se frota la frente despacio antes de continuar

-Y, por supuesto que le daré todos los datos de Claudio, el albañil de la casa. Yo ya le había preguntado si había notado algo raro pero, claro, yo no soy policía- comenta mientras se pone roja como un tomate -Pero, sobre mi madre... falleció hace cinco semanas. Ese es el otro motivo por el que no me parece lógico que mi hermana se haya marchado. Ya no tenía que ocuparse de ella. Sólo estábamos esperando a que el albañil terminara la obra para vender la casa y luego ella iba a marcharse conmigo hasta que tuviera un trabajo.-

Mira por la ventana con gesto de tristeza y luego se vuelve a mirarte a ti -No espero que la encuentre... ya no. Sólo espero que alguien me diga que, de verdad, ha hecho todo lo que podía-

Se levanta para buscar un papel y boli y te apunta los datos del albañil y te indica cómo llegar hasta allí, aunque también te dice que deberías empezar por el bar que es donde es más probable que lo encuentres. Te entrega el papel, escrito con una caligrafía pulcra y redonda, propia de las personas que no tienen que escribir demasiado y conservan esa manera esforzada de escribir que se aprende en el colegio.

Cargando editor
05/09/2016, 07:25
Antonio Juez Castillo

La expresión de Virginia y el tono de su voz hace que la temperatura en la habitación baje unos cuantos grados. Algo de lo que he dicho o hecho parece haberla molestado. ¿Habrá sido el haberle recordado a su madre en estos momentos? ¿O quizás ha interpretado mi pregunta sobre su opinión acerca de la desaparición de su hermana como una ofensa? Sea cual sea el motivo me ha dado dos datos muy importantes que me hacen cambiar de opinión por completo. Si Laura era diabética tipo 2 no se iba a ir dejando atrás su medicina. Y si su madre ya estaba muerta y Laura tenía planes de irse con su hermana, ¿por que iba a cambiar de opinión tan drástica y repentinamente? Algo no encaja. Definitivamente.
Tomo el papel con la dirección del bueno de Claudio, el albañil, que me tiende Virginia y decido que aún no he terminado con este interrogatorio. Estoy seguro que la mujer que tengo enfrente aún tiene mucho que contar.

– Siento lo de tu madre. – digo sinceramente – . Y créeme, que hare lo que pueda por tratar de esclarecer este caso, Virginia. Ese dato. Saber que Laura… – Estoy a punto de usar el pasado, pero en el último momento me doy cuenta de ello y me corrijo. Ya no creo que Laura este viva. No después de conocer lo de su enfermedad. Pero, hasta que no se haya encontrado el cadáver, Virginia tiene derecho a mantener la esperanza y no seré yo quien la tire al suelo y la pisotee delante de su cara – . …es diabética es de suma importancia. Quiero ayudarte. Quiero saber lo que paso esa noche e intentar traer a tu hermana de vuelta. – Me detengo un momento antes de continuar. Espero no haber sonado demasiado melodramático, pero es lo que siento de verdad. Vuelvo a tener delante a alguien que necesita de mi ayuda. Vuelvo a notar ese cosquilleo que siento cuando pienso que puedo socorrer a gente inocente y necesitada.

– ¿Dices que tu ya has hablado con Claudio? Tengo intención de buscarle. Quizás si me pase luego por el bar, aunque si he de interrogarle prefiero hacerlo en algún lugar más tranquilo. Pero me gustaría que tu me contaras lo que te dijo. Puede servirme de ayuda más tarde. Por favor, cuéntame lo que sabes. Aunque a ti en un primer momento te pueda parecer una tontería, puede ser de gran importancia.

 

Cargando editor
09/09/2016, 15:16
Virginia

Suspiro de nuevo. No lo puedo evitar

-Mire... la vida en los pueblos no es sencilla ¿sabe? Hace muchos años, cuando yo era más pequeña ya era difícil pero ahora... cada vez tiene las cosas más lejos; los hospitales, las escuelas... El resto del mundo disfruta de cosas que aquí no llegan o no conocen o no saben cómo usar; el cine, internet... Así que todos, de una manera u otra, tienen sus rarezas. Y Claudio... desde que se quedó viudo no tiene quién le regañe así que pasa mucho tiempo en el bar. Allí la gente no tiene grandes noticias... En los pueblos, lo que le pasa al de al lado es más importante que cualquier otra cosa. Y si se puede adornar con rarezas, mejor.- No puedo seguir dándole vueltas y, total, lo va a oir de Claudio o de cualquier otro cuando empiece a investigar -Claudio dijo que se la llevó el Urco. Que la noche anterior se fué tarde porque Laura le invitó a cenar y cuando salió de aquí estaba oscuro... y que lo oyó aullar detrás de nuestra casa. Que por eso la Guardia Civil no la encuentra, porque está en la cueva, dentro del mar...- Sacudo mi mano con energía en un gesto de rechazo y negación -¡Pero no le haga caso! Eso son tonterías. Como hacía dos semanas que había muerto Juan y su mujer andaba diciendo esas bobadas... ahora para todos los que se mueran van a estar diciendo que ha sido el Urco. Y, claro, en un pueblo donde todos son tan viejos...-

Le miro intentando averiguar por su expresión si ha decidido desistir de preguntarle a Claudio. Yo quiero que lo intente, quizás a él le diga algo que a mí no me dijo...

Cargando editor
12/09/2016, 08:04
Antonio Juez Castillo

Escucho atento a Virginia. Parece que me quiere preparar para darme una información importante y espero interesado para escuchar que puede ser. Cuando escucho el nombre del Urco no puedo más que sentir cierta desilusión. Aunque me alegra ver que Virginia parece ser bastante sensata, ella misma me da a entender a las claras, las historias que me esperan escuchar entre los parroquianos. Estamos en pleno siglo XXI, hemos mandado robots a Marte, podemos verle la cara a nuestra hermana de Nueva York mientras hablamos de lo que sea, y esta gente sigue creyendo en el hombre del saco. Parece increíble.

Aunque hay un detalle muy interesante en lo que me acaba de contar Virginia. Algo que tendré que investigar más adelante.

No me interesa que Virginia piense que ya había oído hablar antes del Urco así que me hago el distraído y le pregunto por él.

– ¿El Urco? ¿Quien es el Urco, Virginia? – Levanto una ceja y me inclino un poco hacía adelante para mostrar interés –. Si Claudio me va a hablar de él, me gustaría saber algo más. Y, si hay indicios de que Laura esta en una cueva, ¿como es que la Guardia Civil no ha ido a buscarla ya allí?