Partida Rol por web

Investiga la leyenda I - Un inicio de leyenda

El urco

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01/01/2017, 16:48
Equidna - Narradora

Jaime asiente, complaciente, a tu explicación sobre el Urco y sonríe ante el comentario de los políticos.

Te estrecha la mano cuando se la das. Un apretón quizás demasiado entusiasta. Y te acompaña hasta la puerta. Al llegar allí hace el amago de despedirse pero, en el último momento, cuando te giras y pones gesto reflexivo, se para y te observa con atención.

Tu pregunta le pilla fuera de juego pero se recompone rápido
-¡Ah! ¿He dicho eso? Bueno... yo... pues no sé, la verdad...- adivinas en él la duda, no sabe si seguir adelante o recular -Es que la gente... pues ya sabe cómo son, ya les ha visto. Y claro, que si Juan, que si Raúl, que si Laura... - parece arrepentirse de hablar demasiado y, de repente, quiere desdecirse -Todo normal ¿eh? Todo perfectamente explicable para hombres de mundo como usted y yo ¿eh? Que aquí, que un viejo se caiga a un pozo de noche les parece raro. O que a otro le de un infarto, ya necesita una explicación paranormal. Incluso lo de la chiflada de Laura, les parece extraño-

Algo te dice que ese "chiflada" llevaba algo de resentimiento, también.

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01/01/2017, 18:26
Antonio Juez Castillo

Me quedo un momento en la puerta pensando en lo que me ha dicho y no puedo evitar hacerle otra pregunta. Quiero ver hasta donde llega si sigo tirando de la madeja y le pregunto por Laura.

– ¿Laura? ¿Chiflada? Sabes. Ayer hable con Claudio el albañil, de Laura y también me dio a entender que la chica esta algo mal de la cabeza. – le miento para intentar calmarle un poco y crear una especie de clima de compañerismo – . Pero no le di más importancia a sus comentarios. ¿Por qué dices que esta chiflada? Quizás pueda aclarar eso su desaparición. O por lo menos darle al caso una nueva luz.

Por la forma tan descarada con la que me está mintiendo el veterinario, tengo muy claro que es un sospechoso más en la lista, aún corta, que tengo. De Claudio tengo un posible motivo, aunque reconozco que esta cogido por pinzas. Además es únicamente una posible explicación de la desaparición de Laura y para el caso de Juan Ruiz no tengo ningún indicio de que su muerte pueda estar unida al albañil. Pero Jaime me esta mintiendo a preguntas demasiado sencillas y que en principio no deberían de perjudicarle. Además está evidentemente nervioso. ¿Por qué, Jaime? ¿Que pretendes ocultarme? Si mi intuición no me engaña esta metido hasta el fondo en un pozo de mierda y el pestazo se puede oler a leguas de distancia. Vamos a ver que tienes que decirme sobre Laura y después me iré. Pero por mi santa madre que nos volveremos a ver, Jaimito.

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02/01/2017, 16:27
Equidna - Narradora

Pero Jaime no reacciona ante tu comentario como tu esperabas. Al contrario, suspicaz, se pone a la defensiva

-¿Darle nueva luz? ¿Porqué? ¿Es que lo van a investigar de nuevo? Creía que ya estaba cerrado. Vamos, cuando lo investigaron dijeron que se había largado, como sospechabamos...-

Se para un momento. Entorna la mirada hacia arriba, hacia la derecha.

-Laura siempre gritaba. Se creía más lista que cualquiera de aquí. Decía que no valíamos nada ninguno y que cualquier día se largaba. Supongo que decidió que había llegado ese día y se largó- Vuelve, de nuevo, la mirada hacia ti -Bueno, entonces ¿es que está buscando pistas de algo? ¿o ya las tiene? ¿ha encontrado algo más? Si quiere que le ayude, yo soy de total confianza, puede contar conmigo sin problemas-

Te resulta evidente que quiere abandonar el tema de Laura pero, en cambio parece muy interesado en preguntarte él a ti.

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02/01/2017, 17:48
Antonio Juez Castillo

¡Vaya! No me cuenta nada sobre Laura, pero cambia las tornas y no deja de preguntar él. ¿Qué si hay nuevos indicios? Los que me estas dando tu. Capullo.

– A ver, Jaime. Laura esta desaparecida y hasta que no la encuentren dando un paseo por las calles de Toledo, el caso seguirá abierto. Ha habido gente desaparecida a la que han encontrado después de más de treinta y cinco años. Y las diligencias seguían abiertas todo ese tiempo.

Quiero que piense que, si tiene que algo ver con todo esto, una sombra va a estar flotando sobre él durante mucho tiempo y, al final, cuando cometa un fallo, todo el peso de la ley caerá sobre él. Ya me encargaré yo de eso. Ya lo creo.

– Claro que, Dios no lo quiera, también se puede encontrar el cuerpo sin vida de la muchacha. Esto sería mucho más trágico. Se abriría una nueva rama de investigación. En primer lugar para comprobar si ha sido una muerte natural o voluntaria, o si ha sido provocada. Y en caso de demostrarse que ha sido un crimen, se continuaría investigando por un posible… asesinato. – digo esta ultima palabra separándola algo del resto de la frase con la clara intención de diferenciarla. De darla todo el peso que conlleva – . Aunque aquí en Currelos un supuesto asesinato tiene fácil aclaración. – comento y me quedo mirándole fijamente a los ojos unos segundos. ¿Como reaccionara el veterinario ante mi jueguito?  – Se le echa la culpa al Urco y arreglado. – digo rápidamente y acompaño el comentario con una risotada interpretada.

Cuando el ambiente parece relajarse un poco, continuo – . Ahora en serio, Jaime. Como puedes ver la desaparición de Laura aún nos va a ocupar algo de tiempo. Y pensé que saber algo más sobre sus aparentes chifladuras podría ayudarme a hacerme una idea de donde poder buscarla. Ese era el único motivo de mi pregunta.

Miro el reloj. Mi estómago no me engaña. Va siendo hora de comer algo, que el aire de Currelos debe de ser muy sano, pero no llena la panza. El gesto a sido también forzado con la intención de dar a entender a Jaime que se hace tarde.

– Me voy a ir ya. Que aquí de cháchara se me ha pasado el tiempo volando y se me ha hecho tarde. Además, tu seguro que también tienes tus obligaciones y te estoy entreteniendo demasiado. Gracias por tu paciencia y colaboración. En cuanto a lo de ayudarme en mis investigaciones, si se te ocurre algo que me pueda ayudar a dar con el paradero de Laura, ven a buscarme. Ya sabes donde me hospedo.

Me despido con un gesto de la mano y cierro la puerta tras de mi. Encamino mis pasos hacia la casa rural de Loli y pienso que el día de hoy debo de usarlo para averiguar más sobre Jaime, los motivos que le han llevado al pueblo y su relación con las tres personas que me ocupan. Apenas he salido de la casa del veterinario, pruebo lo que llevaba esperando todo este tiempo. Saco el objeto que he encontrado en las campas de los Ruiz, y que creo que puede ser uno de esos silbatos que emiten un sonido en una frecuencia de esas que solo pueden escuchar ciertos animales, y, llevándomelo de nuevo a los labios, soplo tan fuertemente y seguido que temo quedarme sin aire en los pulmones. Quizás me equivoque, pero algo me dice que voy a oír unos ladridos saliendo del solar del veterinario. Y no creo que sean de un doguillo.

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03/01/2017, 20:01
Equidna - Narradora

A medida que le dices cómo y porqué el caso de Laura va a seguir abierto, notas que su nerviosismo, que él intenta ocultar, aumenta.

-Sí, sí... el Urco, claro, je je. Pero bueno, que Laura seguro que anda ya por Madrid o Barcelona o cualquier ciudad grande. Vamos, que ya te digo yo que buscarla por aquí es perder el tiempo, que ella quería irse de aquí casi tanto como yo- Se calla de manera abrupta, como si hubiera dicho algo que no quisiera decir. Y luego intenta justificarse -Que no es que yo me quiera ir ¿eh? Que estoy aquí muy bien. Para nada. Son esas cosas que uno dice-

Le interrumpes para decir que te marchas y casi puedes sentir físicamente el alivio que transmite.

-Sí, sí... tengo mucho que hacer. Pero tú vuelve cuando necesites-

La puerta se cierra, rápida, a tu espalda, en cuanto cruzas el marco.

Avanzas camino de la casa rural mientras sacas el silbato del bolsillo. Y lo pruebas. Una tormenta de ladridos inunda el aire. Proceden de todas partes y se elevan, sin ton ni son, en volumen. De la casa del veterinario salen varios ladridos pero ninguno como el que tú esperabas, todos bastante normales. Poco a poco, los ladridos van bajando en volumen y en número hasta que terminan desapareciendo. Mientras eso sucede te cruzas con dos mujeres, una de edad muy avanzada y otra más joven. Escuchas como la mujer mayor dice -El Urco... el Urco los llama... va a volver-, a lo que la mujer joven responde -No digas tonterías, mamá. El Urco no existe, sólo son perros, no le des más vueltas-

Sigues andando hasta llegar a la casa rural. Loli te recibe contenta y se dispone a prepararte una mesa. Le dices que vas hasta la habitación a lavarte y que vuelves en 5 min. En cuanto llegas a tu cuarto, conectas tu portátil al wifi de la casa rural y mandas un correo a tus compañeros en Madrid para que te busquen los antecedentes, si es que existen, del veterinario, cuyos apellidos Castrejo Hornillos no van a tener tantas coincidencias como para no encontrarlos.

Bajas a comer y Loli te sirve una deliciosa crema de verduras, un jugoso entrecot y una estupenda tarta de manzana.

Después de comer vuelves a tu cuarto y te encuentras que ya tienes la respuesta a tu consulta

Cita:

"Jaime Castrejo Hornillos, condenado con 24 años por fraude y maltrato animal. Cumplió 2 años de condena. Implicado en un caso de dopaje a caballos de carreras."

El informe continua detallando como le fue retirada la licencia para actuar como veterinario por 5 años más tras salir de la cárcel. Luego acompaña los datos que ya conoces o supones, nombre y apellidos, fecha de nacimiento, domicilio... Nada especialmente reseñable.

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04/01/2017, 18:38
Antonio Juez Castillo

La prueba con el silbato resultó ser de lo más reveladora. Sobre todo gracias a la reacción de dos mujeres que casualmente pasaban cerca. El concierto de ladridos que siguió a mi toque de silbato hizo que una de ellas lo interpretará como la llamada del Urco. Esto dejaba claro dos cosas. En primer lugar la sencillez con la que se puede influenciar a los habitantes de Currelos para achacar cualquier suceso trágico a un ser de leyenda. En segundo lugar que el instinto del Director Adjunto podía estar en lo cierto y detrás de los sucesos recientes en este pueblo hay una o varias personas. Pensé en mandar el silbato a buscar huellas dactilares. Vale que yo ya lo había tocado y de esta forma contaminado con las mías, pero quizás aún pudieran sacar algo de él.

Llegando a la casa rural me alegro de ver a Loli y de la promesa de una buena comida que acompaña a mi anfitriona. Mientras espero a que esta este servida, voy a mi habitación y aprovecho el rato para mandar los datos que tengo de Jaime a mis colegas en Madrid. Quiero saber con que tipo me las tengo que ver y si mi olfato no me ha engañado. “E voila” estoy en lo cierto. Después de la deliciosa comida - Loli tendrían que ponerte un monumento - vuelvo a subir y ya tengo los resultados - sois increíbles, chicos. Se puede contar con vosotros. “¡Jaime! ¡Jaime! Así que tienes un pasado delictivo, amigo mío... Bueno. Eso explica que haces en este pueblo gallego y no en una gran ciudad con todos esos títulos que expones orgulloso. Si es que son reales, claro.” Pero bueno. Según esto ya ha cumplido condena y es un hombre supuestamente rehabilitado. Por que ha reaccionado de manera tan extraña a mis preguntas, evidentemente nervioso, es algo que aún tendré que descubrir. Virginia me dijo ayer, que solo estaría un día más en Currelos. Así que tengo claro a quien iré a visitar esta tarde. Pero antes me tomare un café con Loli y veremos que me puede decir ella del veterinario.

Bajo las escaleras que separan los dormitorios de las habitaciones comunes y busco de nuevo a Loli.

– ¿Podrías ponerme un café con leche, Loli? Y si te apetece a ti también uno, estupendo. Me gustaría hablar contigo un momento.

Cuando vuelve con la bandeja, llevando un termo de café, una jarrita de leche, un azucarero y dos tazas con sus platillos y sus cucharillas, y la deja sobre la mesa, toma asiento y me dirige una mirada interrogativa.

– Veras Loli. Aún no conozco a mucha gente por aquí y tu eres alguien que me ha demostrado ser de confianza por la forma tan abierta con la que me has tratado desde un primer momento. – comienzo a explicarle – . Así que querría preguntarte tu opinión sobre alguien. No es sospechoso de nada, cuidado. Aún es demasiado pronto para hablar de sospechosos. Pero necesito conocer mejor a las personas del pueblo. – La mirada de Loli me revela que quiere que vaya al grano ya – . ¿Qué me puedes decir del veterinario? ¿Es de aquí o es forastero? ¿Cuál es su relación con la gente del pueblo? No sé. Cualquier cosa que se te ocurra sobre Jaime, que creas que pueda ser interesante.

No estoy muy seguro de hacer lo correcto, pero ¿a quien puedo preguntar si no?

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06/01/2017, 10:46
Equidna - Narradora

Loli asiente entusiasmada ante la idea de tomar un café. No tarda mucho en prepararlo y sentarse, cómodamente enfrente tuyo.

Sirve el café y lo empuja hacia ti, al igual que el azucarero, para que puedas ponerte azucar a tu gusto. Luego se sirve uno para ella, coge la taza y se recuesta en el respaldo a escucharte.

-¿El veterinario? Vaya, creí que me ibas a preguntar Claudio. Pues... a ver, Jaime llegó hará unos 5 años o así. Necesitabamos veterinario porque Don Augusto se había jubilado. Nos costó encontrar uno que viniese, cosa que no entiendo. Nunca comprenderé ese interés que tiene la gente en vivir en las grandes ciudades, hacinados y con prisas siempre. A lo que iba, que nos estaba costando y, cuando llegó Jaime ya estabamos un poco desesperados porque cada vez que una vaca se ponía mala o cualquier cosa, había que llevarla hasta el veterinario que está más cerca, que está a más de veinte kilómetros- Loli se da cuenta de que se está yendo por las ramas y ves que hace un gesto para centrarse -El caso es que cuando llegó nos dimos todos cuenta de que el pueblo no le gustaba. No sé qué creía que iba a ser esto pero... bueno, pues eso, que no le gustaba. Pero con los años parece que sí se ha aclimatado. ¿Qué es exactamente lo que quieres saber? Porque no creo que te interese si tiene novia o como tiene decorada la casa-

Loli se echa a reir de repente -Que yo no sé ninguna de las dos cosas, pero como nunca he sido informante de un policía, no sé qué necesitas que te cuente-

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07/01/2017, 08:10
Antonio Juez Castillo

Escucho a Loli mientras me tomo el café y, cuando me pregunta que es lo que realmente quiero, entiendo que no hay nada más que sacar de aquí. No la he pedido que se tome un café conmigo para contar chascarrillos? En un pueblo cuando algo pasa suele saberse en seguida. Así que supongo que, de haber algo, aunque solo fuera un rumor, ya me lo estaría contando.

– La verdad es que yo tampoco lo tengo tan claro, Loli. He hablado hoy con él y ha habido un par de momentos un poco raros. Pero supongo que le habré pillado bastante ocupado y he malinterpretado su reacción. Seguro que ha sido impaciencia. – contesto a su pregunta tratando de quitarle hierro al asunto. No quiero que de esta conversación salga el próximo correveidile de Currelos. No sé en qué he estado pensando. Entonces me rio con ella recordando su siguiente comentario – . Seguro que serías una fantástica informante, Loli. Pero no te preocupes por eso. No te pido nada especial. Si se me ocurre algo más que preguntarte, ya sé dónde encontrarte. – la digo guiñando un ojo de manera un tanto exagerada, siguiendo el buen humor del momento – . Tu sigue haciendo estas comidas tan deliciosas. Así estas ayudando a la policía más de lo que crees. Que uno tiene que estar fuerte para ir a atrapar delincuentes.

Termino el café, le vuelvo a dar las gracias y me levanto de la mesa despidiéndome hasta la noche. Ahora he de ir a ver a Virginia antes de que se vaya del pueblo. Quiero saber si ella a oído hablar a Laura del veterinario. Sigo sin creer que Jaime sea trigo limpio. 

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07/01/2017, 19:44
Equidna - Narradora

Loli te mira con gesto suspicaz como si supiera que hay algo que no está pillando pero sin tener claro el qué. Pero recoge la mesa sin más y se despide de ti hasta la cena.

Sales de la casa rural y te diriges hacia la casa de Virginia. Aún es pronto, no ha pasado ni la mitad de la tarde y el sol brilla alto.

Llamas y, como el día anterior, pasan unos segundos antes de que se abra la puerta. Cuando se abre y te ve, Virginia pone cara de sorpresa

-Hola. No esperaba verle de vuelta tan pronto. ¿Necesita algo más?- te pregunta extrañada

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12/01/2017, 21:04
Antonio Juez Castillo

– Hola Virginia. Buenas tardes. – La saludo contento de saber que aún no se ha ido. He llegado a tiempo – . Como dijiste ayer que solo te quedarías un día y luego tendrías que irte de vuelta al trabajo, he pasado a aclarar unas preguntas que aún tengo que hacerte. ¿Te importa si paso dentro? Será mejor hablar en la intimidad del salón.

Su expresión pasa de la sorpresa a un cierto fastidio que intenta ocultar rápidamente. Conozco esa reacción. La gente no suele alegrarse de recibir la visita de la policía. Rara vez son visitas anunciadas, rara vez no interrumpen algo y rara vez traen buenas noticias. Además de todos es sabido, o al menos intuido, que en ocasiones el interrogatorio puede ser desagradable, tocando temas de los que la gente no habla a gusto. Pero Virginia se recompone en seguida, sabe que es por su hermana y esta dispuesta a dejarme pasar. La sigo hasta el salón, donde me invita a tomar asiento en el sofá, y paso directamente al tema que me ha traído hasta aquí.

– Voy a ir directo al grano. ¿Que tipo de relación tenía Laura con Jaime? – La pregunta es directa y de esta forma se suele coger a la gente por sorpresa. Como además deja muchas posibilidades abiertas - con relación puedo estar refiriéndome a casi todo -, el interrogado no sabe hasta que punto el interrogador esta informado de algún secreto o no, pero suele suponer que sí que sabe algo y prefiere ser sincero. Si la pregunta sin embargo no acierta con algún secreto oculto, el interrogado no le da mas importancia y responde igualmente de manera natural. Por lo menos eso nos enseñaron en la academia y no sería la primera vez que me da bunos resultados.

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16/01/2017, 17:24
Equidna - Narradora

Cuando llamas a su puerta y Virginia te abre. Su rostro te da la impresión de reflejar que no está muy contenta de verte. Pero te invita a pasar de manera amable. Te ofrece un café mientras te invita a entrar en la cocina.

Su cocina está limpia y muy ordenada. El frigorífico ves que está entreabierto y sujeto con un paño y del mismo no sale ninguna luz. Supones que es porque ya lo ha vaciado y lo tiene apagado. Es evidente que estaba preparándose para irse.

-Siéntese, por favor. ¿En qué puedo ayudarle?- te pregunta. Ahora parece algo más ilusionada que cuando ha abierto, como si para ella el hecho de poder responder a tus preguntas supusiera que obtendrá alguna respuesta sobre su hermana. Empiezas a sospechar que cuando la interrogaron la vez anterior, justo tras la desaparición, quizás no le habían preguntado demasiadas cosas o las cosas que le habían preguntado no debieron de ser mas que vagas generalidades.

Cuando le trasladas tu consulta sobre Jaime, Virginia parece extrañada

-¿Jaime? No recuerdo que mi hermana me contará nada especial de Jaime. Jaime es el veterinario ¿no? Quiero decir que a lo mejor se me había pasado y usted se refiere a otro Jaime. Pero si el que usted dice es el veterinario, pues no, no recuerdo nada especial. De hecho nosotras ni siquiera tenemos animales es decir probablemente del pueblo seamos de las personas que menos relación tenemos con él porque no tenemos ningún motivo para necesitar su trabajo. Yo estaba recogiendo pero si desea revisar la habitación de mi hermana... el otro día no lo hizo pero si ahora piensa que puede haber algo que le relacione con Jaime allí, a mí no me importa que la vea, la verdad.-

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19/01/2017, 19:58
Antonio Juez Castillo

Sí no fuera por los años de experiencia que llevo encima, posiblemente se me habría quedado una buena cara de tonto con la respuesta de Virginia. Tan seguro estaba de que la mujer me contaría alguna historia que relacionase a Jaime con Laura. Yo que sé. Desde una discusión hasta un amorío o un desliz con final en la cama. Pero nada de eso. Virginia ha reaccionado más bien extrañada. Si le hubiera dicho que en Madrid hay coches que vuelan, seguro que me hubiera tomado más en serio. Pero su respuesta ha sido sincera, o eso me parece a mi, y como las hermanas se suelen contar todo, supongo que no hay nada que cortar aquí. Si hubiera pasado algo entre Jaime y Laura, Virginia tendría que saberlo. Bueno. Supongo que mi olfato de sabueso me ha fallado en esta ocasión.

Mientras estoy pensando en esto Virginia me sorprende y me ofrece aprovechar el tiempo y echarle un vistazo a la habitación de Laura. Y la verdad sea dicha, creo que no tengo nada mejor que hacer.

– Precisamente iba a preguntarte por ello. – miento solo en parte – . Si no te importa llevarme hasta la habitación de tu hermana.

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20/01/2017, 21:20
Equidna - Narradora

Acompañas a Virginia, escaleras arriba, hasta la habitación de su hermana. 

Al entrar te sorprende lo que ves. La habitación es... bueno, tu eres un hombre adulto, no sabes definirlo pero no te pega con el resto de la casa

Parece una habitación de diseño. 

En las paredes, un póster de la serie esa de televisión que no sabes cómo se llama pero que va de mujeres liberadas que se gastan el suelo en zapatos y se ligan hasta a los curas.

Virginia parece un poco avergonzada cuando ve que te fijas en el póster

-Mi hermana... ella no... Yo intentaba explicarle que el mundo real no era así, que las mujeres trabajadoras no ganabamos como para tener un vestidor y que los tacones sólo se usan si no puedes llevar zapato plano. Pero ella cree... creía que tenía derecho a una vida como la de la tele. Creo que se refugiaba en esa idea para escapar de la realidad que suponía estar aquí, cuidando a mamá, sin una vida propia. ¿Sabe? La última semana no hacía más que decir que ella iba a tener dinero suficiente para llevar esa vida, por más que yo le decía que la herencia y la reparcelación no daban para tanto-

Virginia se va dejándote solo. Revisas la habitación pero lo único que encuentras es el portátil. Todo lo demás es normal y no ves nada fuera de sitio. Antes de irse, Virginia te ha comentado que el portátil se lo regaló ella hace dos años pero que no creía que su hermana, salvo navegar por Internet supiese hacer mucho más.

Lo enciendes y esperas a que arranque. No hay muchos programas instalados. Revisas el historial de internet y encuentras visitas a tiendas de ropa online, periódicos, recetas de cocina...  Todo te parece bastante normal hasta que encontraste algo más extraño, búsquedas sobre fracking. Y además hay muchas búsquedas, como si no supiese escribirlo y hubiera probado a escribirlo como suena.

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27/01/2017, 22:05
Antonio Juez Castillo

¿Fracking? ¡Fracking, si! El método ese para acceder a betas de gas natural horadando a varios cientos de metros de profundidad. Si no recuerdo mal, su uso es de lo mas polémico y no está permitido aún en España. Al menos no en todo el territorio. Laura. ¿Por qué una chica como tu, una chica que quiere ser moderna y dar el salto a la gran ciudad, a la independencia, se interesa por algo como el Fracking? ¿Qué significa esto? Es como si hubieras querido dejarme un mensaje personal, una pista que me ayude a saber lo que te ha pasado. Pero no soy capaz de entenderlo, Laura. Aún no.

– ¿Te dijo Laura por qué se interesaba por el Fracking? – pregunto a Virginia sin esperar realmente una respuesta. Posiblemente no tenga ni idea de que se trata. Lo más seguro es que piense que es el nombre de un gacho extranjero. Y eso precisamente es lo que hace tan extraño que una chica de pueblo busque estas cosas en Internet, en lugar de andar comprando zapatos en Zalando. Pero bueno, quien sabe. Quizás me vuelva a equivocar y Laura si que haya hablado de todo esto con su hermana. Ya que estoy aquí no pierdo nada por preguntar.

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01/02/2017, 08:06
Equidna - Narradora

Cuando por fin encuentras los enlaces del fracking te quedas sorprendido. No entiendes porque esa chica estaba buscando eso. No parece el tipo de contenido que le debiera interesar. Miras con preocupación el móvil sin batería que, al lado de la cartera con el DNI, está sobre la mesilla. Si pudieras encenderlo quizás sabrías algo más sobre qué estaba haciendo esta chica... aunque pudieras cargarlo sigues sin saber el PIN.

Se te ocurre entonces una cosa, llamas a la Brigada de Delitos Tecnológicos y le dices que has encontrado el movil sin bateria de una victima pero que necesitas tener acceso a su registro lo antes posible. Ellos te comentan que, si lo conectas por USB a un ordenador pueden acceder a la información en remoto. Ahogas un gesto de victoria y haces lo que te han dicho.

Diez minutos después, Virginia aparece por la puerta un poco preocupada -¿Está todo correcto?- te pregunta, evidentemente preocupada por la tardanza. Le contestas que sí pero qué has pedido acceso al equipo de su hermana y están trabajando sobre él. Ella que no entiende muy bien, se limita a asentir con la cabeza aprovechas para preguntarle si sabe por las búsquedas de su hermana pero, como supones, Virginia jamás ha oído hablar del fracking y no sabe por qué su hermana lo buscaría. Disculpandose por no saberlo, Virginia vuelve a cerrar la puerta, de nuevo, dejándote solo.

Al final, les lleva 20 minutos conseguir la información del móvil. Te envían los resultados a tu correo electrónico que puedes revisar desde tu propio móvil. Cuando le echas un vistazo descubres que Laura estuvo buscando en internet el teléfono de dos concellerias de la Xunta de Galicia y eso coincide con un par de llamadas a esos dos números aproximadamente una semana antes de su desaparición.  Llamas primero a la Concelleria de Bienestar Social y te comentan que no guardan registro de llamadas, que desconocen para qué ha podido llamar. Después lo intentas con la Concelleria de Industria y, aunque al principio te dicen lo mismo, en el último segundo, el hombre que te atiende pregunta

-¿De donde decía que llamaba-
-De la Policía, mi nombre es...-
-No, no ¿De qué lugar?-
-Ahora mismo me encuentro en Currelos, el pueblo de la desaparecida-
-Un segundo, por favor...-

Al otro lado del teléfono escuchas el sonido de una silla, intuyes que el hombre se levanta. Unos segundos más tarde, la voz suena al otro lado, de nuevo

-Mire, creo que podría ser por lo del fracking. Está en trámite llevar a votación la concesión para operar en unos terrenos en esa zona. No se ha hecho público por que no goza de buena prensa y están intentando llevarlo discretamente hasta que se vote, pero es bastante probable que la Xunta autorice la solicitud de permiso de explotación en busca de hidrocarburos. No te puedo decirle más sin una orden pero, aunque se ha buscado la discreción, no es un tema secreto y, hemos recibido varias llamadas, en los últimos meses, preguntando por este asunto. Quizás la chica que dice llamó por eso-

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05/02/2017, 10:55
Antonio Juez Castillo

Como imaginaba Virginia no sabe nada del Fracking, pero así y todo tengo otro informador inesperado con ganas de ayudar a encontrar a la muchacha. El móvil de Laura parece estar mirándome atentamente, como si me retara a sacarle sus secretos. – Reto aceptado –. Veamos que tienes que ocultar.

Virginia tampoco me puede ayudar con esto. No conoce el PIN. Así que lo mejor será combatir técnica con técnica. Llamo a mis compañeros de la brigada de delitos tecnológicos y en seguida me dan instrucciones sobre como continuar. Parece mentira, pero apenas tardan nada en darme el PIN de Laura para poder así acceder a sus secretos. Mando la lista con los últimos números marcados y en unos pocos minutos tengo los nombres de los propietarios de esos teléfonos. – Sois geniales, chicos. – Dos de ellos son de oficinas estatales. – Interesante. – En la primera de ellas no parecen poder ayudarme, pero la segunda… ¡BINGO! Aquí si recuerdan haber recibido llamadas de gente de Currelos con motivo del Fracking y además – ¡Ay, virgencita María, recuerda me ponerte una vela, guapa! – me dan un posible móvil para lo que está sucediendo aquí. Si es cierto que desde el ministerio están pensando permitir el uso del Fracking en la región para la extracción de recursos energéticos, el que posea esos terrenos va a ser asquerosamente rico. ¿Y si los Ruiz y los Arias tienen esas minas de oro sin saberlo y otra persona quiere hacerse con ellas? Laura puede haber descubierto algo sin querer y, tirando del hilo, haber llegado hasta nuestro codicioso Urco. Esto se pone interesante de verdad. – “¡Joder! ¡Qué equivocado estaba con toda esta historia!”

Cuando quiero saber algo más sobre los terrenos en cuestión el tipo al otro lado del teléfono decide dejar de colaborar. Quiere una orden . Será gilipollas. Ahora que está esto caliente.

– ¿Cómo dice? ¿Una orden? Mire. Estoy trabajando en la resolución de dos crímenes,  posiblemente tres, y no descarto que hayan sido incluso asesinatos. Así que me esta diciendo ahora mismo de que terrenos estamos hablando o me voy a encargar personalmente de que le metan un puro bien gordo por obstrucción a la labor policial. – el tono de voz va subiendo a la misma velocidad que me voy calentando. Entiendo que el buen hombre tiene que asegurarse de con quien habla, pero, por lo que cuenta, con otras llamadas a tenido menos problemas para hablar como una cotorra – . Además quiero saber con que personas de Currelos ha hablado antes de esto. Quiero la lista de los números de teléfonos de los últimos meses. Mándeselos a la comisaría de policía de Madrid. – le doy los datos necesarios para que mande la información a mis compañeros a los que después pondré al corriente para que sepan de que va todo esto – . Y no se olvide de indicar que es de parte del agente Antonio Juez. Antonio Juez. ¿Lo tiene? – se me ocurre una última pregunta – . ¿Sabe si entre la gente que le ha llamado hay un tal Jaime Castrejo? Es veterinario. Intente hacer memoria.

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07/02/2017, 19:25
Equidna - Narradora

Al otro lado del teléfono el hombre empieza a dudar

-Oiga, oiga, que no hace falta ponerse así. Es que este sólo es un servicio de atención, no se pide a nadie que se identifique, la información que les damos es pública, así que no se guarda ningún registro de quién ha llamado. Supongo que los números de teléfono podrán obtenerlos en la centralita. Les diré que lo hagan y que los envíen a donde usted dice lo antes posible- A continuación escuchas como garabatea todo lo que le vas diciendo -No sé si ese hombre llamó. Es lo que le digo, aquí no preguntamos quién llama.- Escuchas como a continuación habla con un compañero y, un poco después una mujer se pone al teléfono 

-Hola. Soy Marta. Me ha comentado mi compañero que está interesado en los terrenos que se están evaluando para la extracción por fracking. Puedo pasarle a una dirección de correo, las coordenadas que delimitan la zona, pero le adelanto que es la zona que queda al sur del Rego Pequeno, ya sabe, el río, por donde cruza la P4202-

- Tiradas (1)

Motivo: Intimidar (carisma)

Tirada: 1d20

Dificultad: 13-

Resultado: 8 (Exito)

Notas de juego

Hago una tirada por ti, por intimidar para agilizarlo.

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08/02/2017, 11:53
Antonio Juez Castillo

Le doy a la mujer la dirección de mi correo para que me mande allí las coordenadas.

– Necesito esos datos ahora mismo. Mándelos a ese correo. Y manden también la lista de teléfonos urgentemente a la dirección de la policía que le he pasado a sus compañero. Es de vital importancia. – a pesar de que ahora están cooperando no rebajo la tensión en mi voz. No la grito, pero quiero que la urgencia del asunto siga estando clara. No me apetece que unos funcionarios decidan de repente que tomarse un café o ponerse a hablar de fútbol sea más importante que mis asuntos y se olviden de mi –. Gracias. – Y casi de seguido –. Adiós.  – me despido de Marta y cuelgo.

Estoy deseando comprobar si los terrenos de los que hablamos coinciden también con los de los Ruiz y los Arias. Si es así, tendré que cambiar mi opinión. Si es así, habría un motivo que explicaría un posible asesinato. Hago una llamada a mis compañeros en el departamento y les pongo al corriente sobre la lista de teléfonos que les mandaran dentro de poco y la información que necesito de ellos. Supongo que la lista será larga y estarán un tiempo ocupados descifrándola. Pero, si alguien puede filtrar de esa lista los nombres y números de las llamadas hechas desde Currelos, esos son mis compañeros. Les doy también el nombre del veterinario. Tienen que mirar si quizás su número de móvil está en la lista.

No tengo mucho más que hacer aquí. Me despido de Virginia dándole las gracias por su ayuda, pero le pido antes un número de teléfono donde pueda localizarla en caso de que tenga que volver a hablar con ella. La pregunto además por la casa de los Arias y, después desearla un buen día, me dirijo hacia allá. Va siendo hora de hacer una visita a la viuda de Raúl y ver que me puede contar. De camino compruebo si me han mandado ya las coordenadas y trato de confirmar mi teoría. 

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14/02/2017, 22:52
Equidna - Narradora

La mujer asiente, de manera audible, a tu petición y te confirma que enviarán lo antes posible las coordenadas del sitio, pero que los números de teléfono tendrán que preguntar en centralita si se pueden obtener porque ellos no lo saben.

Tus compañeros, después de tu llamada anterior, reciben con atención el nuevo encargo. Te confirman que, si les pasan la lista de teléfonos, pueden verificar con la compañía quién es el dueño del número porque, desde que cambió la ley hace unos años, es obligatorio identificarse para comprar un móvil incluso de prepago.

Hecho todo eso, sales del cuarto y encuentras a Virginia cubriendo con sábanas los muebles del salón

-Es que... como me voy... ya sabe...- comenta como un poco avergonzada. Te da su número de móvil y, muy colaboradora, te asegura que puedes localizarla sin problemas ahí. También te indica dónde encontrar a los vecinos por los que preguntas.

Cuando está despidiéndose en la puerta, antes de cerrar, oyes como te dice

-Gracias por tomárselo en serio- y luego se vuelve, rápida, a meter en su casa. Aunque no tanto como para que no te hayas dado cuenta que estaba llorando.

Camino de casa de los Arias, revisas tu móvil para ver si ha llegado algo nuevo pero, para cuando estás enfrente de la puerta, aún no tienes nada. Llamas y un hombre, de unos 40 años, de aspecto saludable, te abre la puerta.

Cuando te identificas te confirma que se trata de Tomás, el hijo de Raúl Arias, el anciano fallecido. Tomás y su mujer viven en esa casa donde, hasta el fallecimiento, cuidaban de su padre. Su madre, te comenta, había fallecido muchos años antes.

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18/02/2017, 08:51
Antonio Juez Castillo

Hasta hace unas horas pensaba que tratar de aclarar como policía un caso de infarto de un anciano en un pueblecito gallego era una de las gilipolleces más grandes que un superior podía ordenarte hacer. Eso, o un claro caso de venganza por algún tipo de resentimiento. Pero el día de hoy me ha demostrado que lo que está sucediendo en Currelos es digno de ser investigado. Que ciertos misterios se esconden bajo una superficie de aparente normalidad, misterios que empiezan a desvelarse como posibles crímenes, realizados por el mero motivo de querer hacerse rico. El segundo motivo más importante por el que se quita la vida a los prójimos. Así que empiezo a creer que visitar a la familia Arias quizás no sea tanta perdida de tiempo como pensaba al principio.

Abre la puerta de la casa un hombre adulto que se presenta como Tomás, el hijo de Raúl. Me comenta que el y su mujer cuidaban de su padre hasta su fallecimiento, así que supongo que me podrán información sobre lo sucedido.

– Encantado Tomás. Yo me llamo Antonio y he venido a Currelos a interesarme por unos casos relacionados con el Urco. – no termino de comprender el gesto que me lanza al decirle esto. Supongo que no esperaba ver a alguien viniendo de fuera a hablarles del ser de leyenda personal de la región, así que intento explicarme –. No es que crea que el Urco tenga realmente que ver con lo que le paso a su padre. Pero he de admitir que no deja de ser extraño que en tan poco tiempo dos personas fallezcan y una desaparezca y se le eche la culpa de todo ello a un perro gigante. – no estoy seguro, pero creo que se relaja un poco. Continuo –. Así que, por extraño que quizás le pueda parecer, querría hablar con usted de los últimos momentos antes de la defunción de su padre. Cualquier detalle que pueda ser interesante por poco habitual. – espero unos segundos dejándole asimilar esta información y me vuelvo a auto invitar –. ¿Le importa si pasamos dentro a hablar un rato de esto?