Partida Rol por web

Hasta que extraños sonidos agudos y el batir de las alas de murciélagos os sacaron de vuestros sueños. Pero aquello solo duró unos segundos, pronto volvisteis a dormir.

La causa de esta interrupción de vuestro sueño se debe a tres murciélagos aterradores con un cuerpo tan grande como el de un caballo y unas alas coriáceas que, desplegadas, son mayores que las de un dragón. Un pelaje hirsuto cubre la mayoría de su cuerpo, dejando ver aquí y allá placas de armadura ósea.

Las criaturas sobrevolaron varias veces la taberna, dieron unas vueltas y segundos después se marcharon sin molestar más en toda la noche.

Cuando despertáis con la luz del alba veis a un hombre de melena oscura y barba. Parece estar esquivando vuestras miradas y da la impresión de que se está ocultando de alguien. Pero la realidad es que su camuflaje es bastante mediocre y podéis ver lo que parece ser un guerrero de aspecto siniestro, con piel pálida, ojos rojos hechiceros, manos terminadas en garras y un tono feroz en sus rasgos. 

Con una mano, el veterano guerrero le señaló una silla, invitándole a sentarse con ellos. 

Buenos días Urik. Dama Ashlyn aquí os presento a un verdadero caballero, con su cuervo al hombro y todo.

Desde mi posición el el comedor, realizando mis oraciones al tiempo que el sol despertaba a los aún durmientes, escucho la conversación, no es que sea un gran intercambio filosofal, pero está claro que el caballero ya no se considera como tal, lo más probable es que deshonrara sus votos y ahora se arrepintiese de ello. Nunca es tarde para arrepentirse de los pecados, puede que Pelor se apiade de él y de su alma.

Wolkot observó como iban llegando poco a poco los demás compañeros. Le llamó la atención la actitud de uno de los clérigos. Había bajado a orar al salón, en vez de hacerlo en la soledad de su habitación.

Cómo habían cambiado los tiempos desde juventud, antes los clérigos oraban para mantener su fe, no para que les viesen los demás como lo hacían.

Intentó disimular sus pensamientos, seguro que Ashlyn no tenía culpa del comportamiento tan poco ético de sus seguidores.

Envy habia dormido a la puerta de la tienda de Thokk enrollada sobre si misma, apoyando su cabeza en sus patas delanteras. El frio no le habia afectado en lo mas minimo con su pelaje puesto. No le costo dormir, pero nunca lo hizo profundamente. Hacer eso era casi imposible para cualquier canino, y mucho menos un lobo. O una media lobo.

Cuando en medio de la noche llegaron esos murcielagos, ella abrio los ojos y apenas levanto la cabeza, estaba extrañada ante esa vision, no era comun, pero nada podia hacer hasta que ellos hicieran algo relevante mayor a volar en circulos, cuando estos se fueron, solo bajo la cabeza y siguio intentando dormir. Sabia que Thokk tambien los habia visto, y mañana hablarian de ellos.

Al despuntar el alba, Envy ya estaba con los ojos abiertos, pero sin levantarse, no habia porque, y no lo hizo. Solo permanecio en su lugar hasta que Thokk se levantase. Fue la llegada de una persona desconocida quien llamo su atencion, y esta no era comun.

En su burdo intento por pasar desapercivido y evitar sus miradas llama mas la atencion de ellos. Parece querer ocultarse de alguien, pero Envy no puede precisar de si es de ellos. Una mirada un poco mas detallada revela nuevos detalles del extraño que ponen intranquila a Envy.

Se para en sus cuatro patas, y herizado su pelaje, le gruñe al extraño, mostrando sus dientes pero sin lanzarse a un ataque. Ella busca llamar la atencion de Thokk y espera ver la reaccion del extraño.

Me levanto temprano, como cada mañana. Mis armas y mi armadura reposan a los pies de mi cama mientras esperan que las vista de nuevo para continuar con mi misión. No debo hacerlas esperar.

Me pongo la armadura tan deprisa como puedo y, como cada mañana, rezo mis oraciones a Heiróneous arrodillado ante mi espada. 

Tras una media hora de oración, bajo a desayunar.

Thokk habia terminado de montar la tienda justo cuando Envy llegó, dejaron sus cosas dentro de la tienda y se pusieron a dormir. A media noche un batir de alas desperto a Thokk que vio como unos murcielagos enormes sobrevolaban la taberna y se iban sin causar mas problemas. La loba tambien lo habia visto, pero no parecia preocupada y Thokk volvio a sumirse en su ligero sueño. A la mañana siguiente, al despertar descubrio que Envy seguia a su lado en forma de loba, le acarició la cabeza y de repente Envy se puso a gruñir a un extraño hombre que intentaba esconderse. Sin pensarselo 2 veces, Thokk salio de la tienda desarmado corrio hasta el extraño se lanzo a apresarlo entre sus brazos.

preciosa mañana compañeros, ¿no os parece?pregunto sonriente en cuanto me reúno con los demás .He dormido como un tronco y es que la jornada de ayer me había dejado exhausto .Me siento en la primera silla libre .Ahora solo falta un desayuno reparador y ya podremos afrontar lo que el destino nos tenga preparado.

Al llegar otro de los compañeros que vio la pasada noche, urik se levantó raudo de su silla y, poniendo una mano en el pecho le saludó.- Muy buenos días tengáis, soy Don Urik, caballero del cuervo- se presento a la vez que saludaba.- No tuve el gusto de conoceros la pasada noche. Si queréis podéis compartir mesa con nosotros- ofreció el caballero.

Estupendo, todos los santurrones juntos.- pensó el viejo.

Buenos días, clérigo. Sentaros por favor.- Wolkot invitó a los clérigos a sentarse con ellos. Pero esta vez no se levantó como hizo con Ashlyn.

Y bien señora, como os preguntaba antes....¿encontrasteis algo sobre el paradero de vuestros compañeros??

Igor se levantó tranquilamente, se aseó un poco y bajó con Ocaso, que había dormido a los pies de su cama, a la sala común.

Una vez abajo vio que la gente ya se estaba congregando y empezaban a desayunar, no obstante, lejos de sentarse en la mesa con ellos, pasó de largo en dirección a la puerta, si bien saludó cuando estuvo a su altura con un escueto - Buenos días -, la abrió y respiró hondo el aire de la mañana y paseó su vista por la plaza y por las calles que desde aquella posición se veían.

Como el aire era frio, cerró tras él la puerta y empezó a dar un paseo, por un lado para inspeccionar la zona, por otro para que Ocaso pudiera hacer sus necesidades.

Al recibir la invitación del caballero que no decía serlo, me acerco a la mesa y tras dedicar una leve plegaria en silencio por los alimentos que voy a ingerir.

-Buenos días a todos.-Digo con una sonrisa.-¿Qué tal la noche?

Sin esperar respuesta me vuelvo hacia el posadero.

-¿Sería tan amable de ponerme algo para desayunar?

Acto seguido, me vuelvo hacia el resto del grupo en espera de sus respuestas.

Nuevamente el caballero del cuervo se levanta de su silla y saluda a Igor.- Buenos días Igor- saluda haciendo una leve reverencia, con la mano en el pecho e inclinándose un poco. Al momento aparece Leo al que saluda también.- Buenos días señor. Soy Don Urik, caballero del cuervo- le dice aciendo hacia el otra leve reverencia. Acto seguido se sentó y siguió con el desayuno.

-Saludos, don Urik.-Contesto con amabilidad.-Leo de Stelion, paladín al servicio de Heiróneous.-Añado devolviendo la reverencia.-Que os aproveche el desayuno.

- Muchas gracias, Leo de Stelion. Que le aproveche a usted también- le contestó cortesmente. La forma que le habían obligado a usar para tratar a la gente se le había marcado a fuego al caballero y no se acostumbraba a hablar de "tu" aunque la gente le tratara así. De todas forma a él no le importaba lo más mínimo.

Don Urik...

Me levanto y extiendo la mano por encima de la mesa.

-No nos han presentado, Don Urik, mi nombre Haiayel, servidor de dios resplandeciente.

No me ha pasado desapercibido el hecho de que se ha levantado para saludar a todos a excepción de mi persona y de Orphanos... Probablemente el resto de ese grupo de seres amorales que se hacen llamar héroes, hayan lanzado calumnias sobre nosotros.

Levantándose también, el caballedo del cuervo le estrecha la mano que Haiayel le ofrece y le dice.- Mil perdones señor Haiayel, culpa mía, no me di cuenta- Se disculpó Urik.- Me reitero, lo siento, de verdad-. No era normal que el caballero no saludara a alguien que se hubiera sentado con él o que perteneciera al grupo de anoche.

Urik se volvió a sentar algo disgustado consigo mismo. Recordó lo que le ocurría a los aprendices que cometían tal error. El castigo era severo e inmediato. Pero eso era parte del pasado. Ahora ya no había superiores quienes pudieran corregir tales conductas.

-No se disculpe, todos tenemos demasiadas preocupaciones en la cabeza como para preocuparse de presentarse a todo el que conoces. - Contesto sin quitarme de la cabeza que lo ha hecho adrede.