Antes de que toda aquella prole de criaturas animadas se lanzase sobre Ocaso, Igor le dio las señas de retroceder y colocar algún objeto para evitar que la puerta del castillo se cerrase.
Y así lo hicieron, tomaron un candelabro cualquiera que habían encontrado y lo colocaron en el lugar oportuno para que no quedaran encerrados.
Pero lo que no se esperaban ninguno de los dos fue, que cuando se giraron para volver de nuevo junto a sus compañeros, la zona que se había cerrado era el hall de entrada y ahora habían quedado aislados del resto de sus compañeros.
Y para colmo no estaban solos.
- Me lo has puesto muy sencillo. Demasiado sencillo, diría yo. Dime, ¿quieres unirte a mi, por las buenas o por las malas? Puedes intentar enfrentarte a mi, o simplemente cumplir mis órdenes. Tú decides, pero en ambos casos inucularé mi ponzoña en tu cuerpo.
El Señor del Castillo mostró sus afilados colmillos que mostraban restos de sangre. Ya todo estaba muy claro, aquella criatura era un vampiro. Y un vampiro sumamente peligroso.
Igor, pese haber bloqueado la puerta de salida, no pudo volver hasta el resto del grupo para indicarles la vía de escape, la otra puerta se había cerrado. En vez de ello encontró a un vampiro sediento de sangre. - Se me ocurre una tercera opción, me cuentas lo que está pasando, cumples tus obligaciones como señor de Barovia protegiendo a tu gente y mientras te mantengas así yo te sirvo. - respondió a su pregunta con una sonrisa no sin evidentemente quedarse en una posición de guardia.
Defensa total.
- Perdona el retraso.
El Señor del Castillo se movió a gran velocidad. Tan rápido que no te dio tiempo a reaccionar. Cuando te quisiste dar cuenta aquel vampiro tenía su mano agarrando tu cuello y tu estabas levantado más de medio metro del suelo. Notabas como aquella criatura te ahogaba, pero tras hacerte una pregunta aflojó un poco el cuello para que pudieras responder.
- Lo lamento, pero me temo que no hay más opciones. Contesta, o romperé tu cuello ahora mismo.
A pesar de estar a la defensiva, la velocidad y la fuerza del señor de Barovia, no le permitió anticiparse a su acción y en seguida se vio sometido a su poder, Igor poco podía hacer salvo tratar de conseguir un poco más de tiempo para que sus compañeros de la otra habitación pudieran superar los enemigos a los que estaban enfrentándose.
A duras penas si podía hablar en aquella posición por lo que trató de hacer un gesto para que el señor vampiro le bajara al suelo para poder hablar.
Pues nada si le suelta en el suelo para hablar, ready action para lanzar el conjuro de esconderse de los no muertos.
El Señor del Castillo volvió a apretar tu cuello quitándote la respiración.
¡Te he dicho que contestes! Dice mientras te muestra sus largos y afilados colmillos.
Después volvió a aflojar un poco para que pudieras, al menos, hablar.
Igor agarraba las muñecas del señor vampiro mientras este le sostenía en el aire por el cuello en un intento de aliviar la tensión. Cuando este aflojó su garra para que pudiera volver a hablar. - Sea como tu quieres Señor. -
Igor liberó la energía positiva sobre los brazos que tenía sujetos en un intento de que este le soltara para poder llevar a cabo su desesperado plan.
Motivo: Daño
Tirada: 1d8
Resultado: 2(+1)=3
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 5
Niebla de obscurecimiento por curar heridas leves. Si tiene resistencia a conjuros que tire y salvación de voluntad para mitad de daño.
Daño 1d8+1 + 1d6 = 8
Intentaste herir al Señor del Castillo y eso por poco te cuesta la vida. Tus manos comenzaron a irradiar una energía positiva que aparentemente no parecía dañar a tu oponente. Realmente no sabías si lo habías logrado o no, pero lo que estaba claro es que aquel rival era mucho más poderoso de lo que te imaginabas y tras finalizar tu conjuro.
El vampiro apretó tu cuello hasta que comenzó a dejarte sin respiración. Desgraciadamente tampoco podías hablar.
- Está bien, parece que es lo que estabas deseando.
Igor, TS de Fortaleza.
El intento por soltarse no había funcionado, había sido un acto instintivo fruto de la desesperación, sin embargo no había meditado ante qué se enfrentaba.
Sujeto por la férrea garra del vampiro, una sonrisa se dibujó en sus labios. Se llevó la mano al pecho y tomando el símbolo de Osiris lo sostuvo con determinación delante de él. Aquello no le dañaría, pero como especialista en no muertos que era y en concreto en vampiros, pues dicha sangre corría por sus propias venas, sabía que aquello le mantendría alejado y que no podría ni tocarle ni atacarle mientras lo sostuviera.
Motivo: TS Fortaleza
Tirada: 1d20
Resultado: 19(+8)=27
Motivo: Daño ataque slam #1
Tirada: 2d6
Resultado: 5(+5)=10, 6(+5)=11
Motivo: Daño ataque slam #2
Tirada: 2d6
Resultado: 9(+5)=14
Ignora las tiradas de daño que he hecho.
Mostrar tu símbolo sagrado al Señor del Castillo tiene su efecto. Éste te aprieta más fuerte y te lanza contra la pared de la sala golpeando tu espalda contra la fría piedra del que estaba compuesta. La criatura había podido reaccionar pero se retorcía de dolor por la imagen mostrada.
Al menos habías logrado rechazarle por un momento, pero tal y como viste lo que sucedió con fisteus o actuabas rápido o no serviría de nada.
Igor poco podía hacer allí y poco podía hacer por sus compañeros que habían quedado encerrados en la otra sala, salvo rezar por ellos si conseguía salir con vida. La puerta de salida del castillo estaba abierta, el la había bloqueado para que así fuera y por tanto la salida estaba expedita. Aquellas no eran las condiciones adecuadas para enfrentarse al señor del Castillo.
Así las cosas, abandonó a la carrera el Castillo de vuelta al pueblo.
Si fuera necesario lanzaría el conjuro de niebla de obscurecimiento o el de invisibilidad ante muertos vivientes.
Aprovechaste aquel momento para huir del castillo con tu compañero animal al lado. Ambos escapasteis, por muy poco, de lo que daba la sensación que podría haber sido el final de vuestra vida.
Al menos ahora podríais correr para contar lo sucedido, aunque temías por la vida de tus compañeros que se habían quedado encerrados allí dentro.
Esperabas que ellos tuvieran más suerte.
Huir había sido la única forma de escapar de allí con vida y aunque estaba preocupado por el resto, pues no sabía muy bien cómo conseguirían librarse de aquella encerrona, más si cabe si el Señor vampiro decídía unirse al combate, nada había podido hacer tal y como estaban las cosas.
Su mente no paraba de trabajar mientras corría para ponerse a salvo y no redujo la marcha hasta dejar de notar la presencia del no-muerto en su consciencia. Siguió corriendo un poco más y luego se detuvo a recobrar el aliento.
Todavía estaba demasiado lejos de la posada y si bien volver no una buena idea, no podía dejar a aquellas personas allí encerradas, así que, con cautela volvió a acercarse al castillo, alerta de la presencia de enemigos, con la intención de abrir una vía de escape a los que luchaban por sus vidas y por acabar con el mal que moraba en aquél lugar.
Lo dicho, tras alejarse y dar por despistado al vampiro, Igor vuelve, siempre y cuando no note la presencia (60 pies) del no muerto.
Nunca notaste su presencia. Ni cuando lo tenías cerca. Eso te dio que pensar sobre si era un no muerto o no o si es que simplemente no podias detectarle.
El caso es que decides entrar por la misma puerta, o prefieres optar por las otras opciones que te di al principio.
Con las puertas abiertas y sin rastro del vampiro, Igor lanzó sobre sí mismo el conjuro de invisibilidad contra muertos vivientes. Sabía que posiblemente no afectase a un vampiro del nivel de su Señor, pero bueno si convocaba una horda de no muertos, al menos solo tendría que enfrentarse a él.
Luego se acercó rápidamente a la puerta tras la que debían estar combatiendo sus compañeros y buscó una forma de abrirla.
Telas de araña cuelgan de las columnas cubiertas de polvo de esta gran sala. Gárgolas de piedra se encogen inmóviles sobre el borde del balcón que la rodea, a unos 12 metros sobre el suelo. Frescos agrietados y descoloridos adornan la bóveda del techo, casi arruinados tras siglos de abandono. Dos grandes puertas de bronce se hallan cerradas en la pared de enfrente. A la izquierda, una ancha escalera asciende hacia la oscuridad. Un gran corredor se abre a la derecha.
Ocho columnas, dos en cada esquina de la sala sirven de cobertura para aquellos que estén pegados a ellas. Las dos estatuas de los dragones de piedra flanquean la puerta de bronce que había frente a vosotros.
A diferencia de la última vez que estuviste aquí, ahora había un par de armaduras completas de pie flanqueando la escalera de la izquierda.
Desgraciadamente no había ni rastro de tus compañeros, ni sus cadáveres, ni sus cuerpos vivos.
El no encontrar a sus compañeros alarmó a Igor. Era claro que no podían haber salido por donde el lo hizo y apenas habían pasado unos minutos desde que huyó del vampiro, enfrentamiento que había transcurrido en la antecámara a escasos metros de donde ellos se encontraban.
Examinó con detenimiento el suelo del lugar en busca de pistas que pudieran reflejar el paradero del resto, alguna gota de sangre, leves modificaciones en el polvo asentado en el frío suelo del castillo,... Todo a puntaba a que debían haber entrado en el pasillo de la derecha, pero era solo una suposición y buscaba certeza.
Rastrear.- Elijo el 10 resultado 22.
El rastro de Ashlyn y los demás te conduce hacia la derecha. Tu intuición estaba perfectamente, así que seguiste el camino que ellos tomaron.
Este vestíbulo está sumido en las sombras. Hacia la izquierda, un estrecho pasadizo lleva a una escalera de caracol, mientras que al otro lado podéis vislumbrar una armadura completa expuesta con una alabarda en su mano. Una puerta de doble hoja cierra el paso frente a ella.
Me he tomado el derecho de llevarte hasta allí, me parece lo más lógico.
Decidido a dar con ellos, cuando llegó esta nueva bifurcación, volvió a buscar pistas. Se acercó a la escalera, que era la vía evidente, pues aparentemente la puerta se encontraba cerrada. No obstante, quería cerciorarse antes de descartar la puerta.
Igor iba con las armas en la mano, ya había visto como las gárgolas tomaban vida así que si bien esperaba que no, las armaduras y cualquier cosas podía hacerlos, así mejor estar preparado que arrepentirse.
Igual, busca rastros.