Partida Rol por web

Árboles gigantescos, con sus copas ocultas entre la bruma gris, sólo dejan pasar tenues rayos de luz hasta el oscuro suelo florestal. Los troncos cubiertos de musgo forman un auténtico laberinto. El bosque está sumido en el silencio de una bruma olvidada, hasta que empiezan a aullar los lobos.

El bosque parece abrirse ligeramente a medida que avanzas entre los árboles. Una tenue luz grisácea se cuela entre sus ramas iluminando la espesa maleza del suelo. Una franja bastante ancha de tierra despejada forma algo parecido a una senda forestal, aunque no hay ninguna señal evidente de que haya sido utilizada.

Envy siguio caminando tranquila fuera del pueblo, incluso hubo un trecho en el que se dio la libertad de silvar una vieja cancionsilla que recordaba de su niñes. Solo al llegar al bosque se detuvo, en un principio al notar el cambio de atmosfera se inquieto un poco. Se tomo su tiempo para olfatear el lugar y familiarzarse con ciertos aromas. Buscaba saber que tan hace poco habian pasado alguien por ahi. Pero por lo que podia observar del sendero, nadie que no supiera como caminar por los bosques.

Al fin en un momento luego de respirar se dio cuenta de cuan decidida estaba y dio el primer paso dentro de los dominios de la manada. Anunciando ya apenas unos metros despues su llegada e intenciones con algunos aullidos de lobo que parecian hechos por un lobo real y no por una joven como ella. Tambien era conciente de que develaba su pocision si es que ellos no la sabian ya.

No es lugar para una niña como tú. Este terreno es peligroso y si continúas aquí mis hermanos te comerán inmediatamente. El bosque de Svalich pertenece a nuestra manada, así que márchate. O servirás de cena para mis pequeños.

Dijo la figura de una mujer lobuna que se había mostrado ante tu presencia. La mujer era muy similar al resto de los hombres lobo contra los que te habías enfrentado anteriormente, pero solo tú eras capaz de detectar las diferencias de sexo y de su pelaje para distinguirla de otros como ella. Sin duda aquella mujer aún no se había cruzado contigo ni con ninguno de tus compañeros, o al menos que supieses.

La primera en aparecer. Una mujer, lo que le faltaba, una hembra territorial y que posiblemente la podia ver como una competencia.

-Ambas sabemos que no soy una simple niñita- Le respondio en un tono que dejaba claro que sabia que lo que decia era cierto, y bastante firme sin subir la voz. No podia dejarse ver debil, aunque no por eso debia ser arrogante. -Vengo a aceptar un ofrecimiento que se me otorgo por el Alfa del bosque de Svalich- Afirmo ella, de momento preferia concervar su piel humana, aun llevaba sus cosas, ademas de esas ropas horribles, gastadas y agujereadas las cuales aun cuando no le importara terminar de romper, aun preferia conservar.

¿Nuestro líder te hizo una oferta? Dice mientras comienza a acercarse a tu alrededor y a olisquearte. ¡Oh, por todas las lunas del cielo! ¿Cómo no me he dado cuenta? Eres una de nosotros. Dame un segundo.

Aquella mujer lobuna se gira y se marcha corriendo transformando su forma híbrida en la de un lobo que se mete de nuevo entre la espesura del bosque.

Pasan varias horas, estás allí esperando y nada ni nadie aparece hasta allí. El tiempo se te hace largo y ves como el sol va descendiendo lentamente, aún falta mucho para anochecer, pero el frío comienza a notarse y más con la humedad del bosque.

De pronto tus oídos alertas a todos los sonidos del bosque percatan el crujir de unas ramas. Alguien está cerca, pero no se muestra.

Envy habia estado nerviosa por unos segundo ante las respuestas de duda y defensivas de las mujer lobo que tenia enfrente. Mucha fue su tranquilidad al darse cuenta que al tener el viento en contra, esta no habia podido olerla.

Se sintio un tranquila ante el reconocimiento y la retirada de la mujer. El bosque no era grande estaba segura de que no deberia tardar demasiado para ser invitada luego. Pero el tiempo paso y demostro lo contrario. Se sintio rara al estar aun en el mismo lugar parada al pasar una hora, con dudas al estar sentada luego de tres horas, y con miedo al estar silvando parada de nuevo a las cuatro horas.

-¿Que fue a consevir una manada?- Fue una pregunta estupida que se hizo en su cabeza. Pero su linea de pensamiento y ofuscacion por la espera fue interrumpida por un estimulo auditivo exterior. Rapido fue el movimiento de su mano al desenfundar su cimitarra en un rapido movimiento, mirando en la direccion en que habia sonado el ruido.

El ruido que escuchaste tuvo pronto un origen. La criatura que lo había hecho era un lobo que poseía un tamaño mucho más grande de lo natural. Como si se tratase de alguna mutación o quizá es que aquellas criaturas se desarrollaban mucho mejor en aquel bosque. 

Detrás de ella salieron dos criaturas más, en este caso eran mucho más pequeñas y al poco tiempo otras tres.

Había seis criaturas lobunas que no tardaron apenas unos segundos en rodearte. Estabas completamente sola y con la única defensa de tus armas. Estabas completamente rodeada y esta vez no habría nadie que pudiese venir en tu ayuda.

El ruido al fin tuvo su origen para Envy. Quien ya casi había pensado que su pedido de audiencia sería ignorado.

Ella no se sorprendió al ver salir un par de lobos. Era normal que intentarán prever cualquier trampa. Sin ir más lejos, sus compañeros habían logrado vencer a unos cuantos de ellos en su primer encuentro.
De todos modos el tamaño del primer lobo no dejó de llamar su atención.
Ella no dejó de mirarlo incluso cuando la empezaron a rodear. No por eso de olvidaba de los otros. Pero el líder está claro en la jauria. -He venido a por la oportunidad que se me ofreció- Dijo con respeto, pero aún temerosa de soltar la empuñadura de su cimitarra.

Los lobos dejaron de mostrarte los dientes para empezar a rugir de forma exagerada y agresiva. Sus ojos estaban prácticamente inyectados en sangre y la baba se les caía entre las comisuras de los labios. Sin duda, aquellos lobos parecían estar rabiosos y poco a poco trataban de estrechar el círculo más y más.

Estaban esperando algo de ti, se comportaban de forma agresiva y feroz, desde luego que no daban ninguna sensación de ser un comité de bienvenida.

Era obvio que ella no se esperaba una reaccion asi en este momento, al parecer habia dos posibilidades de lo que estaba ocurriendo. La primera era que no la estaban aceptando, la segunda, que estos era una prueba... Pero lo unico claro es que ninguna de las dos posiblemente terminara sin alguien con una fea mordida. Con lo cual ante la continua amenaza del grupo solo les respondio manteniendo su cimitarra en alto, retrallendo sus labios y gruñiendolos cual lobo como ellos, al tiempo que soltaba tambien a su bestia interior. Cambiando asi de piel, su estructura muscular y osea de una forma que contenia una dosis igual de placer y dolor. Al parecer todo se decidiria por quien era el lobo mas apto.

A pesar del tiempo invertido en cambiar de forma, la manada no cambió de aptitud. Todos los lobos continuaban estrechando más los dientes, sus rugidos eran más fieros y su aptitud más agresiva. Seguían esperando algo de ti, y sin duda, ese cambio de forma no había sido el motivo suficiente para que dejaran de mostrarse hostiles contigo.

Quizá nunca dejarían de estarlo.

Envy respondia a los gruñidos con iguales o mas fuertes en son de que debia ir manteniendolos a raya. Esta al parecer era una lucha de voluntades. Si ella se amilanaba estaba segura de que seria considerada de poco valor en la manada. Pero aun debia comprender que tipo de prueva tenian para ella y en medio de mostrar los dientes y alzar la cabeza a modo de exigencia buscaba que se le explicara cual seria la prueba.

No había manera de saber lo que aquellos lobos pretendían, estabas completamente perdida. Sentías su rechazo, su odio, sus pocas ganas de que estuvieras allí. Algo había en sus miradas que indicaban rechazo, pero por otra parte aún no te habían atacado.

Segundos después, el círculo se abrió, a pesar de que ya era sumamente estrecho. El círculo se había abierto hacia las afueras del bosque, era claro lo que pretendían. Querían que abandonaras el lugar, algo había en tu aptitud que no les convencían.

Fuera lo que fuese, habías fracasado en la prueba, pero por suerte, los lobos no se habían lanzado contra ti, dandote una oportunidad. La de escapar.

Al principio no entendia, no entendia que pasaba, y tampoco que querian que hiciera. Pero fuera lo que fuera ya era tarde para entenderlo. Porque no la querian... la rechazaban. Y eso le dolio.

Siempre habia sido rechazada por humanos... no por licantropos. -NO!- Solo pudo soltar con mucho dolor en su voz. Sabia que a pesar de su dolor no podia sobrevivir a este combate. Pero el odio que en su mirada se mostro hacia los lobos no lo dejaria sentir facil.
Una parte muy importante de ella estaba muriendo en ese momento. -Su mundo se caera a pedasos! Y yo solo me quedare viendolo!- Les grito mientras se iba, sin dejar de estar atento a si la seguian.

Decides abandonar la manada por el hueco que te dejan ellos. Avanzas en dirección al campamento, el primer lugar donde os encontrasteis con Madame Eva.

El campamento había sido abandonado y a juzgar por el estado de la tienda de Madame Eva y de los restos que había, parecía que el lugar estaba exactamente igual de como lo habíais dejado.

Por allí no había nadie de tus compañeros, parecía que se habían adentrado en la maleza de la zona. Pero para localizarlos tendrías que encontrar su rastro. O al menos, las huellas de los enormes pies de Thokk.

Envy no le parecio raro el que no encontrara nada en el campamento, despues de todo apenas era un inicio de donde sus amigos vendrian a buscar por Madame Eva, a quien tampoco se le ocurriria que fuera buena idea el volver a su campamento destrozado.

Por su parte Envy se dio cuenta que necesitaria moverse deprisa para alcanzarlos, con lo cual metio su cimitarra en una de las dos bolsas que siempre llevaba, guardando la espada en el saco extradimencional junto con sus cosas,para luego recordar que otra ves habia perdido sus ropas al cambiar de forma. Sonrio ante la idea de sus amigos escandalizados de nuevo por eso, aunque no sin una pisca de amargura por la situaciones de la noche pasada y la de la carta. Para luego alejar esos pensamientos para los cuales no tenia tiempo.

Un momento despues ella se ponia a cuatro patas con sus bolsas colgando del cuello al tiempo que sus rasgos cambiaban de nuevo hasta la forma de una loba. Era hora de buscar un rastro...