Partida Rol por web

Los Iluminados restablecían sus heridas mientras que Igor investigaba el suelo en busca de datos sobre las huellas que había descubierto en la dura piedra del castillo.

El explorador había obtenido toda la información necesaria sobre el origen de estas, la dirección y la procedencia y entonces su rostro se iluminó, aquellas huellas eran bastante familiares, un semiogro y una licántropo, esos dos solo podían ser una característica pareja: Envy y Thokk, y justo cuando se dieron cuenta de que ellos acababan de pasar por allí y que habían ascendido a través de la escalera, ellos mismos estaban descendiendo.

Algo les había hecho dar media vuelta a Thokk y a Envy, y aquella retirada hizo que de nuevo se encontraran con los compañeros cuya pista creían haber perdido.

Mientras nos encontramos de nuevo cno la pareja, voy intentando sanar mis heridas, estoy aún bastante malherido.

Bien hallados  compañeros , encontraros en este antro de oscuridad  y maldad  no puede ser mas un claro signo de que nuestra mala suerte  por fin ha llegado a su fin.Digo con verdadero alivio al ver dos caras  conocidas  y  no un nuevo enemigo .

Al casi tropezarse con sus compañeros a los que buscaban, Envy no pudo reprimir un gruñido, que despues fue algo como un gañido mientras bajaba su cimitarra que habia puesto entre sus compañeros y ellos.

-Chicos! Estan bien!!- Dijo con su lobuno acento, marcado entre palabras medio gruñidas. -Estabamos preocupados de no hallarlos vivos, en especial cuando nos encontramos con ese caballero muerto junto a la estatuilla- Pero era bastante para contar, y debian salir pronto, con lo cual movio una mano en signo de quitarle importancia al asunto.

-Si estais todos bien, seria bueno salir pronto de este castillo, antes de tropezarnos con el dueño de la casa-

Justo cuando Igor estaba a punto de desvelar la naturaleza de las huellas, en gran medida por la reacción del lobo al oler por primera vez el rastro, los dueños aparecieron bajando las escaleras. Misterio resuelto, aunque le extrañaba que Envy hubiera perdido el rastro de Ocaso y hubiera decidido subir las escaleras en lugar de bajarlas, que era lo que habían hecho ellos. 

Ocaso herido como estaba, apenas si hizo una tentativa para saludar a la joven, aunque era obvio que se alegraba de verla. Por el tono de su voz parecían ansiosos de salir de allí, cosa por otro lado normal. Era curioso que aquellos dos acabaran buscándoles, pues hasta donde él sabía aquella mañana Envy iba a partir por su cuenta y Thokk parecía dispuesto a seguir el camino de Irina, aunque quizá cambiara de opinión tras su marcha. 

- Pues ya nos contaréis qué es lo que ha ocurrido a lo largo de la mañana para que urgiera dar con nosotros, aunque como dices mejor hablar fuera que dentro. En cuanto al señor de la casa no creo que nos ponga trabas para salir ni para volver a entrar. Ya hemos tenido unas "palabras" con él y a su manera creo que nos ha encargado deshacernos de uno de sus enemigos. -

Poco más dijo o esperó antes de volverse a poner de nuevo en marcha de camino al exterior de aquellos muros seguido por Ocaso.

-Sin duda Pelor ha determinado este reencuentro, justo nos disponíamos a buscar ayuda. Estoy de acuerdo, deberíamos salir de aquí; todos estamos heridos y este lugar nos ha derrotado por ahora. Lo mejor será volver con fuerzas renovadas, y entonces reducir a cenizas estas impías paredes.- La paladín habla con ardor religioso, dejando a un lado sus prejuicios con la loba y el semiorco.

Tras las palabras de Ashlyn el grupo decidió retroceder por el mismo camino por donde habían venido. Por alguna extraña razón, ahora la incursión en dirección opuesta parecía algo más sencilla, como si a cada paso que dieran hacia el exterior, notaran como el halo de maldad fuera desapareciendo.

Cuando estuvieron fuera se dieron cuenta de que estaban realmente agotados por todo lo sufrido y que aún les quedaba bastante camino y bastantes horas de viaje.

Regresar a Barovia, quizá fuera una buena opción.

Pero de camino hacia el pueblo, cuando ya habíais andado durante varias horas, cerca de las Marismas Ivlis, escuchasteis los gritos de alguien. Algo estaba sucediendo en las profundidades de ese rincón de Barovia.

-Debemos ir.-Digo desenvainando.-No hay opción.

no puedo decir que lamente la decision de volver ya que me  parece  lo más adecuado.Digo  mientras ofrezco mi brazo a  Haiayel  para que se  apoye en mi al caminar.Vamos compañero salgamos de aqui y repongamonos,

Envy se habia sentido en gran parte aliviada ante la facilidad de convencer al grupo de retirarse, por otra parte, tambien lo mismo le habia preocupado. Se veia que les habian dado un buena paliza. Incluso Haiayel se notaba con el perfil mas bajo de lo comun. Pero ella se contentaba con que estuvieran vivos de momento. E incluso hubiera optado por romper una ventana, y tirar una cuerda para huir, pero por suerte pudieron salir sin mayores problemas.

A lo largo del viaje de vuelta, ella siempre permanecio en su forma hibrida, y con su mano nunca muy lejos de su arma. Y solo luego de varios kilometros cuando estaba por aflojar la guardia escucho el grito de alguien cercano. Ella pego sus orejas a su cabeza instintivamente, mientras enseñaba los dientes en esa direccion, y desenvainaba a una velocidad de vertigo, casi magica diria algun testigo casual.

-Estoy de acuerdo- Dijo Envy en un gruñido mas violento de lo que tal vez decia algunas veces. La permanente tension acumulada de todo el momento desde la mañana al parecer estaban haciendo mella en su temperamento, y ante una perspectiva de accion esta tension encontraba por donde fluir fuera de ella. Y asi se lanzo a grandes zancadas junto a Leo.

Igor, que iba más adelantado del resto, escuchó al igual que los demás los gritos. No le hizo falta girar la cabeza para comprobar que los demás se habían percatado del hecho, pues las palabras de Leo dejaban más que claro que así había sido. 

El explorador aguzó sus sentidos apenas unos segundos para tratar de identificar más aquellos gritos con los ruidos que le pudieran acompañar, para darle una identidad a la naturaleza de la voz y alguna posible causa. Luego se encaminó hacia el lugar de procedencia.

¿No hemos salido de  una  y ya estamos a metido en otra?.Pregunto al escuchar los gritos .Este  lugar es de  todo menos  aburrido .Miro a los compañeros  mas heridos - no hagáis  heroicidades  algunos no estáis en condiciones de  soportar otro combate .

-¿Heroicidades? fisteus, nuestra labor es ayudar a los indefensos. Que salgamos o no con vida de ello solo está en las manos de Pelor. Vayamos.

Sin dudar un segundo y como siempre, me coloco del lado de la paladina dejando claro que soy el escudo que defiende al adalid de Pelor de la oscuridad de la noche.

Asiento  ante las palabras  de la paladina .Por supuesto  que nuestro deber es ayudar a los indefensos  pero ahora mismo tenemos  una misión más urgente. Pelor  nos encomendo  una tarea  y no podemos  permitirnos  perder la vida  sin cumplirla 

Igor y Envy se alejaban cada vez más del grupo que parecía haberse detenido sobre la procedencia o no de acudir en auxilio de quien clamaba por ayuda.

Ya estaba demasiado lejos como para revelar la naturaleza de las voces y solo si decidían acudir averiguarían quienes eran, pues no quería reventar el factor sorpresa de su aparición y la ventaja que esta les podía proporcionar, por lo que procuró deslizarse lo más sigilosamente posible para afrontar el encuentro.

Posiblemente Envy en su aspecto había captado los familiares olores de sus compañeros, no obstante, le susurró - son Alese, Woltck y los demás,... - luego se llevó una mano a la boca indiándola que se moviera en silencio. Acto seguido desenvainó y se preparó para el ataque.

Era la terrible verdad de que la informacion dada por Igor le tomaba por sorpresa, ya que por su premura en llegar ante el peligro, o su incompetencia en el aprovechar sus dotes naturales, no habia sido tan rapida como el en reconocer los olores ni la identidad de quienes estaban en peligro. Mas ahora solo podia acompañar a Igor en su ataque, con lo cual se decidio esperar por que el dirigiese el ataque. Ella ya llevaba su cimitarra desenvainada y ahora simplemente se adelantaba lo mas silenciosamente que podia.