Partida Rol por web

Asintió ante la negativa de sus compañeros de abandonar el combate. -Bien... Acercaros con calma, usando los árboles como cobertura. Deberían proporcionaros cobertura hasta que lleguemos hasta ellos.- Propuso. -Yo intentaré flanquearlos otra vez y cuando ataquéis haré lo propio desde otro ángulo. Que la bendición del Dragón os acompañe...- Sin más preámbulos se adentró en el bosque intentando silenciar el acero de su armadura. 

En fin, vamos a ello, intentaré atraer su atención primero. Pese a lo peligroso, el mago avanzó por la cobertura, esperando que no le descubrieran hasta que sus compañeros estuvieran en posición y él mismo decidiera mostrarse.

Efusivamente, Xander saca su ballesta, muy similar a la que tienen esos hobos encima, no en vano la había cogido de uno de los Uña Torcida.

- Si, si... Preparáos. Dejad que vengan que se van a enterar... - Iba diciendo, mientras apuntaba con la ballesta.

Apuntó al primero de los hobgoblins, dejó volar su saeta, pero se perdió en la maleza sin encontrar objetivo.

- Me cachis... Mis ojitos de mestizo aún no se han acostumbrado a la luz de la Luna, al parecer.  - Iba diciendo mientras miraba sonriente a sus camaradas.

Los hobgoblins siguieron caminando mientras asistían a lo que era el principio de un ataque. Una saeta de ballesta había volado hacia ellos pero terminó en el suelo a varios metros. Sabiendo que tenían enemigos, siguieron adelante hasta tener mejor visión sobre los oponentes.

Pitu y Ender trataron de avanzar por otro lado, aprovechando la vegetación. Sus pasos eran más lentos debido a la concentración.

Los hobgoblins charlaron entre sí y prepararon las ballestas.

Al ver que Alexander desbarataba cualquier plan inicial con su disparo, aunque a la postre no les delataría por su mala puntería, Ghion se teme lo peor así que ante la previsión de convertirse en colador, invoca su magia divina.

Sea pues. Espero que les sirva a Ender y Pitu... al final el señuelo seremos nosotros, y ellos los cazadores.

Maza en mano, avanza sin mucho cuidado.

Con cuidado de nos ser oído siguió avanzando, entre la vegetación. Cuando sus compañeros se encontraran con la horda de hobos de cara, la imponente e intimidante figura del Halfling embutido en acero decantaría la batalla a favor de los supervivientes. No esperaba si no que se cagaran de miedo. ¿Qué otra reacción podría esperar?

Los segundos pasaban y los hobgoblins avanzaron con velocidad. Al poco, uno de ellos dió el aviso: los enemigos estaban a la vista, delante suyo.

- ¡Están ahí, cazadlos!

No sólo habían visto al final al grupo de fugitivos, además, uno de ellos dibujó una sonrisa mientras miraba la zona por donde el halfling se movía y en efecto, parecía haber notado su presencia*. Con codazos indicó al resto que el skald trataba de rodearles.

Bah, al cuerno el sigilo. Por Phaendar!

Con un grito de ánimo, el oráculo sale disparado, corriendo pesadamente embutido en su armadura y dejando profundas huellas en el suelo húmedo en su avance. Prepara el mayal para golpear con todas sus fuerzas, en un potente revés, al primer hobgoblin que se ponga a tiro, intentando ganar una pequeña ventaja para los demás. Acierta, haciendo volar chispas en el choque de metal contra metal al golpear el yelmo del enemigo.

Tsk. Ender calculó las probabilidades de exito que podía tener su plan, eran suficientemente altas, aunque lo más probable era que algo saliera mal, había que probarlo, no quería un enfrenatamiento prolongado contra quellos soldados profesionales.

Trotó hasta colocarse delante de los hobos. ¡Sorpresa! Lanzó un puñado de polvo de tiza de varios colores hacia ellos y después se teletransportó rapidamente tras un arbol que había al lado.

La cosa se iba a poner fea y Xander no lo dudó ni un segundo.

- Quien ataca primero... ¡Cómo demonios sea! - Pensaba dentro de su cabeza el mestizo.

Mientras lo hacía, raudo y veloz, volvía a cargar aquella ballesta con uno de esos virotes de buena manufactura, al tiempo que trataba de apuntar hacía uno de aquellos hobgoblins que tanto odiaba. Cuando estuvo listo, disparó, aunque no tenía claro si acertaría o no.

- ¡Leñe! Este trasto no está bien calibrado. Esos hobos han desestabilizado el puente y... Y... Y... - Se quedó en sus pensamientos, viendo que pocos o nadie le escuchaba.

Al parecer ingenuamente los hobgoblins habían terminado demasiado cerca de los héroes. Los árboles habían provocado un acercamiento que hubieron de pagar caro, cuando Ender les emboscó y tras realizar gestos mágicos lanzó una oleada de luz de colores cambientes, estridentes, que provocaron la caída de la mayoría de ellos.

Ghion fue de frente hacia el enemigo. Ahora que el hobgoblin estaba en el suelo, maceó con facilidad, viniendo después Valk quien terminó aquél trabajo.

Alexander en efecto terminó por quedar atrás y sólo. La saeta falló uno de los objetivos que seguía en pie. Pitu entonces entonó su grito de guerra induciendo al grupo hacia la batalla. Con tan sólo dos oponentes no habían de durar demasiado.

Los hobgoblins apuntaron sus ballestas, el que tomó por oponente a Ghion logró atravesar su armadura clavando la punta de la saeta en el brazo izquierdo del oráculo. El otro, queriendo terminar con el que era el mago del grupo pero su vista no fue lo suficientemente aguda y erró.

Un sudor frío todavía le recorría la espalda, pero el riesgo había merecido la pena. Lanzó otro conjuro, esta vez de grasa a los pies de los enemigos que quedaron despiertos para molestarles.

Acabad con los inconscientes, ¡no se cuanto tardarán en despertar!

Con aquello consideró su trabajo ya hecho y corrió a esconderse tras un arbol.
 

-Bravo Ender!- Animó al mago al ver caer a varios de los Hobs. -Vamos Supervivientes, YA son nuestros. Argt! Este es nuestro momento de Gloria.- Con un nuevo grito volvió a levantar la moral del equipo aún más, si cabe.

Blandió con fuerza sus espadas y se acercó a la refriega.  

Ghion no puede creerse la suerte que están teniendo en el combate, gracias a los dioses. Todo lo que había ido mal en el ataque a Phaendar parece ir bien aquí, habiendo conseguido rápidamente ventaja táctica sobre los hobgoblins. Mientras piensa todo eso, se acerca con una zancada a uno de los hobgoblins caídos, esperando rematarlo con el mayal... pero el exceso de optimismo hace que su golpe sea impreciso, y con un sonoro "clonc" rebote en una pieza metálica de la armadura del monstruo, sin causarle daño.

Sus camaradas ya estaban dándose de mamporros contra esos feos hobos y el pobre del semiorco había elegido el peor momento para que su mala puntería aflorase.

- ¡Leñe! ¡Esto no pasaba cuando apuntaba a esos matorrales o entrenaba con esos bloques de paja! - Refunfuñaba mientras avanzaba a la refriega.

Por el camino aprovechó para ir recargando la ballesta y volver a apuntar al enemigo.

Tomando una pequeña bola grasienta y arrojándola hacia los hobgoblins, el mago samsaran logró que los dos hobgoblins en pie cayeran también. Ghion aprovechó para tratar de golpear la cabeza de uno de los caídos sin éxito, mientras Pitu seguía envalentonándoles con sus habilidades. Alexander cargaba la ballesta guardando las distancias.

Valk tras dar unos pasos, cortó con su espada curva la piel de ambas piernas de uno de los hobgoblins, de manera que gritó por el desgarro.

Los hobgoblins, viéndose en mitad del charco de grasa, trataron de alejarse, uno volvió a dar con la cara en el suelo pero el más cercano al skald sí actuó con agilidad y pudo salir alejándose además un poco de los combatientes, poniéndose de pie a continuación.

-Argh!- El grito de Pitu no paraba y su coraje, y un poco de esencia arcana en la voz, seguía alentando a sus compañeros. -Por Phaendar!!-

Avanzó un paso en persecución del hobs que intentaba escapar y embistió con ambas cuchillas. Todo un portento de furia Halfling.