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[JJVV2017] Cenizas a las cenizas

Zona cero: Mill Town

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15/11/2017, 22:54
Howard Whigham

No les iban a dejar salir. Whigham se sintió engañado, insultado. Estaba en su propia casa y le escupían a la cara.

Pero sabía que no podía hacer mucho más que sentarse en el suelo, ahí mismo, y esperar. O hacer algo. Cuando aquella patrulla se dispuso a pasar con el jeep y el coronel explicó los motivos, pensó que era una buena idea agarrarse al clavo ardiendo.

—Conozco este lugar como la palma de mi mano, coronel. Permítame ayudarles. Puedo acompañarles, guiarles.

Miró a la señorita Oregon. Se decía científica o algo así. ¿Lo era realmente? No sabía si era cierto o una puta patraña para caer en gracia al coronel y encontrar un hueco. No podía culparla por ello.

Luego estaba el doctor. Sin duda era un activo importante allí. Necesario en cualquier lado de la frontera. Y, por último, estaba el papanatas del señor Cox, uno de esos pisacarpetas de despacho que repartía su tiempo entre negociar contratas turbias y comerle la oreja a la gente en tiempo de elecciones. Es decir, un maldito lastre. Pero alguien que en Mill Town era conocido y respetado, lo que sería de ayuda a la hora de mostrar buena cara y convencer a grupos de ciudadanos nerviosos.

—... diría más. Somos lo que necesitan. El doctor Gates; el señor Cox, un reconocido miembro de nuestra comunidad; la señorita Oregon, experta en su campo y yo mismo, el sheriff. Déjennos ayudarles a descubrir qué pasa aquí y ya hablaremos de la cuarentena más adelante.

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16/11/2017, 00:27
Mark Gates

Gates escuchó en silencio como los demás daban sus explicaciones.

La de Howard había sido buena. Estaba claro que no los iban a dejar salir de allí sin más, así que mejor que ayudaran a los expertos. Parecía el plan más prometedor.

- ¡Eh! ¡Espérenme! He visto varios de esos energúmenos puedo ahorrarles tiempo y peligros.

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16/11/2017, 14:54
Anne Oregon

No, no iban a salir. Pero el as en la manga del sheriff fue bueno y ella asintió mas que conforme. No podría salir, pero al menos, de ceder, se verían saciados una parte de sus sentimientos encontrados.

El sheriff Whigham está en lo cierto, somos lo que necesitan.  - volvió a asentir firmemente.

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16/11/2017, 19:47
Coronel Brown

El coronel se piensa bien las palabras de aquellos hombres. La gente tomaba medidas desesperadas ante situaciones desesperadas, nada más desesperado que una cuarentena. También era cierto que él no sabía que podrían encontrarse sus hombres del otro lado de aquella barrera y los científicos que iban con ellos eran sus responsabilidad.

-Está bien, pueden acompañarles, pero ustedes irán en su coche encabezando la marcha. No se acerquen a mis hombres o a los científicos, porque abrirán fuego contra ustedes- advierte levantando un dedo.

El jeep espera a que retoméis vuestro camino de vuelta a Mill Town. El señor Bontemps no parece muy convencido de volverse, pero sube a su camioneta sin decir nada más. La amenaza había quedado clara. 

Apenas lleváis unos diez minutos de camino de vuelta cuando la camioneta hace un movimiento raro. El neumático explota y el jeep cargado de soldados no se molesta en esperar a ver que es de vosotros. Bontemps pelea con la camioneta, pero la velocidad y su inexperiencia hacen que acabéis no solo tirados en la cuneta, sino que el vehículo vuelca de forma estrepitosa.

- Tiradas (1)
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16/11/2017, 20:00
William Cox

Lo que necesitaban los hombres del Coronel era un buen fusilamiento, la lástima era que en el ejército de los Estados Unidos se fusilaba poco y mal. Pero si la Señora Oregon y el Sheriff les habían convencido de que les dejaran acompañarles, era mejor que quedarse solos otra vez. 

Pero la mala suerte nos perseguía. El neumático reventó y salimos volando. O eso deduje que había pasado cuando me vi en el aire y acabé en mitad del camino con el traje polvoriento. Afortunadamente yo tenía suerte y era bastante ágil y rodé evitando lo peor del golpe*.  

Me acerqué al resto de mis compañeros. —¿Se encuentran bien? ¿Puedo ayudarles en algo?

- Tiradas (1)

Notas de juego

(la máster no me pidió tirada, como supuse que yo iba atrás, tiré a ver que me pasó por ver que roleaba). 

*Soy más difícil de matar que la Espe. 

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16/11/2017, 21:12
Mark Gates

- ¡Por todos los...

Gates se recompone del revolcón y sale por la ventana del automóvil. 

- ¿Estáis todo bien? Permítame que la ayude, señorita. Con cuidado.

A continuación otea a su alrededor

¿Dónde estamos?

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17/11/2017, 14:51
Anne Oregon

Debí quedarme con Richard. Es lo que vuelve a reprocharme mi cabeza, cuando tras un reventó, nuestro vehículo vuelca y acabamos en una cuneta de mala manera. La ropa de mujer no se había hecho para ser cómoda en estas situaciones. Pierdo un tacón, que no me molesto en recuperar hasta que no constato que estoy entera. Luego recupero mi tacón. Luego me fijo en si el resto está bien. Más tarde me ofrecen ayuda para salir y la acepto y...

Después me doy cuenta de que nos han dejado tirados. ¡Bastardos!

-  Gracias... - le digo al señor Gates, tras su buen gesto. Tras lo cual, me sacudo el polvo que ha quedado prendido de mis ropas. - Menudos bastardos...añado, echando la vista hacia la furgoneta de soldados.

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17/11/2017, 16:24
Howard Whigham

El infortunio volaba sobre ellos como un ave de mal agüero. Justo cuando habían encontrado a las fuerzas del orden y podían engancharse a ellas, la furgoneta salió disparada llevándolos a todos al pozo.

Whigham ni siquiera se dio cuenta de qué había pasado, pues estaba mirando por la ventanilla hacia atrás, asegurándose de que los seguían. Solo se metió dentro cuando el volantazo de Bontemps hizo bascular el vehículo con brusquedad y, a continuación, todo fue un remolino, golpes y polvo.

Tuvo suerte, al fin y al cabo, pues ese era un accidente de los que dejan fiambres en la carretera. Aturdido, salió gateando como pudo por el agujero que había dejado el parabrisas roto. Sintió un hilillo de sangre correrle desde la sien. Quizá fue un cristal disparado por un golpe en la cabeza contra el techo al dar la vuelta de campana. En cualquier caso, demasiado poco para lo que podría haber sido.

Se arrastró alejándose del vehículo y acabó tirado boca arriba, jadeando.

Joder... —dijo, sin aire.

Se quedó uno segundos en el suelo, confuso, recomponiéndose, hasta que se dio cuenta de dónde estaba. Miró alrededor. ¿Y los soldados? ¿Por qué no estaban allí ayudándoles?

¡Hijos de puta! ¡¿Por qué, maldita sea?! —se levantó—. ¿Están bien? Rápido, si pueden moverse busquemos un refugio.

 

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17/11/2017, 19:48
William Cox

El Sheriff pensaba en lo práctico. Con tanto pueblerino violento, ahí no estábamos seguros. 

—Sí, Sheriff, busquemos un lugar donde parapetarnos, donde no nos vean. 

Contempló a los otros por si a alguno le daba un ataque de ira violenta. No, no había pasado, parecía que sus compañeros no se habían visto afectados. Menos mal. No eran ninguno de su clase social, pero al menos no trataban de matarle por una extraña contaminación o algo. 

—¿Alguien no puede moverse? —se acercó a ver si Bontemps estaba bien. No había dicho nada todavía. 

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18/11/2017, 18:10
Sally

El accidente es aparatoso, parece que el señor Bontemps no había salido ileso de él. En realidad el golpe para él, que no llevaba cinturón, ni nunca había pensado ponerse uno en su camioneta, había sido mortal. El vecino de Mill Town había salido despedido por la luna delantera del coche y se encuentra a unos metros de ellos, cubierto de demasiada sangre. Su cuerpo permanece inerte, sin mostrar indicio alguno de estar vivo.

Al examinar el coche veis que la rueda reventada ha sido disparada y enseguida sabéis a la autora de tal disparo. Con una escopeta en la mano se os acerca una mujer que debe rondar los cuarenta.

-Quedaoh ahí quietoh parao. Sé quién sois. Veníh a por el Max. El Max no se va con vojotroh- dice con un fuerte acento redneck.

Dispara al coche como advertencia y os señala de nuevo.

-Y nadie se va d'aquí si hacís un mal movimiento.

A pesar de apuntaros con el arma, parece que suda demasiado, algo raro debido a la suave brisa que ha empezado a correr. Tiene que desviar de vez en cuando su escopeta para secarse el sudor de la frente.

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18/11/2017, 22:12
Howard Whigham

Whigham ya había visto suficiente aquellos días como para saber que no cabía andarse con chiquitas. Que si un lugareño empezaba así un encuentro, no se iba a guardar nada para luego. En cualquier otra circunstancia, es decir, hace una semana, se habría mostrado paciente y contemporizador. Sí, la detendría y si hiciera falta le pegaría un tiro en la pierna. Pero ese día ya no.

Ese día se trataba de desenfundar y, ¡bam!

 

- Tiradas (1)
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19/11/2017, 14:24
William Cox

Mierda, un votante menos. Pensó Cox en cuanto alcanzó el cadáver del pobre señor Bontemps. No había nada que se pudiera hacer por él. Y se veía a las claras. 

De pronto, desde un lado se escuchó a una mujer hablando ¡Y luego disparando! Cox rodeó la furgoneta... los restos. Para ver a la mujer y cómo el Sheriff la disparaba. 

—¡Está infectada seguro! ¡Acabe con ella! —gritó sin dudar. Su pellejo estaba por encima de todo. 

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19/11/2017, 16:23
Anne Oregon

La cara de la señorita Oregon hace una mueca de horror cuando repara, tarde, en el cuerpo inerte y ensangrentado del pueblerino que les había dado cobijo durante estos días. No era un monstruo, obviamente sentía empatia hacia ese señor... Pero una parte rastrera de su ser, comenzó a preguntarse que donde se meterían ahora. 

Había un médico entre ellos, por lo que estaba a punto de llamar a la acción a Gates. Cuando una redneck de pelo grasiento hace acto de presencia, en modo aparición estelar. Arma de fuego en mano. Claramente la mujer estas afectada de aquella cosa, el sudor y los delirios, la agresividad. Era la segunda vez que estaba tan cerca de uno de los afectados, y cada vez estaba mas segura que se trataba de algo neurológico. Algún químico que les había fundido la sesera. Como tantos medicamentos que se recetaban y tenían mil y un efectos secundario. Eran cosas que pasaban. 

No perdió el tiempo. Trató de coger cobertura y cubrirse poniendo el coche de por medio. Si volaban las balas que ella no fuera una victima. Cuando se escucharon dos tiros, y Anne se hizo un ovillo.

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20/11/2017, 11:18
Mark Gates

Siguiendo la iniciativa de la señorita Oregon, Gates se parapetó detrás del coche.

- Está claro que no está bien. Y no quiero que ninguno de los tiros que lanza con tanta alegría acabe en mi trasero.

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20/11/2017, 21:48
Director

El disparo es certero y a esa distancia, junto con la experiencia del policía, hace que la mujer caiga fulminada al suelo. Al suelo cae también la escopeta que cargaba y así acaba la amenaza. Estaba tan ocupada secándose el sudor que no le ha dado tiempo a tratar de devolver el disparo o a verlo venir.

El resto os escondéis detrás delos restos del coche, pero el conflicto queda resuelto enseguida. Ahora solo os faltaba ver cómo volvíais a la civilización sin coche, porque estabais en medio de un camino. Quizás aquella mujer vivía cerca, o quizás la locura le había llevado a los bosques con la única compañía de su escopeta.

- Tiradas (1)
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20/11/2017, 22:18
Howard Whigham

Whigham no quería haberlo hecho. Dios sabe que no quería. Aquella no era más que una vecina del pueblo, una persona normal y corriente que, quizá, alguna vez hubiera saludado o ayudado.

Sin embargo, amenazar y disparar al sheriff y a personas inocentes y desarmadas era la mejor manera de acabar con un tiro en las tripas. Así fue y así hubo que hacerlo, por desgracia. En esos días, la gente estaba muy violenta y era peligrosa. Todos eran enemigos potenciales. E irracionales, porque ¿quién, en su sano juicio, anda buscando pelea de esa manera?

Se adelantó hasta la mujer abatida para confirmar que estaba muerta. Se agachó y comprobó su estado. Había sido un tiro certero y letal. Llamó a los tres civiles.

—¡Eh! ¿Están ustedes bien? ¿Algún herido? Pueden salir, el peligro ha pasado.

Tomó y comprobó la escopeta. La llevaría el mismo, le gustaban las escopetas, pero pensó que quizá fuera más útil en otras manos. Mejor ir armados dos, que uno.

—Alguno de ustedes debería quedarse con este arma. Da igual que no sepa usarla. Comprueben el cuerpo, quizá tenga más munición.

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21/11/2017, 08:00
Mark Gates

- Yo puedo disparar, si tengo un arma, dijo Gates incorporándose. No es que me guste dispararlas, pero casi prefiero que no la tenga Cox. Es un poco impulsivo.

- Ya que está con ella, ¿puede comprobar usted si tiene munición? Cuanto más minimicemos el contacto con los afectados mejor. Recuerde que aún no sabemos cómo se contagia.

Caminó hasta el borde de la carretera y oteo más allá del cuerpo de la mujer y del sheriff, buscando una casa, o una finca. La mujer nos acusaba de venir a por Max, así que Max (si es que aún vive y no eran delirios de la mujer) tiene que estar cerca.

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21/11/2017, 09:10
Howard Whigham

El sheriff chistó, decepcionado.

—Doc, usted ya ha tocado a más de uno de estos locos. A estas alturas estaríamos todos como ellos.

Se agachó de todas formas a registrar a la mujer, pero lo que más le interesaba era encontrar alguna pista sobre su origen. Su olfato le decía que aquella loca se refugiaba muy cerca: estaba protegiendo a un tal Max «para que no se lo llevaran». Y nadie protege lo suyo desde lejos. Por ahí cerca debía de estar el tal Max, escondido en una granja o cabaña. Fuera quien fuera. Marido, hijo o perro.

—No se relajen y presten atención, podría haber más por aquí cerca.

Notas de juego

Pues eso. Registro a la moza.

¿Hay algún sendero o camino que se vea desde la carretera?

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21/11/2017, 14:44
Anne Oregon

No salio de su parapeto hasta que el sheriff dio el aviso. Fue entonces cuando, aun en alerta, dejo la cobertura del vehículo volcado y se acerco al resto. O al sheriff, porque parecía que el resto había pensado lo mismo que ella. Temía que, en cualquier momento, aparecieran mas gente enloquecida y entonces tendrían que correr como posesos. 

Se acercó un poco al cuerpo de la mujer. La estudiaba con curiosidad y temor, a un tiempo. Sentimientos encontrados. Si solo tuviera el material necesario... Podría hacerle algún estudio. Como una rata más de laboratorio. Al fin y al cabo, a estaba muerta. Aunque nunca había estado muy apegada  los dilemas morales o éticos de la experimentación con humanos. 

¿Están bien? Vámonos se aquí... - no quiso alzar mucho la voz. - Deberíamos volver a la granja... Sea como sea.

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21/11/2017, 14:51
William Cox

—Le diría de manejar esa escopeta yo mismo, pero sinceramente, tengo que confesar nunca aprendí a disparar... —dijo Cox, aliviado porque la mujer estaba muerta. 

—Yo creo que la infección se debe a algo en el aire el día de la exposión. Y luego ya no ha ocurrido más. Propongo buscar comida y algún refugio unos días más. Hasta que los militares abran esa barricada. Está claro que ninguno de nosotros está afectado y podemos trabajar en común y defendernos hasta que todo esto pase. Si salimos, nos acabará disparando algún pobre conciudandano. 

Y mejor que disparen a esos miserables militares que a nosotros.