Partida Rol por web

Antonio había asisitido multitud de veces a cursos de motivación personal, dentro del exigente entrenamiento que formaban a un navy seal norteamericano, pues eran muchas las situaciones límites a las que se enfrentaban en su carrera militar, y fue esa formación la que le sirvió para motivar tanto a la propia doctora, que parecía consumirse entre la responsabilidad de lo que sabía que tenía que hacer, y la de sentir como que la vida del encargado de la seguridad de la Base dependía de sus decisiones, y a Markus, ese técnico de mantenimiento al que el miedo había hecho aflorar la mas realista de sus posibilidades. La vorágine de sentimientos que afloraban a la mente del navy seal le hacían considerar incluso la posibilidad de que su compañero formara parte del complot terrorista. 

La doctora asintió, sorbiendo su nariz, mientras esa determinación volvía a controlar su mirada de nuevo: — Sea, Antonio, es probable que todo sea una farsa para hacerme salir, y Dios quiera que el Capitán Bullock no se encuentre herido de muerte, y que, si lo está, los hados me perdonen por hacer lo que tengo que hacer... Espero que esas gentes tengan algo aun en su corazón, y no le dejen morir... — Los nudillos se tornaron blancos, de lo que los habia apretado.

Despues, ambos dirigieron su mirada hacia Markus. Este sintió la presión que recaía sobre él en aquel momento. Y no dió la respuesta que quizá el agente se esperaba. Tampoco la doctora lo hacía, a juzgar por su semblante, pero se dirigió a él, diciendo:

— Markus, te honra el querer ofrecernos cobertura para salir de aquí, llevando la atención de esos hombres hacia ti, pero, si no sabes donde estamos, ni donde están los demás, como decidirás qué salas sellar?? O donde cerrar el aporte de oxígeno?? Quizá tenga que cargar sobre mi conciencia con la muerte del Capitán Bullock: podrás aceptar tú que alguno de nuestros compañeros muera por tus actos?? — Lamentaba ser tan directa y cruda, pero no podían extender mucho mas aquella conversación, pues los terroristas podían salir en cualquier momento de la Sala de Comunicaciones. — Pero si estás dispuesto a ello, accionando aquella puerta, dandonos entonces la posibilidad de salir de aquí sin ser oidos, será algo que te reconoceré para siempre...

— Eso sí, hagamos lo que hagamos, hemos de hacerlo ya: hemos tenido suerte, pero el tiempo se acaba... Hemos de llegar a ese módulo, seamos dos o tres...

Cuando la doctora lanzó el chantaje apelando a que en sus manos podría estar la vida de sus compañeros, el rostro de Markus se encendió.

-No me venga con esas cosas Mellows, sobre mi no recaerá nada de eso, es usted la que esconde secretos inconfesables que hay que destruir a toda costa, y es usted la que se debe entregar para salvar vidas, yo solo soy el que debería haberse entregado en el primer momento pero que cometió la estupidez de meterse aquí y hacer caso a un par de pirados que quieren que les maten.

Ya se había desquitado y ahora lo que le parecía lógico era entregar a la doctora Mellows y jugar la carta de que los asaltantes quisieran marcharse rápidamente.

-Jodidos americanossabía que la doctora no era americana, pero le daba igual, todos cojeaban del mismo pié, se creían los dueños del mundo. Estaban en una estación internacional, pero seguro que solo algunos conocían lo que realmente se hacía allí abajo.

Markus se sentó contra el parapeto que le cubría dando claras muestras de que no pensaba hacerles caso.

-La quieren a usted doctora, salga ahí y salve la vida de todos. O cuéntenos que hay ahí y entonces clausuraré ese modulo desde fuera para que nadie pueda acceder a él sacrificando a todos por un bien aparentemente mayor.

A medio camino en dirección a la puerta de salida, Antonio dio media vuelta y volvió con sus compañeros al oir su conversación...

EL seal ya no entendía nada, después de una nueva discusión entre la doctora y el de mantenimiento, en la que se volvía al principio, a querer saber que es lo que había en el interior del módulo 505, estaba claro que lo que perseguía Markus era retrasarnos y es permanecer allí hasta que nos descubrieran, algo que se confirmó al ver como Markus se sentaba en el suelo.

En ese momento me dieron ganas de coger el arma y pegarle un tiro, si no fuese por el ruido que se produciría lo hubiera hecho, tal era el sentimiento de animadversión hacia Markus, que iba creciendo en mi interior...

- Doctora, no creo que vaya a convencer a Markus, por lo que la conversación con él es sólo era una pérdida de tiempo, los atacantes están a punto de volver, y tenemos que hacer algo... - dije mirando a la doctora, - a mi modo de ver, hay dos opciones, la primera, esperamos a que vuelvan, los intentamos reducir y les sacamos toda la información posible, eso si salimos con vida..., o la segunda, salir por la puerta hacia el módulo 505 aunque hagamos ruido, podríamos intentar bloquearla desde fuera para que no nos sigan y rezar para que no haya nadie en la sección central esperándonos...

La opción de esconderse no cabía, pues estaban buscando a la doctora y no cesarían en su intento...

La Doctora escuchó con estoicismo el arrebato del ruso. Estaba convencida de que se debía al momento de tensión que estaban viviendo, así que se limitó a esbozar otra sonrisa cansada:

— Quizá deba hacerlo... — respondió, sorpresivamente ante el consejo del técnico de entregarse.

Sin embargo, cuando Antonio, que no podía dejar de pensar en las consecuencias de perder mas tiempo en aquel almacen, volvio a recordar que habian de moverse, la doctora Mellows asintió: — Bien, Señor Popov, le deseo toda la suerte del mundo. Si lo que va a hacer usted a través de la Sala de Descompresión nos da una mínima posibilidad de llegar al Modulo 505, le estaré eternamente agradecida... — Pareció pensar por un momento  si continuar, pero enseguida volvió a asentir: — ..., y creame cuando le digo, que la Humanidad también. Hasta siempre.

Entonces, se giró hacia el navy seal, y volvio a asentir: no había mucho que decir, solo rezar para que no hubiese nadie en la Seccion Central. Mientras se disponían a abrir la primer a de las puertas, Markus se levantó, y se dirigió con presteza hacia la primera de las puertas que daba al Módulo de Descompresión. A la vez, activaron las compuertas, aunque el ruso colocó una llave inglesa en uno de los engranajes, haciendo que su puerta sonase como si fuese a reventar: no tardarían en salir los asaltantes, eso lo tenían claro, solo esperaban que fuesen tras Markus, cuyo as en la manga era bloquear la segunda y tercera puerta a la Sala de Descompresion.

El pasillo, al menos, estaba vacío, así que no perdieron tiempo, y se dirigieron, navy seal y bióloga, hacia la segunda, la mas importante. Escucharon el enorme ruido creado por el ruso al abrir la primera de las suyas: esperaban que fuese suficiente distracción. Al llegar a la segunda, conteniendo el aliento, la doctora esperó a que Antonio se prepara, y tras asentir, abrió la puerta, cuyo mecanismo sonó con aquel característico sonido de aire comprimido liberándose, para mostrarles, a Dios gracias, la enorme sala, con puestos informaticos pegados a las paredes, vacía.

Enseguida les llegaron las voces de gente en el Modulo de Conexión con el Exterior: era probable que tuvieran a los rehenes allí.

Empezaron a moverse con presteza hacia el pasillo mas alejado, en la izquierda, el que daba hacia los Módulos de Experimentacion, en los que se encontraba el 505, cuando Antonio escuchó voces en árabe, no hablaban en alto, pero tampoco en bajo. La doctora Mellows enseguida se centró en tratar de entender lo que decñian, mientras se ocultaban tras una de los puestos informáticos, cerca del propio pasillo:

— Uno simplemente despotrica por no poder hacer algo, y el otro le recrimina, diciendo algo así como "Rompelo Abdullah!!" — tradujo la bióloga, gracias a su rudimentario conocimiento del idioma... — Deben de estar intentando abrir: no saben el código. Monteros no tardará en decirselo: no aguantará la mas mínima tortura, aunque es probable que primero interroguen al Director Harris... — susurró la bióloga, elucubrando. — Por supuesto, yo lo se, pero, como podremos librarnos de esos guardias?? Podrías distraerlos para que salgan?? Si lo haces, y puedo colarme en ese pasillo, ya podría encargarme yo sola...

Al asomarse hacia allá, Antonio pudo ver que la primera puerta se encontraba abierta del todo. Los asaltantes estaban en ese pasillo, probablemente ante la puerta de acceso a los Modulos Científicos. La Doctora le miraba con aquella intensa mirada de determinacion.

La primera puerta de acceso a la Sala de Descompresión se cerró con un clanck. Markus esperó unos segundos, conteniendo el aliento. Una sonrisa tensa se dibujó en su cara: varios gritos en árabe, seguidos del sonido de las botas con suela de goma corriendo había su posición. No había tiempo que perder, tenía que se rápido, o se arriesgaría a que le pillaran!!

Abrió la segunda puerta, dirigiéndose al punto a la consola que controlaba su apertura. Mientras la puerta se cerraba, pudo ver como uno de los asaltantes aparecía por el umbral de las primera, apuntándole con el subfusil, sin embargo, solo pudo maldecir, pues la puerta se cerró antes de que pudiera darle el alto. Concentrado, el ruso sacó una tapa de protección, un par de fusibles, y aflojó una tuerca, antes de cortar varios cables con pericia: tendría que valer. Sin respetar ni un segundo, pues no lo tenía, corrió hacia la tercera de las puertas, abriéndola de un manotazo. Gruesos goterones caían por su frente, y su respiración era agitada: - Venga, solo una más!! - pensaba, mientras repetía la operación. El ruido amortiguado de las voces de los atacantes, no sabía si solo malviviendo, o pudiendo refuerzos, se escuchaba amortiguado, lo cual indicaba que esta vez sí, había conseguido bloquear las puertas.

Girando, encendió la luz, para observar el Exoesqueleto que estaba colgado de su soporte, y las exclusas que daban acceso a los mini-submarinos. No era la primera vez que salía al plano abisal del fondo marino, pero siempre lo había hecho siguiendo indicaciones que le daban desde la Sala de Comunicaciones. Cerró los ojos, frotándose las sienes: la incertidumbre le provocaba dolor de cabeza. No sabía muy bien que hacer.

Solo esperaba que, al menos, Antonio y la doctora Mellows hubiesen podido escabullirse sin ser vistos.

Ya estaba a salvo, o eso parecía por el momento ¿y ahora qué?. No tenía muy claro que es lo que pasaría, pero tras unos breves segundos cayó de rodillas con los ojos en lagrimas, no se escuchaba nada, ¡de verdad estaba a salvo!.
Parecía que por fin podría actuar con más precisión, tal vez podía modificar los sensores de aquella sala para que la estación entrara en estado de emergencia lo cual podría dar ventaja al resto de miembros de la estación, eso era fácil ya que esa era la parte más delicada por su conexión constante y directa...

-Los mini-submarinos...pensó mientras se le aceleraba el pulso nuevamente. ¿Cómo no había reparado en algo tan importante?.
En un instante pasó de estar seguro a estar en la sala más peligrosa. Siempre había contado con que el status de "sin comunicación" de la estación alertaría a fueras amigas que llegarían pronto o estarían controlando ya la zona, por lo cual tenía claro que los asaltantes tenían que hacerlo muy rápido o se encontrarían atrapados, pero no, con aquellos mini-submarinos tenían una vía de escape adicional.

Las palabras de la doctora Mellows le hicieron pensar en lo que había allí abajo y en que posiblemente lo mejor sería que permaneciera allí abajo.

-Por segundos te acercas a ser un ruso muerto Popov-se dijo valorando una situación en la que dejarlo todo atrás no le parecía tan buena idea.

Con rapidez, comenzó a preparar el exoesqueleto para salir, después si todo salía bien, ya tendría tiempo de usar uno de los mini-submarinos para salir de allí.

Se imaginaba que aquello era más o menos como el espacio, pero con distinta movilidad. La oscuridad era total, los movimientos muy complicados y torpes y si uno se despistaba, podía perderse en la profundidad del océano.

Una vez fuera, solo tenía que bloquear todo el modulo de la sala de descompresión para que no se pudiera abrir de ninguna forma. Después, tendría que conseguir llegar por el exterior de la estación hasta el modulo 505 con un traje pensado para que lo llevaran de la mano.

-Hoy no vale lo de "vamos despacio pero seguros"

Probablemente si conseguía bloquear el modulo 505 condenaría a todos los miembros supervivientes de la estación y esto hizo que se detuviera en la larga noche abisal.

-Aquí Markus Popov a la estación Verne, ¿me reciben?

Estaba cagado de miedo y no sabía lo que hacía. Desde su posición, en silencio esperó una respuesta mientras observaba la majestuosa estación.

Al final nos dividimos, Makus optó por ir a la sala de descompresión, intentando llamar la atención de los infiltrados, mientras que la doctora y yo, aprovechando la distracción, nos dirigimos hacia la Sección Central. 

Fue un alivio ver que la sala estaba vacía, no se que hubiese pasado si nos hubiéramos encontrado con los atacantes y los rehenes... pues los disparos habrían afectado a unos y a otros... gracias a Dios, por los ruidos que nos llegaba, parecía que parte de los atacantes y los rehenes se encontraban en el Módulo de Conexión con el Exterior, por lo que aprovechamos para acercarnos rápidamente hacia nuestro inminente destino, el Modulo 505. Al acercarnos la pasillo que conectaba con el mismo a través del Área de Acceso, escuche unas voces, - árabes - le susurre a la doctora,  por lo que nos situamos cerca de la puerta de entrada al pasillo que nos daba acceso al Módulo de acceso de los módulos científicos.

Escuche con atención la propuesta de la doctora, distraerlos para que salieran, tenía que hacer suficiente ruido para que me escucharan esos dos atacantes, pero no el suficiente para que me escuchen desde el módulo de conexión con el exterior..., también estaba la posibilidad de que hubiese un disparo y acudieran mas atacantes..., o peor aun, que sólo uno de los atacantes saliera y el otro no... Por último, estaba el problema de que aunque la doctora accediera al módulo 505, si esos dos me cogían, nos tendrían a todos en sus redes, salvo a la doctora, claro, y a saber que harían con todos nosotros al ver que la doctora había destruido la información que habían venido a buscar, en este momento pensaba en mi familia, quiero volver a verlos...

Se me ocurrió otra cosa, dado que los árabes estaban atareados con la puerta, de espalda al pasillo por donde estábamos, la idea era acercarme por la espalda, disparar a uno de ellos con la pistola eléctrica al máximo de potencia, lo que le dejaría Kao y al otro pegarle en la cabeza con la culata de la pistola y reducirlo hasta dejarlo inconsciente, estaba preparado para eso, me había entrenado en el mejor cuerpo militar que puede existir, los SEAL... Así se lo expuse a la doctora, sólo serían unos cuantos metros desde la puerta, con dos pasos estarían a nuestro alcance, una vez reducidos, los introduciríamos en el Área de Acceso de los laboratorio, los ataríamos y les sacaríamos toda la información necesaria...  

- Vamos allá - le susurre a la doctora mientras le guiñaba un ojo para tranquilizarla...

Las palmas de las manos le sudaban, pero, poco a poco, Markus Popov empezó a percibir la posibilidad de que, despues de todo, pudiera sobrevivir a aquel ataque, se dejó caer de rodillas, mientras gruesas lágrimas caían rodando por sus sucias mejillas. Si embargo, no todo estaba hecho, pues en cuanto alquien competente viniese, las dos puertas bloqueadas se abrirían: no, debía de aislar la sala de descompresion por completo, y eso solo podía hacerse desde la Sala de Control, o desde el exterior, con el Exoesqueleto. Además, de esa forma, cortaba la vía de escape de los terroristas, pues no tendrían acceso a los dos  mini-submarinos que había en la estación.

Con el ruido de fondo de los golpes en la 2ª puerta del pasillo resonando, amortiguados en el viciado aire de la sala, Markus se metió en el exoesqueleto, e inició la secuencia de compensación de presiones para salir al exterior. El vertigo que sintió al salir fuera, le hizo cerrar los ojos, y respirar varias veces para no desfallecer en aquella negrura insondable, pero, el bravo ruso se rehizo, y activando los distintos mandos del exoesqueleto, y gracias al sistema de iluminación del casco, se dispuso a aislar completamente el módulo 7, de Descompresión. Aunque costó, finalmente pudo ver como el sistema de aislamiento se ponía en marcha. Entonces, activando la comunicación del exoesqueleto, preguntó, con miedo en la voz, si alguien de la Base le escuchaba. Durante unos segundos, no pudo escuchar mas que la estática, salteada por ruidos que indicaban que alguien estaba cambiando de frecuencia. Finalmente, la misma voz que habían escuchado, profunda, y de un ingles exquisito, dijo:

— Alto y claro, señor Popov — ... — Que es lo que pretende, ahí fuera?? — el tono se endureció — Imaginaba que un asalariado como usted no cometería la tontería de jugar a ser Dios, cuando ni le va ni le viene. Les di la oportunidad, a los civiles, de poder pasar por este trance sin pena ni gloria, y se la vuelvo a ofrecer: Vuelva a conectar al resto de la base el modulo de Descompresión, y salga. Mis hombres le traerán hasta mi, y, junto al resto, se portará bien, y en una hora nos habremos ido, y podrán seguir con su vida, estamos...?? Corto.

La estática volvió a invadir la linea, mientras Popov, sintiendose pequeño en aquella inmensidad abisal, pensaba la respuesta...

Definitivamente, los contras pesaban mas que los pros, pues la Doctora, en su afán, quizá, de evitar la violencia, no había contado con que había mas de aquellos indeseables a solo dos puertas de distancia, amen de que también cabía la posibilidad de solo saliese uno a picar el anzuelo: no, Antonio se arriesgaría a noquear a ambos tipos, cuya atención estaba centrada en la pantalla del pequeño oredenador con el que el pequeño de los asaltantes trataba de abrir la puerta de acceso al Modulo Científico, donde se encontraba el dichoso 505.

Con la agilidad de un gato, aunque tuvo que contener la respiración por un momento, cuando la goma de sus botas crujió ligeramente al iniciar el movimiento. Sin embargo, ninguno de los asaltantes pareció notarlo, absortos en la consola. El chispazo de la pistola sobre la base del cuello del musculado del subfusil hizo que, mientras este caía a plomo, la cara, de completo asombro del otro se girase hacia atrás, momento en que la culata del subfusil del navy seal se estrellaba contra su sien, justo por detrás y por debajo de donde acababa la máscara.

Rápido y sencillo, "— Un trabajo cojonudo", como hubiera dicho su instructor, el teniente Parish.

La doctora Mellows no permaneció ociosa, y tras agradecer al agente su brillante actuacion, cerro la puerta de acceso al pasillo, y de dispuso a desconectar el ordenador de los asaltantes, que había quedado colgando del cable, una vez su dueño lo soltó. Con una agilidad propia de la rutina, la Doctora metió el código de acceso, y la puerta obedeció, dando paso al distribuidor de acceso a los laboratorios y al Modulo 505.

Entonces, de nuevo, una determinación ferrea traslució su mirada. Se giró, y dijo:

— Señor Rodriguez, no lo hubiera podido conseguir sin su ayuda: estoy muy orgullosa de todos y cada uno de integrantes de la Base... — Despues, poniendo una mano en el hombro del agente de seguridad, y mirandole a los ojos, continuó:

— Necesito queme haga la cobertura el tiempo que necesito, aunque sea con esas horribles armas — dijo, señalando el subfusil que portaba el navy seal. — No deben acceder al Modulo 505 hasta que yo haya terminado. Necesito unos 5 minutos... Bajo ningún concepto debe usted entrar hasta que yo salga, me entiende??!! Este punto es muy importante!! — agregó, mas alto de lo que sin duda había pretendido: — Adios, amigo.

Tras eso, se dirigió rapidamente hacia el norte del recibidor, hacia las dos salas que había en aquel pasillo: el puro nucleo del Modulo 505.

¿Jugar a ser Dios?

Estaba flotando en el eter cósmico y con su voluntad podría crear la luz y la vida. Aquel pensamiento hizo que Markus sonriera y se relajara un poco.

-Creo que dios nunca sería Ruso, nosotros somos más prácticos, habríamos hecho el mundo en dos días, sería tosco,
pero se arreglaría con cualquier cosa

Mientras hablaba regresaba hacia la sala de descompresión con cautela. Había decidido que jugarse la vida llegando al modulo 505 no era tan buena idea después de escuchar al de la radio.

-Esta estación está llena de mentiras, ya sabe, lo típico cuando hay colaboración internacional

Pasó de largo del cierre de la sala 7 y se encaminó directamente hacia la entrada exterior.

-Por eso en Rusia preferimos hacer las cosas por nosotros mismos. Nos gusta colaborar claro, pero al final siempre somos los malos de la película.

Aquella voz le había resultado impactante, era la voz del malo de la película que él no quería creerse, era clara y decidida. Su interlocutor no parecía nervioso, parecía alguien que tenía controlado el asunto y quería tenerlo controlado más tiempo.

-Ahora, Rambo y la chica destruyen media base mientras el villano cuenta su verdadero plan y demuestra que era una venganza personal-su cabeza jugaba ya con ideas extrañas mezclandolas con una determinación y tranquilidad que le habían llegado repentinamente, las probabilidades de que muriera eran muy altas, solo le quedaba ver cómo le recordarían.

-Charles, dígame, ¿qué hay en el modulo 505?¿con qué se está investigando? permanecía en la oscuridad, veía los mini-submarinos atracados a la estación y podía hacer cualquier cosa, pero realmente necesitaba saber de qué iba todo aquello, con qué había estado colaborando, porque nunca había buenos y malos y el había ayudado a una parte sin saberlo.

-En cuanto me diga la verdad, abriré el acceso a la sala de descompresión y tendrán vía libre para marcharse en cuanto tengan su paquete.

Al final todo salió a salir de boca..., había logrado reducir a los dos individuos sin apenas ruido, aprovechando su nivel de inconsciencia, rápidamente le puse las esposas que lleva en mi cinto a uno de ellos, al mas grande, y con el otro utilicé la cinta americana para atarles las manos a la espalda, les quite las armas, chaleco y cinto, las mascaras y los casos y les puse cinta en la boca, para impedirles que pidieran ayuda, también les até los pies con la cinta. Mientras tanto la doctora abrió la puerta del Área de Acceso, y cerro la puerta de acceso al pasillo, lo que provocó un ruido no deseado, - espero que no lo hayan odio -, pensé.

En ese momento la doctora me dirigió una palabras en la me pedía que la cubriera mientras ella accedía al módulo 505, accedí con un simple gesto de cabeza, atareado como estaba terminando de atar a los asaltantes, colocándolos para poder parapetarme detrás..

Una vez la doctora se hubo ido hacia el módulo 505, mientras revisaba la documentación que portaban los intrusos, me retumbaron en mis oídos sus últimas palabras - estoy muy orgullosa de todos y cada uno de los integrantes de la Base... - , - Adiós, amigo...- , esto me suena a despedida, - que piensas hacer doctora- susurre mientras terminaba de ver los documentos...

Los tiré al suelo, cogí el subfusil y me dirigí en pos de la doctora, tenía que estar seguro que no iba a hacer una locura... 

Había sonado a despedida?? Tras los movimientos casi automáticos tras tumbar a los asaltantes, Antonio Rodriguez, ex-navy seal de la Marina de los Estados Unidos de América, agente de Seguridad de Security Systems Cop., redujo a los asaltantes, despojándolos de sus medidas de defensa y armas, junto a sus documentos: - Mierda, no tienen nada!! - se dio cuenta (lo cual hablaba de la profesionalidad del comando), mientras asentía a la doctora: Como no iba a cubrirla?? Era su trabajo, su responsabilidad: proteger a civiles de desgraciados como aquellos...

Pero, cuando acabó, se dio cuenta de aquellas palabras: sonaban a despedida?? Un pálpito, un sexto sentido, parecía decirle que sí, que la doctora Mellows se preparaba para cometer una locura. Corrió por el pasillo por el que se había ido la bióloga: ambas puertas estaban cerradas, pero, aunque no tenía acceso, conocía la existencia de ambas salas, la primera, la sala donde se llevaban a cabo los experimentos, y donde se guardaba las muestras, la segunda, la de computación. Ambas estaban cerradas, con el panel pulsando con una luz roja, intermitente. No había ni rastro de la doctora:

- Por qué no habré mirado, joder??!! - se lamentó el agente.

De pronto, la luz de emergencia empezó a latir por toda la sala, mientras la sirena comenzaba su cántico: - Uuuuhhhh, uuuuuhhhhh, uuuhhhhh!!!

El sistema de megafonía chascó, y la voz ya conocida por el agente, aquella voz profunda y tranquila que había intentado minar la voluntad de la doctora para que se entregara, sonó, pero con un punto de urgencia, hablando en árabe: órdenes secas, sin duda.

Aquello no podía significar nada bueno.

... y no lo fue, pues incluso a través de las dos puertas, el agente pudo escuchar los gritos en árabe mientras golpeaban la primera de las puertas de acceso al recibidor en el que estaba.

Markus había seguido acercándose a la esclusa del módulo de descompresión mientras hablaba con el terrorista. Su cabeza bullía con las posibilidades, para no caer dentro de la campana de Gauss que significaría la muerte: desechó ir a aislar el Modulo 505, y ahora miraba a los dos mini-submarinos, pensando si no sería buena idea irse.

Estaba mareando la perdiz, lo sabía, y su interlocutor también, por enseguida le cortó, usando la negación en ruso:

- нет, нет, нет... Vamos, Señor Popov, de verdad quiere jugar a ser un héroe??? De verdad quiere saber lo que esconde esta Base?? Entonces no habrá vuelta atrás: tendré que matarle - sentenció, con un frío tono de voz que erizó los pelos de la nuca del técnico de mantenimiento, empapada de sudor por el calor dentro del exoesqueleto.

- Venga!! No sea... - De pronto, el ruido de la sirena se filtró por el sistema, citando en seco al cerebro del asalto: gritos en árabe, órdenes secas, directas. Y el canal por el que hablaban se cerró. Algo requería toda la atención del terrorista. Desde su posición, Markus miró instintivamente, al Módulo 505, y vio los signos claros de que alguien estaba aislando dicho módulo.

Sería la Doctora y el Agente?? Casi los había dado por muertos, pero, cabía la posibilidad de que lo hubieran logrado??

Todo indicaba que habían aislado el modulo 505, pero ¿cómo?¿quién?, desde dentro solo podía hacerse desde la sala de control y a Markus le extrañaba mucho que los asaltantes no hubieran controlado esa sala lo primero.

-Charles, ¿tienes algún problema con la estación?-preguntó mientras se dirigía hacia la puerta de la sala de descompresión.

Lo que ocurría en el interior de la estación era todo un misterio para él, pero no pensaba quedarse para averiguar quién había triunfado. Si por algún designio del destino, habían repelido al final a los asaltantes, lo que iba a hacer no afectaría a los supervivientes, pero si las cosas estaban más feas aún...

Se desprendió del exoesqueleto con furia y urgencia, rompiendo incluso algunos anclajes de un traje que no estaba pensado para maltratarlo, y en cuanto estuvo nuevamente libre en la sala 7, respiró un instante. Seguía sobreviviendo, seguía sin haber matado a nadie y nada de esto era culpa suya. Creía que los acontecimientos tal y como se habían dado habían sido imprevisibles, pero él estaba siguiendo los pasos que creía oportunos.

Había aislado la sala de descompresión para que no la pudieran usar, pero debía asegurase que por allí no saliera nadie, total, si la base estaba en manos amigas nuevamente, podrían usar nuevamente la conexión exterior y aunque estuviera dañada, tenían víveres de sobra para aguantar. Si estaba en manos enemigas... pintaba muy mal para todos ellos, pero él, pensaba mandar el mensaje de auxilio fuera como fuera.

Llegó en un par de pasos largos hacia la esclusa que daba acceso a uno de los mini-submarinos e inició la secuencia de arranque. Posteriormente abrió el pequeño panel de sensores de la esclusa para hacer un empalme y engañar al sensor de la estación. Pretendía que cuando saliera con el mini-submarino, no actuara ningún cierre de seguridad (bloqueado también con su multiusos) y así la sala 7 se inundaría completamente sellando definitivamente la sección.

En cuanto estuvo preparado, se desacopló de la estación muy lentamente para que el agua se filtrara. Ya tenía activa la señal de socorro, cualquier nave cercana recibiría la señal y se iniciaría el rescate, ero quería dar algo de tiempo a los miembros de la base.

-Aquí Markus Popov a la estación Verne, respondan por favor...

Solo le quedaba el lento ascenso, relajado para no gastar demasiado oxígeno, esperando que allí arriba hubiera alguien amigo.

Al final, ¿había sobrevivido?...

Al llegar a la puerta, por la que la doctora se había ido, descubrí que estaba cerrada, como no me había fijado en la contraseña, pensé con un poco de amargura... En ese momento comenzó a sonar la sirena a sí como la luz roja de emergencia empezó a palpitar, produciendo luces y sombras... En ese momento tuve la certeza de que no volvería a ver a la Doctora con vida, - solo espero que lo que haga no nos haga volar por los aires a todos -, me dije a mi mismo, - bueno gracias a las dobles compuertas, un problema en una de las secciones no afectaría a otras -, intentaba convencerme, - aunque depende de la incidencia.... - 5 minutos -, recordé, - lo mejor es que aleje lo máximo posible de aquí, debo llegar al Modulo de acceso exterior... - En en eso pensaba cuando escuché la megafonía y acto seguido como los atacantes aporreaban la primera de las puertas de daban acceso a donde yo estaba, estaban a punto de entrar, debo de darle esos 5 minutos, pero no me voy a quedar aquí para ver que pasa después, se lo debo a mi familia y al resto del personal de la base...

Arrastré a los atacantes inmovilizados hasta las puertas de entrada de los Laboratorios principales, que gracias a Dios no tenían clave de acceso, y lo dejes en cada una de ellas, no me interesaba que se cerraran automáticamente, pues la intención era dirigir a los atacantes directamente al Módulo de Laboratorios común, 3,5 minutos, la primera puerta estaba a punto de abrirse dejando entrar a los atacantes, por lo que me escondí junto a la puerta de entrada al Área de Acceso, con la idea de salir en cuanto los árabes entraran en donde yo estaba y se dirigieran hacia los Laboratorios principales, espero que picasen el anzuelo... - Siempre es mas fácil registrar una estancia abierta que no perder el tiempo con una puerta cerrada -, pesé mientras abría la segunda puerta desde dentro y la bloqueaba, al tiempo que me escondía en la esquina con el subfusil preparado.

Si conseguía que los atacantes atravesaran la estancia, me dirigiría al módulo de acceso exterior, a sangre y fuego, si no podía evitarlo...

En ese momento la primera puerta cedió y los intrusos corrían por el pasillo hacia donde me encontraba escondido y preparado para cualquier eventualidad, mi corazón estaba apunto de salirse del pecho, ya quedaba menos para resolver esta situación...