Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
El mar esta en calma como una amante caprichosa, el cielo esta sin nubes pudiendo ver las estrellas, pero bien sabes que no es algo que puedas tomar a la ligera, en pocos minutos has visto como se formaba una tormenta de la nada, destruyendo flotas enteras.
La tranquila noche me sorprende en cubierta, disfrutando de la vigorizante brisa marina antes de decidirme a marcharme al camarote para descansar hasta la llegada del nuevo día. Mientras observo las estrellas, meditando sobre las diversas explicaciones que la humanidad ha tratado de dar a esos brillantes y sobrecogedoramente bellos agujeros brillantes que surcan el cielo en la noche, como miles de navíos relucientes, percibo la presencia de la mujer que se apoya en la barandilla, observando el océano...
Tras observarla durante unos instantes, me decido a acercarme a ella y, apoyándome junto a ella, dejo pasar unos instantes silenciosos, rotos tan sólo por las voces de algún marinero y el romper de las olas contra la cubierta, antes de girarme hacia ella con una radiante sonrisa.
Una hermosa noche, ¿No es cierto?
¿Podria saber donde nos encontramos en estos momentos? :P
He oido los pasos, pero esperaba que me dejara en paz por solo un segundo, pero se que la naturaleza humana es lo que debe ser y un dia eso nos llevara a la perdicion.
De vuelta de comprar en Antigua a las ciudades Libres tu eliges cual
Cuando se gira hacia mi, sonriente, su dulce mirada rápidamente capta mi interés, y notando como algo se remueve en mi interior y los latidos de mi corazón se aceleran, no puedo dejar de pensar en lo hermosa que es. Cuando me tiende su dorada mano, tostada por el sol, rápidamente me atrevo a aventurar que es una dorniense, tal y como sus palabras confirman al poco tiempo.
Tomando su mano con ligereza con mi diestra, me presento empleando el mismo tono de voz que suele usarse para cortejar a las cortesanas y damas de alta alcurnia.
En efecto, yo soy el capitán del "Venado Púrpura", Valerio Daragon - Una breve pausa, el tiempo justo para depositar un suave beso sobre el dorso de su mano - para servirle... En cuanto al pago, mi segundo habla con mi voz, no hay problema alguno. Si necesita cualquier cosa durante el viaje, hágamelo saber. Y dígame, si no es mucha indiscreción... ¿Qué motivos llevan a tan hermosa dama a Braavos?
Observo sus reacciones con interés, atento sobre todo por si el comentario sobre la hermosura inspira algún gesto de agrado, o al contrario le resulta molesto...
No se me ocurre mejor opción de vuelta de Poniente que volver para casa... :P
Un placer conoceros. Sonrio apretandole la mano suavemente antes de retirarla manteniendo el roce hasta casi el final.
Tal vez sea eso, que he oido de vuestras correrias de juventud. sonrio posando mi mano sobre la baranda de madera del barco.
Arena... Asique se trata de una bastarda. Eso explicaría por qué su padre le envía sola, algo que en un principio me extrañó, teniendo en cuenta lo que podía pasarle a una mujer hermosa en un barco cuya tripulación llega a pasar meses sin ver una sola mujer... Suerte que mi tripulación es de fiar.
Arya... Bonito nombre. Entonces, puedes llamarme Valerio, soy un marinero, ya sabes, "maleducados, vividores y vocingleros"... Asique prefiero omitir los formalismos, si no es mucha molestia.
Imitando su gesto, me apoyo sobre la barandilla y observo el mar durante unos instantes antes de seguir hablando.
Sin duda es hermoso... aunque se trata de una amante caprichosa, un día te lleva con suaves caricias a tu destino, y al siguiente se desata la tempestad y trata de engullirte... Pero debo ser un buen amante, pues hasta ahora he conseguido capear todas las tormentas. - tras reírme entre dientes de mi propio chiste, vuelvo a girarme hacia ella con una amplia sonrisa en el rostro - Arya... ¿Puedo preguntaros a quién va destinada esa carta?
NInguna Valerio replico con tono suave mientras le observo un segundo solo de reojo.
Aunque ante la mención del matrimonio la sonrisa tembló unos instantes en mi rostro, la comparación con el mar después de lo que le había dicho desató unas sonoras carcajadas. Llevándome la mano al pecho para sosegarme, temporalmente olvidado el comerciante de telas, contesto tras retomar aire con tono de broma.
Tan voluble como el mar, ¿eh? ¿¡No habréis engullido a nadie que yo conozca, verdad!?
Le guiño un ojo cómplice antes de continuar con las risas, ahora más relajadas. Finalmente, pensando que, al fin y al cabo, aún no la conozco lo suficiente y puede sentirse ofendida, añado una aclaración, sólo por si las moscas.
Espero no haberos ofendido, tan sólo bromeaba…
¿Algún tipo de tirada para ver si conozco al tipo? ¿Quizá "saber local"?
Sonrio y muestro unos dientes perfectos como perlas recien salidas del mar.
Por mi ok
La proximidad de la mujer, su sonrisa pícara y el roce de su piel resultaron una combinación casi mortal para mi libido. Al instante pude notar como algo dentro de mí se removía y pugnaba por salir, y una cálida sensación en algún punto por debajo de mi ombligo... Tratando de contenerme, me obligué a mirarle a los ojos y volver a soltar una carcajada antes de hablar, más sereno y con un tono de voz que pretende ser provocador y tentador al mismo tiempo.
Vaya, vaya... Parece que me he topado con una dama que habla mi mismo idioma, sagaz respuesta sin duda... ¿Miedo dices? ¿Acaso hay algo que deba temer de vos? No lo creo, y de haberlo, creo que me arriesgaré... No tengo por costumbre dar crédito a las habladurías de la gente, suelen ser fruto del temor, la incomprensión y la envida... y cuando has viajado tanto como yo, aprendes a abrir la mente y a ver que son casi todas... mentira. Pero bueno, volviendo con lo nuestro... ¿Habéis cenado? Puedo invitaros a continuar la conversación en mi camarote, el cocinero no es especialmente bueno, pero cumple con su labor, y tengo un vino nuevo de El Rejo que es una maravilla...
Al terminar, espero la respuesta con mirada sugerente y desafiante, mientras giro mi mano de tal forma que queda justo en posición para que ella la tome y guiarle a mi camarote, si finalmente acepta.
Tirada: 1d20(+5)
Motivo: Saber Local
Resultado: 17(+5)=22
Bien, pues ya está, te dejo la tirada... No se si me salió doble porque al principio como no la veia en el mensaje, di a editar y volví a tirar pensando que no se habia guardado...
En serio, me hago un personaje mujeriego y me poneis tentaciones desde el principio... ¡Asi no se puede! xD
Hasta el hombre mas valiente puede tener miedo de su propia sombra replico sin apartar la mirada y sin apartar la mano simplemente deslizandola por su brazo hacia su pecho.
MUAJAUAUAUAUA
Por lo que sabes ese hombre es un taciturno. No se relaciona mucho, pero sus productos son los mejores, no sabes de donde los consigue pero ha llegado a tener acero valyriano en su poder para vender a algunos nobles.
Mientras caminamos, trato de relajarme. El roce de su mano por el pecho había vuelto a agitarme, acelerando los latidos de mi corazón, asique ahora me obligué a concentrarme en otras cosas, hablándole mientras le miraba de refilón.
No os preocupéis, podemos tomar algo ligero que asiente el estómago, o si lo preferís puedo simplemente ofreceros algo de beber, tampoco es que yo tenga mucha hambre hoy... Por cierto, por lo que decís de ese tal Marion, sin duda es un buen partido, ya que siempre tiene artículos de primera calidad... ¡He oído que incluso huevos de dragón! Pero... No sé, por lo que sé de él, quizá sea demasiado... incompatible con vos.
Una vez lleguemos ante la puerta del camarote, abro y me detengo junto a la puerta haciéndole un gesto para que pase delante de mi, mirando a sus ojos con un brillo travieso en los mios.
Le miro y aprieto mi mano suavemente para no caerme.
No caerme yo y sujetarle a ella requiere de alguna tirada o me concedes libertad para narrarlo?
Narralo, con toda libertad
Camino junto a ella con una media sonrisa en la cara, fruto de la emoción que me embarga al sentir el tacto de su suave piel y de mis propias reflexiones internas mientras le escucho hablar sobre su indiferencia con respecto a los huevos de dragón... Obviamente, no debe tener mucha visión mercantil si la posesión de unos huevos de dragón no le impresiona, pues con uno solo podría comprar casi cualquier capricho... Quizá sea porque tienen más dinero de lo que cabía imag... Justo mientras pensaba en eso, veo como tropieza y cae sobre mí. Con la rapidez de un felino, me giro para sostenerla en brazos, dejándola caer sólo ligeramente antes de volver a ponerla en pie, acercándola mucho a mi como quien no quiere la cosa y apretándola con mi brazo en un estrecho abrazo, hasta sentir su pecho subir y bajar presionando contra el mío.
Es en ese momento cuando dejo escapar una ligera risa mientras arrimo mi rostro al suyo.
Debéis tener más cuidado Arya, el suelo de las embarcaciones puede ser traicionero... - Sigo acercando mi rostro al suyo, deteniendo mis labios a apenas unas pulgadas de los suyos, de modo que pueda sentir mi aliento, aromatizado por la menta que había estado mascando en la cubierta antes de acercarme a hablar con ella - no quiero que sufráis daño alguno...
Y espero no tener que hacertelo yo si llegaras a averiguar algo sobre los dragones que no han muerto y mi implicación en ello... Más vale que no siga hablando de ese tema.