Partida Rol por web

Ahora sí... una gota de sudor frío resbala por la sien de Nessa mientras Megan la abraza.

No, Megan... un daimon es como... un vampiro... malo. Termina confesándole mientras intenta mirarla a los ojos apesar del abrazo. No sabía si Megan volvería a echarse a reír o tomaría las cosas como no son...

La mira. Su padre siempre le contaba historias de vampiros y demás... pero de aquí a decir "delante de ti hay un vampiro", le parecía exagerado.

Creo que necesitas dormir, Ness.

Respondió separándose de ella y mirándola con la ceja arqueada.

Incredulidad. Bien, ya era un paso.

¿Cómo crees que ha podido dar un salto como ese sino? Señala con un pulgar al otro tio y luego añade. Y ese otro es un cazador oscuro...

Levanta la voz para que el otro pudiera escucharla, pues no estaba totalmente segura de ello... Por dios, ¿qué hacía con esa túnica?

¿Verdad que lo eres? Seas quien seas...

Ya estamos con la tontería de Daimons y Cazadores Oscuros... prefiero que me llamen Talon y a esta piltrafilla de aquí... creo que su nombre es Josef... ¿no es así, Josef? Le dice el Hunter a la criatura, la cual comienza a enseñar los dientes al rubio.

La criatura, le lanza un par de zarpazos al pecho de Talon, desgarrándole la camisa por varios lugares. El Hunter, además de sorprendido, ahora parece bastante enfadado.

¡Mierda! Era mi camisa de los domingos... Dice negando con la cabeza y dando fuertes tirones de la tela hasta quitarsela por completo.

Después, salta sobre el Daimon con tanta fuerza, que ambos caen al suelo enrredados.

Talon se incorpora rápidamente y se gira otra vez, mirando a las chicas.

No me echéis mucho de menos. Continúa mientras coge al Daimon de la ropa y de un salto, va a parar a lo alto de un edificio.

Un cazador oscuro. Ya. Talon. Claro.

Arquea la otra ceja al ver que se queda en bolas de la parte de arriba...

Menudo fantasma...

Mira a Nessa.

Ness, va en serio lo que necesitas dormir... y un buen hombre ya de paso, que nunca te he visto con uno. - le dice cogiéndola del hombro y dándole un par de golpecitos.

Sin embargo, no aparta la mirada del saltimbanqui volador y del llamado Talon yendo detrás, sobre todo al decir lo de "no me echéis de menos" - Pero si ni siquiera sabe luchar. Es un chulo.

Saca el móvil del bolsillo y mara el número de Wallace - Podría haberlo llamado antes. - le dice a ella con una sonrisa.

Nessa coge el movil de su amiga y lo cuelga.

Megan, déjalo. Él también es uno de ellos. Suspira, llevándose una mano a la sien, pensativa. A ver, Megan... acabas de ver a dos tios hacer cosas que una persona normal no es capaz de hacer. ¿No te sugiere que quizá no sean simples humanos como nosotras? Además...

Levanta la mirada, clavándola en su amiga. Su rostro es la culpabilidad personificada. Has visto lo que hacen mis pulseras... lo que puedo hacer yo...

Dicho esto, se quita una de las pulseras y la coloca en la palma de la mano... haciéndola levitar unos centímetros por encima de su mano.

¡Eh...!

Al escuchar lo que dice de Wallace... al escuchar lo que dice de las cosas sobrenaturales... Megan se la queda mirando un instante. Pero no es hasta que hace levitar las pulseras que la mira aun más sorprendida que las otras veces.

Todo esto es muy raro, demasiado raro.

¿Y su padre estaba involucrado en todo el tema...? Si Wallace era un cazador nocturno y él lo defendía... estaba cansada.

Me voy a casa.

Con cara de confusión, se gira y empieza a dirigirse a la moto.

Vale, había sido demasiado clara. La proxima vez que tuviera que contarle todo eso a alguien, ya sabía como NO lo haría.

¡Megan! Espera...

Anda tras ella mientras va hablando.

Megan, escuchame, por favor...

Y como siempre que Megan se enfadaba y ella se ponía nerviosa, Nessa empieza a hablar rápidamente.

Mi madre era bruja... mi abuela también lo fue. Y todas las chicas de mi familia lo han sido siempre. ¿Recuerdas cuando Alec se fue de casa? Él tenía celos y no podía seguir contradiciéndose así... por eso decidió alejarse. Yo no pude impedírselo. He querido contártelo muchas veces, pero... al principio me daba miedo que actuaras como Alec... y luego temía tu reacción porque... ya nos habíamos hecho demasiado amigas como para contarte algo así a esas alturas... y... lo he ido pasando y pasando hasta hoy... y... mi abuelo trabaja para los Hunters y un día vi un daimon en casa y... tuvo que contármelo... pero no lo entiendo demasiado bien, sólo sé que los daimons son malos y los hunters los cazan y...

Suspira... analizando las facciones del rostro de Megan.

Y creo que es mejor que Wallace te lo explique...

Las palabras van llegando a su cerebro despacio... "bruja" "madre" "Alec" "celos" "su abuelo" "hunters"...

Ness. - la miró, Megan esbozó una leve sonrisa, por contradictorio que pareciera... no parecía enfadada, ni dolida, ni nada... o quizás solo era otra forma de esconder sus sentimientos. Se pasó la mano por la cara, cansada...

Sin embargo, volvió a dirigir la mirada hacia los tipos que estaban allí, en el tejado.

No estoy enfadada.

Dijo sin más... aunque al girarse para volver a empezar a andar, notaba que estaba medio mareada... necesitaba dormir un poco, comer y... y olvidar lo que acababa de pasar y escuchar. Aquello no había sido real.

Espera, Megan... déjame llevarte a casa.

Esa sonrisa... su forma de andar... Nessa conocía demasiado bien a Megan como para saber que no estaba precisamente bien. No iba a dejarla sola... sentía que por un lado la había traicionado y que por otro... debía estar destrozada por todo lo que había pasado en una sola noche.

Oye, Megan... ¿Sabes porqué nos envió Wallace a aquella dirección? Pregunta, dándose cuenta de repente que quizás ese daimon... fuera el culpable de la muerte del sr. Hewitt.

Voy con la moto.

Pero a la siguiente pregunta de Nessa, Megan pareció caer en lo mismo... levantó la mirada hacia el tejado. Y se puso ambas manos alrededor de la boca.

¡¡¡Eh!!! ¡¡¡Chulo!!! ¿¡No has terminado aun!? ¿¡O es que necesitas que te echen una mano!?

Mira a Nessa. - Quizás él lo sepa.

El rubio se asoma por la corniza del edificio y de un salto, cae justo a vuestro lado...

Podéis ver la cabeza de la criatura en una de sus manos, la cual parece tener una expresión de tranquilidad... la expresión que tendrían todas las cabezas de criaturas cortadas de cuajo.

En el pecho de Talon podéis ver una raja que va de un lado a otro, que parece cerrarse lentamente mientras el rubio os guiña un ojo.

¿Qué? ¿Estáis bien? ¿Habéis pasado miedo? Menos mal que he llegado yo para salvaros, ¿eh? Dice sonriente mientras mira en su reloj la hora.

Arquea una ceja y se cruza de brazos... nada le toca más los ovarios que un chulo yendo de salvador por la vida... pero Nessa sabía que era con los tíos con los que siempre se acababa enrollando.

Mira la cabeza que lleva bajo el brazo, y su cara no cambia... observa su herida en el pecho y recuerda las palabras de Nessa, y luego se acuerda de las suyas propias. Es un sueño.

Vuelve a levantar la mirada, cogiendo ella la postura de chula.

Oye, capullo, con lo que has tardado a detener a este tío yo lo habría hecho en dos minutos. Lo que significa que no, no hemos pasado miedo y que tu llegada no ha significado nada. Porque él ya estaba muerto al cruzarse con nosotras...

Esbozó una sonrisa de autosuficiencia total y se apartó el pelo de la cara.

Pero no te llamábamos para eso. Wallace. ¿Por qué nos dio la dirección de dónde estaba él?

Nessa asiente, a las palabras de Megan, como si ella también esperara la respuesta. Sonríe de medio lado viendo como se lleva su amiga con él... sabía muy bien cómo terminaría la cosa.

Y más vale que te des prisa en contestar... se te hace tarde. Añade, haciendo un gesto con la mano para señalar el reloj de pulsera del chico.

Nessa tiene razón... se me hace tarde. Tengo que arreglar otro asuntito antes. Pero no os preocupéis, nos volveremos a ver seguro. Nunca me ha gustado dejar las cosas a medias. Dice mientras le guiña un ojo a Megan.

¡Ah! Y de chulo nada... para ti, señor chulo, que lo sepas, guapita de cara. Termina diciendo mientras de otro salto, desaparece tras la pared del final del callejón, mientras el sol comienza a elevarse por el horizonte.

Se queda mirando como se larga... y encima "guapita de cara" como el otro chulo de la comisaría. Hombres. Idiotas.

Menudo imbécil... - pero enseguida cae en algo - ¡Nessa! ¡Te ha llamado por el nombre! ¡Te conoce! - pero con todo lo que le explicó antes ya no le extrañaba nada... aunque fuera un sueño.

Suspira y niega con la cabeza.

En serio, Ness, me voy a casa. Quiero dormir un par o tres de horas e irme a entrenar. Además tengo que hablar con mi madre... estará radiante de felicidad con mi padre muerto - se le dibuja una disimulada mueca en la cara - y hablar con el notario de mi padre y... en fin, arreglar todo el papeleo del funeral.

Su rostro es cansado, de un movimiento recupera su móvil.

Y tengo que hablar con Wallace de eso, así que si me permites...

Se lo coloca en el bolsillo y empieza a andar hacia la moto, cansada de estar toda la noche en pie corriendo y haciendo el idiota... de reojo mira a Nessa, esperando que la siga.

Nessa suspira, dándose por vencida en este primer Round... Cuando Megan se diera cuenta de que esto no era un sueño, sería el turno del segundo.

Está bien... ve a descansar. Y si necesitas que haga cualquier cosa, sólo tienes que llamarme, ¿vale? Quizá una infusión para calmarte los nervios... o lo que sea.

Al llegar junto a la moto, se despide de ella como hacía habitualmente, con una mano en el hombro, pero... antes de irse, se da media vuelta y abraza a su amiga con fuerza... Sabes que estoy aquí.

Le susurra antes de separarse de ella una vez más y entrar en su coche, sonriendo con calidez a la morena. La única que hasta la fecha ha podido ver una sonrisa así en sus labios.

Tú y tus infusiones. Quita, quita. Nada que puedan arreglar unos cuantos golpes bien dados a un saco de boxeo - respondió sonriendo y divertida mientras quitaba todos los candados a la moto.

Algo sorprendida, y con bastante torpeza, le devolvió el abrazo a Nessa. - Don't worry. Todo va a ir bien. Hablamos mañana.

Se colocó el casco y se lo abrachó, para arrancar la moto y largarse a casa a alta velocidad.

Megan se pone el casco y enciende su moto, saludando a su amiga con un ademán de su mano.

A los pocos segundos, el motor de su moto ruge con fuerza, saliendo a toda velocidad de donde se encontraba. Rápidamente, la moto de Megan se pierde entre las calles de la ciudad, hasta llegar a la puerta de su casa...

Nessa en cambio, se queda allí junto a su coche, intentando decidir que hacer a continuación...

¿Cómo explicarle a Megan todo lo que ha pasado sin que se vuelva loca... bueno, más loca?

¿Cómo se tomará su amiga las revelaciones que Nessa piensa contarle?

¿Encontrarán por fin al asesino de su padre?

Megan llegó a su casa, en el último momento ha decidido ir al chalet aparca la moto y sube las escaleras con paso tranquilo... recordaba el justo momento cuando su padre le había entregado las llaves de aquel chalet... al pasar por el salón observó todas las copas y trofeos colocadas con orgullo detrás de las vitrinas...

Se empezó a desnudar en el mismo salón, dejando la chaqueta en la silla y tirando el jersey al suelo, mientras empezaba a dirigirse al cuarto de baño sin prisas y encendía el grifo del agua caliente de la ducha.

Aun no se podía creer en todo lo que había pasado... le parecía tan... irreal.

Se acabó de quitar la ropa y observó la herida del muslo, ahora se la limpiaría bien en la ducha.

Entró dentro, el agua caliente la empezó a mojar inmediatamente... mientras ella cerraba los ojos y se apartaba el pelo de la cara. Se estuvo así varios minutos... tranquila... sin pensar. Hasta que se empezó a enjabonarse.

Nessa le había confesado varias cosas, varias cosas que parecían de todo menos verdaderas... nunca se había intentado reír de ella. Pero quizás estaba jugando con Wallace a cámara oculta con Megan... pero lo de su padre no era un juego. Y todo había empezado allí. O con el papel que les había dado Wallace... maldita sea, ¿qué pretendía Wallace? ¿Y quién era aquel tipo que iba tanto de chulo?

Notó que sus mejillas se sonrojaban al recordar su trabajado cuerpo... se sacó el jabón rápidamente y salió de la ducha.

Hace demasiado que no estoy con un tio...

Pensó secándose el pelo con la toalla.

Se dirigió hasta la cama desnuda, y con la luz de la bombilla y los leves rayos de sol que entraban tímidos por la ventana, se curó con agua oxigenada la herida del muslo y se la tapó con una gasa y esparadrapo. Se puso el despertador a las 10 de la mañana... y entró dentro de la cama para dormir... aunque solo fueran 2 horas.