Partida Rol por web

Los primeros rayos del sol ya empezaron a aclarar la oscuridad que había acechado tanto vuestros ojos como vuestros corazones.

Sabíais que el tiempo estaba en vuestra contra... el altercado con el dinosaurio y con el coche no tuvo el desenlace esperado y eso conllevó a perder unos minutos que podrían ser la diferencia entre el fracaso y la victoria pero... a estas alturas rendirse no era una opción.

Tras continuar caminando a paso forzado para no perder un instante, un "dulce" olor a sal llegó hasta ustedes. El precioso horizonte bañado por el mar os hizo sentir con esperanzas. Vuestro objetivo estaba cerca.

Avanzasteis con más velocidad, los muelles estaban tan cerca como nunca, tan solo había que atravesar una última zona boscosa y estaríais a las puertas de vuestra última salida.

John avanzó a buen ritmo junto con los militares, para ser sincero el hecho de que los tres hubiesen llegado hasta el final era una auténtica proeza... sobretodo por el tipo de friki que era él y por las meteduras de mata que había cometido en aras de al ciencia y de su propia locura... porque debía admitir que muy cuerdo no estaba para embarcado en tamaña empresa. Pero aún no debía cantar victoria... ya casi estaban en el puerto, el olor a agua salada anunciaba su cercanía, tan sólo debían atravesar aquella pequeña masa boscosa para llegar... denuevo la angustia por no saber si habían llegado a tiempo después de todo lo padecido se adueñó del científico, que no pudo por más que acelerar la marcha.

- Parece que ya casi estamos- dijo mientras corría hacia la maleza- espero que hallamos llegado a tiempo...- manifestó su mayor temor al tiempo que apartaba la maleza con la mano para continuar su camino.

“Tenemos que llegar, tenemos que llegar... Tenemos que ser más rápidos...” –se repetía DH en su cabeza constantemente. Era consciente del tiempo que habían perdido por culpa del encontronazo con el dinosaurio y que quizá su oportunidad de escapar se había esfumado en esos momentos. Sin embargo, el aroma de la sal costera que embadurnaba el aire restableció las fuerzas del soldado que vio un poquito más cerca su destino. Una zona boscosa los separaba de los muelles. “Un último empujón para salir de aquí.”

-¡Démonos prisa! ¡Ya estamos tocando nuestra vía de escape! –espoleó a sus compañeros a no flaquear durante los últimos metros de la travesía.

Anastasia había estado apunto de golpear a Hammer por sus comentarios tras el arrebato de John. Sin embargo decidió que sobrevivir era más importante así que se guardó el golpe para más tarde y continuó corriendo en busca del navío que debía sacarlos.

El olor a mar y las afirmaciones airadas de sus compañeros revelaron que ya estaban cerca de su objetivo. Sin embargo la joven continuaba tensa, esperando encontrar a la bestia gigante detrás de cada sombra y cada árbol. Su arma no paraba de apuntar a un lado y otro buscando posibles amenazas, dinosaurios al acecho listos para saltar sobre su cuello.

Tengo que aguantar un poco más, aún podemos huir...

Entonces, tras atravesar la maleza, una visión reconfortante llegó hasta vuestro corazón.

Habíais llegado a los muelles y aquel lugar... y aquel lugar... un momento... ¿dónde estaba el helicóptero?

¡Allí no había rastro de ningún helicóptero!

Se suponía que los muelles eran vuestro lugar alternativo de extracción pero allí no había nadie para buscaros. ¿Habíais llegado demasiado tarde?¿Os habían abandonado? El paisaje con las vistas al mar en pleno amanecer eran preciosas pero ¡de qué servían si estabais atrapados en aquella isla!

La esperanza se llegó a transformar en una chispeante idea: igual es que habíais llegado antes de tiempo.

Todo era posible... tan solo os quedaba aferraros a la esperanza.

Los tres compañeros consiguieron llegar al puerto, las caras tanto de los militares como del científico lo decían todo, habían estado al borde de la muerte practicamente desde que pisaron la isla, se habían arriesgado por la misión y finalmente habían conseguido llegar al lugar acordado... John realmente no podría haberlo conseguido sin ellos, debía reconocer que algunos momentos fueron grandiosos, el ver a los dinosaurios no había tenido precio... sobretodo para una persona como él, que había dedicado casi toda su vida a su estudio... sin embargo aquel sueño de infancia se había convertido en la más terrible de las pesadillas y de momento lo que más anhelaba era volver a casa, darse una buena ducha, tumbarse en el sofa y dormir... no sabía cuanto tiempo podría seguir con aquel estres.

 Sin embargo parecía que aquella maldita isla se complacía en hacerles sufrir... no había rastro del helicóptero... el corazón del friki de los dinosaurios se encogió, miró a Anastasia y DH con aprensión, pensar que podían haber llegado tarde lo desgarró por dentro... no podrían sobrevivir en aquel sitio mucho tiempo más... después de todo el horror... no podía terminar la cosa así... entonces se obligó a contar hasta 10 antes de decir nada, se puso la mano en el pecho y decidió cambiar de actitud, él era el más listo del grupo... o al menos eso se suponía que era... tenía que procurar mantener otro animo... todavía existía una mínima esperanza.

- Bueno... parece que después de todo hemos llegado temprano y todo...- dijo sonriendo, tratando de recuperar el animo de científico friki loco del principio- veamos... por donde vendra...- comentó mientras andorreaba oteando el horizonte por al orilla

La visión de los muelles delante de sus ojos provocó que se le dibujara una ligera sonrisa. Por fin, por fin habían llegado a la salida de todos los males de la isla. Excepto… por un “pequeño” detalle. DH escudriñó el lugar y no vio ningún helicóptero, barco o cualquier medio de transporte útil para escapar. Allí no había nadie esperando. “No puede ser, nos han dejado vendidos. Hemos llegado tarde...”

Las palabras del científico intentando tranquilizar al grupo alegando que habían llegado temprano le sonaron a mentira, pero intentó creérsela. Más le valía creérsela, o de lo contrario, sus nervios iban a aumentar de manera constante.

-Sí, será eso. Seguro que hemos sido más rápidos que Flash y por eso tendremos que esperar nosotros al rescate –comentó tratando de recuperar un tono informal y distendido, con el cual ocultar el posible desastre de haberse quedado sin ayuda.

Anastasia no pudo evitar la sensación de pánico cuando llegaron a la playa y vieron que el transporte no había llegado. ¿Me habré equivocado? La radio no funcionaba de forma adecuada, no escuché bien...

Dh, vamos a preparar la zona, no sabemos cuanto tiempo tendremos que estar aquí. Reconocimiento del terreno y preparación de planes de defensa y huida -ordenó haciendo gala de su preparación militar.

Entonces, tras superar los primeros minutos de pánico, comprobasteis que en la zona más alejada del muelle había un pequeño barco. No era ni por asomo los lujosos transportes estilo crucero que moverían turistas de un lado a otro... tenía pinta más bien de un... ¿barco mercantil? Parecía viejo y además estaba repleto de cajas y contenedores.

Allí no había ningún helicóptero desde luego pero... ¿y si vuestro pase de salida era aquel viejo barco? Tampoco parecía que hubiese nadie por allí esperándoos...

John que estaba tan acojonado o más que los militares, a pesar de su aparente despreocupación cuando vió el destartalado barco mercante en la orilla se tuvo que restregar los ojos y volver a enfocar la vista para verificar que aquello era cierto.

- MIRAD- dijo entusiasmado- OS LO DIJE... ahí tenemos nuestro rescate- señaló emocionado el barco con uan sonrisa sincera- no es el Royal Queen... pero nos hará el apaño... VAMOS- sugirió casi echando a correr hacia la embarcación

DH distinguió un solitario barco anclado en una de las zonas más recónditas del muelle. ¿Sería la ayuda que tanto ansiaban? No estaba muy seguro, dado el aspecto añejo de la embarcación y la cantidad de contenedores y bártulos que transportaba. Sin embargo, si se podía utilizar todavía, quizá podrían usarlo para marcharse de la isla. Al ver el ímpetu del científico le frenó  en su empeño por alcanzarlo tan rápido, no podían arriesgarse.

-Espera, vaquero. No sabemos cómo está, si hay alguien, ni nada; no hace falta que vayas corriendo. Vamos a acercarnos con cuidado, para evitar sorpresas –aconsejó mirando a Anastasia para que diera el visto bueno a la inspección del navío.

Pese a la sorpresa Anastasia observó con evidente preocupación el antiguo y destartalado navío. Gracias a él podrían salir de la isla pero llegar a algún destino era, sin duda, una quimera. Pese a ello el barco era su mejor opción así que, tras asentir a la propuesta de DH y a la respuesta instintiva de John, decidió ponerse manos a la obra.
-DH, nos acercamos juntos al barco, tú compruebas la situación y yo mientras vigilo la isla. Y a John -añado mirando de reojo al poco reflexivo científico -no te alejes de mi pero tampoco te acerques demasiado John

Tras superar la impresión inicial de ver aquel barco llegó la hora de llegar a él y echar un vistazo.

Estaba amarrado al muelle e incluso el ancla estaba echada. No parecía ser un barco moderno pero se mantenía a flote (que era más que suficiente). Eso sí, una vez dentro comprobasteis que allí habría más de una veintena de cajas, de todos los tamaños. Todos llevaban el logo de la empresa que estaba detrás de Jurassic Park, probablemente era un vehículo de transporte de suministros que vio su función totalmente obsoleta tras el desastre del parque.

Allí no había nadie y eso era tranquilizador. Quizás indagando un poco más podríais llegar hasta la zona del capitán donde los mandos del navío serían accesibles.

John, que se había visto obligado a ser más prudente asomó su cabeza entre los dos militares para mirar mejor el barco.

- ¿Satisfechos ya? creo que no hay nadie... lo mismo dejaron el barco abandonado, lo más seguro es que seamos nosotros mismos los que tengamos que hacerlo funcionar... ¿A qué esperamos? recordad que el piloto que nos trajo ya no nos puede recoger... y por radio nos dijeron que no nos volverían a mandar otro helicópero... Yo no se vosotros, pero estoy hasta el tupé de estar aquí- dijo el friki dispuesto a embarcar cuanto antes.

El barco parecía estar completamente abandonado, dado el silencio que reinaba en su interior. Viendo que la única vía para salir de allí era aquella, debían encontrar los mandos de la embarcación para ver si todavía podían ponerlo en marcha o si antes tenían que hacer algún apaño. "Y puede que tengamos que deshacernos del peso extra" -pensó mientras observaba las cajas con el logo del parque.

-Estaré satisfecho cuando estemos en casa, junto a la chimenea y con un chocolate caliente al lado –murmuró DH esgrimiendo una sonrisa irónica-. Venga, tenemos que buscar la sala de mandos. 

La soldado rusa se acercó al barco abandonado y viejo junto a sus compañeros. Ellos hablaron y la joven no pudo más que estar de acuerdo con sus palabras. Daba igual que medio utilizasen pero debían salir de aquí cuanto antes, de una manera u otra. La pega era que si sus jefes mandaban otro transporte no podrían contactar con ellos. Pese a todo lo importante para Anastasia era salir de la isla cuanto antes, huyendo de sus hambrientos habitantes.

Hammer, Smith, id a buscar la sala de mandos. Comprobad que todo funciona perfectamente, que tenemos combustible y si tenemos radio en el barco -ordenó una vez más Anastasia a sus compañeros -yo me quedo aquí, vigilando que nada se acerque...

Fuisteis a echar un vistazo al panel de mandos para comprobar que hubiera realmente una alternativa real para escapar de allí. Era una excelente noticia comprobar que todo parecía estar funcionando perfectamente, no había ningún sistema bloqueado ni nada por el estilo excepto... ¿no había suficiente fuel?

Parecía que el motor necesitaba combustible ¿dónde podríais encontrarlo ahora? Quizás en la cubierta, allí donde había tantas cajas hubiera bidones. Era muy complicado que un barco no tuviese suministros de reserva por si acaso.

El científico estaba emocionado, parecía que aquel cacharro no estaba tan mal.

- Parece estar todo en orden DH... mira los mandos parece que funcionan... bueno tienen un pelín de polvo- dijo pasando uno de sus delgados dedos por el control de mando y observando con ojo crítico- pero tiene arreglo...- sentenció soplandose el índice para limpiarlo mientras continuaba observando- no... joder... mierda... digooo... que inapropiado... no hay suficiente combustible, me temo- finalizó aquella pequeña maldición en modo británico para quedar más cool delante del militar- ¿Crees que entre los bidones de la cubierta podemos encontrar algo?- inquirió a su compañero, pidiendo ayuda

Anastasia se mantuvo al acecho, investigando la zona ante posibles apariciones de bestias no invitadas. El amanecer regalaba una imagen preciosa al estar acompañado por la naturaleza salvaje de la isla. Cualquiera que no hubiera estado apunto de morir en las últimas horas podría disfrutar de esa escena pero Anastasia no podía más que estar en tensión.