Partida Rol por web

John y DH llegaron a la sala de mandos y todo parecía estar en orden; por su aspecto todo estaba operativo y con muchas posibilidades de funcionar, aunque ahora tenían otro “pequeño” problema: necesitaban combustible. No sabía mucho de barcos pero sí lo suficiente como para saber que probablemente el poco combustible que quedaba no les serviría para llegar a ningún destino concreto.  John sugirió mirar en las cajas de la cubierta, lo cual no era una mala idea.

-No perdemos nada por buscar en ellas, necesitamos algo de fuel  –dijo el militar saliendo de la sala en busca de bidones.

Anastasia pudo comprobar como sus compañeros salieron a la cubierta.

El científico al salir a cubierta ni siquiera se percató de la presencia de Anastasia, tenía tantas ganas de salir de la isla en aquel momento lo único que le importaba era encontrar los bidones de combustible.

- Veamos DH... no tiene que ser muy difícil encontra el combustible entre estos bidones...- decía más para sí mismo que para nadie en concreto dando grandes zancadas e inspeccionando la cubierta.

DH salió en una dirección contraria a la del científico inspeccionando el contenido de los contenedores de la cubierta por si alguno de ellos tenía algún bidón de combustible en su interior.

Anastasia escuchó al científico hablar sobre combustible y dio un vistazo rápido a la zona de los muelles buscando algún bidón o algo similar que sirviera de recipiente. Pese a todo no dejó de vigilar la zona arbolada, tratando de evitar nefastas sorpresas.

Los tres sin dudarlo os pusisteis a buscar entre los bidones alguno que pareciese tener fuel y lo más importante... ¡Que estuviese lleno!

Tras un par de minutos de rastreo y levantar un par de cajas que estorbaban más de la cuenta, John encontró un bidón que parecía tener el suficiente combustible como para haceros salir del apuro, no sin antes haber descartado entre 3-4 bidones que estaban vacíos o con un olor realmente extraño.

Ahora tan solo quedaba que uno de ustedes no temiese mancharse las manos y fuese directamente al conducto para repostar.

Una de las caracterícticas de John era que a pesar de que a menudo parecía tener la cabeza llena de pajaritos o pajaritas en su caso... cuando se tomaba algo en serio, lo hacía de verdad... y más cuando se trataba de salvar su propio pellejo. De manera que tras olisquear y poner asco con algunos bidones, amenazar a otras cajas con hacerlas añicos y danzar de un lado a otro... consiguió encontrar lo que necesitaban para salir echando chuscas de allí.

- DH... Anastasia... MIRAD... -declaró orgulloso de su proeza mostrándoles la lata ajustándose la pajarita- decidlo... lo estáis deseando, en el fondo molo... y ahora... ¿Donde se supone que hay que echar el carburante?

Anastasia enarcó una ceja ante la soberbia que había despertado el éxito de la búsqueda en John -Uaaaauuuuu, te lo dije DH, era necesario un doctorado en algún tipo de ciencia para la misión. Sin él jamás habríamos encontrado el combustible. Que, por cierto, se encontraba en el mismo barco que lo necesita -respondió con ironía permitiéndose dejar de vigilar un par de segundos -ahora dejad de hacer el garrulo y salgamos de aquí antes de que nos devoren. Ni Putin saldría indemne de esta isla -blasfema para sí misma la rusa maldiciendo su suerte.

Ahora con el fuel localizado, tan solo se necesitaba que alguien depositase su contenido en el conducto habilitado para ello, el cual se encontraba cerca del panel de mandos. ¿Quién será aquel que se ensuciará las manos?

-Mira que te gusta alardear, tío. Casi tanto como yo –aseguró con una pequeña sonrisa-. Y aquí la amiga, tiene razón –señaló a Anastasia-. El no tener estudios en Cambridge nos ha perjudicado a la hora de buscar. Qué pena...

El militar miró el bidón que utilizarían para rellenar el navío de combustible, estaba bastante oxidado y ponerse manos a la obra supondría ensuciarse de manera considerable. Pero dado lo que conseguían, le daba igual si tenía que hacer eso o bañarse en un estercolero. Agarró el recipiente y se giró hacia sus compañeros.

-No digáis nada, eh. Ya me encargo yo. Algunas tenéis las manos más delicadas que otros –dijo con socarronería guiñando un ojo como gesto cómplice antes de abandonar la cubierta para dirigirse al conducto cercano al panel de mandos.

John permaneció unos segundos callado tras escuchar a Anastasia, la cosa parecía haber empezado como un cumplido... pero al final llegó a la conclusión de que no lo era tanto. Con lo orgulloso que estaba él de haber llegado hasta el barco de una pieza y encima haber encontrado el bidón de gasolina... ingrata, que era una ingrata.

- Estamos en ello Anastasia... por si no te has dado cuenta- dijo algo malhunorado por el sacrasmo de la militar- te acompaño DH- dijo al soldado cuando este se ofreció a llevar la lata del combustible para llenar el depósito- lo mismo con suerte estamos para la hora del te- comentó esperanzado... la esperanza era al fin y al cabo lo último que se perdía.

Anastasia sonrió para sus adentros. Sus palabras habían causado un cambio en el joven y habían logrado que acelera sus deberes, dejando de lado su "orgullo". Sin responder a sus compañeros siguió apuntando con el rifle hacia la isla, tratando de prevenir la presencia de enemigos. Mientras lo hacía se permitió buscar algo más de combustible por la zona, el fuego era un buen aliado contra los dinosaurios y, si hacía falta, le gustaría disponer de él.

John tras ver como DH desaparecía en la cabina de mando prefirió quedarse en la cubierta, la gasolina no olía bien... se rascó la cabeza revolviéndose el pelo mientras se mantenía lo suficientemente alejado de Anastasia, él en el fondo era muy sensible y aquella militar tan hosca ya lo había herido en su amor propio en varias ocasiones... también era verdad que lo había salvado y que sin ella no habrían llegado hasta allí... pero por ser un pelín amable y más a aquellas alturas, tampoco pasaba nada... es que la tía esa le hacía sentirse inutil y... vale en el fondo lo era un poco, pero no en un laboratorio, en el fondo hacía cosas que molaban... claro que sus conocimientos sobre la física cuántica y esas cosas tampoco ayudaban mucho sentido en aquella situación... deprimido decidió dar una vuelta por al cubierta por si veía algo interesante o quizás algo más útil que él...

Anastasia observó a John mientras este trataba de parecer útil. En el fondo le daba cierta pena el joven, sacado de su lugar entre probetas y tubos para salir a una isla llena de saurios gigantescos hambrientos de carne humana.

John, hazme un favor. Coge ese bidón de gasolina y aléjate unos metros del puerto. Quiero que hagas una línea de fuel sobre la vegetación, dejando que esta empape bien. Si se acerca alguno de esos bichos podremos disponer de un muro de fuego con rapidez, algo que nos vendrá muy bien si nos visita nuestro amigo -ordenó al joven sin dejar de mirar hacia el interior de la isla.

Tras un par de minutos llegó finalmente al conducto donde debía utilizar el combustible. Se miró la palma de las manos, consciente de lo mucho que se iban a ensuciar una vez se pusiera con ello. "Qué demonios, que todos los problemas sean esos..." -pensó mientras comenzaba a utilizar el bidón en el conducto. Reprimió una mueca de asco a los pocos segundos de oler el fuel; llevaría ahí tanto tiempo que su olor era mucho más fuerte que uno normal y, desde luego, no le gustaría dedicarse a un oficio parecido.

Mientras Anastasia daba instrucciones a John hubo algo que alertó a ambos. Se trataba de un ruido. Un ruido como si algo o alguien estuviese dentro de una de las cajas. Ese sonido era bastante pronunciado, lo suficiente para pensar que a raiz del movimiento que ha provocado vuestra llegada (y vuestro intercambio de palabras) algo o alguien estaba intentando llamar vuestra atención.

Se podía identificar el sonido dentro del montón de cajas cerca de la proa...