Partida Rol por web

Michelle y Harmonie aparecen de nuevo en la cocina, donde algunos todavía están disfrutando de los últimos bocados de la cena mientras Elmar y Kenneth probablemente hayan acabado e organziar las guardias... a no ser que simplemente hayan aceptado lo que ella propuso.

Ambas están más aseadas ahora, con ropa limpia y seca. Harmonie no ha abandonado su clase y lo único que desentona en su conjunto con unas botas de montaña algo más robustas que el resto del conjunto.
Michelle como era de esperar ha optado por ropa más práctica y fresca, aunque también llaman la atención sus botas desgastadas y un collar de perlas que adorna su cuello.

Sonríe a la pelirroja cómplicemente, y tras saludar al grupo ayudando a apartar algunos platos hasta la cocina, toma asiento junto a White, justo en el lado libre y opuesto a Lucrecia.

-Hemos estado por arriba y no parece haber peligro, así que es probable que podáis recoger vuestras cosas antes de dormir como es debido en la primera planta- dice sobretodo a las chicas, que parecen algo más cansadas, aunque quizá sea porque no hablan demasiado.

-¿Ya has tomado el postre?- pregunta entonces mirando sólo a John.

Harmonie entra junto a Michelle en la cocina, ambas cambiadas de ropa y limpias. Bueno los pisos superiores parecen estar despejados asi que no hay problemas en subir a dormir al primer piso o a coger ropa o cosas importantes de vuestras habitaciones.

Harmonie sonríe a Michelle antes de que ella se marche junto a White, después ella hace lo mismo pero poniéndose en medio de Barry y Simons. ¿Ya cenaste Barry? Le pregunta mientras se pone una copa de coñac y le da una calada a su cigarro. Por cierto. Harmonie se pone en pie. ¿Que te parece mi nuevo conjunto? Así iré mas cómoda y podre moverme con mas facilidad si tenemos que caminar por el campo.

De reojo mira a Elmar pero lo hace de forma fugaz ya que en el fondo aun esta molesta por lo sucedido con anterioridad, después se sienta de nuevo. Bueno si terminasteis ya todos, tendríamos que subir a descansar al primer piso.

Los nervios se notan en el ambiente, aunque ahora todos estén disfrutando de las dotes culinarias de Leonardo... Poco a poco la gente empieza a relajarse y a comer tranquilamente. Annie se mantiene en silencio, saboreando el plato de pasta y sintiendo como va aposentándose en su hambriento estómago. Con un leve gesto de cabeza asevera las palabras de Dave. Sí, la verdad es que la comida está realmente deliciosa...

Sí, gracias... Aunque he estado mejor... Dice con una sonrisa ante la pregunta de John. El costado todavía le duele a rabiar e intenta no hacer muchos gestos bruscos. Bajan Harmonie y Michelle sentándose cerca. Crees que habrá algún inconveniente en darnos una ducha rápida? Le pregunta a Michelle cuando ésta comenta que la parte de arriba parece segura. Annie se ha lavado las manos y el rostro, limpiando la sangre ya reseca que tenía. Pero aun y así se siente bastante sucia, y pensar en una buena ducha hace que casi suspire de placer.

 Lucrecia es sorprendida ante la oferta por parte de Randall y todo seguido por la proximidad de Withe, les hace sitio en la mesa en la que esta por si se quieren sentar.

 - Huy.- Dice saliendo de sus reflexiones.- Sí, gracias.- Dice en una amlia y afable sonrisa.- Con el diluvio de allí fuera tengo suficiente agua como para una semana.

 De pronto llegan Michelle y Harmoni, cambiadas de ropa y con posado alegre, escucha sus comentarios mientras bebe de la botella un trago de cerveza.

Desde su sitio Harmonie escucha lo que comenta Annie. Annie, disculpa. si que podréis daros todos una ducha, pero lo aconsejable es que lo hagamos una vez que estemos todos en el primer piso. Primero coger lo que queráis de vuestras habitaciones una vez instalados en las habitaciones del primer piso ya podréis asearos y dormiremos. ¿Os parece bien? Creo que es lo mejor para poder estar todos juntos y mas seguros. Harmonie sonríe a la Chica y en general a todos.

Elmar ve llegar a Harmonie y Michelle y no puede evitar sonreir. Estamos a punto de ser devorados... pero no se puede perder el estilo.

Muy guapas ambas... ahora toca sobrevivir se toca la frente brevemente sin notar cambios de temperatura,asi como los lugares donde recibio daños ¡Bien, las heridas no se han infectado!

Me parece bien la idea Harmonie. Todos, vamos arriba con lo que puedan llevar. Sera mas facil defenderlo asi...

Cuando me pregunta si he cenado me limito a sonreir y asentir con la cabeza de forma inocente. Lo cierto es que la cena estaba bastante buena. Sonrío ampliamente cuando Harmonie se pone en pie y me enseña su conjuntito. Tú si que sabes, muñequita.

-Wooow Harmonie, estás preciosa.

Lleno mi copa y me pongo también de pie, para entrechocar mi cristal con el de Harmonie. ¡Chin-chin!. Voy a ir a mi habitación a buscar unas cosas.

White comprobó como ascendía la temperatura de sus mejillas sonrosandose, y sonrió fugazmente a Michelle después de comprobar su nueva indumentaria. Era el estilo de Elmar o de Barry ensalzar lo guapas que podían estar después de asearse y cambiarse de ropa, pero para John no había mucha diferencia, Michelle le parecía preciosa antes y seguía pareciendoselo ahora, obviaba que estaba guapa y no dijo nada, quizás ligeramente intimidado. Permanecía unos segundos en silencio, como en estado de shock, y cuando se dio cuenta sacudió discretamente la cabeza, sonrió con sinceridad y miró con sus pequeños ojos los de Michelle, no sin esfuerzo.

  - Ehm...¡si! je,je...- Luego intercambió una mirada con Randall, después de todo le debía a él la chocolatina. No era que le gustase abusar de los dulces, pero en una situación como aquella, en la que te puedes morir en un par de minutos o un par de horas, uno no sufre con debates filosóficos sobre aceptar o no aceptar una chocolatina.

 - ¿Una cerveza o...algo? - rió con timidez, bastante contento para estar en una isla llena de depredadores hambrientos. (Y en este grupo también entran los rusos)

  Luego centré mi atención en Lucrecia y Annie, tenía mucha curiosidad en esta última, no había oido nada de ella, y se incorporó al grupo en la puerta, venía del norte, en el jeep. ¿Qué estaría haciendo? Lo estaba pasando mal, aunque no se quejaba nunca se veía dolorida, quizás no fuese el mejor momento para preguntar.

Michelle a punto estaba de responder a Lucrecia y Annie, pero Harmonie lo hizo por ella estupendamente así que no añade más al respecto.

Se encoge ligeramente de hombros y vuelve a centrarse en White cuando éste alcanza a responderle. Cualquiera diría que parece nervioso, pero quizá se deba a estar rodeado de tantas chicas, no parece el tipo más mujeriego del mundo... aunque nunca se sabe.

-De acuerdo... Y buscaremos si queda algo de tarta para mí- se levanta de su silla con decisión y por si quedaba un ápice de duda tira con suavidad de una de las manos de White, todavía algo sucio de tanto trastear con automóviles aunque no parece importarle lo más mínimo... o sencillamente ni se ha dado cuenta.

Sin más empieza a caminar hacia la cocina, donde en estos momentos no habrá nadie más aunque evidentemente están muy cerca del resto.
Encuentran las cervezas enseguida pero la búsqueda de un postre apetitoso es algo más lenta... aunque en realidad Michelle no parece estar dándose demasiada prisa con ello.

Se acaba la pasta, tras saboerarla bien, y apura una última copa de vino. Al ver a sendas mujeres, no puede evitar repasarlas con la vista. "Carai, ciertamente les queda mejor..." Tratando de evitar la vista, el francés se encamina hacia arriba. Poco o nada le importaba cambiarse de ropa, toda era más o menos similar, pero si quería recuperar un par de cosas de su inventario habitual. 

-Buena notíssia, pues. Voy a gecupegag un pag de objétus pegsonales. Nos vémos agiba, supongo.- Dice, mirando al resto del grupo, mientras asciende por la escalera, sin poder evitar desviar la vista de nuevo.

White enarcó las cejas, arrugando el ceño inocentemente y miró a Michelle con una sonrisa leve, tímida. Cuando su mano rozó la suya, se sintió en casa, en el paraíso, seguro, y su corazón se paró por un momento para después latir con fuerza, violentamente, dándome la sensación de que quería salir del pecho. Mi rostro ligeramente sonrojado empalideción. Asintiendo, sin saber que asentía comenzó a ponerse en pie, reaccionando.

  Su voz sonó dulce, y su sonrisa se tornó firme y segura, pero igualmente inocente. No le importaría probar algo de tarta tampoco.

 - Si nos disculpan...- dijo casi riendo y se dejó guiar por el impulso de Hudson. Aunque no estaba seguro de encontrar cervezas allí...

Dave termina con toda la comida en cuestión de minutos. Observa a Harmonie y Michelle bajar de sus habitaciones con sus nuevos modelitos. Mujeres...

Al escuchar las intenciones del francés, decide que el también se dirigirá a su habitación a coger algunas cosas. - Yo también subiré un momento a mi habitación - dice a la vez que se levanta. Acto seguido sube a su habitación acompañado de Antoine.

 Lurecia no puede reprimir una sonrisa de simpatía al ver la felicidad dibujada en el rostro de Withe, pero no dice nada, mirando como se alejan por la cocina buscando un postre. Ella continúa bebiendo y terminando con el plato de pasta.

Bajo por las escaleras, me he puesto un traje algo más comodo, por si tengo que hacer la primera guardia o algo. Barry, you rocks, man. Me he perfumado con Acqua di Gio, aunque dudo que ninguno de los aquí presentes sea capaz de apreciarlo, a excepción de la delicada Harmonie, claro. Aunque algunos de estos serían capaces de diferenciar el olor de una boñiga de raptor de una de rex. Cada cual con lo suyo.

¡A matar Barry!. Lo único malo son las jodidas botas, feisimas, pero almenos llevo un traje bastante a juego y se disimulan bien. Sonrío ampliamente, y dejo la mochila colgada en la silla en la que había estado sentado antes, está un poco más abultada por las cosas que he cogido de mi equipaje.

Busco con la mirada a White-The-Pooh, no hay rastro de él, habrá ido a la cocina a ver si a Leonardo se le ha quedado pegado algo en la olla jajaja. Ya volverá. Paso junto a Elmar y le sonrío amablemente. Chupate esa, maricón de gimnasio, a ver cuando tienes tu este "style".

-Ya he vuelto.

Digo sonriendo a Harmonie y mirándola con dulzura. A ver si me toca hacer guardia con ella jejeje.

Randall alzó la cerveza un momento mientras White se iba, como haciéndole homenaje. Iba a decirle "traeme un helado", pero luego pensó que no era buena idea. Eso le obligaba a volver pronto, y ya se sabe... Terminó su plato de pasta.

-Oye, Lucrecia, ¿No? -dijo, mirándola- ¿Sabes? En todo el tiempo que llevaba en esta isla y ni te he saludado. Lo que son las cosas...

Tras rebuscar un poco mejor, Michelle acaba por encontrar esos pedazos de tarta de chocolate tan deliciosos que acostumbraba a escoger como postre a menudo. No es precisamente el tipo de chica que se preocupa por las calorías, la verdad es que con su tipo de trabajo tampoco le es demasiado neecsario.

-¡Por fin...!- saca un pequeño plato para cada uno por si White decide repensárselo, algo bastante probable, y le tiende la cuchara con una sonrisa lo suficientemente amplia como para dibujar unos hoyuelos en sus mejillas.

-Parece que sí vamos a poder descansar después de todo... aunque haremos turnos- comenta de forma distraida mientras se lleva la primera cucharada a la boca degustándola gratamente y apoyándose en uno de los muchos muebles.

Tras unos segundos de duda, decide seguir hablando a la vez que cambia de tema. Resulta bastante difícil y embarazoso intentar merodear por este tipo de conversaciones... al menos para ella.
-Desde que llegó Randall pasas mucho tiempo con él, está claro que sois tal para cual...- su tono es tranquilo al decir eso, está claro que es algo que han podido ver todos -Tendré que empezar a ponerme celosa- admite esta vez hablando de forma más precipitada, casi de carrerilla, como si sencillamente quisiera desembucharlo cuanto antes mejor.

En un contexto de burla el comentario no tendría demasiada relevancia, pero Michelle se mantiene bastante neutral e incluso expectante después de esa pequeña frase, dando a entender que quizá vaya medio en serio.

Harmonie se pone cómoda en su asiento cuando Barry se marcha y mira a sus compañeros como hablan y terminan de cenar. De forma disimulada mira a Michelle y White y cuando estos se ponen en pie y se van al interior de la cocina una pequeña sonrisa se dibuja en la cara de esta.

Poco después llega Barry cambiado de ropa. Vaya...........que guapo. Veo que somos mas parecidos por momentos jjijijijiji.  Harmonie sonrie al asesor y le ofrece su copa.

  Se lo repiensa, pero no demasiado, acaba por caer en la tentación, además compartir palabras mientras se toma algo es una costumbre bastante sana. Algo de agradecer en un grupo tan grande y viniendo de una mujer tan simpática. White sonrie asintiendo después de probar una cucharada, mientras mueve suavemente la cuchara en el aire señalando la tarta. Está para morirse. Y le guiña un ojo para probar otra, aunque se lo toma con calma, ha comido más que suficiente y lo hace más que nada para mantener la comodidad de la situación.

 - Es lo suyo, así todos nos sentiremos más seguros, aunque Leonardo ha hecho un gran trabajo. Todos se ven...diferentes, creo que de alguna forma la isla nos había....¡no sé! ¡abducido el cerebro! - hace un sencillo moviendo con la zurda de arriba abajo, extendiendo los labios con un sonido bastante gráfico pero para nada desagradable. ¡fuuu, fuuu!

  A pesar de haber empezado un poco sorprendido con la conversación, había recuperado el color y también la jovialidad, cuando escuchó de su viva voz el nombre de Randall empezó a hacerse ideas en la cabeza, seguramente le gustase Randall y temiese que si avanzaba por ese camino yo me enfadaría o algo así, me había pasado decenas de veces, en el peor de los casos simplemente desconfiaría de nosotros y pensaría, ella o quizás los demás líderes del grupo que eramos una pareja fuerte a tener en cuenta con decisión propia que podiamos largarnos cuando las cosas no nos gustasen, aunque seguramente no fuese precisamente así, más bien pensarían que Randall era el lider y que yo aún soy un crio que no sabe cuidarse solo, que se refugia en él y es una mala compañia. Espera...White...espera...Me estaba poniendo a la defensiva, y eso era malo, siempre acababa mal, asique me escudé en mi sonrisa, que como siempre era sincera.

 Antes de emitir más que un ...ehm.....prosiguió, aquello me desencajó un poco. Pero aún así reí con ganas negando. Michelle me caía bien, sabía romper el hielo.

 - Te aseguro que no tienes nada que temer, jajaja. - le quité importancia con la diestra - Por supuesto si tengo que elegir entre salvarle la vida a él o a ti, le elegiría a él. - Bromeé sin dejar de reir sonriendole ampliamente, obviamente eran simples palabras para intentar que Michelle siguiese sonriendo así. Estaba muy guapa cuando sonreía.

 - Supongo que quieres hablar de él, ¿no? De Randall. ¿Os preocupa algo?

 White...era muy inocente pero creía que sabía por donde iban los tiros.

 Cuando Randall pregunta para asegurarse si se llama Lucrecia, ella asiente.

 - Sí, Lucrecia Santos, para serviros.- Comenta con una sonrisa, iluminada por sus grandes ojos cafés.- La verdad es que no hace mucho que estoy trabajando en la isla, de echo este ha sido mi primer turno... y visto lo visto no creo que vuelva a repetir la experiencia.- Da otro trago de cerveza.

 Habla con un fuerte acento hispano.

 - vos hace mucho que trabajaís aquí, para el sr. Hamond?

Michelle vuelve a reír de forma distendida y relajada por la forma tan expresiva que tiene White para hablar acerca de cualquier cosa. Sin duda era un tipo divertido, de los que quedan pocos.

-¡Eh! Eso no es nada caballeroso...- le reprende burlonamente cuando afirma que preferiría salvar a Randall, pero al parecer no causa demasiado efecto en él... hasta que se da cuenta de que sencillamente no se ha dado por aludido, debería haber imaginado que pasaría algo así, por eso ha conseguido llamar su atención entre otras muchas cosas.

-¿De Randall? No te ofendas, me alegra que os llevéis tan bien y seáis amigos pero a mí no me parece un tipo demasiado interesante- se encoge de hombros y entonces deja su medio pedazo de tarta sobre la encimera, acercándose más al mecánico -Si quisiera hablar de alguien tendría que ser de ti...- se sujeta al cuello de la camisa de White con suavidad y no puede evitar componer una sonrisa algo traviesa.

Ahora está claro, incluso para él, pero igualmente no tiene demasiado problema en tomar la inicitiva si es necesario... sencillamente necesita saber si él estará e acuerdo.