Partida Rol por web

Cuando le agarras del cuello Nolan sonríe y levanta las manos.

- Tranquilo, Gustav. Debes cuidar ese temperamento.

- Todos os buscan ahí fuera. Engañar al Sacerdote... ¿a quién se le ocurriría?

- Yo sólo quiero mi parte del pastel. Y... cuidar mis intereses, claro.

Ríe.

- ¿No me dirás que te has encariñado de esos tres?

Al oír esas palabras más aumenta mi ira y con más fuerza lo agarro -¿Qué tienes tú que ver con todo eso? ¿Cómo que cuidar tus intereses?-

- Tranquilízate, hermano. ¡Son sólo negocios!

Está claro que así no voy a conseguir nada, parece mentira que no conozca al miserable que tengo enfrente - Está bien, perdóname, estoy un poco nervioso- le suelto y le recompongo la corbata.

- Dime qué puedo hacer para que me ayudes- intento mantener la calma, no estoy en una posición muy ventajosa y sinceramente, dudo que mis compañeros estén consiguiendo algo mejor 

- Ya te he ayudado, hermano. ¿No me has oído? He negociado por ti, por tu vida, porque eres mi hermano. He conseguido salvarte. A ti. Pero no a ellos, ellos deben estar muertos ya. En este momento esas mujeres de rojo les habrán descuartizado como a cromchels...

Mi cara se tuvo que descomponer tanto como mi cuerpo, un escalofrío me recorrió entero - ¿Qué dices?,... ¡no puede ser!- y mi primer impulso fue a salir a comprobarlo

Nolan te detiene:

- ¡No salgas! ¡Gustav! ¡Te matarán!

Se interpone entre tú y la puerta, y apoya su mano contra el accionador, para que no la abras.

-Pero...¿qué está pasando ahí fuera? ¿ y mis compañeros? ¿quién quiere matarnos? ¿cómo saben que estamos aquí?- muchas preguntas se me escaparon como una cascada incapaz de detenerla y pasaban como fotogramas de una película, a cada pregunta la imagen era más aterradora.

- El Sacerdote, el Capitán Hover. Ambos. El universo entero os está buscando, Gustav. Después de lo que hicisteis, después de escapar, después de robarles, hermano. Pagan muy bien por vuestras cabezas, deberías estar orgulloso.

- Lamentablemente para tus amigos yo tengo negocios con Hover. En cuanto esa nave entró en mi planeta sospeché, y cuando vi tu careto asomando por la compuerta supe que era mi día de suerte.

- He pactado entregarles a esos tres a cambio de tu vida. He convencido al Capitán de que no eres más que un peón de su exmujer, y que tengo una cuenta pendiente contigo. No sabe que eres mi hermano.

Tras las palabras de mi miserable hermano me quedo un momento callado y parado pensando, intentando encontrar una solución. En un instante caigo en la cuenta de que si es así, si tiene negocios con Hover porqué nunca me rescató...no entendía nada, pero allí parado menos lo haría. Esta vez la cabeza mandaba.

Con disimulo me saqué una navaja del cinturón y me fui directo a él, le intenté rajar el cuello, sólo quería herirlo mientras le agarraba brazo, e intentaba clavársela en el hombro izquierdo.

Al sacar la navaja se te engancha en tu gabardina y te haces un corte a ti mismo. Tu hermano, sorprendido, aprovecha tu descuido para tirarte al suelo y tratar de quitártela.

Por un momento seguís forcejeando, revolcádoos por el suelo del despacho, volcando sillas, archivadores, hasta terminar agotados. Nadie os oye, pues el despacho está herméticamente aislado del exterior. Nolan se sienta en el suelo, apoyando su espalda contra la pared:

- ¿Así me lo agradeces, hermano? Peleamos como cuando éramos críos... ¿lo dejamos ya?

Me levanto poco a poco, disimulando, saco mi pistola y le intento disparar el un brazo.

Tu disparo es preciso. La bala alcanza el brazo de Nolan, que aún está en el suelo, jadeando tras el esfuerzo. Parece que tú estás más en forma que él. Cuando se da cuenta de lo que has hecho, se arrastra y corre a ponerse a cubierto tras un escritorio. Por unos segundos le pierdes de vista.

Voy trás él y lo cojo del brazo bueno, intentando incorporarlo. Me lo llevo a su mesa y apuntándole con la pistola le digo - Llama a recepción y pide que suban a mis compañeros aquí AHORA MISMO!, sin trucos- mientras le clavo la pistola en la sien

Levantas a tu hermano y al mirarle de cerca ves que su cara es un enigma, parece muy asustado, pero al mismo tiempo no parece estarlo de ti:

- Nno puedo. -la voz le tiembla un poco- Ggustav. No puedo. No puedo hacer eso... me matarán. Ya están aquí. Tus amigos... ya están muertos.