Partida Rol por web

Tras seguir los pasos de la organización llamada "We Will Kill You" (WWKY) e integraros completamente en ella, vuestro jefe, JovenJohn, el que muchos conocíais como "matajudíos" de ideología nazi (y el cual no creía en la organización criminal nazi de la ciudad por ser unos pringaos) se tuvo que ir definitivamente de la ciudad y quizás del país por asuntos con la pasma. La organización se redujo a vosotros, porque él se llevó a sus chicos para que les cubrieran las espaldas. Sabíais que debíais nombrar un jefe entre vosotros y hacer florecer por segunda vez la organización, la cual había quedado rodeada de italianos con ganas de marcha y que os hacían pagar un "tributo" por la seguridad en su territorio. Ya os visteis vuestro pequeño local destrozado en dos ocasiones por no poder pagar este tributo y la verdad es que les estabais cogiendo tirria a esos cabrones. Pero ya os vengaríais en otro momento.

Ahora hacíais pequeñas escaramuzas para poder mantener el local con el dinero recaudado. Erais 5 superhéroes los que debíais soportar el peso de la organización y sin JovenJohn allí. Era mucha responsabilidad. 

Y aquí estáis, delante de vuestra próxima escaramuza, una tienda de un chino que debe de tener suficiente dinero como para mantener el local otro mes sin que lo destrocen. La tienda era pequeña y parece tener una única cámara. A través del cristal se ve un chino en el mostrador. La calle parece tranquila, son las 2:00 am y estos chinos aprovechan hasta las 3:00 am para sacar el dinero a todo el que pasa por allí y quiere tomar algo...

Si alguien me hubiese preguntado porqué nos paramos delante de la tienducha de aquellos amarillos, podría darle varias respuestas: "fue la primera que encontramos abierta", "eran tan mala como cualquier otra y merecía ser robada", "si, señor juez, lo reconozco, odio a esos putos amarillos de ojos rasgados" o "necesitábamos la pasta para mantener el local un mes más y que no nos rompieran las piernas" cualquiera de ellas sería igual de válida e igual de sincera, pero dudo que me librara de pasar otra temporada a la sombra con alguna de ellas.

Sea como fuera, allí estábamos, preparando el gran golpe de este mes que nos evitaría una revuelta por parte de los spaguettis y seguir a nuestra bola hasta que nos viniera a visitar la suerte. Todos ellos tenían buenas aptitudes, incluyéndome a mí, pero no teníamos los medios para poder hacer nuestra gran obra maestra... de momento.

-¿Cómo lo hacemos? ¿Como siempre? Entráis, le dais una soberana paliza, reventáis la caja registradora, cogemos el dinero y todo lo que os guste, mientras yo borro el disco duro donde se guardan las imágenes de la cámara. Coser y cantar. Luego cada cual por su lado y nos vemos en el local en 30 minutos.

Esto era tan rutinario que no debería suponernos un problema. Era la vida que habíamos elegido, o que nos habían obligado a elegir, y teníamos que vivir un día más.

Estaba dándole vueltas a cómo lo haríamos, está claro que yo llevaría la parte de volar alguna caja fuerte que hubiera, habría que buscar bien, seguro que esos chinos condenados guardaban más pasta en algún otro lado, eran demasiado listos como para dejarlo todo a expensas en una caja registradora. Me acerqué a Cyphra.- ¿Qué está tramando tu bonita cabecita?.- Dije tras una sonora carcajada. Cyphra estaría ya acostumbrado a mis demencias, era parte de mi personalidad.

- Es facil.- dijo Mark, con su tono de voz tan recio como sus brazos.- Si entramos disparando solo haremos ruido, nos llevaremos las migas de la caja y unos ganchitos con suerte. Ademas, seguramente alguien toque el boton del panico y tengamos que salir corriendo como putas...pero hay una forma de que nos den todo lo que tienen y nadie mueva ni un dedo para evitarlo, sin violencia. Las tiendas de chinos son negocios familiares, sus crios suelen jugar frente a la puerta. Solo tenemos que coger a uno de esos mocosos y ponerle una pistola en la cabeza.- dijo Mark, aunque todos alli sabian que el JAMAS dispararia a un niño, los chinos no tenian porque saberlo.

Mark se cruzo de brazos y espero opiniones.- Es un poco distinto a nuestra forma normal de hacer las cosas pero ya no tenemos el respaldo que teniamos antes, debemos ser mas listos y protegernos mejor.- sugirio.

¡Niños!
¡El plan no podía ser mejor!

Y con suerte, podría convencer a su grupo para que le dejarán llevárselo.
Aun así no estaba segura del método que pensaba emplear el musculitos.

-Pero oye, tú.

¿Y no crees que será un poco cantoso raptar a un niño contra su voluntad, aquí en medio de la calle? En el caso de negarse a seguirnos, que creo que es lo obvio.

Obviamente había tratado lo suficiente con esas criaturillas como para saber de su comportamiento; un niño, fuera de la nacionalidad que fuera, no seguía a hombre ni mujer algunos a aquellas horas de la noche.
Ni siquiera sabía si justo sabrían identificar al hijo del dueño de la tienda. Podría ser un niño aleatorio.

No, había demasiados cabos sueltos en el plan.

-Pues creo que no deberíamos hacer lo que dices; no me convence.
Siempre puedo utilizar mis encantos femeninos para colocarme en su espalda e inmovilizarle de manos mientras hacéis lo que queráis.

Nadie desconfía de las preciosidades como yo- terminó diciendo, acompañándolo de aquel gesto suyo tan característico de echarse el pelo hacia atrás, que le daba más énfasis a lo repelente de sus palabras.

-Por el amor de Dios, ¿en serio estamos discutiendo sobre la forma de hacer esto? Nadie ha dicho nada de pegar tiros -me quedo mirando a Mark- es más, como bien dices, es poco recomendable. Yo hablaba de que utilizaras esos brazos que te dieron tus padres -y que los esteroides potenciaron, por supuesto-. Como bien dice nuestra querida señorita, el utilizar un niño tiene más problemas que ventajas. Esos malditos amarillos son todos iguales, ¿cómo demonios vamos a elegir al correcto?

Me llevo un par de dedos al inicio de la nariz, justo entre los ojos. Demasiadas variables y, además, cada cual añadía más migas al posible plan. No era tan difícil, joder: paliza, dinero y fuera. Las viejas técnicas sobrevivían a las modernidades porque eran buenas.

-Haced lo que queráis, pero vamos a movernos ya. De la cámara y el resto de la tecnología me encargo yo en cuanto dejéis KO al dependiente.

Mark resoplo y se encogio de hombros. No perderia el tiempo discutiendo que podian hacer las cosas con un poco mas de planificacion, vigilar la tienda y averiguar que niño era hijo del dueño... y nadie habia hablado de secuestrar a ningun niño, solo tenian que meterlo dentro y amenazarlo un poco....pero la peliroja parecia que tenia tinte hasta en el cerebro.

Para que discutir, las cosas no cambiarian y se estaba empezando a cansar de improvisar sobre la marcha, asi no llegarian nunca a nada.

- ¿Tus encantos?.- gruño con una sonrisa socarrona.- Entonces estamos jodidos...

-Bien, entonces el plan es entrar, atracar, borrar las camaras y salir... elaborado, realmente currado el plan.- dijo con sarcasmo, realmente estaba empezando a cansarse de aquello.- Vale, vamos.- dijo con desgana.

-Que os den...- resopló por lo bajo mientras entraba por las malas a la tienda, sacando su arma de primeras y apuntando al dueño a la cabeza casi de inmediato.

Siempre tenía que ser todo a lo bruto. Estaba cansada de lo poco profesionales que eran sus compañeros. Pero bueno, no le quedaban otros.

Resopló.

-Manos arriba o disparo.

Miró a la gente de alrededor, dentro de la tienda.

Ya se encargarían de ellos sus compañeros.

Mark se cubrio la cara antes de entrar, aunque borraran las camaras el tenia una familia y no queria retratos robot por las calles- Ya habeis oido a My Lady sutileza.- dijo Mark entrando detras de ella, su tono cambio a algun mucho mas rotundo y amenazante.- Las manos donde pueda verlas.- Recalco.

Una mujer con un arma impresionaba pero no habia nada como dos metros de bastardo cabron con pinta de estar cabreado para infundir temor.

por lo visto mis compañeros habían decidido no complicarse la vida y entrar a la tienda a saco, solo esperaba que no nos costase muy cara la falta de previsión, como el resto estaban ocupados acojonando a la cajera, decidí ir al final de la tienda para evitar sorpresas desagradables como el típico cliente que decide ser un gilipollas y hacerse el heroe, además desde allí tendría una visión mas clara de la tienda y porque no decirlo me divertiría si encontraba a alguien escondido por ahí

Bueno, al menos ya había empezado la fiesta, que no era poco. Tras las últimas palabras del sector femenino del grupo, empezaron a desenfundarse las pistolas y las amenazas varías. No somos los mejores ladrones de la ciudad, pero al menos nos servirá.

Entro en la tienda, teniendo bien sostenida la bolsa donde iba mi ordenador. Para mí era tan importante como para ellos sus armas, con la diferencia de que yo las pasaría putas sin él y ellos podrías apañarse sin pistolas. O eso creo.

Una vez dentro, me fijo en lo que hay alrededor del mostrador, principalmente cableado. Donde había cables, termina habiendo un terminal en algún sitio. A alguna parte tenía que ir la grabación de la cámara.

Al ver que todos van tan decididos tomo mis explosivos guardados en una maleta y entro en la tienda el último para que en caso de tiroteo no me pillaran las balas.- ¡Vamos joder!

Desquiciada por sus compañeros, la pelirroja Brooklyn entra en la tienda directa hacia el tendero. Saca su arma y le apunta a la cabeza. El tendero queda sorprendido y le ruega que no le dispare.- No dispales, tengo niños.- Pero parece no moverse del miedo que le causa el que le apunten con un arma.

Mark se tapa la cara y secunda a Brooklyn. El chino lo mira y se echa a temblar. 

Por su parte Dean entra a toda pastilla hasta el fondo, perdiendo a sus amigos de vista tras las estanterías para que no les jodieran el plan. Entonces ve a una china joven con un niño y una niña agarrados a ella llorando.- No nos hagáis daño.- Llora mirando a Dean. El resto de clientes se tumban en el suelo, otros salen corriendo. No hay muchos clientes.

Cypra mira atentamente y se da cuenta de que los cables de la cámara llegan hasta un armario que hay detrás del dependiente el cual está cerrado con llaves.

Mark era un muro de hielo, frio y seguro de si por fuera pero por dentro estaba resoplando, habia demasiadas cosas que no le gustaban en aquella situacion. Tenia la impresion de que las cosas se iban a joder y mucho de un momento a otro.

- Abre la caja.- ordeno al tipo detras del mostrado. Era una orden que no dejaba lugar a duda pero el tipo estaba tan cagado de miedo que necesitaba un pequeño incentivo para reaccionar.- Hazlo ya, sin tonterias, o tus hijos van a crecer con el trauma de haberle visto los sesos a su padre.

Despues dejo que la mujer se encargara de recoger el dinero y se giro para cerrar la puerta, no queria que mas gente saliera gritando de alli, llamando la atencion. Despues comenzo a caminar por los pasillos.- Esto es un atraco, sean buenos, pongan las manos sobre la cabeza y tirensen al suelo, si se quedan quietos y nadie hace tonterias nadie saldra herido. -pidio esperando que no hubiera ningun aprendiz de gilipollas con capa entre los presentes.

No se puede decir que el "plan", por llamarlo de alguna forma, saliese mal. Teníamos el control de la tienda, los clientes estaban tumbados en el suelo y el amarillo se estaba cagando con la idea de tener un respiradero en la sien. Podría ser peor.

Voy siguiendo los cables con la mirada hasta que desaparecen detrás de un armario, donde está el chino con cara de estar aguantando toda la mierda. Al acercarme compruebo que está cerrado con llave. Malditos chinos, son todos unos desconfiados, entras a comprar algo honradamente y ya te están persiguiendo... se lo tienen merecido.

En un primero momento, me fijo si el amarillo tiene colgado algún juego de llaves del pantalón. No iba a pedírselo, simplemente a quitárselo. Siempre fue mejor pedir perdón que permiso.

No, hombre, Brooklyn no pensaba matar a nadie si no era necesario. Y mucho menos tratándose de un padre con niños. Quizá le sirvieran más adelante, y no quería ganarse enemigos entre el grupo infantil de la ciudad.

Sonrió de oreja a oreja. ¡Le encantaban los niños!
En todo momento tuvo la atención puesta en que ningún individuo de la tienda hiciera movimiento sospechoso alguno.

-Tú abre la caja por ahora y no pasará nada. Pero no muevas un sólo dedo o dispararé ipso facto.

¡Y no dejéis escapar a los clientes, porque llamarán a la policía!- ordenó a los compañeros de la puerta.

Le ves un bulto en el bolsillo del pantalón, quizás ahí estén las llaves... porque no parece que la tenga en ningún lugar de su cuerpo.

Voy buscando por la tienda a ver si encuentro algo con lo que pueda hacer un cóctel molotov casero. Una botella de vodka, un mechero y un trapo serán suficiente. Mientras voy por las estanterías voy pateando a la gente y tirando cosas de las estanterías.- ¿Dónde cojones está el alcohol?.- Putos chinos.