Partida Rol por web

-No vas a tocarla- La frase ha comenzado en mis pensamientos, pero para cuando quiero darme cuenta, se ha deslizado hasta mi boca. Está cargada de frialdad, de vacío, pero, de forma inusual, también ha aparecido una nueva fuerza. Casi podría decirse que era rabia, pero no, rabia era la furia incontrolada que parecía ligada a la personalidad del muchacho de brillantes ojos azules. Más bien, era rencor, la clase de rencor que solo aporta la desesperanza. La clase de rencor que surge del dolor y el sufrimiento. La clase de rencor que termina degenerando inevitablemente en oscuridad.

Kora le había protegido del enmascarado. Kora había sangrado por su causa. Y yo no pensaba permitir que sangrara por su mano. La llave se cruza sobre mi pecho de forma natural, inconsciente, instintiva, y mi cuerpo se coloca frente al joven y su presa. Los golpes que no pueda detener, los aceptaré en su lugar, pero ella no será atacada desarmada mientras yo respire.

Me quedé parado de pie, sin poder ocultar mi odio y mi sorpresa a partes iguales.

---¿Que clase de traición es esta?- digo con la voz temblando de rabia  y sin poder dejar de temblar por el mismo sentimiento, tengo que hacer un gran esfuerzo para que la llave espada no me timeble, aunque me cuesta muchisimo evitarlo- ¿ Acaso ahora estais de parte de la oscuridad? ¡¿de parte de esa cosa?! ¡¡¡QUE COÑO PENSAIS QUE ESTAIS HACIENDO?!!!

Hayato acabó de arremeter contra Kora debido a la magia de Yume. El joven notó el ataque mágico con suficiente tiempo como para saltar hacia atrás y alejarse de Kora, aunque no se esperaba que fuera una magia plus. Hielo le afectó de igual forma, congelándole los pies y caderas, impidiéndole el movimiento.

-Tsk...

Todo lo demás pasa muy rápido. Hayato observa la escena, y justo cuando Kora se deshace de su llave-espada, quedando esta indefensa ante cualquier tipo de ataque; ve como Rin, que seguía enfurecido, trata de arremeter de igual forma en contra de él y de ella, que estaba en medio de la trayectoria del ataque.

-¡¡¡DETENTE RIN!!!

Justo cuando Yume se interpone en medio del aluvión de múltiples estocadas del muchacho, Hayato consigue deshacerse de la prisión de hielo, la cual se había debilitado lo suficiente como para liberarse. Imbuïdo por una extraña aura azulada, Hayato se presenta instantáneamente detrás de Rin. En donde supuestamente debería estar Hayato antes de eso, ahora solo se hallaba la máscara que este portaba antes, la cual se desvanece en ese aura de color azul, hasta desaparecer por completo. Era como si se hubiera intercambiado la posición con el objeto en un parpadeo. El joven, en vez de su característica oleada de ataques que precederían a su técnica de intercambio, aprovecha la ocasión y le propina una patada a Rin, lo suficientemente fuerte como para apartarle del medio pero sin hacerle daño con su llave espada.

Mis ojos siguen cada movimiento de las manos de Rin, y sin embargo, de no haberlo hecho el resultado hubiese sido el mismo, pues le observo cegada por la esperanza de que toda su ira tenga un límite, y que desarmarme le podía arrastrar a ese límite; o cuanto menos, al verle descender su arma ni siquiera me planteo que sea el preludio de una de sus patrañas.

Relajo mi puño cerrado y oculto en el bolsillo y mis labios empiezan a estirarse en una sonrisa aliviada y agradecida cuando su grito golpea en mi frente y me obliga a dar un pequeño respingo, tan inútil como mis intentos de poner un pie en el mundo de los adultos.

Abro los labios buscando llenar mis pulmones de un aire que mi subconsciente prevé que va a faltarme pronto y antes de que mis manos reaccionen escapando de los bolsillos para reunirse frente a mi cuerpo, Yume se interpone en el camino de la rabia debocada de Rin y mi cuerpo solo se permite temer.

Mis pupilas se dilatan asustadas con el coche de amabas llaves-espadas y mis manos, una vez más, recorren el camino menos útil, alzándose hasta cruzarse sobre mis labios. - No, no, no, no, no. -grita mi cabeza agobiada - No le hagas daño. - pienso para ambos aunque mi piel se eriza temblorosa por sumar a Yume a otra persona que ha sido dañada por mi culpa.

Cuando Rin se detiene, suelto el aire de mis pulmones lentamente y es entonces cuando me doy cuenta que había contenido el aliento. Me acerco a mis compañeros con cautela, con el oído puesto a mi espalda, aunque me esfuerzo por no girarme, por fingir que confío en no sufrir otro ataque de Hayato, por mantenerme firme en mi postura de que podemos colaborar. Me aferro al grito de nuestro antiguo compañero cuando Rin ha atacado para creer que sigue siendo él, a pesar de haber perdido aquel brillo especial que tanto la había encandilado en su llegada.

- No es oscuri...- empiezo a responder a las voces de Rin cuando Hayato se materializa a la espalda de este y activa de nuevo mi alerta. - ¡¿ Qué haces?! - clavo mi mirada en el desenmascarado y aprieto los dientes para ocultar mi grito de confusión - Estás perdido Hayato. - concluyó lanzándome hacia mi compañero de ojos azules para comprobar si está bien.   

Tras usar su as bajo la manga, Hayato aterriza firme en el suelo, pero acto seguido le fallan las piernas, obligandole a arrodillarse tras repeler a un Rin enfurecido por la situación.

El joven clava su llave-espada en el suelo y se apoya en ella para no caer de bruces contra el suelo, quedando totalmente expuesto a cualquier ataque. Su respiración es muy agitada, y parecía estar agotado.

-Tsk...

Trata de mirar a Kora, quien había ido a comprobar el estado de Rin. Hayato se intenta levantar, pero justo cuando alza su llave espada para tratar de caminar, cae contra el suelo.

-Maldición... Me he excedido.

El joven ahora estaba en el suelo, llave espada en mano, tratando de levantarse, y ayudandose de nuevo de su arma para, almenos, ponerse de rodillas.

-Oscuridad...- ¿Estamos de parte de la Oscuridad? No puedo saberlo. Nunca he acabado de comprender qué se supone que es la Luz, ni por qué debemos de oponernos a las sombras. Sin embargo, es algo que se repite cada vez con más frecuencia, tanto en el exterior del mundo como en un susurro desde el fondo de mi corazón.

No sé de qué lado estoy, porque todavía no sé siquiera quién es la persona cuyo cuerpo muevo ahora. Pero, hasta que recupere mis recuerdos, hasta que descubra si acaso tengo un objetivo, algún deseo, mis acciones irán motivadas por las personas reales, y no por conceptos vacíos. Y Kora es lo único real en este momento.

Por primera vez desde que desperté, un fugaz gesto de desaprobación cruza mis ojos, al ver como la chica se dirige con patente preocupación hacia el compañero que la había atacado mientras había estado desarmada, y las palabras del enmascarado se repiten lúgubremente en mi cabeza. -¿Puedes garantizarme... que Rin no es de fiar?- pienso mientras miro alternativamente a unos y a otros.

La vida es complicada, y me cuesta comprender cómo es posible que apreciar a alguien pueda llevar a enfrentarte a él. Cómo es posible que alguien pueda llegar a apreciar a alguien contra quién se enfrenta. Pero yo soy ignorante, y no puedo juzgar. No puedo prever. Y, simplemente, avanzo hacia la chica preparada para protegerla de cualquier ataque inesperado, sin importar de cuál de los dos jóvenes provenga.

Y espero, espero a que se desarrollen los acontecimientos, y espero no tener que volver a pelear.

No aparto los ojos de Rin ni siquiera cuando oigo a Hayato rechistar y reprocharse su inconsciencia. Sé que está agotado, por el ritmo en que su respiración se hace eco en esa sala de luz, como sé que está abatido cuando su cuerpo golpea el suelo, y aun así, aun con el grito de la indefensión y la necesidad de auxilio no aparto los ojos de mi compañero. Necesito encontrar la calma que habita tras la furia de sus ojos; necesito saber que ese ceño fruncido sigue dándole la fuerza que le mantiene en pie pero saber que no le llegará a consumir; necesito mantener mi promesa y eliminar toda posibilidad de tener que cumplir mi obligación.

- Ya basta.- le pido en una entonación que recuerda más a una afirmación y me atrevo a tocarle la mano que sujeta su llave-espada con ese mismo mensaje en forma de caricia.

Y es entonces, cuando mis pulmones recuerdan cómo respirar y mis ojos ansían la presencia de Yume. A la que buscó con sobresalto interior, temiendo en el eterno segundo del recorrido de mi vista hasta ella que la situación realmente no esté tan controlada como la fatiga de Hayato me ha hecho creer.

Y cuando la encuentro, acercándose a mi, entiendo el corazón de Faile, y los razonamientos que seguía para conmigo en nuestro mundo. Aunque me encuentro lejos de compartirlos o seguir sus pasos. - Una carga, un lastre- me define el fantasma del jinete en mi cabeza - Ella lo merece.- respondo a Vanitas con tal determinación que podría asegurar que me ha oído allí dónde esté - ¿Estás bien?- le pregunto a esa princesa oscura fingiendo terminada la riña, pero con un ojo puesto en mis compañeros del castillo Alvel.

Hayato se mantenía en el suelo, aún con dificultades para levantarse. Rin, por su lado, se recuperaba del golpe, levantandose también, algo apartado de la trifulca y bastante magullado por los ataques recibidos, pero en condiciones como para mantenerse en pie. Parecía como si el combate hubiera finalizado. A pesar de eso, una voz grave, la cual resuena por toda la blanquecina sala, es la que rompe el silencio escaso que los portadores habían dejado mientras se lamían algo sus heridas.

-Mentiría si dijera que no me lo esperaba...

Tras el fuerte eco que había dejado la voz, una silueta oscura avanza hacía los portadores desde la puerta por la que Hayato y Yume habían aparecido.

-A fin de cuentas, no puede manejarse un títere con corazón.

El extraño individuo portaba las características vestimentas de la organización que tantos problemas os habían dado, y para rematar, su rostro estaba cubierto totalmente por la negra capucha que cubria toda su cabeza. El encapuchado levitaba por el suelo, como si de una sombra o espectro se tratase, y su voz, la voz que había resonado desde que os encontrabais en aquel estrambótico castillo, era bastante diferente de la del primer encapuchado que os encontrasteis. Su voz, a pesar de ser estridente, era tranquila y serena. Parecía como si aquel tipo lo tuviera todo bajo control.

-Bueno, estais casi todos reunidos, aunque no es como decian los informes... Un perezoso dormilon que ahora mismo debe de estar teniendo un agradable sueño, mientras esta rodeado por mis compañeros los cuales le llevaran a un lugar quizas mejor que este; un grandullón con aires de grandeza y chulería en su porte, acompañado de una sagaz chica bastante diestra con la magia, los cuales estan atrapados en un mundo dispar; y un albino bastante reacio a la lucha, el cual está perdido como una rata en un laberinto por todo el castillo... Sin duda, sois unos chicos realmente buenos. Estais todos donde ese hombre dijo que estaríais. Aunque...

Hace una ligera pausa para proseguir acabado la misma.

-Vosotros no deberíais estar juntos. Nuestra pequeña marioneta parece que no ha cumplido bien su papel... ¿Eh Hayato? arrebatarnos a Kenjoou para que sacara a tus preciados amigos de nuestro mundo, comiendole la cabeza con tus sucias ideas de portador; contactar con Ansem el Sabio para que guiara a los jovencitos hacia ese supuesto hechicero; aprovechar el despiste del Nesciente durante su batalla para que tus amigos pudieran zafarse de nosotros en el paso interdimensional, reunirlos de nuevo en el castillo con la excusa de volverlos a ver despues de tanto tiempo... Oh, no es cierto. Después de tanto tiempo para ti, ¿verdad? ¿Cuantos años ha sufrido tu cuerpo? ¿cinco? ¿seis? Eres un ingenuo si crees que el Maestro no lo ha dispuesto todo para que sigas sus planes. Solo eres una simple marioneta. Fácil de controlar, aunque con sus problemas...

Hayato se ayudaba de su llave-espada para estar arrodillado en el suelo, observando al encapuchado y apretando sus dientes, impotente. Esa habilidad le había dejado realmente cansado, y se movía a duras penas.

-Tsk... Debí suponer que no me dejaríais actuar libremente en el castillo... Pero da igual. Ahora es imposible que encontréis a la Princesa Oscura, y con eso, Kingdom Hearts seguirá oculto. Ya se lo puedes comunicar.

Hayato sonrie sesgadamente.

-¡Y recuerdale que mi corazón es mio, y de nadie más! 

-Y que más quisieras... Has fracasado en todo lo que te has propuesto. Desde joven, fallaste a tus amigos aqui presentes como lider. Te dejaste derrotar por aquel que creias tu amigo, y tu rencor y tu ira alimentaron tu poder. El maestro se fijó en ti desde el principio y te dotó de las habilidades necesarias para vengarte y cumplir con sus deseos. Eras más que capaz de completar las ambiciones de ese hombre. Pero tu sentido de la justicia te nubló de tus obligaciones y fracasaste en su proposito. Le traicionaste y te entrenaste duramente en aquel remoto lugar donde te encerró, total, para acabar aquí tumbado derrotado por querer salvar a aquellos que te dieron la espalda. Ni siquiera has podido culminar tu venganza contra ese mocoso, tus sentimientos te lo han impedido... Y a pesar de que para ti han pasado mas años sigues sin entender. Deberias haber madurado. De nada sirve tener corazón. Solo os hace débiles a aquellos que lo poseeis...

El encapuchado solamente se limita a hablar, pero no parecía hacer ningún gesto agresivo ni amenazante. pero a pesar de sus intercaladas risas, daba la sensación de que lo tenía todo bajo control.

Con la llegada de esa nueva voz, me aparto unos pasos de mis compañeros, lo justo pare sentirme tan cerca de ellos, como previa a su camino. Temo una amenaza nueva con esa frase tan altiva pero mis manos no buscan la posición cómoda para invocar a Flame, no todavía.

Siento mi corazón agrietarse al ver las ropas de ese individuo, y a la vez, mi sangre se enciende con prisa y esperanza. Una de esas túnicas se llevó a Rasheltex, y estar cerca de otra de ellas, sin ninguna certeza de quién hay debajo, de si es la misma persona que me hizo madurar de una hostia o cualquier otra completamente ignorante de dónde encontrar al maestro me crispa.

Dudo si preguntarle directamente, si pedirle que nos lleve hasta el corazón y el cuerpo de Rasheltex, hasta el corazón de Hayato, que nos diga cómo liberar esa luz presa en el castillo. Pero su discurso empieza y no parece querer escuchar. Reconozco a mis compañeros en sus descripciones, y la amenaza que cae sobre mi prima en ellas. - ¡¿Qué habéis hecho con Faile?! - protesto conteniendo mi rabia y temor - ¿Dónde están todos? - exijo una respuesta sin esperar a que termine de hablar.

Me giro hacia Hayato con los labios apretados cuando ese ser flotante empieza a dirigirse a él en vez de responder, a hostigarle y a regalar piezzas del puzzle de nuestras vidas. - ¿Ansem y Yen Sid están con los podridos? ¿Mintieron en todo? - meto la mano en el bolsillo de la sudadera dónde guardo mi promesa.

Y está vez es la voz de Hayato la que me saca de mis cábalas - La princesa oscura. - enfoco mi mirada en él y luego busco la reacción de aquel al que no le puedo ver el rostro. Suelto un grito exasperado en mi mente antes de volver a indagar - ¿Dónde está Faile? ¿Juris? ¿Jace? ¿Lunh? - señalo a Hayato con la mano plana - ¿Su corazón? ¿Qué buscáis? ¿Qué queréis? - sigo buscando respuestas con preguntas a las que me he acostumbrado a no ser respondida - ¿Quién es ese Maestro? - ¿Quién es la princesa oscura, o qué es? - me muerdo la lengua con esa última cuestión pues es obvio que el encapuchado se pregunta lo mismo.

- Ya basta. ¡Dejale! - hincho mofletes finalmente y mis pies terminan de recorrer los escasos pasos que me separaban de nuestro antiguo líder para tenderle la mano - La oferta sigue en pie. - le sonrío intentando ignorar al encapuchado - Ayúdanos a encontrar a Rasheltex y nosotros a encontrar tu corazón. Lo prometo.

-La Princesa... Oscura...- Un recuerdo emerge lentamente en mi memoria, y las palabras de Kuro resuenan nuevamente en mi cabeza. -"Mi princesa... ¿teméis a la oscuridad yaciente en vuestro corazón?"- Una conexión, tal vez acertada, tal vez errónea, se establece en mi mente, pero no soy capaz de otorgarle significado. No sé exactamente por qué no compartí aquel sueño con Kora, pero comienzo a lamentar no haberlo hecho.

Con una mezcla de miedo y turbación, me acerco a Kora, tratando de pasar desapercibida, de no llamar la atención de ese nuevo encapuchado. Alcanzo a comprender que está hablando de nosotros, que sus palabras sitúan a Hayato como la mano oculta detrás de una serie de causas y efectos, que acusa a los sentimientos de ser el origen de la debilidad. Poco a poco, parece que mi frágil cerebro comienza a acostumbrarse a interpretar y analizar aquello que me circunda.

Sin embargo, sigo sin saber qué es lo que pretende, por qué nos dice todo aquello, y cómo debería afectarme. No sé que es ese Kingdom Hearts al que el antiguo enmascarado se refiere, ni por qué debería permanecer oculto. No sé cómo debería reaccionar... y por una vez, parece que no soy la única, porque la lista de preguntas que surge de los labios de mi compañera la hacen partícipe de una misma incertidumbre.

La constatación de ese hecho me genera una desagradable sensación de estar por completo desprotegida, y habría invocado mi arma como medida defensiva si no temiera con ello acaparar la atención del desconocido. Sin embargo, precisamente por ello, porque ninguna de las dos sabe a lo que se está enfrentando, comprendo que debemos permanecer unidas. 

-No tienes por qué estar solo...- Susurro al joven con el que, a pesar de no haber intercambiado apenas unas palabras y golpes, he sentido una inmediata empatía. Esa unión invisible que permite reconocerse como iguales a aquellos que han sufrido. -Ven... acompáñanos.

Haciendo un soberano esfuerzo para mantenerme en pie, observo al recién llegado, apenas sentia las heridas aunque quizas fuera por que el calor de la batalla y toda la ira que sentia todavia recorria mi cuerpo como si fuera un elexir que me mantenia revitalizado aunque seguramente cuando se enfriara tendria que soportar muchisimo dolor....

---Corta el rollo de una vez- espeto ya bastante desquiciado por que no dejaran de aparecer individuos- Ya estoy harto de tanta gilipolleces y misterios ¿que coño pretendeis hacer vosotros y que mierdas pintamos nosotros en esto? ¡Responde o vete a comer mierda a otra parte!