Partida Rol por web

Notar a Ordinem de nuevo en mi ser me llenó con un nuevo halito de vida. Quizás tardamos un poco en recuperarlos, pero agradecía haberlo conseguido sin percance alguno. - Pero bueno, ya vuelves y solo piensas en el deber... Ains. Un gracias por haberos rescatado no estaría mal, y algo que se sienta como un abrazo - No sabría si lo sentirían ambos dos, pero de ahí fuí directa a abrazar a Fio como si pudieramos abrazar mutuamente a Caos y Ordinem.

-Pero tienes razón Ordinem - Dicho eso miró hacia Samael quien estaba recibiendo las palabras de mi hermanito en cuanto a ganar aliento se refiere y por supuesto le asentí por detrás cuando el acabó de decirlo todo - Sin duda, debemos tener el más minimo cuidado, y se que Samael, podrás hacerlo. No sé como se te dará aprender hechizos pero... Puedo enseñarte mi Aegis que es el bastión de defensa más duro entre las princesas hadas o... - Saqué aquel pergamino que tanto Fio como yo habiamos leido - Podriamos confiarte esto, ya que has abierto los ojos y se que no nos traicionarás.

Cogiese o no el pergamino del escudo real, era independiente de lo que iba a ocurrir ahora, pues inmediatamente me puse seria. - Aún falta algo que hacer... Si todo lo que me enseñó Ordinem es exacto y lo que sabemos de nuestra raza es también correcto, necesitamos algo de vital importancia para que todo salga correctamente, y solo nos lo puedes proporcionar tu Samael. Necesitamos las piedras Antimagia. Pero tranquilo, no es para nada malo, las necesito como parte importante de la resurrección de Lily ¿Podrías generar alguna por alrededor?

Sabía que era extraño pedir algo tan ironico como lo que empezó todo, pero tenía mis motivos y razones y aunque ninguno pudiera comprenderlo de primeras cuando lo pedí, lo haría según fuera elaborandose todo poco a poco - Las hadas estamos hechas de magia, magia que viene del propio mana. En esencia, somos criaturas de mana, pero cada uno de nuestro mana está centrado en una esencia natural del mundo, Luz, Oscuridad, Creación, Caos, Antimagia, Fuego... En ese caso, el Caos y la Creación pueden aunarse para traer en conjunto a una nueva forma de vida. En su tiempo, imagino que el propio mundo creó la magia en si, y a los seres vivos que habitan en este mundo mágico... Pero quizás, para una criatura viva con magia, se necesita un ingrediente que de por si la creación y el caos no tienen... - Pero que podían forjar, y ese era la magia. Esperaba que ni Fio ni Samael se hubieran perdido, pero los que realmente más me preocupaban que se hubieran perdido eran Caos y Ordinem.

-En resumen, Samel, eres el hada de la antimagia, es decir la cara opuesta de la magia, del mana. Si tu mismo generas las piedras de Antimagia en cuyo nucleo solo la magia desaparece, eso quiere decir que por ser el valor opuesto a la magia, podriamos crear mana puro. Con ello, el cuerpo de Lily, el caos y la creación y tu para contenernos Samael... Devolveremos al vida por completo a nuestra hermana. - No sé que me dices Ordinem, pero creo que todo encaja ¿No? Jeje... Estoy deseando que funcione. - Dicho eso, y junto a Fio, empezariamos a organizarlo todo para lanzar nuestras magias una vez estuviera todo listo. Primero el mana puro de las piedras antimagia transformadas, y luego dirigirlo todo al mismo epicentro donde Caos y Ordinem nos ayudarán a traerla de vuelta

 -No tienes que preocuparte por eso: lo importante es que regresaste, ¿no? -respondería el príncipe con una sinceridad que solo él podía tener.

 Cuando finalmente les dirigiste la palabra, los dragones fueron recuperando la compostura mientras unos se acercaban a responder tus dudas.

 -Precisamente, hace poco nos llegó un comunicado por parte de un nigromante de Aztora, decía ser uno de los caballeros de alto rango: El mensaje decía que la nube tormentosa que está azotando todo el continente NO fue culpa de las hadas, al menos no del todo. El caso es que según él estaban trabajando en solucionarlo, y que a nosotros solo nos tocaba resistir -afirmaría uno de los representantes, siendo que otros asentirían a modo de confirmar sus palabras.

 Ciertamente, parecía que tu trabajo no acababa nunca: cada vez que solucionabas un problema surgía otro, e incluso para ti ese era un peso que costaba cargar, algo de lo que el príncipe pareció darse cuenta, pues se acercó a ti tomando tu único brazo para pasarlo por detrás de él y que de ese modo de apoyases.

 -Supongo que en ese caso yo tampoco puedo descansar mientras mis caballeros trabajan. Es la labor de un príncipe, ¿no? -y con esa sonrisa radiante, Arthas haría lo posible por demostrarte que estaría contigo hasta que todo acabase.

 -¡CALLATE, CYTLA, MALDITA SEA! ¡CALLATE! -se voltearía a gritarle la princesa, casi histérica y de manera explosiva, antes de volver su atención a Baeric, deseando que las palabras de la pelirroja no interrumpiesen aquel momento, dejando en manos de Glaius y Alessandro que se acercasen a recoger a la pareja.

 -Hmphh... Hegh, hegh, hegh... -por su parte, del interior de la armadura de Baeric solo saldría una profunda risa. -. ¿Crees que necesito ahora de ti? ¿Crees que necesito comenzar de nuevo cuando ya tengo todo lo que deseo en la palma de mi mano? Dime: ¿que te hace pensar que abandonaría lo que me pertenece, por algo como el amor?

 -Porqué no hay nada que el caballero grifo odie más que ser parte del juego de un idiota como Aztora -declararía la princesa, con seguridad.

 Aquellas palabras, si siquiera provocaron alguna reacción en Baeric, no lo reflejaron visiblemente, siendo que su silencio perduraría durante varios segundos.

 -Es inútil... Ya intenté luchar contra él, y concluí que la única opción era aceptar lo que me ofreció, y luego de cosechar el potencial del reino tal vez podría intentarlo de nuevo: pero ahora, con un mundo donde las personas de confianza de un rey son hadas irrespetuosas y pelirrojas gritonas, debo poner orden y preparar a nosotros los mortales para un verdadero enfrentamiento contra ese desgraciado... -declararía Baeric. -. No soy un tirano: lo entenderán tarde o temprano, les guste o no...

 De ese modo, Baeric se decidió a aferrarse a sus objetivos y alzar nuevamente su espada, esta vez dispuesto a acabar con todo el que se interpusiese en su camino con un tajo de su arma, siendo la primera la princesa Artanis, deseando acabar así con lo único que le hacía tener dudas del camino que tomó.

 -¡BAERIC! -gritaría la princesa mientras la espada volaba hacia ella.

 Si bien Caos se quedó sin palabras por la respuesta de Fío, Ordinem solo pudo reír por como se lo tomó Faith.

 -Okey, okey: ya veré como agradecerte luego -aseguraría el ente lumínico.

 En su momento, Samuel se mostró un poco dudoso cuando Faith habló de aprender hechizos ahora, más su expresión cambió completamente cuando le entregó aquel pergamino, el cual luego de unos segundos abriría para ojear su contenido, sorprendido mientras escuchaba las explicaciones de su hermana.

 -¿Qué? -lo que si le haría mirar con cierto temor a Faith fue cuando mencionó lo de las piedras antimagia, más por suerte su explicación llegó pronto y el chico entendió lo que quería hacer. -. Suena... lógico, pero Fío tiene razón: deberemos tener mucho cuidado... Sin prisas, ¿okey? He esperado mucho tiempo por esto, tomarnos el tiempo necesario no debería ser nada...

 -Si te soy sincero, yo no entendí la mitad de lo que dijiste, pero se ve que sabes lo que haces -confesaría Ordinem. -. Les consederemos todo nuestro poder: más les vale usarlo correctamente -dirían de forma sincronizada ambas entidades.

 Mientras ustedes hacían los preparativos, Samael hizo lo propio al concentrarse para hacer crecer alrededor de la mina aquellos pilares de anti-magia, formando cristales y piedras que luego podrían usar para lo que Faith quería, siendo que una vez hechos los preparativos le tocaría a Samael delimitar el área únicamente al interior de la mina para contener sus magias.

 -Muy bien... -respiraba lentamente. -. Hagámoslo...

 De ese modo, llevarían a cabo el mayor hechizo que habrían hecho en sus vidas, dejando mente y cuerpo en aquella liberación mágica que fue contenida por la anti-magia de Samael, y concentrada en los cristales mágicos que luego podrían transformar.

 Primeramente el caos y la luz lucharon en el interior de la mina, pero luego como una especie de danza empezaron a mezclarse y concentrarse hasta adoptar un nuevo aspecto: la magia pura. A través de ella, el cuerpo de Lily se vio envuelto en la luz mágica de vuestro hechizo, y los tres fueron capaces de ver como los hilos del destino eran cortados y re-acomodados alterar las leyes que decían que Lily no podría volver.

 Y entonces, todo el lugar se vio cubierto por el destello mágico.

 En un instante incluso más corto que un pestañeo, todo se oscureció. El escenario y las personas que lo ocupaban ya no estaban, y no se podía distinguir nada más que una completa oscuridad que se extendía hacia el infinito.

 He allí, separados varios metros de entre si de forma circular se encontraban los cinco, algunos con ciertos cambios desde la última vez que se vieron.

 Alanís estaba cubierta de sangre, golpeada, con vendajes por el cuerpo y la ausencia de unos de sus brazos hecho un nudo con los vendajes. Cytla tampoco parecía estar mejor físicamente, aunque conservaba todas sus extremidades. Por su parte, Faith y Fío tenían un nuevo aspecto, y básicamente el único que continuaba como siempre era Baeric, habiendo vuelto a su forma humana.

 Por último, parado en medio de todos, estaba la figura de aquel hombre alto de traje rojo y máscara blanca, siendo para alguno ya conocido y para otros alguien totalmente nuevo en la historia.

 -Finalmente, el desenlace -anunciaría el hombre con voz dramática.

 -Maldito... ¡Maldito! -sin esperar nada, Baeric empezaría a gritarle, habiendo perdido la paciencia. -. ¿¡Qué mierda quieres ahora!? ¡Había tomado la decisión! ¿¡Ni siquiera siguiéndote el juego dejas de joder!?

 -Mis disculpas, caballero grifo, pero prometo que muy pronto toda tu agonía terminará -aseguraría el hombre, colocando entonces ambas manos tras su espalda. -. Pero primero, hay que ir solventando las dudas...

Alanís percibió que el soporte gentil que tenía ya no estaba presente, como el resto de los nobles y miradas. En cambio había otras nuevas.

...

Parpadeó ausente con el único ojo que no estaba bajo vendas caídas desde la cabeza oyendo distantes los reclamos de Baeric para con esa...persona. Como venía haciendo desde hacía días, redujo aquella situación a lo más básico posible. Su mente estaba demasiado entumida para nada que no fuese esencial.

Primero, finalmente permitió a las piernas ceder lo más dignamente posible, y caer sentada con aire agotado. Cerró los ojos un momento, sintiendo que podía dormirse ahí mismo por dos días si no tenía cuidado.

-Los puentes de cuerda son eficientes fuera del castillo, y sostienen a la gente. Los pilares se usan mejor para sostener cosas pesadas, dentro del mismo. -dijo esto sin venir a cuento, continuando una conversación desde hace días con un timbre menos aplomado del usual. Estaba tratando de comunicar ideas desordenadas, que no había dicho en esa ocasión.- Mi prima es...era, una caballero errante estupenda, una campeona del pueblo. Son bastante similares, Cytla. Lo que quiero decir es...

Se espació un momento, para completar aquella idea.

-Ambos son necesarios. Es bueno verte bien. Tu también, Baeric...aunque nunca creí ver el día de verte emocional.

Sonrió muy levemente.

-Siento que debería arrestar traidores ahora, pero... -Alanís levantó la vista al sujeto enmascarado- Imagino que esta clase de trucos solo son a nivel espiritual y no estamos físicamente aquí...o algo místico de ese estilo. ¿Qué intención tiene esta reunión? No tengo mucho que decir a un timador que se hace llamar falsamente Aztora.

Volvió a cerrar los ojos con esto último, aguardando respuestas mientras ahorraba energía.

Como siempre, Faith tenía un plan muy detallado sobre cómo proceder con el ritual. Su idea sobre las piedras antimagia era fantástica. Las piedras y cristales antimagia lo inquietaban sobremanera, pero, si la llevaban el procedimiento correctamente a cabo, tendrían muchas posibilidades de que saliera todo bien.

Una vez estuvo todo a punto, Fío respiró hondo, esforzándose por mantener la calma. De ese hechizo dependía que su hermana regresase al fin a la vida, o que saliese fuera de control y destruyese el universo. Se concentró y canalizó todo su poder, observando cómo ambas energías colisionaban. Analizó los hilos del destino, deduciendo la manera en que debía reorganizarlos para posibilitar la vida de Lily.

El hechizo parecía progresar adecuadamente. ¡Estaba funcionando! El cuerpo de Lily fue rodeado por la magia. Pronto, ella volvería a la vida. La luz inundó la sala, cegándolos. Y entonces…

Cuando volvió a ver, todo era negrura. Ya no se encontraba en el mismo sitio en que estaba antes. Ahora parecía estar en medio de la nada. ¿Qué había ocurrido? ¿Habían tenido éxito? ¿Habían fracasado, y estas eran las consecuencias? La idea lo aterrorizaba. Miró en todas direcciones, confuso.

Sin embargo, no estaban solos. Alrededor se encontraban tres de sus antiguos compañeros caballeros, algunos con un aspecto muy desmejorado. Y también, en medio, había un hombre completamente desconocido. No lo había visto nunca, pero Baeric sí parecía saber quién era.

—¿Qué…? ¿Qué ocurre…? ¿Dónde… Dónde estamos? ¿Cómo hemos llegado aquí? —preguntó, completamente desorientado—. ¿Ha funcionado el hechizo? Lily... ¿dónde está...? —Observó el nefasto estado en que se encontraban Alanís y Cytla, especialmente la falta de brazo de la primera, recordando el momento en que él mismo había perdido una pierna—. ¿Qué os ha ocurrido? —preguntó con conmiseración. Miró al hombre de la máscara—. ¿Y tú… quién eres?

Las palabras de Alanís hicieron que un intenso escalofrío recorriera su cuerpo, así como una oleada de tristeza. Agachó la cabeza, dolido al oír que la que había sido su compañera durante tantos años hablaba así de él.

—Yo… no soy un traidor —afirmó con voz pesarosa pero firme.

Miraría con cierta seriedad a la princesa una vez me mandó callarme... pues por desgracia, la reacción de Baeric fue exactamente la que me esperaba... la de un gilipollas -Os lo... dije...- dije con cierta pesadez en la voz pues andaba hecha mierda después de aquel choque de espadas mágicas -No te pertenece... una mierda...- incluso así soltaba mierda de la boca... ni herida me puedo callar y seguir llevando la contraria a quien me parece agilipollado como Baeric.

Si tu no eres un tirano... cof... yo soy una monja... gilipollas juguete de Aztora...- dije... incluso en este estado, preparada para saltar con mis últimas fuerzas para apartar a la princesa a un lado y que esa espada solo me atravesara a mi. Con el grito de la princesa ya estaba reuniendo el impulso para interponerme, estoy segura de que me impulsé y me interpuse entre ellos dos... pero...

¿Donde puñetas estamos? ¿Donde está Jonathan?- no pude evitar decir hecha mierda como si hubiera salido de una tormenta de espadas, pero de pie... mirando a mi alrededor sin entender donde estábamos, que había ocurrido o porque estábamos todos aquí -¡Faith, Fio!- obviamente me sorprendió ver a las hadas... antes de fijarme en Alanis y... -¡Joder Alanis! ¿Estás bien? ¿No había otras formas de quitarte el brazo maldito?- obviamente preguntaría alterada...

A Baeric ni le miré... sin duda parecía que le estaba guardando un odio importante a ese gilipollas en estos momentos. Y también vi al tipo que estaba en medio... reconociéndolo y sin duda haciéndome hervir algo la sangre, verle no me gustaba para nada, menos su actitud prepotente a la hora de hablarnos.

Baeric parecía igual de cabreado... -Una decisión estúpida capullo... te lo dije...- le dije al caballero grifo con obvio desdén después de lo anterior que quizás los demás ni se imaginaban. Luego de eso, miré a Alanis... suspirando cuando la escuché. No entendía sus palabras, obviamente porque no parecían venir a cuento... pero bueno, si las reconocí -Lo tomaré como una disculpa... ¿supongo? Gracias... aunque no se a que viene ahora- le agradecí... sin saber del todo que pasaba, pero bueno. Aunque cuando Alanis mencionó a Baeric -Si tu supieras lo mucho que la ha intentado cagar el agilipollado... y las barbaridades y el daño que ha hecho...- dije... si, resentida, que menos, ahora mismo el caballero grifo me parecía subnormal. Y el comentario de Fío que afirmó... -Lo se... Fio, lo se... y mucho ha ocurrido...- dije al hada... Mira, seguramente a él le sorprendería de que fuera yo quien lo dijera, y tenía dudas de que estaban haciendo...

Pero ahora mismo tenía más ganas de ostiar al que estaba en medio -Ese, Fio... es un subnormal. Y ahora mismo mi duda... es que me des un motivo para no darte un puñetazo hora mismo y romperte tu estúpida máscara del guantazo, falso Dios subnormal aburrido, bufón de tres al cuarto, teatrero sádico y guionista de mala novela poco original...- le diría a Fio y luego a Aztora... no cortándome ni un pelo con mis insultos a quien se suponía que era un Dios... ¡Ni los dioses se libran de que la pelirroja les insulte!

Todo estaba saliendo a pedir de boca, mi plan era perfecto y parecía que todo iba a cobrar sentido poco a poco según avanzaba toda la magia alrededor nuestra, alrededor de Lily y contenida gracias a Samel...

Sin embargo poco fue lo que aguantó la felicidad a nuestro alrededor, o al menos de Fio y mia.

En un abrir y cerrar de ojos, todo se volvió negro. No escuchaba como la magia hacía efecto, y Lily desapareció sin más, junto a Samael y todos lo de alrededor. A cambio, estaban Baeric, Alanis y Cytla, y aquello me llevó a erizar mi cuerpo completo antes de volar para interponerme entre ellos y Fio - ¿Donde estamos? - Pregunté al mismo tiempo que Fio antes de escuchar sus preguntas y buscar o al menos intentar notar lo obvio - No estoy segura de que ha pasado con Lily, Fio, pero... Tiene toda la pinta que no lo sabremos por ahora... Esperemos que "ellos" mantengan nuestro poder activo si esto se trata de otra realidad.

Pero lo que más me puso en tensión de todo aquello, fue la frase que mencionó Alanis y que puso a mi hermanito en alerta. En ese momento traté de hacer una muestra de mi magia en su dirección - No pienso dejar que le pongas las manos encima. Fio no es culpable de nada - Y para mi sorpresa, Cytla hizo todo lo contrario, ser muy comprensiva con el. No me quedó más que mirar a Fio no entendiendo nada, pero peor era siquiera entender quien era el ser del centro y que pasaba en general.

Menos aún cuando decían cosas a medias. - ¿Es culpa suya que estemos aquí Cytla? - No podía bajar la guardia ante nadie allí, pero si en alguien podía confiar algo más a parte de en mi hermano, esa era ella. - ¿Falso dios? ¿Alguien nos pone al día de lo que pasa? No entiendo nada... Nos hemos perdido mucho al estar muy lejos hermanito...

 -En este momento se encuentran en "La nada": el mundo que conocían, las personas y seres que lo habitaban... Todo fue retirado y solo quedamos nosotros. Pero no se preocupen, es algo temporal: solo quería que pudiésemos hablar -en ese momento, el enmascarado buscaría en los bolsillos de sus ropajes antes de sacar un pequeño dispositivo. -. Cuando todo acabe podré cargar de nuevo todas las cosas a como estaban con este aparato.

 -Pero hasta entonces, continuemos -concluiría el enmascarado.

 Ni las palabras de Aztora, ni las de Alanís, ni mucho menos las de Cytla, eran del agrado del caballero grifo, quién solo chasquearía la lengua con tan pocas ganas de estar allí como varios de los presentes.

 -Claro, defiende a las hadas: seguramente la mitad de la destrucción no fue provocada por sus poderes, y por gente como tú que no sabe mantener la boca cerrada -respondería el hombre a la pelirroja. -. De verdad que el rey era un idiota para aceptar a gente como ustedes como caballeros...

-Ya, ya, no es momento de hostilidades entre ustedes -llamó a la calma el enmascarado. -. Primero dejen que ponga al día a todos con los temas generales, y que ya luego cada quién especifique su papel en todo ello...

 En ese momento, el hombre se retiraría el sombrero y haría una reverencia, muy caballerosa pero esencialmente llamativa.

 -No soy un farsante ni un imitador: soy el auténtico Aztora, dios de este mundo y guionista de tan espectacular historia que han protagonizado. Inicialmente, nunca pensé en interactuar directamente con ustedes, los mortales, pero luego de concluir que eran muy aburridos, y que se acabarían matando entre ustedes más pronto que tarde, aparecí para ofrecer mis favores a quienes pensé que los necesitaban -según se iba presentando, fue recuperando la postura a la vez que devolvía el sombrero a su cabeza. -. Por supuesto, tuve que mover muchos hilos para que las cosas pasasen como lo hicieron: traer de vuelta al dragón negro; convencer al hada pelirroja de que podía conseguir su objetivo; matar al rey con el poder del caos... -revelaría entonces Aztora, quién a pesar de tener el rostro cubierto, podrían jurar que sonreía bajo la máscara. -. Resumidamente, soy aquel que guionizo que todas las cosas malas que les han pasado, pasasen, y debo decir que no me decepcionaron en cuanto a como enfrentaron esos eventos.

 -Para ponerlos en situación, originalmente las cosas no eran como las recuerdas... Originalmente, ni siquiera existía el "Aztora" en el que tanto creyeron como rey. En su lugar, Baeric gobernaba como rey de los humanos: era respetable, y todos le admiraban, pero claro, su forma de ser rey no consistía en hacer la paz, y en una lucha contra las demás razas, pues... Solo quedaba vuestra inminente destrucción mutua -concluiría. -. Por eso quise cambiar las cosas, dar un "reinicio", y alterar los hilos del destino para que las cosas sucediesen de otro modo: en lugar de Baeric, tendrían a un rey que lograría la paz entre los reinos, y sin la guerra vuestros destinos los llevarían por la senda de la paz y no el de la conquista. Luego hice aparecer villanos, y los convertí en los héroes de la historia: claro, no contaba conque los orígenes de Baeric le hiciesen mantener esos deseos de ser rey tan duramente como para volverse un villano, pero eso solo hizo más interesante todo.

 -En todo caso, esa es MI historia, y es momento de que ustedes cuenten la suya propia: después de todo, cuando esta reunión acabé, todo volverá a donde quedaron, y solo ustedes pueden convencerse para evitar otra guerra que mandé a la basura todo mi trabajo por salvar nuestro mundo...

Alanís escuchó con la mejor atención que podía poner, sin moverse. Habían muchas noticias y frases extrañas en esas palabras, y...sentía que ese momento, importante como podía ser, le encontraba en una condición donde sencillamente no tenía la capacidad mental de hacerle frente. Pero quizá esto era para mejor, en una forma extraña, porque su cuota de shock estaba vencida y podía naturalizar más rápido los datos.

-No fue voluntario. Me lo arrancó bastante violentamente, ese dragón negro que menciona...fue mi culpa de todas formas por no poder defenderme propiamente. Es el resultado de mis errores, en todo caso. -su tono era de palabras lentas y cansadas- Mis disculpas para ti si mis palabras son extrañas, Cytla...ha...haha...

Rió apenas, con aire incrédulo de la situación.

-Llevo tres días sin dormir y siento que podría morir de fatiga en cualquier momento. Solo...quería decirlo, mi mente está un tanto ofuscada. Sobre traiciones... -volvió a abrir el ojo y a mirar a Fio- ¿Estás seguro? Desde mi lado vi como te llevaron cuando íbamos a arrestarte, si. Pero...¿has estado atado todo este tiempo? ¿Lo ha estado tu hermana? ¿Donde...estaban cuando el castillo fue tomado por hadas que trataron de secuestrar al príncipe?

Miró un lado, con aire decepcionado. Sus palabras tenían verdadera curiosidad en el timbre de voz, mezcladas con indignación. Era extraño, pero se parecía estar mostrando sincera conmoción al respecto.

-Podrían haber colaborado para sacar a la luz la verdad, mantenerse junto al reino y probar que no había forma de que fuesen traidores. Y en cambio...eligieron no volver. Los que quedamos tuvimos que recoger los pedazos y sostener lo mejor posible todo. No puedo subrayar lo suficiente que habría estado de su parte totalmente si hubiesen mostrado la buena voluntad de sencillamente confiar en el reino, y en las personas que conocían y juraron proteger. Ah... -su ceño se arrugó levemente, transmitiendo amargura- Así son las cosas, de todas formas. El reino aguantará mientras haya quien lo sostenga. Sobre poner o no poner las manos sobre alguien...no estoy en condiciones de nada ahora mismo, pero seguramente pueda empujarme a hacer un poco más. Tomaría prioridad en arrancarle la garganta a Baeric, de todas formas, si las palabras de esta persona son verdad. 

Al decir esto, su ojo pasó a observar con intensidad a su...¿compañero?

-Mi rol es proteger al príncipe, y yo aún no he olvidado mi lugar. Tendrás que caminar sobre mi cadáver si esas si planeas amenazar su derecho al trono...¿donde...está la princesa? -lo último vino con un tono más suave, pero varios niveles más hostil, sin ocultar sus sospechas. Alanís acomodó mejor su postura con hosca lentitud, flexionando una pierna en el suelo y la otra de costado. Sus músculos agradecían transmitiendo alivio con cada segundo de pausa en usarlos.

Había dejado el responder a las palabras mas grandilocuentes de los presentes para el final. Guardó un momento de silencio, y parpadeó dos veces, resumiendo sus pensamientos.

-No creo en tu identidad, vi al verdadero Aztora en la sala del trono esa vez. Las intrigas que puedas manejar y lo que clames que puedes hacer me son relativamente indiferentes, a menos de que estés dispuesto a dar una prueba de ello. ¿Realmente solo esperas que sea aceptado que puedes hacer y deshacer la realidad a tu antojo? -pensó un momento, con una idea- Si fuera así, no tendrías problemas en comprobarlo con un detalle menor, ¿no?

Por supuesto que le sonaba a pamplinas, pero pensó de vuelta a la memoria perdida sin rastro alguno, y la tormenta.

-Después de todo...los efectos del caos que afectó a la familia real serían tu responsabilidad, con lo que ello implica. -sutilmente se tensó al decir esto, adquiriendo el aire de un animal herido pero encrespado. Matar al rey no era un hecho que alguien de la mentalidad de Alanís pudiera pasar por alto. Era alguien simple, después de todo, e incluso en ese momento y luego de todo, sus prioridades se mantenían con la familia real, y lo demás era secundario.

Si pudiera recuperar la memoria de Arthas, sería algo provechoso...

Hn...

Este es el peor momento posible para esta reunión. Desearía tener las energías para arrestar a casi todos los presentes.

Mantén la calma.

La seguridad del príncipe, su memoria, el responsable de la muerte de su padre, los traidores.

Esa es la prioridad que debo seguir.

...

No, no debo dormirme aún. Más que nunca, debo estar atenta.

No era tímida con ideas sobre como, usar aquello en beneficio de sus intereses, tratando de evitar pensar en las implicaciones de que alguien solo pudiera borrar el mundo con unos toques. Si fuese el ridículo caso, disipar la tormenta que amenazaba la seguridad inminente de Arthas y devolver la memoria afectada por el caos, sería algo sencillo, y su mayor interés.

La princesa...

Alanís siempre había visto a Baeric como su igual, la otra persona lo suficientemente fuerte y confiable como para proteger a la otra mitad de los herederos del rey. La idea de que alguien en su posición se volteara contra su protegido era algo que hacía que sintiera un hueco en el estómago y el pecho. Quizá más que todo lo que sucedía, la idea de que un guardaespaldas real...como ella...

No, no, no...

Trató de frenarse de sacar conclusiones aún hasta no oír, pero dependiendo de la respuesta temía que esta le enviara más allá de lo que podía soportar y decidiera destrozar lo que quedaba de su cuerpo en hacer lo propio con el del caballero grifo.

Fío agradecía mucho que Cytla aún confiase en él, pese a las acusaciones de traición. También le dio una elocuente descripción del tipo de la máscara, que, pese a todo, no era demasiado útil, porque al fin y al cabo no le había dicho quién era.

Las explicaciones del enmascarado hicieron que Fío se sintiera incluso más confundido si cabe. Si de verdad había sido capaz de aislarlos, debía de ser increíblemente poderoso. Miró además el extraño objeto que mostró. Jamás había visto algo como eso. Por lo que decía, debía de ser un artefacto mágico de enorme poder, pese a ser diminuto.

Lo siguiente que dijo fue increíblemente extraño e inverosímil. ¿Aztora? Aztora había fallecido hacía muchos años, y nunca tuvo ese aspecto. Y, desde luego, no era un dios. Hablaba como si todo lo ocurrido en el mundo hubiese sido orquestado por él. Pero nadie tenía ese poder.

—¿¡Fuiste tú quien mató al rey!? —exclamó indignado—. ¿¡Por qué!? —Lo había visto crecer, había jurado protegerlo, había pasado casi un siglo con él… Y luego ¿había sido asesinado por puro capricho de ese enmascarado? Cytla tenía toda la razón en la descripción que había dado de él.

Oyendo las dudas de Alanís, el hada suspiró. Pese a la confesión, aún no se fiaba de él.

—Yo estaba dispuesto a entregarme. Estaba dispuesto a morir. Yo no esperaba que me rescataran. —Sus ojos se clavaron por un momento en su pierna, ahora completamente negra, creada con el poder del caos—. Después de eso, fui transportado a otro plano. Luego aparecimos en el Reino de las Hadas. —Escuchó en silencio lo del intento de secuestro, alzando las cejas—. No tenía noticia de eso. ¿Qué pasó?

»Nunca tuve intención de escapar. Durante este tiempo, hemos estado en el Reino de las Hadas, decidiendo cómo proceder. Y solucionando otras cosas. De todas formas, no ha transcurrido tanto tiempo.

Después de las explicaciones, Alanís se encaró con el enmascarado. Tenía razón. Había confesado ser el responsable de la muerte del Rey, y debía pagar por ello. Fuese o no fuese Caballero Real ahora mismo, colaboraría para asegurarse de que todo el peso de la justicia cayese sobre ese hombre.

Asentiría a Faith con la cabeza cuando preguntó si estábamos allí por culpa de ese enmascarado... Y vamos, no solo es responsable de esto, sino de prácticamente todo lo malo que nos pasaba últimamente. Miré con cierta suspicacia ese pequeño objeto que llevaba Aztora... diciendo que con él podría cargarlo todo de nuevo. 

Y para joder más, tenía que aguantar las palabras del caballero grifo, sin callarme la respuesta claro -Baeric, si ellos son al mitad de la destrucción, ¿tu que porcentaje tienes idiota? ¿La otra mitad? ¿O no recuerdas lo que has hecho para cargar tu espadita mágica de mierda?- le dije a Baeric con claro desprecio... No pensaba dejar que él fuese el que se sintiera "superior" a nosotros cuando él estaba actuando igual de imbécil, irresponsable y sádico que Aztora -Y lo dijo el que usurpó el trono, gilipollas. ¿Qué te diferencia de la imagen que tienes de las hadas? Hipócrita...- le terminaría diciendo... Antes de que llamara a la calma el otro gilipollas de la sala.

El enmascarado empezó a hablar, diciendo que era -Espectacular no es la palabra para describirlo... no te lo parecía su el "prota" fueras tu- dije con desprecio... Pues obviamente cuando tu no vives la historia es muy fácil pensar que mola. Seguro que si la viviera él no se divertiría tanto -Pues si te aburrías haberte metido una comadreja en los pantalones en vez de fastidiarnos a nosotros... Te vas a llevar una ostia, lo tengo claro- le dije. Que describiera toda la mierda que nos ha hecho pasar me daba asco... sobre todo escuchándole contento al contar todo.

Describía como al parecer, en un "pasado alternativo", Baeric era rey de los humanos pero que básicamente se lanzaba a luchar con todo el mundo y por eso íbamos a morir y que por eso le reemplazó por un rey Aztora más pacifista. Básicamente que escribió toda la historia... Pero también dejó algo claro: Omnipotente no era, por muy Dios que fuese... Porque sino ya habría sabido lo que dice de Baeric -Eres un sociópata de manual...- dije con desprecio y repudio... Si le parece "interesante" lo que yo he visto, me parece alguien asqueroso.

Al escuchar a Alanis, escuchándola decir lo hecha mierda que estaba... que la verdad, yo tampoco es que estuviera como una rosa pero al menos tenía los dos brazos, estaría atenta por si debía de correr hacia ella. Pero si... sus palabras eran extrañas. Aunque vamos, seguía diciendo que las hadas era -Alanis, deja ya de echarle la culpa de todo a las dos hadas por favor... Ya has escuchado como es este gilipollas el que ha planificado toda esta mierda...- dije señalando al enmascarado sin mostrarle ningún aprecio -Y no estar presente cuando ocurre algo no implica estar involucrados, no puedes presuponer nada sin saber que han hecho antes ni echárselo en cara... Yo de ti no sabía nada desde que nos separamos por ejemplo, y no por ello te echo en cara que Baeric se haya vuelto un verdadero tirano estúpido en tu ausencia. A lo mejor ellas ni saben toda la mierda que nos ha pasado al igual que nosotros no sabemos lo que ellas han vivido- dije con seriedad. A veces la lógica excesivamente simple de Alanis no ayudaba... de la misma forma que mi ira mal contenida tampoco. Sobre lo de arrancarle la garganta de Baeric sinceramente lo apoyo... -Sobre lo del trono hemos descubierto más cosas. Pero si... Baeric se tomó el "lujo" de autoproclamarse rey, ayudado por ese mierda enmascarado... Y como buen tirano déspota y malvado, empuñó una espada roba-alma matando a un montón de gente para cargarla y sin importarle que nadie le querría como Rey por mucha influencia de este enmascarado de poca imaginación... Sin contar que quiso matar a la Princesa cuando esta quiso apelar a su corazón que obviamente se le perdió junto al cerebro y la voluntad- dije lo que yo sabía de Baeric... Obviamente por mi parte no me molestaría si cae muerto ahora mismo... Solo ha sabido hacerse odiar, como este supuesto "Aztora" que realmente, como decía la dragona... solo ha hablado sin dar ninguna prueba de sus palabras.

Obviamente Fio con las palabras de Alanis se dolió... y se trató de defender -Ha pasado mucho Fío. Pero que mucho mientras ustedes no estabais. No te defiendas, que yo ya sabía que no eras tu desde el minuto uno... Pero vamos, una cosa esta clara... Este burdo intento de escritor es el responsable, eso no hay ninguna duda- dije con seriedad mirando a Aztora -Cosas que seguramente no sepáis la mayoría. Los príncipes tienen un hermanastro que fue primogénito del Rey de una relación ilegítima antes del matrimonio... mi antiguo jefe, Jonathan Santa... lo que técnicamente le hace heredero también. Y al parecer soy digna de empuñar la Rompe-tormentas y de usarla...- suspiraría entonces...

Y miraría a Aztora, encaminándome hacia él -Ains, sinceramente, para ser un "Dios" eres idiota... Porque has elegido el peor momento para hacer esto. Has utilizado el momento en el que ninguno estamos en condiciones de explayarnos, ponernos de acuerdo en una situación que ni entendemos y contar historias para ponernos al día... porque seguramente todos los de este vacío existencial estamos deseando darte una paliza monumental por jugar con nuestro destino como si fuera una mala novela de "Elige tu propia aventura"... Porque tu ya no eres el guionista de este mundo; perdiste esa posición al interferir por aburrimiento. Ahora eres un personaje más de tu propia historia atado al mismo sino y destino que nosotros... y además eres un personaje al que le queda perfecto el papel de villano que todos nosotros debemos derrotar... ¿Sino porque has tenido que recurrir a esta reunión fuera de la historia? Porque ya no tienes el control de ella y esta es tu única alternativa para que acabe como tu quieres... Esta ya no es TU historia...- le diría acercándome a él -¿Cómo te sentirías tu si tienes a un Dios igual de pedante y caricaturesco como tu jugando con tu vida como haces con nosotros, subnormal enmascarado, mal guionista de teatro barato? Si eres tan divino y tan listo... sabes perfectamente lo que yo suelo hacer con la gente enmascarada... "Dios"...- le dije... y aunque estaba hecha mierda, intentaría reunir toda mi fuerza para lanzarme encima de él y darle un puñetazo-agarrón en la cara... parecido al que le di a cierto nigromante cuando me cabreó y que tenía como objetivo hacerle daño y quitarle esa estúpida máscara de la cara. No me gustan las máscaras... ni los personajes que se piensan superiores a los demás... ni los Dioses... ni Baeric tampoco; pero para pegarle a él ya tendré tiempo... de momento me conformo con ser la primera en darle un puñetazo a un Dios sin importarme las consecuencias.

Y aunque al verdadero dios de esta partida, alias el director, no le interesaba que lo hiciera... aprovecharía la proximidad ganada por el impulso y los puñetazos que le quería dar para hacer el intento de robarle aquel artefacto tan raro con el que dijo que "cargaría" todo durante ese arrebato de violencia tan propio de mi.

Escuchar de Baeric aquellas palabras, hizo que me sorprendiera. Aunque lo que recordaba de hace ciertas semanas no lo olvidaría, el como quería que nos espiaran a Fio y a mi... Por el motivo que fuese, aquellas palabras hirientes de un alma en quien creía poder confiar, no fueron tan desagradables, tan solo molestas - ¡EH BAERIC! - Desde el otro lado grité apoyandome en las palabras que dijo Cytla sobre la destrucción - Puede que los poderes que hayan estado arrasando el mundo estas últimas horas fuesen del Caos y la Creación aquí presentes, junto a otros, pero no hemos sido nosotras, AL CONTRARIO. Somos las que nos hemos jugado la vida para detenerlo y que el mundo en donde viven los humanos, enanos, elfos, hadas y otro sin fin de razas pudiera seguir viviendo. Siempre podriamos haber mirado para otro lado, y en su lugar le dimos la cara a quien estaba provocando todo para detenerla, porque nos importa todo lo que hay en este mundo.

-Fuimos una ofrenda de paz otorgada por nuestra madre la Reina Hada Edrielle a los humanos para que el mundo pudiese vivir en paz y armonía y que todos los reinos tuvieran lo mejor de su parte, y en lugar de ello nos han usado, al menos en otros reinos. - Por ahora no iba a proporcionar esa información, pero me iba a centrar en el humano - En nuestro caso, el rey nos dió un hogar, y nosotras le pusimos la magia a sus pies para que la usara como quisiera, y JAMAS la usó a malas, y de igual manera, jamás la hubieramos usado en su contra. - De ahí inmediatamente me interpuse en el camino de Alanis y Fio, para extender mis alas y brazos.

Aunque Fio se hubiera defendido, y de hecho no iba a negar ni una sola de sus palabras, seguía queriendo protegerle y apoyarle como siempre hacía - Si quieres culpar a alguien Alanis, culpame a mi. ¿Acaso podría verme a la cara si hubiera dejado que mi hermano hubiera ido a una muerte segura? Jamás de los jamases. De hecho, y para tu absurda tranquilidad de condenarlo si es que es eso lo que quieres, aunque ya te digo que tendrás que pasar por encima mía si quieres ponerle las manos encima a Fio, ya teníamos una escolta humana que se ha encargado de vigilarnos, cuidarnos y prometer que nos llevaría al reino humano, pero solo cuando se calmaran las cosas. Así que no tienes ningún derecho a juzgar a mi hermano quien incluso ha querido entregar su propia vida por la muerte del rey humano.

Sin embargo había algo que no me esperé y me dejó realmente confundida y aturdida mirando a Fio. Ningún hada había salido del reino hada, al contrario, todas volvieron... ¿Entonces? ¿Que hadas secuestraron al principe? - ¿D-de que hadas hablas? - No tenía ni idea de que estaba diciendo, y todas las hadas estaban bajo los arboles del bosque de las hadas de Edrielle. Era imposible que aquello fuera real.

Pero debía centrarme en proteger a mi hermano, o al menso eso era lo que quería, así que rápidamente agité mi cabeza para aclararme - Además, nosotras también hemos estado ocupadas. Hemos estado comprobando que ha pasado en otros reinos, viendo que le ha pasado a nuestra familia, pues dos hermanas nuestras han muerto... Y encima para poder sembrar algo más del paz en el reino humano, reino en el que nos hemos criado Fio y yo, también fui a pedir a nuestra madre que nos enseñara el hechizo de protección real para ayudaros. Porque nos importais, aunque no te lo creas Alanis - Ahí estaba la verdad de porque pedí el hechizo de protección real... No fue para resucitar a Lily, ni tampoco para que Samael contuviera nuestros poderes, era para poder salvarlo de una muerte al demostrar que queriamos ayudar y que el no fue el culpable. Y ahora es cuando más miedo tenía porque mi hermanito me regañara

No obstante... Pronto el ejecutor de todo empezó a reconocer su participación en los actos y no pude quedar más palida y en shock por unos segundos.

Bajando poco a poco la cara para mirar al suelo, pronto las lagrimas comenzaron a caer entendiendo muchas cosas que ahora cobraban sentido. El orquestó todo, el era el culpable de todas las desgracias que nos estaban pasando. Que mi hermano tuviera que entregarse, que su magia fuera usada por el para el asesinato, que nuestra hermana Lily acaba muerta, y que Samael se volviera nuestro enemigo... Todo era culpa suya

Dejando brotar toda mi magia tanto lumínica como de la creación solo podía pensar en una cosa... - Ordinem... Dejame desatar mi poder solo por esta vez. Yo lo controlaré. Tan solo dejame poder usar todo el poder que pueda sin que afecte a la resurrección de Lily - No sabía si allí dentro me escuchaba, o si siquiera tendría yo acceso a mi poder completo, pero una cosa estaba segura... - Así que tu eres el culpable de todo... Tu eres el culpable de que Lily esté muerta, y de que Samael nos haya robado los poderes y casi destruido el mundo con ellos. Tu eres el culpable de que el rey muriera aparentando que fue mi hermano el que lo hizo... Y eres el culpable de hacer sufrir a mi hermano en una completa disidia por no saber que el no tuvo nada que ver con esto... - Dije todo aquello alicaida, después de lo que dijo Cytla y Alanis, pero sobre todo... con mis manos, o más bien puños, iluminados en su máximo esplendor, casi tanto como lo hacía el cuerno en un tono más sombrío y al alzar la cara para mirarlo mis ojos también resplandecían* simbolizando mi poder.

-No te lo perdonaré - Del suelo junto al que se hacía llamar dios, salío una cadena de luz, o más bien se creó instantaneamente para encarcelar sus pies y que no pudiera huir, mientras Cytla se acercaba a el - ¡No te lo perdonaré! - Justo después aparecieron otras cadenas de luz, esta vez atandolas a sus muñecas para impedirle protegerse de lo que venía mientras veía como Cytla pegaba el salto para darle aquel puñetazo - ¡NO... TE... - Y mientras ella lanzaba el puñetazo, yo dejaba que toda la luz de mi interior se externara para volver aquella oscuridad tangible en la que nos encontrabamos por su obra, en luz atrayendolo a mi campo de juego pero al mismo tiempo... - PERDONAREEEEEEEEEE! - Haciendo que mi luz llegara a Alanis para tratar de sanar su cuerpo e incluso enfocandome en su brazo para que este volviera a el, y de la misma manera, mi luz llegara a Cytla para curarla y no solo eso, la envolviera dandole más potencia a aquel puñetazo que iba a propinarle, además de que llevara toda la potencia de la luz para que la sintiera junto a aquel puño y dañarle lo máximo posible en una sola vez.

Hasta la más grandes de las luces, podía contener oscuridad en su corazón, pues a fin de cuentas... El orden y el caos, son las dos caras de una misma moneda... En aquella rabia y demostración de poder, estaba mi orden y mi caos unidos, aunque solo mostrados como pura luz y puro orden

 -Por favor, cierra la boca antes de que consideré seriamente darle mi otro brazo para que él lo haga por mi... -serian las palabras de Baeric a los señalamientos de Cytla, visiblemente agotado, suspirando cuando Faith también decidió intervenir. -. No entiendo como hablas orgullosa de ofrendas de paz cuando básicamente describes que les entregaron como esclavos a un reino para evitar que el suyo se hundiese: y aún con todos los años que han vivido, eran tan descaradas como para usar hechizos delante de la realeza, entre otras cosas... ¿Qué todo el daño no fue vuestra culpa? ¿Qué están intentando solucionarlo? Muy bien: pero eso no quita que vuestra naturaleza sea un desastre, y que la mayoría de problemas que solucionan lo hacen por la presión de que los provocaron ustedes mismas -respecto a la pregunta de Alanís, el caballero mantuvo el silencio: no parecía que quisiese ocultar lo que sabía, era más bien que tenía dudas al respecto de cual seria la respuesta correcta, o al menos la que quería dar ahora... -. El maldito enfrente de nosotros me engaño... -serian sus palabras.

 Por su parte, Aztora se mantenía en silencio, observando, mientras unos intentaban defender o acusar a otros, dando por supuesto más atención a quién le tratase a él específicamente.

 -Porqué era necesaria su muerte para llegar a todo esto -le respondería a Fío sobre el asesinato del rey. -. Además, ¿de verdad te sigues sintiendo mal por él luego de lo que hizo a tu raza...? -a su manera, el enmascarado buscaba ir sacando temas que podrían hacer fluir más la conversación entre todos, o las puñaladas... -. Bueno, justo ahora podría devolverte el brazo que perdiste como si nunca te lo hubiesen arrancado, pero tienes que ofrecer algo a cambio: así funcionan los tratos -respondería a Alanís sobre sus capacidades, antes de ladear la cabeza confundido de cierta manera. -. Tal vez no entendiste del todo: no es necesario comprobar nada, yo mismo acabó de admitir que fui responsable de la muerte del rey y lo sucedido a la familia real, incluyendo la perdida de memoria del príncipe...

 Finalmente, algunos se dejaron llevar por la ira tras entender el papel que tenía el enmascarado en todo lo que había sucedido. El hombre solo permanecía en pie, inmutable con las manos tras la espalda mientras Cytla se le acercaba recriminándole todo tipo de cosas y asegurando su falta de control en la historia, a la vez que Faith se dejaba llevar por el momento empezando a liberar magia de donde no tenía para castigar a aquel guionista junto a la pelirroja.

 De ese modo, Cytla se abalanzaría con un fuerte puñetazo cargado en luz mientras toda la estancia era cubierta por la magia lumínica de Faith, cegando momentáneamente los ojos de todos dejando que vuestros oídos pudiesen escuchar el ruido del puño de la pelirroja impactado contra la máscara.

 En un instante incluso más corto que un pestañeo, todo se oscureció. El escenario y las personas que lo ocupaban ya no estaban, y no se podía distinguir nada más que una completa oscuridad que se extendía hacia el infinito.

 He allí, separados varios metros de entre si de forma circular se encontraban los cinco, algunos con ciertos cambios desde la última vez que se vieron.

 Alanís estaba cubierta de sangre, golpeada, con vendajes por el cuerpo y la ausencia de unos de sus brazos hecho un nudo con los vendajes. Cytla tampoco parecía estar mejor físicamente, aunque conservaba todas sus extremidades. Por su parte, Faith y Fío tenían un nuevo aspecto, y básicamente el único que continuaba como siempre era Baeric, habiendo vuelto a su forma humana.

 Por último, parado en medio de todos, estaba la figura de aquel hombre alto de traje rojo y máscara blanca, siendo para alguno ya conocido y para otros alguien totalmente nuevo en la historia... o al menos lo era antes.

 -Bueno, ya empezamos... -suspiraría. -. Muy emotivo eso del ataque y el intento de curar al resto con gritos salidos desde el fondo del corazón, pero creo que es muy pronto para acabar esto, ¿no creen? -en ese momento, Aztora volvería a revisar sus bolsillos, percatándose de que no poseía algo que antes sí. -. Ah, lo tomaste... Muy ingenioso -comentaría a Cytla, antes de seguir buscando en otro bolsillo y sacar de esté un montón de copias de aquel extraño dispositivo. -. Pero desesperado, debo decir: siempre tengo copias de respaldo, por lo que pueden verlas si quieren -mostrandose colaborador, Aztora arrojaría a cada uno uno de los dispositivos, los cuales a ojo eran exactamente iguales. -. No se exactamente que planeabas: no sabes usarlo, no tienes como usarlo, y de regresar todo a como estaba antes ni siquiera lo conservarías, e incluso así, en el mundo no hay nadie capaz de darle uso o entenderlo... Pero buen intento.

 -Ve acostumbrándote... -comentaría Baeric a la pelirroja, siendo que el caballero grifo parecía acostumbrado a ese tipo de fracasos contra el enmascarado.

 -Muy bien, ¿seguimos por donde lo dejamos? Hablaban de la familia real, la conquista del castillo Aztora y el papel que tuvieron, o no, las hadas.