Partida Rol por web

-¡Ay! - Me quejé al sentir de nuevo el golpe de nuestra hermana, lo que me hizo sonreir aún más y más. No obstante, por el lado de Samael todo fue distinto, aunque me alegró que poco a poco lo entendiera, incluso sumado a los sucesos que contaba Fio. Aún así, tranquila respondí - Ni se te ocurra romper esa promesa ¿Entendido? Las promesas se hacen para cumplirlas. Y en cuanto a Eden... Desapareció, si pero... Creo que se como volver a traerla a la vida, y... voy a necesitar tu ayuda de nuevo Samael... Y bueno - Miré entonces a Fio - El de todas nuestras hermanas. Incluso puede que tu también Lily, si no te importa. A fin de cuentas, Eden no ha muerto, como tal. Cuando volvamos os lo contaré todo - Aunque era una idea muy simple, no quería tener que repetirla 50 veces. Prefería para ello reunirlas a todas para comentarles que necesitaría mana puro de cada una y luego que me ayudaran a enfocar todo el mana puro que Samael pudiera otorgarnos para traerla de vuelta.

Esa sería la clave y eso es lo que hariamos más tarde... Pero en el momento de ayudar a Samael y escucharle su reproche, reí. - Jeje. Te lo recordaré siempre, hasta que seas capaz de pedir ayuda sin titubear. - Queriendo así hacerle saber que solo lo hacía por su propio bien.

Llegar al lugar fue sencillo. Fio y yo ya lo logramos una vez sin conocer el lugar donde se fue Samael la primera vez que obramos aquel milagro. Esta segunda se dió por una muestra de concentración mutua y simplemente pensar en nuestros compañeros, aquellos que más nos necesitaban. Siendo así, el portal abierto entre los dos se originó para que pudieramos acceder. Con ropajes limpios y no como la última vez que estabamos hasta arriba de haber participado en cientos de cosas que nos dejaron para el arrastre. Además, la ocasión lo merecía, y aunque estas ropas, al menos en mi lugar, no se diferenciaban mucho de las que ya llevaba, si que eran un tanto más refinadas para el momento.

Siendo así, volé junto a Fio y nuestra madre reina, delante de Muramasa para ocupar nuestro lugar. Una vez allí, y queriendo saludar tanto a Glaius como al resto que hacía una semana que no los veiamos, esperé simplemente a que tanto el primero, como Alanis, acabaran de hablar para entonces adelantarme un par de pasos como queriendo tomar la palabra.

-Esto... Si me disculpan, creo... Que debemos tomar la palabra. Ya son dos las ocasiones que se mencionan las runas y... Es algo que no podemos dejar de ocultar más tiempo. - Intentando ser seria y educada como requería la ocasión, cosa que me costaba, empecé a hablar - Por cierto, hola a todos, me alegra ver que estais bien, dentro de lo que cabe y para los que recien conozco, soy Faith Edrielle. Y... Alanis, si lo deseas, puedo ayudarte con tu brazo. No me gustaría que os lamentarais de no tenerlo.

-Pero bueno... Am... reencauzandome en el camino de la conversación que nos toca, ante todo pediré perdón por a quien le toca, por la tormenta que hubo y por los problemas que pudiera generar en ese momento, pero... Fue por un bien mayor, uno por el cual es posible que todos en esta sala sería capaz de hacer lo que fuere por obtenerlo - hablaba de una razón ambigua, pues no hacían falta detalles. Todos teniamos algo por lo que hariamos lo indecible por evitarlo. Por supuesto, miré a Fio buscando su apoyo.

-Ahora en relación de las runas... Es una historia bastante larga pero... El resumen de todo ello es, que los enanos lograron sacar un gran beneficio del poder de un hada concretamente, un hada que fue mandada al reino enano para que estuviera protegida, y generó con su poder, minerales capaces de absorber la magia. Los enanos aprovecharon este poder para tratar de usar los poderes del resto de hadas absorbiéndolos en dichos minerales y dandole su propio uso con sus runas. Su plan era... - Miré a Fio pues no estaba segura de como seguir. A fin de cuentas mi hermanito fue el que vió los papeles con mayor concentración que yo cuando Samael los mostró - ¿Venderlos al resto de reinos? Y provocar más guerra... Supongo. - Dejaría que Fio explicara mejor esa parte

Pero aún así, tenía en mi cabeza un plan y quería hacerlo, pero para ello tenía que compartirlo a los demás - Pero... Las hadas no quieren más guerras, y las runas... Creo que se como poder eliminarlas. Y para mostrar la buena fe del reino feerico y la petición de ayuda para que no nos usen como armas. - Miré hacia atrás y abrí entonces un portal para que fueran pasando lentamente las distintas princesas hadas, y por supuesto también la novena. - Todas estamos dispuestas a ayudar. Sin excepción. Contad con el poder de las hadas para proteger al mundo, pero ayudadnos a que no nos sea arrebatado. - Todos los reinos debían unirse, eso era un hecho ¿Y que menos que empezar por las buenas voluntades que tuvieran cada uno?

Ains... pues nada, aquí estábamos, en un castillo enorme con todos más o menos otra vez reunidos, no pude evitar recordar a la estúpida reunión que tuvimos causada por el dios enmascarado... Pero ya cualquier reunión que no implicase dioses imbéciles me parecía mejor. Había gente que hacía tiempo que no veía, como podrían ser Muramasa o al príncipe Arthas. En fin... el ambiente no era el mejor, y por lo que se veía, no todos estaban presentes aquí... Tanto Artanis como Baeric aún no habían venido... y esperaba que no tardasen mucho. Por mi parte, yo llegaba con una gran espada roja a la espalda, de ángulos afilados, con tonos que recordaban al fuego y que parecía desprender mucho poder... aunque no mencioné nada ni diría gran cosa sobre eso a menos que preguntasen.

Cuando empezó a hablar Glaius... en cierto momento, le daría un leve codazo en el hombro cuando presentó a Jon -Es Jonathan Santa...- dije con cierta seriedad, mirando luego a Jon... pues sabía bien que aún no se sentía cómodo usando ese apellido y todo lo que implicaba para él ese nombre. Se podía notar bastante la cercanía entre el hijo ilegítimo y yo... permaneciendo al lado suya -Demos tiempo a Baeric y Artanis... espero pronto se unan a nosotros en esta reunión. Aunque si... no creo que a ella le importe quien toma el trono...- dije con seriedad, por un lado esperando que ambos vinieran pronto a esta importante reunión... pero teniendo claro que dudaba que a ella le interesase el trono. Le interesaba más cuidar de Baeric.

Al resto, no hice más que escuchar todo el tema de las runas y dejaría hablar a Alanis... intentando tampoco interrumpir o hablar demasiado. Ya bastante larga se me hizo aquella reunión forzosa... y quería que esta, aparte de hablar lo importante, fuera clara y concisa. Entonces nos dijo ella que al derrotar al anterior rey como ya nos explicó en ese momento raro fuera de este mundo, iba a reclamar la corona del reino -Vaya... Felicidades...- la felicité, aunque tampoco sabiendo del todo si era una buena noticia, o mala... Porque ella no parecía cien por cien contenta con ello; aunque al final parecía que si. Teníamos que trazar el plan de como evitar una super-guerra... y también querían saber que clase de persona era Jonathan. El príncipe aún no había recordado apenas nada... y que decía que no podía seguir sirviendo a la corona de Aztora si ella ahora tomaba el trono de su propio reino -Bueno... subir a tu propio trono y no ser más guardiana, no quiere decir que tengas que dejar de defender a un "amigo", ¿no?- le comentaría... con ese "amigo" un poco entre comillas y con un poquito de picardía... pues... Si una princesa se ha enamorado de su guardia personal... La historia se puede... "repetir"... Pero en fin, dejemos las bromas... aunque esperaba aliviar un poco el ambiente tenso.

Si se me...- iba a tomar la palabra para decir unas palabras de Jonathan como pidió Alanis... Pero al escuchar pedir la palabra a Faith, suspiré y la dejé hablar. Solo espero que no sea un "Faith-curso" sobre todas las cosas que ella iba a hacer por nosotros. Y empieza diciendo que quería ayudar con el brazo. Ains... que el gesto era bueno... pero no es el momento de hacer ver a todos lo buena que es, puede esperar a que termine la reunión... Ains. Hasta ella se dio cuenta de que no era la conversación que tocaba y tenía que cambiar el rumbo -Ains... Por favor Faith, al grano por favor, que he tenido al igual que todos una semana muy larga... No empecemos con las ambiguedades tan pronto- le pedí suspirando pero algo educada... Si, este iba a ser un "Faith-curso": varios minutos desde que dijo que queria hablar de runas, y aún ni ha tocado el tema -Ains...- me llevaría la mano a la cara al ver que la mitad de la explicación que había dicho que iba a hacer... básicamente no se la sabía y eso tendría que decirlo su hermana -Para eso que hable Fio en primer lugar por favor...- pensaría para mi misma. Al menos había dado parte de la información supongo... ¿Cuanto puedo suspira en un mismo parrafo? Y entonces... -Si, definitivamente es un "Faith-curso"...- musité para mi misma suspirando al ver entrar a las hadas como si fueran un grupo de super-heroes vengativos por el portal -Vale Faith, ya nos imaginábamos que nos querríais ayudar, que tenéis buena fe y todo eso... no hacía falta la "épica entrada" para demostrarlo. Ains... Pero se te ha olvidado decirnos como poder eliminar esas runas...- terminaría suspirando una vez más... Al menos no enfadada... más bien resignada de "Da igual como haya cambiado fisicamente, tener más poderes y demás... sigue siendo Faith"... Ains... Le pueden el espectáculo y los focos.

En fin... si se me permite... desviándonos un poquito del tema... Iba a responder a Alanis a su pregunta de como es Jonathan antes de que él mismo se presentara, porque seguro que él dirá de forma humilde que es alguien normal que le ha pillado todo esto de nuevas... cosa cierta, pero que yo quiero extender... Si a él me deja claro- diría por si acaso me dejaban hacerlo o no. Si tenía el visto bueno, lo haría -A ver... A Fio y a Muramasa no les pillará de nuevas, pero para empezar sin ocultar nada, Jonathan es el cabecilla de los bajos fondos de la ciudad, que alguna vez ha roto alguna norma, y que al igual que yo no es del todo amigo de las normas estrictas. Ya se que eso no es una buena carta de presentación... Pero dejando a un lado su forma de ganarse la vida; es un hombre que cuida siempre de su reino y de los suyos. Aunque se dedica a lo que se dedica, no lo hace por maldad sino por tener la libertad de poder ayudar como le parece mejor... Es alguien fuerte que creció en un ambiente pobre y humilde con muchas adversidades y las superó para ser mejor persona además de hacerle apreciar mucho más el trabajo, alguien con los que todos pueden contar si necesitan algo, con el que hay que esforzarse para que deje de preocuparse por los demás y se preocupe un poco por si mismo, y que acoge a cualquier persona en su "familia" da igual de donde vengas. Y junto conmigo, esta semana hemos estado ocupados hasta las cejas ayudando todos unidos a recuperar y reconstruir el reino, sin esperar nada a cambio. Esas son seguramente las cualidades por las que el Reino de Aztora le querría como rey... salvo los nobles estirados que prefieren a alguien que vista con calzoncillos de seda y tenga muchos títulos extravagantes en su nombre. Pero esa es decisión suya... yo solo he dado mi opinión...- terminaría diciendo una vez hecho el discurso, que espero no me quedara muy largo.

—¡Eh! ¡No hagas daño a Faith! —exclamó inmediatamente, alarmado, al ver que ésta recibía un golpe en la cabeza. Por suerte, pareció que fue en broma, pero eso no evitó que Fío se pusiera en alerta inmediatamente.

Samael parecía no haberse dado cuenta de lo que le había ocurrido a Edén.

—Sí... —asintió—. Edén utilizó toda su magia para devolvernos nuestro maná. Al parecer, al usar demasiado poder y ser el hada de magia pura... eso le hizo desaparecer. Pero espero que podamos traerlo de vuelta. Debería ser mucho más fácil que con Lily.

Y así fue: con la ayuda de las demás hermanas, enseguida lograron traer de vuelta a Edén. Fío le dio un fuerte abrazo, dándole las gracias por el sacrificio que había hecho, que les había salvado y les había permitido ir a enfrentarse a Samael.

En cuanto a la idea de utilizar el escudo del reino de las hadas, Fío estuvo de acuerdo. Eso demostraría que las hadas estarían allí para ayudar a las demás razas en los momentos más difíciles. Era la mejor manera de eliminar las tensiones entre ellas y hacerles ver que no eran realmente enemigas.

Los días pasaron, y llegó el momento de viajar al reino de los dragones, donde tendrían una reunión importantísima, que podría decidir el futuro de todos los reinos, y del mundo.

El día finalmente llegó. Faith, Fío y la reina acudieron, acompañados de Muramasa. Fío saludó tímidamente a Arthas y a Glaius, y, de una forma un tanto incómoda, a Alanís y a Cytla, a quienes había visto hacía menos tiempo, pero en circunstancias cuanto menos extrañas.

Cuando presentaron al hijo ilegítimo de Artorias, Fío se quedó mirándolo con los ojos como platos, atónito. ¿Ese era el hijo del rey? ¿No era el tipo que había conocido en los bajos fondos?

En cualquier caso, la sucesión al trono humano parecía estar en una situación bastante complicada. Por un lado, Alanís había logrado la corona siguiendo unos medios que a Fío le parecían cuanto menos cuestionables, ya que solamente valoraban la fuerza, una cualidad que no era la más importante en un monarca. Por otro lado, estaba el hijo bastardo, al que muchos rechazarían. Y luego estaba Arthas, que se encontraba sin recuerdos. No parecía que la situación pudiese resolverse fácilmente.

Faith tomó la iniciativa a la hora de explicar los crímenes de los enanos contra las hadas. Fío se mantuvo alicaído, incómodo debido a la crueldad de aquellos viles actos, pero también permaneció atento, observando las reacciones de los presentes. ¿Sería cierto que los humanos lo sabían?

Cuando su hermana habló en nombre de las hadas, manifestando que estarían dispuestas a ayudar, Fío asintió con firmeza.

—Sí. Queremos acabar con todas las guerras. Queremos un mundo de paz, en que no tengamos que preocuparnos de que se produzcan atrocidades como estas. Y para ello necesitamos la ayuda de todos. Juntos podremos forjar una paz duradera.

 Primeramente, Arthas se mostraría con una ligera sonrisa intentando animar a Alanís cuando está momentáneamente se mostró avergonzada por revelar su falta de cuidado en el combate que le llevó a conseguir la corona, pero pronto la expresión del chico decaería un poco cuando empezó a hablar de que las cosas no podrían ser como antes.

 -Ejem... -por otro lado, Glaius se aclararía la garganta de manera obvia cuando Cytla empezó haciendo lo que mejor sabía hacer: decir lo primero que le pasaba por la cabeza, en este caso cuando Faith estaba hablando.

 -Creo que es buena idea que nadie se corte en lo que quiere decir... -opinaría Jonathan, siendo uno de los que allí presente no estaba bien enterado de todo lo que había pasado, por lo que quería comprender; aún así, también entendía el estrés por el que pasaba la pelirroja aún en ese momento, extendiendo una mano para tomar una de las suyas en un intento de tranquilizarla y hacer de aquella reunión algo más ameno para ella.

 Las presentaciones fueron hechas por encima, tocando el tema de las runas y sus orígenes, la relación de los enanos con ellas, el papel de Jonathan en la recuperación de la ciudad tras la más reciente calamidad, y ahora, gracias a Faith, la llegada de el resto de hadas elementales.

 Aquellos medianamente conocedores sabrían que las hadas no podían tener hijos como el resto de razas: por cada generación se elegía una reina, y de ella era responsabilidad dar a luz una multitud de seres mágicos para mantener viva su raza, siendo de las primeras 8 de las cuales se escogería la siguiente reina.

 El linaje actual seguía un orden específico, siendo naturalmente las primeras hadas más poderosas que sus hermanas pequeñas: Magia pura, electricidad, fuego, agua, viento, tierra, luz y oscuridad.

 Claro que, de entre aquellos que atravesaron el portal, tal vez los que más llamarían la atención serian una pareja conformada por un hombre con alas similares a las de un insecto, con partes de su cuerpo unidas de forma un tanto extraña a sus prendas como una especie de corrupción, siguiendo a una chica de cabello rojo que, a pesar de no tener alas, flotaba a unos centímetros del suelo con él.

 -Les dije que debimos usar la puerta... -opinaría una de las dos hadas albinas recién llegadas al escuchar a Cytla quejarse de su aparición, aquel de cabello puntiagudo, el cual al igual que la pelirroja y el otro cabello blanco tampoco tenía alas, pero aún así volaba.

 -Tu debes ser el hada de las runas, ¿cierto? -deduciría Glaius, fijando su atención en el hombre que acompañaba a la pelirroja.

 -Lo soy, sí -afirmaría el hombre insecto, pasando su mirada lentamente por los presentes, posándose en Alanís durante unos segundos. -. Supongo que todos hemos cambiado desde entonces, ¿no?

 -Este tipo es a quién anteriormente conocíamos como Fair, el hada pelirroja -explicaría Muramasa para los desconocedores. 

 -Eso también, pero pueden llamarme ahora por mi nombre: Samael. Soy el 9° hijo de la reina hada, y mi poder es la anti magia -se presentaría finalmente, pasando a dirigir una mirada a la chica que le acompañaba. Una vez la pelirroja le dedicó una sonrisa y un asentimiento de cabeza motivador, Samael suspiraría. -. Soy el responsable de la tormenta caótica que amenazó al continente hace una semana: fui persuadido por un ente más poderoso que yo que me convenció de que era la forma correcta de revivir a Lily, pero Faith y Fío me hicieron abrir los ojos... Ahora quiero ayudarlos en lo que pueda.

 -Espera, ¿de verdad eres el fabricante de las runas que se vendían en el mercado negro? -preguntaría Jonathan, sorprendido por el cambio físico del hada.

 -Bueno... Las runas las fabricaban los enanos exprimiendo la magia de mi raza hasta provocarles la muerte, usándome de catalizador dado que no solo puedo anular la magia, sino absorberla: yo luego aprendí a hacerlas sin la necesidad de matar a nadie, pero siguen siendo imperfectas...

 -¿Como es que nunca nos enteramos de que los enanos estaban fabricando esas cosas? -se cuestionó el samurai.

 -Según mi investigación, el proyecto de las runas es manejado por un grupo de enanos que maneja el reino: es poco probable que realmente toda la raza quiera volver a tiempos de guerra haciendo cosas como esa, por lo que no habrán hecho nada público y se habrán dedicado a repartir las runas entre las sombras -aseguraría Glaius.

Alanís devolvió la mirada que recibía por algunos momentos. Recordaba el haberse interpuesto junto con otros presentes entre el hada pelirroja de alas en tonalidad multicolor y brillante, y su avanzar hacia la familia real, haciéndole retroceder con éxito en esa ocasión.

-Hm, no hay rencores a estas alturas. En mayor medida todos hemos sido tirados por hilos en estos últimos meses. Por tu parte pareces haber perdido color. -señaló de forma neutra, posando la vista en las alas ahora negras. Tras esto, sus ojos fueron a un punto con color más intenso en la habitación, tomando aire curioso.

-Esa es una espada muy impresionante, debe ser la que mencionaste en ese entonces que te fue conferida. En ese entonces había mucho que decir como para tomar tiempo en formalidades pero, felicidades a ti también Cytla. -sonrió con tranquilidad- Por supuesto, abandonar ciertas tareas no implica que los vínculos establecidos se desintegren. Afortunadamente esta semana ha sido atareada pero pacífica dentro de todo, al menos en este reino.  

Tomó un momento para ordenar sus pensamientos.

-Faith. Si no conlleva un costo particular para ti, no rechazaría la oferta de recuperar mi extremidad. Como mencioné, mi combate fue sin ella y parece haber inspirado respeto. Definitivamente es razonable pensar que con un cuerpo completo, desmotivaría posibles retos por la corona en el futuro. Estaría muy agradecida. -expandió un poco el tema, considerando que dentro de "lo que tocaba a cada uno" su porción era ese reino- Como mencioné, las políticas son un tanto violentas en mi reino. Hay menos retos de lo que sería pensable considerando que los reyes son considerados las personas más poderosas, y en caso de perder, un retador usualmente muere como se espera por el atrevimiento. El anteultimo rey  su linaje llevaban largo tiempo sin algo así, en el final del día nadie quiere poner en juego su vida cuando la apuesta es "derrota al más fuerte o muere", después de todo.

Miró a Arthas unos momentos, y luego a su hermano, antes de suspirar.

-Fuera de lo que me corresponde, solo puedo dar apuntes y sugerencias. Permítamonos ir por un tema a la vez para no hacer esto confuso, empezando por Aztora: Ciertamente dos personas aquí presentes tienen un derecho que reclamar, pero ambos tienen problemas... -Alanís se reclinó en su asiento, un tanto apesumbrada- Arthas tiene la educación y es lo esperado como heredero, pero parece ser imposible recuperar sus memorias. Sigue siendo la misma persona en su base, pero no conserva afecto particular por lo que era su familia, y el trono y sus responsabilidades no son algo que sienta cercano ya.

Miró al mencionado y añadió:

-Siéntete libre de corregirme, pero no parece que tengas demasiado interés en ello. En este momento, podrías comprometerte con la idea de gobernar propiamente y rearmar tu vida lo más parecida a lo que era antes. O puedes tomar la oportunidad para renunciar a tu derecho en favor de hacer lo que mejor te siente. Hay valor en eso, también, después de todo sería triste que te sientas encadenado a una elección forzada. -pasó su vista a Jonathan- Por otro lado, parece que en formas generales, eres una persona de bien, Jonathan. ¿Es tu deseo reclamar el trono? ¿Aún sabiendo que siempre habrá cierto resentimiento acumulándose por los pasillos, y nunca estarás lejos de oír "bastardo" de los labios de otros? Soy muy familiar con los rumores infundados o tontos de la vida cotidiana en el castillo, escuché sin fin de ellos bastante vulgares luego de volverme escolta de Arthas. Puedo asegurarte que en tu caso serán aún más opresivos y sonoros.

En ningún momento había variado de tener un tono reposado y objetivo, tratando de aportar algo de sabiduría de la que podía ofrecer.

-En caso de que ninguno de los dos lo desee, y sabiendo que la reina no deseará la corona tampoco, hay una tercera opción más radical, pero pacífica: dividir Aztora entre los demás reinos, y que esta deje de existir como reino. Alguno podría argumentar que, considerando como se fundo y lo que representa, esto es ideal.

No decía ello para nadie más que los presentes en el momento en negro. Si el reino de Aztora había sido producto de manipulaciones más allá de todo, y portaba el reino de aquella deidad, y su imitación...quizá fuese lo mejor para sellar aquello dejara de existir junto con la marca del "verdadero" Aztora.

-Arthas, Jonathan, o ninguno y la desintegración del reino de Aztora como tal. Esas son las opciones aquí, y aunque podemos opinar la decisión última es principalmente de los dos implicados. Personalmente... -tomó un largo momento de silencio aquí, practicando el preguntarse a sí misma que quería y no armándolo en base a los intereses de otros como era usual. Y a pesar de todo lo  leal que era al reino, se encontró añadiendo de forma sincera:- ...yo favorezco que Aztora deje de existir si nadie de los presentes desea gobernarla. El día a día de sus gentes no debería cambiar demasiado al mover las fronteras, y al estar en el centro de los demás reinos la repartición sería sencilla. Y sería fácil firmar los tratados pacíficos que querramos con el reino de los enanos a cambio de una expansión en su terreno, sobre la prohibición de creación de runas, o sobre un cambio en su corona incluso. Aunque puede argumentarse que no merezcan esto debido a sus acciones. Por favor, déjenme escuchar sus opiniones.

Antes de hablar de todo aquello y al ofrecer mi ayuda a Alanis, sonreí al ver como aceptaba tranquilamente - No es molestia. Después de la reunión te ayudaré si te parece bien. Bueno, si os parece bien su majestad - Pensandolo mejor, creí que debía dirigirme más correctamente de esa forma. Y luego tomar el camino del discurso.

Al principio casi salto al ver que Cytla me interrumpí diciendo que fuera al grano, sin embargo Glaius intervino y en ese sentido recobré la compostura tranquilamente para no tener que perder la concentración de todo esto. - Bueno... Eso es porque tengo una ligera idea de como eliminar las runas, pero quiero confirmarlo hablando con los expertos. Es decir, Glaius, Samael, Fio y otras dos personas. Aunque claro, mi idea requerirá la ayuda de todos los presentes. - Y al decir aquello miré de manera complice a mi hermanito aclarando con aquella mirada que me refería a Caos y Ordinem.

De todas formas, no era el momento de hablarlo, le llegó el turno a Cytla y comenzó a hablar del hijo ilegitimo. El curso de toda la conversación se centró precisamente en ese tema concreto, ya que aunque llegara la familia real del bosque de Edrielle, Alanis decidió encarrilar y tocar los temas uno a uno, empezando por el más obviamente urgente, el liderazgo de todo un reino.

Sería dificil que algo quedara al 100% sentenciado en cuanto a Aztora, más con todo lo que estaba pasando. Probablemente Baeric fuera el que se propondría como rey, aunque aún faltarían saber las opiniones del resto de hijos legitismos e ilegitimos al torno.

Por otro lado, la proposición de Alanis no me pareció mala, sin embargo al escucharla empecé a pensar, hasta el punto de ocurrirseme algo justo cuando pidió opinión - Se que... No será una solución sencilla, pero se me ha ocurrido una tercera opción para el reino de Aztora: Podría ser un enlace de todos los reinos. Un reino neutral y en el centro de todo, que sirva como punto de reunión para el resto de reino, y gobernado por un "consejo" de un dirigente de cada reino. Por ejemplo, claro. Así, no se pierde un reino tan bueno en cuanto a conexión del resto de reinos, y el problema de quien reina, se soluciona.

Dicho eso, esperaría a ver como reaccionaban los demás y esperaría a intervenir en temas que pudiera decir más.

Pronto aparecieron el resto de las hermanas, a través del portal que había creado Faith. Entre ellas estaban Samael y Lily, que, a diferencia de las demás, tenían un tamaño adulto. Él se mostró muy colaborativo, explicando lo que había ocurrido y admitiendo los errores que había cometido.

Fío prestó especial atención cuando mencionaron no saber nada sobre los experimentos de los enanos. Le habían asegurado que el Rey estaba enterado… ¿Quizás él había tenido razón desde el principio, y la familia real no sabía nada? Pero entonces… eso contradecía lo que habían dicho su madre y Samael. Miró a ambos con ojos entornados, tratando de descifrar sus reacciones.

—¿Cuánto hace que lo sabías, Glaius? —Si había tenido tiempo de investigarlo, debía haber sido consciente de ello desde hacía tiempo—. Aunque lo mantuvieran en secreto, debía de haber mucha gente que estuviera enterada de ello. Comerciar con otros reinos requeriría tener a muchas personas de su parte en muchos lugares. Tendría que haber muchos cómplices.

No quería lanzar ninguna acusación, pero dirigió una mirada reveladora a su madre y a Samael, esperando que ellas presionaran la cuestión.

Alanís compartió su extensa opinión acerca de la sucesión de la corona. Por un lado, Arthas había perdido sus recuerdos, y eso hacía que no sintiese nada hacia su linaje o el reino. En la práctica, sería como si acudiese un rey extranjero para reinar. Por otro lado, Jonathan era un bastardo, por lo que era probable que mucha gente no lo respetara y hubiese muchos detractores, lo que podría incluso desencadenar en una rebelión a futuro. Además, Alanís lanzó una sorprendente propuesta.

—Eso… debilitaría a los humanos frente a los demás reinos. Otros podrían decidir aprovecharse para desafiar a los humanos. —No lo admitiría abiertamente, pero no le parecía bien que cedieran territorios frente a los enanos después de lo que habían hecho—. Tarde o temprano, otros reinos atacarían, aprovechándose de la falta de unicidad del reino. —Era una propuesta que podría parecer atractiva sobre papel, pero era difícil que fuera efectiva en la práctica.

Ante la propuesta de Faith, él la miraría en silencio. A veces, tenía unas ideas un poco ingenuas… Un reino no era simplemente una tierra de nadie que sirviera de enlace para que cada uno hiciera lo que quisiera. Nadie querría vivir en un sitio así, ni luchar por él. Y los demás reinos tratarían de hacerse con su control.

Ni ejem ni ajam... mejor ir al grano, lo siento- le diría a Glaius cuando le escuché aclararse la garganta obviamente para que le escuchase. Escucharía a Alanis hablar sobre mi arma, la cual saque por si ella o las demás quisieran verla más de cerca... aunque claro, en una posición apuntándola para abajo y solo para mostrar, nada que pareciera que fuera atacar o algo -Si... Es Rompetormentas. Bueno, es "mi versión" cuando esta me aceptó y... bueno, todo ese rollo que tiene la espada para elegir dueño y todo eso. Técnicamente empuñarla me convierte en "caballero real"... aunque ahora mismo los títulos no es que valgan demasiado- les comentaría a los presentes... Supongo que es importante porque ahora que yo porte Rompetormentas significa que ocupo el mismo puesto que antes ocupaba Zedrom... pero realmente ahora mismo no me importaba demasiado.

En fin, suspiraría al escuchar a una de las hadas, que comentaba que debían de haber entrado por la puerta -No a ver... La entrada ha sido espectacular y muy "fuaaah"... Solo que no se, no creo que esta reunión fuera el momento para querer quedar espectacular frente a los demás... Sabemos que estamos en el mismo bando, sabemos que trabajaremos juntos... no hace falta hacer la presentación espectacular de "Si, os ayudamos"... Es mi opinión, perdón- dije con cierta seriedad, no queriendo tampoco parecer borde o maleducada... Pero es lo que pensaba, la entrada con portales era un poco innecesaria -Un placer a todas. Y tranquilo Samael... Ains, sabemos quien es el ente poderoso que te convenció... a ese idiota le encanta liar. Así que tranqui- le diría a las hadas y a Samael quitándole importancia... no es momento para darla, y todos sabíamos lo idiota que era ese enmascarado cuando se ponía con su "historia".

El asunto de las runas, salvo que Jonathan conocía a Samael pre-llamarse así y cuando era pelirrojo, no tengo mucha idea... así que sobre ello no añadiría nada que supiera. Solo esperaba que no hubieran ahora malos rollos después de que le preguntaran a Glaius sobre las runas enanas no aumenten tensiones.

Pero luego de todo lo que hablaron, surgió el tema de los reinos... Y en eso si que creo que podía opinar. Pues lo que sugerían Faith y Alanis era algo bastante drástico... Idealista, pero ese era el problema, demasiado idealista. Lo que dijo Fio fue más realista -Tranquila por los rumores Alanis... si Jonathan decidiera ser rey, tendría a una caballero real que no tiene problemas en poner laxantes en sus comidas y crear rumores sobre su incontinencia- diría sobre ello, al lado de Jonathan y apoyando mi mano en su hombro como apoyo...

Antes de pasar a tratar el tema serio -La idea de "compartir el reino", por desgracia no me parece plausible o buena. No es solo que los humanos habitantes del reino se pudieran debilitarse... Sino que aunque representéis a las hadas y los dragones... ¿quien dice que los demás reinos les parezca bien la división o el consejo? Verán el reino como un pastel... y por mucho que nos disguste, al final alguno querrá que su trozo sea el más grande... y eso a la larga por desgracia, llevará a una guerra que es justamente lo que queremos evitar. Que el reino sea un enlace o nexo entre los demás reinos como lo ha intentando hacer siempre esta bien... pero no puede hacerse a costa de perder su identidad como reino independiente. Ceder el reino podría verse incluso como un intento de desligarnos de la responsabilidad, en plan "Haced vosotros el trabajo mientras nosotros somos existimos". Ya se que no pensáis en eso ni proponéis la idea con esa intención... Pero a saber que pueden pensar los demás, en este caso la mejor opción es ponerse en lo peor para poder sacar lo mejor posible- terminaría diciendo.

 -Realmente estoy enterado de la mayoría de cosas que han pasado: Baeric no fue el único que hizo tratos con Aztora... -revelaría Glaius ante la pregunta de Fío. -. En mi caso fue por conocimiento, pero no es uno que pueda usar como me gustaría. Lo que sí puedo decir es que los enanos sí que tenían como comerciar: todos los reinos estaban enterados, ¿no...?

 -Solicité ayuda cuando me enteré de lo que hacían con las hadas... Pero ningún rey quiso ayudar... -añadiría la reina de las hadas, con una tristeza reflejada en su rostro.

 Decidiendo enfocarse primero en el asunto del territorio real, todos darían y escucharían las opiniones que habían, algunas a favor de dividir las tierras, otros de directamente eliminarlas, y en general es que habían muchas opciones con pros y contras...

 -Yo... No quiero reinar -declararía entonces Arthas, con una expresión de seguridad que no poseía su habitual sonrisa. -. Desde que desperté en aquella camilla me han dicho que soy un príncipe, que tengo que pensar en mi posición, en lo que haré como rey... Se que no soy adecuado para el trono, y realmente no me interesa tenerlo, por lo que si puedo hacer algo bien seria apoyar que la persona que está conectada realmente con la gente del reino se haga cargo -concluiría, dirigiendo una mirada a Jonathan. -. Todos dicen que mi hermana tampoco quiere el trono, ¿entonces por qué no lo tomas? Pareces alguien de confianza.

 -Bueno, honestamente las opiniones de los nobles no me importan, pero... Tengo cierto odio hacia la realeza -explicaría el hijo bastardo, cruzándose de brazos. -. He manejado durante mucho tiempo los bajos fondos, pero todo era desde las sombras: si me hago rey, todo el mundo sabrá quien soy... Y las cosas podrían ser distintas... -pesé a estar inmerso en sus pensamientos, Jonathan se podría permitir dirigir la mirada a Cytla cuando apoyó una mano sobre él, dedicándole una leve sonrisa. -. En todo caso, sigo diciendo que por más que puedan asegurarlo por ella, no deberíamos decidir esas cosas sin la princesa...

 -A mi me da igual -diría entonces la voz de la mencionada.

 Haciendo acto de presencia a través de una de las puertas, la princesa Artanis llegaría a acompañada por el caballero grifo, el cual intercambiaría algunas miradas de culpa con los presentes antes de seguir a la chica hacia un par de sillas alrededor de la mesa.

 -Dije que el trono no me interesa: no estoy hecha para ser reina. Y si se lo preguntan: Baeric tampoco quiere el trono, y si alguien abre la boca al respecto juro que lo tendrán que sacar de aquí arrastrada, ¿okey? -amenazaría la chica, con seguridad en sus palabras.

 -Artanis, no es necesario... -hablaría entonces el hombre, dirigiendo la mirada a los presentes. -. No es exactamente como ella dice... Sí quiero el trono, pero no me siento con las fuerzas para tomarlo. Creo que Aztora les hizo caso y me liberó de la idea obsesiva de ser gobernante... Aún me encantaría ser rey, pero... Puedo vivir sin serlo -aseguraría.

 -Sí la princesa no quiere el trono, y el príncipe tampoco, y no podemos alterar el funcionamiento actual del reino... -fue mencionando Jonathan, con cierta duda.

 -Serás el nuevo rey -concluiría Glaius.

 En ese momento, la reina hada apretaría ligeramente los puños sobre la mesa, decidiendo hablar nuevamente para preguntar algo al bastardo, pues quería volver al tema de las runas.

 -Mencionaste antes conocer a Samael, ¿no? ¿Sabías... de las runas...? -le interrogó.

 -Durante un tiempo los enanos me las comerciaron, pero nunca me dijeron como se hacían: luego dejaron de llegar, pero apareció él y me trajo más... Cuando me enteré como eran creadas, ordené que fuesen retiradas del mercado -declararía Jonathan. -. Hace poco mencionó que ningún rey quiso ayudarlos... ¿Mi padre sabía de eso...?

 -...

 En aquel instante un frío silencio dominaría la sala, no solo de parte de las hadas que parecían las más afectadas por el asunto de las runas, sino porque ahora también involucraba al difundo rey, como si la imagen que tenían de la familia real no se hubiese desmoronado lo suficiente con las revelaciones dadas por los dioses...

 -Vuestro rey financió el proyecto -seria Samael quién finalmente decidiría hablar. -. Faith y Fío han visto las pruebas.

 -Sabiendo que el rey de aztora aprobaba el proyecto y facilitaba su comercio, el resto de reinos no quiso involucrarse en lo absoluto, no querían enemistarse con el reino humano y que pusiesen al resto de reinos contra ellos... Nos dejaron a nuestra suerte -concluiría la reina de las hadas.

 -Lo que significa que seguramente los enanos que gobiernan actualmente estarán como furias si Jonathan toma el trono... -añadiría Glaius, siendo que de alguna forma todos los temas se iban relacionando.

-No creo que haya que preocuparse por formalidades en privado, y aún no es completamente oficial hasta el atardecer. -respondió esto con calma cuando Faith le llamó de esa forma. Las distintas opiniones sobre lo planteado iban siendo dichas, y en general eran divididas. Aprovechó entre ello a dar una observación del acero rojo mostrado. Ofreció palabras formales como era usual, pero por esa reunión venían cargadas de cierta candidez en puntos concretos- Es un arma espléndida, justo como la recuerdo. Ya tiene suficientes historias, pero asegúrate de darle algunas propias para el día en que tus hijos pregunten por ella.

Cuando la puerta se abrió, Alanís se vio un tanto sorprendida.

-Creí que no vendrían, pero me alegra ver que sus ánimos no han decaído, princesa. Baeric... -guardó silencio un largo momento- Ahora si puedo decir que es bueno verte fuera de tu temperamento usual. Tomen asiento, por favor.

Miró con aire curioso a Arthas, luego de que este expresaba su postura, y se vio un tanto sombría.

-Puede que haya terminado mis deberes, pero lo que sucedió con tus recuerdos fue cuando eras mi responsabilidad. Mínimamente puedo ofrecerte ayuda para redireccionar tu vida, y la estancia que necesites en estas tierras si decides no retornar a Aztora con tu hermano.

...

Nuevamente, lamento mi inhabilidad para recuperar lo perdido.

Si era posible, pasó de este estado a verse genuinamente miserable cuando se develó sin lugar a dudas cuan envuelto estaba el anterior rey de Aztora con el asunto de la explotación de las hadas. Natural, siendo alguien que hasta hace una semana podría haber defendido a muerte sus decisiones. Tardó un largo momento en opinar, y lo hizo con tono taciturno.

-...Artorias fue un gran rey en muchos aspectos, e incluso cuando estaba al borde de la muerte consiguió que su espíritu se manifestara en esa sala negra por sola fuerza de voluntad. Siempre he creído que un rey debe ser grandioso y disfrutar su vida si cumple bien con su trabajo de llevar el reino sobre sus hombros. Pero esto...

Negó lentamente.

-No puedo avalarlo. No lo habría hecho aún hace una semana. Si eso, agradezco enterarme ahora y no hace siete días, o quizá sería con Yurrax con quien estarían teniendo esta charla ahora mismo.

Sonreí a Alanis al ver su complicidad frente al compañerismo que ya habiamos gastado años atrás. Aún así, tendria que tener cuidado luego de que fuera oficial, pues no quería faltar al respeto. Pero en ese momento después cuando traje al resto de mis hermanas fue cuando más rabia me dió Cytla - Bien que dices de ir al grano - Le señalé justo cuando terminó de quejarse por la entrada del resto de nuestra familia, solo para remarcar que aquello, sobraba. Pero por no meter más cizaña y dejarlo pasar pronto, decidí no darle más importancia y continuar con la charla.

A fin de cuentas, Fio había remarcado algo que bien me interesaba, pues no sabíamos mucho acerca de estos años donde Glaius desapareció practicamente, y este era el momento de desvelarlo. Por suerte, todo aquello no escaló a más que un simple trato con Aztora... Otro más...

Pero justo con la llegada de Baeric y Artanis, las piezas fueron encajando en su lugar. Jonathan debía de hacer de rey para evitar la expansión de las runas y la guerra contra los enanos, pero eso tan solo sería el primer paso. - Si todos estamos de acuerdo entonces con que el actuar de nuestro antiguo rey de Aztora estaba mal, creo que es claro que debemos hacer algo por evitar que se conozca a dicho reino de tan mala manera. Y además, un reino venido desde el pueblo llano, creo que será más bien recibido. 

-Pero lo más importante, si realmente los enanos se enfurecerán viendo a Jonathan en el trono, entonces nos resultara mejor para deshacernos de sus runas, y dejarles sin armas y sin la posibilidad de fabricarlas nunca más. Es decir... Entre el apoyo del reino humano y el reino dragón, lograr destruir las runas será más sencillo aún. M-me explicaré - Miré entonces a Samael. - Por favor, haz como con Lily y Eden, pero chiquitita, no es necesario mucho. - En ambas le pedí que hiciera piedras antimagicas para hacer lo mismo que iba a hacer ahora, así que tampoco pensé que le costaría mucho crear en mitad de la mesa una pequeña piedra

-No puedo ir más al grano, así que explicaré la idea que tengo para destruir las runas, puede que sea un poco bestia, pero mirad. Estas piedras son las que Samael es capaz de hacer, en ella parece poder condensarse el poder de las hadas. Me di cuenta cuando encontré a Lily en una de ellas. Pero según he ido tratando con la magia de Samael he ido entendiendo más y más, en especial en nuestra lucha - Le indiqué de manera complice con una sonrisa aunque no me detuve - Las piedras de Antimagia almacenan nuestra magia, absorbiendolas poco a poco hasta la nada, pero las runas tienen que ser contenedoras del mismo origen, como un carcaj lleno de flechas. Pero aquí está el detalle - Alcé mi mano y me concentré en hacer lo mismo que hice con Lily y Eden, poco a poco y enfocandome en la piedra antimagica, la fue convirtiendo en una fuente de maná puro que allí mismo incluso podría ser peligroso, pero gracias a que había varios usuarios de mana allí, absorberlo entre todos no sería gran cosa.

-Con el poder del Caos y de la creación a mi parecer podemos destruir lo que son esos contenedores de magia feerica y volverlos maná puro destruyendo así pues, el carcaj que contiene las flechas. - Puede que me colara con aquella afirmación, pues a fin de cuentas, Fio no aprendió hechizos de cambio como yo, sino otros más agresivos que escapan al control... Aunque igual ahora si sabía controlarlos mejor - Solo hay un problema, creo, y es ese el punto que quería consultar con Glaius, Samael y Fio. Por desgracia, no son flechas, y liberar el contenedor de una magia dudo que haga que esta caiga al suelo sin más ¿Verdad? - Pregunté pues en mi cabeza pensaba que la magia del fuego se liberaría alrededor de alguien que use runas de fuego convirtiendo aquello en practicamente un explosivo.

-En ese caso, Samael podría anular la magia del interior mientras transforman esas runas en mana puro. Y... Si lo hacemos mientras el reino Enano intenta atacar al humano, podremos hacerlo sin que nos detecten, pues estarán más centrado en lo que hay delante. Aunque realmente, me agradaría tener la ayuda de Cytla para colarnos entre sus filas. - Señalé pues a la susodicha, que a mi parecer debía estar basada en el sigilo. - El resto de mis hermanos y mi madre, podrían proteger al reino con cierto escudo - Mencioné para luego preguntar con mi mirada a la reina feerica allí presente, pues era ella quien debía de consentir hacerlo.

-Por supuesto, la guerra no es necesaria, pero es un factor de distracción para los enanos... Obviamente también deberemos acabar con su producción... Pero espero que eso vaya ligado a lo mismo... Si las runas desaparecen, hay menos motivos para que una guerra se inicie ¿No os parece? - Pero por supuesto busqué la aprobación de todos, pues mi único fin era querer que todo se acabara.

No añadí mucho cuando Alanis comentó sobre mi espada... Aunque al escucharla decir que tendría "historias para contar a mis hijos", reconozco que me sonrojé levemente, y de forma instintiva no pude evitar mirar a Jonathan a mi lado... Solo espero que no se me haya notado demasiado.

Escuché a la hada echarme en cara aquello de que debía de ir al grano después de que yo dijera que la entrada con portales y luces , y fruncí el ceño mientras suspiraba -Se le llama "ser educada"... ¿Prefieres que diga "Podríais haber venido todas juntas por la puerta y ahorraros la entrada innecesaria" para ir al grano?- le preguntaría a Faith mirando a la hada egocéntrica... Aunque para mi sorpresa... solté una leve risa tapándome la boca con el puño -Pfff... je... No me imaginaba que estuviese echando de menos discutir contigo...- terminaría de decir mirando a la hada, sonriendo levemente... Hacía mucho que no teníamos una discusión... ¿Es raro que lo hubiera echado de menos?

Desde luego, las palabras de Glaius me hacían replantearme muchas cosas. Pensar en el rey en el que había depositado mi confianza sabiendo ahora todo aquello que ocultaba: tener un hijo bastardo y ordenar silenciar a todo quien lo supiera, permitir y financiar investigaciones de armas que matan hadas... Sabía que todas las personas tenían sus luces y sombras, que todos tenían sus secretos y no solía haber gente completamente blanca o negra... Pero joder, que ganas tenía de darle una ostia al viejo rey en paz descanse.

El príncipe no quería gobernar, y entendía de sobra sus motivos. Él animó a Jonathan también a reinar... Ante lo cual dio sus motivos para preferir esperar saber todo -Y con razón...- musité sabiendo de sobra porque Jonathan la odiaba tanto. Y entonces, es cuando volvió Artanis, y también vino Baeric con ella -Vale, entendido...- le diría a Artanis... sabiendo que se refería a mi con eso de mantenerme callada -Me alegro de veros...- diría simplemente, antes de que Baeric tomase la palabra para ser sincero -De acuerdo... no te fustigues, ¿vale? Me alegra verte bien...- diría simplemente.

Antes de que... bueno, dejaran claro que Jon... sería el nuevo rey. Le miraría esperando ver su reacción... Y permanecería a su lado sujetando su mano con fuerza mostrando mi apoyo, sobre todo cuando la reina de las hadas le interrogó un poco, con razón. Todo lo que hizo el rey a las hadas me parecía vomitivo... y era horrible, imaginar esa sensación de desamparo cuando ningún reino quería ayudarles. En fin... aunque fuera mucha información sobre algo que entendía tan poco y no me gustaba como lo era la magia... y además venía de Faith... haría el esfuerzo por escuchar e intentar entenderlo todo. Creo que lo entendería... creo -A ver... si la pierna de Fio estalló en nuestra cara cuando ocurrió lo del "secuestro"... Supongo que esas runas al destrozarse o hacer lo que dices hará algo similar...- comentaría... aunque mi opinión en asuntos de magia no es que pudiera aportar mucho -Si hace falta sigilo, supongo puedo improvisar algo... pero antes me gustaría saber más que puede pasar, tener algunos planos y el plan a seguir. No me gustaría entrar en un lugar desconocido o que hagamos algo y explote la cosa...- diría con seriedad ante el plan de Faith -Pero antes de decidir nada definitivo, debemos de hablar de más cosas. Porque aún siquiera hemos mencionado al ex-aprendiz loco de Glaius... No creo que sea buena idea basarnos en el primer plan que pensemos...

¿¡Ese enmascarado también había hecho tratos con Glaius!? A saber dónde más había estado metido. Seguía sin entender por qué se había entrometido tanto pese a que su idea era demostrar una teoría sobre el comportamiento de los mortales. Fío no se fiaba demasiado del tipo, aunque hubiese dicho que sus intenciones eran buenas.

A continuación, se sucedieron sorprendentes declaraciones por parte de Arthas, Artanis y Baeric: ninguno de ellos quería reinar. Entonces, el único que quedaba era... Jonathan. A Fío le daba impresión de que era buena persona, pero presentía que mucha gente se opondría a su reinado.

Antes de continuar, la reina hada volvió a presionar el tema de las runas. Fío sintió un vuelco en el corazón cuando mencionó que Jonathan estaba enterado. ¿¡Él también!? Sin embargo, rápidamente aclaró que desconocía su origen. Lo que sí que quedó claro fue que Artorias financió el proyecto...

Fío ya estaba enterado de eso, pero aun así fue como un jarro de agua fría. El hombre que lo había acogido en su castillo, aquel al que había jurado proteger... las había traicionado, las había tratado como herramientas, como instrumentos desechables. Si no tuviese el control del caos, se habría desatado un desastre en ese momento.

Para deshacerse de las runas creadas por los enanos, Faith propuso un plan.

—Eso que propones es muy peligroso, Faith. Si destruimos muchos cristales de golpe, liberando su maná, la energía sería inmensa. —Entonces mencionó el papel de Samael en el plan—. Eso... podría funcionar, aunque sigue siendo bastante peligroso. —Miró a Samael—. ¿Crees que serías capaz de contener toda esa energía?

»Debemos evitar a toda costa una guerra. Arrebatarles las runas los desarmaría y podría disuadirlos de atacar, sí. Pero también los enfurecería. Estoy seguro de que alegarán que se les ha arrebatado algo que consiguieron con su propio esfuerzo. E incluso reclamarán justicia por los enanos muertos en la fábrica. Era completamente injusto, pero estaba seguro de que sería así—. Lo mejor sería tratar de resolver las cosas con diplomacia. —Era mucho más sencillo decirlo que hacerlo, claro—. Podríamos proponerles un trato: ellos entregan todas las runas y los demás no reclamaremos justicia por sus crímenes.

Aquello supondría perdonar a aquellos que tanto daño habían hecho a las hadas. Era injusto. Pero debían poner todo de su parte por evitar una guerra.

 De forma similar a Cytla, para el hijo bastardo seria complicado no mirar durante un instante a Cytla cuando Alanís mencionó lo de tener hijos. No quería pensar mucho en eso ahora...

 Por su parte, Baeric pudo sentir cierta tensión sobre sus hombros desde que entró, pero luego de las palabras del resto sirviron para que se sintiese más tranquilo en aquel sitio.

  -Por favor, ya deja de culparte... -diría en voz baja el príncipe cuando Alanís se disculpó nuevamente por ser incapaz de hacer algo por sus memorias.

 Atendiendo al tema de las runas, Glaius intervendría cuando Faith comenzó a hablar para apoyar su comentario.

 -Ciertamente, todos aquí entendemos que la imagen de los Aztora significaba algo no solo para su reino, sino para todos los demás: lo mejor que podemos hacer es solucionar el problema sin revelar lo que hizo el rey. La gente necesita creer en algo -aseguraría. -. Lo que si podemos revelar es la implicación del gobierno actual de enanos en el proyecto... Si se hace público, y con Jonathan como nuevo rey, se podría ejercer presión al reino para que entreguen la corona a otra familia, y es que incluso se podría formar un golpe de estado por parte de los enanos que no quieren verse relacionados con asuntos del pasado como la guerra.

 Siguiendo con las explicaciones, varios fueron dando sus opiniones respecto al plan de acción contra los enanos, siendo Jonathan quién decidiría hablar nuevamente luego de que Fío aclarase lo peligroso del plan de Faith.

 -No pienso poner en riesgo a nadie por destruir esas runas: tal vez debí mencionarlo, pero cuando me enteré de como eran creadas moví mis contactos para reunir todas las del reino y evitar que se siguiesen comerciando -revelaría.

 -Sí conseguiste reunir todas las del reino humano, entonces no hay que infiltrarse en ninguna parte -añadiría Samael, pensativo. -. Cuando destruí la fabrica donde me retenían, me aseguré de acabar con los registros de como se fabricaban las runas, tomando solamente los papeles que implicaban al reino enano y la protección del rey humano... Por lo que puedo asegurar que los enanos realmente no deben tener una cantidad importante de runas, y es que la mayoría que debes tener retenidas habrán sido creadas por mi personalmente -comentaría, recordando a todos que mencionó con anterioridad haber creado su propia versión de las runas, una que no necesitaba de explotar hadas pero no por ello eran menos peligrosas. -. Sí... Me disculpo también por eso...

 -¿Es realmente necesario destruir las runas? Digo, el hada las hizo con la intención de destruirnos con ellas, pero... ¿No se les puede dar una utilidad si se hacen de buena manera? -preguntaría Muramasa, desde la ignorancia de alguien que no comprendía del todo la magia de las hadas.

 -Bueno, se supone que los enanos hicieron el proyecto con la tapadera de crear algo para ayudar al mundo... -Samael estaba considerando la idea, siendo que ciertamente un objeto capaz de potenciar a las personas, incluso aquellas que no tenían poder mágico destacable, podría ayudar mucho a la sociedad, sobre todo ahora que continuaban recuperándose de lo sucedido.

 -Sobre lo que dices, Cytla... -decidiendo a no dejar nada en el aire, el nigromante presente atendería a lo mencionado por la pelirroja. -. Estoy al tanto de que mi ex-aprendiz se encuentra retenido en este castillo, y que no tiene más intenciones de causar problemas... ¿Estoy en lo correcto, Alanís?

No pude evitar mirar a Glaius cuando dijo aquello de que no podíamos revelar lo que el rey hizo, escuchando que la gente necesita creer en algo -¿Y crees adecuado que en lo que el pueblo crea, le de esperanzas y fuerzas... sea una mentira?- le preguntaría sinceramente al nigromante, con seriedad y en parte queriendo saber que opinaban los demás -Se que lo tuyo son los planes en la sombra, saber más que los demás, conocer y guardar secretos y adelantarte... Se que los reyes hasta ahora han tenido sus "oscuros secretos" y todas las personas lo tienen. Pero habiendo visto como ha estallado todos esos secretos en nuestra cara, no creo que sea correcto que empecemos un nuevo reinado con un secreto así en nuestros cimientos... los secretos, y tu bien lo sabes... nunca duran para siempre...- comentaría a Glaius. Si un secreto así se desvelaba porque la gente lo descubre por su cuenta... rompería toda la confianza en el nombre de Aztora... y eso solo sería peor. Y siendo Jonathan quien fuera a tomar el trono y pudiera ser afectado por esa decisión... pues eso, quiero asegurar. Y saber que opinan los demás... y sobre todo Jonathan.

Entonces hablaron sobre las runas. Jonathan decía la verdad, acumuló todas las runas que estaban en el reino humano, y por lo que parecía eso significaba que no tendríamos que infiltrarnos en ningún lado -Buen trabajo...- le daría una palmada a Jonathan sonriéndole levemente, antes de continuar escuchando todo lo que implicaba la destrucción de la fábrica, los papeles, y todas esas cosas.

Sobre si destruirlas o no... realmente no tenía demasiada idea de que hacer -Sinceramente... creo que el usarlas o no, depende de la respuesta a un par de preguntas. La primera: ¿Queremos usarlas aún sabiendo como se han creado? Y la segunda: En caso de usarlas, ¿qué haremos cuando se terminen? Porque no querremos fabricar más- propondría esas preguntas al aire... De nuevo sin saber yo clara la repuesta, pero al menos proponiendo preguntas para pensar.

Y sobre lo del ex-aprendiz de Glaius... me sorprendí -¿Esta aquí? A ver... ¿Entonces que fuegos exactamente tenemos que apagar ahora? Para que me quede claro...- terminaría preguntando... Para ver si me quedaba claro que cosas tendremos que hacer.

Mirando a Cytla y volando para ponerme a la altura de su cara, puse los brazos en jarra y claramente respondí - Podrías haber dicho: "Hola, encantada de conoceros" y ya está... - Obviamente las discusiones entre ambas era un hecho palpable y quizás por lo mismo, ambas nos partimos a reir cuando llegó el momento critico, a fin de cuentas, esto era nuestro pan de cada día - Yo también te he echado de menos Cytla, no sabes cuanto. - Sonreí muy abiertamente al decirle aquello al notar que ahora, si estabamos todos y ya de nuevo a ser quienes eramos.

Al ver las reacciones ante mi plan, sin duda eran muy buenas dudas las que planteaban todos, pero por aquello mismo dije lo que dije repetidas veces, mi plan era solo una teoría, estaba en pañales y necesitaba confirmación previa. - Precisamente por eso Cytla. He combatido contra Samael, y sé lo que es capaz de hacer con la antimagia, literalmente, rompía mis escudos y destruía mis ataques. Pero por mi parte, no sé de que es capaz la magia suya liberada. Por eso el querer hablarlo con Glaius y Fio, además de Samael. Pero gracias Cytla, tu punto es muy bueno. - Justo entonces Fio dió su opinión y sonreí para bien - Tranquilo hermanito. No es la primera vez que manipulamos tanto mana y vivimos para contarlo. Lo peligroso es la magia que estalle, y de ahí viene la parte de Samael, que sin duda alguna, podrá hacerlo. A fin de cuentas, es nuestro hermano, tan poderoso como nosotras. - Y de aquella forma, le lancé una mirada llena de confianza a Samael sin dudar que el podría hacerlo.

Pero el tema de la guerra, era otra cosa. Como cabría de esperar, Cytla estaba a mi favor en infiltrarnos dando ya dejes de querer ir preparando un plan, sin embargo Fio y Jonathan no querían... ¿Que tan duro resultaría decirle a mi hermanito que a veces hay que hacer sacrificios para crear algo mejor? - Ordinem... El peso que has puesto sobre mi es muy alto... Pero te haré sentir orgulloso. - Sin embargo, antes de poder decir algo a Fio para tranquilizarlo, más conversaciones se unieron al mismo tema, Samel explicando lo que hizo para contra los enanos, Murasama preguntando si deberiamos destruir las runas y no usarlas para bien, Glaius dando una justificación para que las runas sigan existiendo...

La única que supo dar un punto de vista humano hacia el tema de las runas, fue Cytla, y eso me hizo verla con un brillo especial en los ojos.

Pero finalmente, intervine - Soy la primera que quiere evitar una guerra. - Reconocí ante todos - No soy una guerrera, y desde hace mucho tiempo tengo traumas con las guerras abiertas... Pero en este caso, dudo que se pueda hablar diplomaticamente con el reino Enano sin que puedan tendernos una trampa. Ellos tienen nuestro poder, un poder mágico que escapa al de cualquier otra raza, y aunque en este reino haya también un poder similar ¿Eso os haría mejores que los Enanos? - Miré a todos los que hablaron en pos de usar o conservar las runas - Aunque su proceso de fabricación sea algo horrible, y no su uso, las runas están echas con pedacitos de nuestras almas, de nuestras esencias.

-Usarlas para el bien, podría suponer algo bueno, pero como dice Cytla ¿Quieres usar algo creado a partir de la esencia de un ser vivo? - Pregunté a Murasama directamente, el mismo que he visto como todas las hadas lo querían, el mismo quien confió en las hadas para conservar el cuerpo inerte de su amada - No podemos usarla para acabar con el conflicto que hay o habrá entre los reinos, al menos no si el objetivo es no rebajarnos al nivel de los Enanos, que les da igual la vida de seres vivos para crear armas. Y a la cuestión de que hacer con ellas, tanto antes o después de este conflicto, os haré una sencilla pregunta ¿Podeis jurar que jamás en la vida, si siguen existiendo las runas, estas acabarán en malas manos? - Aquella pregunta era imposible responderla afirmativamente, pues el simple hecho de que siguieran existiendo, ya era una probabilidad de que cayeran en malas manos.

-Si las destruimos, nadie jamás las usará para el mal, porque no existiran. - Como bien solía pasar, al final quienes discutían más solían pensar igual de justos - Si queremos buscar una verdadera paz... Lo suyo es buscarla de verdad, no con más secretos, o misiones diplomaticas que no sepamos si surtiran efecto o serán una trampa, o ardices que podrían o no poner el reino enano en revolución. Se que los reyes tienen las últimas palabras - Y en dicha frase incluía a Jonathan, Alanis y mi propia madre - Pero por favor, tened en cuenta todo lo que hemos dicho y aconsejado. - Pues del proximo movimiento, dependía el futuro de todo el mundo.

Alanís pensó un momento largo aquello, sacudiendo su desilusión para prestar atención a aquellos temas de interés, y sencillamente dirigiendo una mirada apenada a Arthas antes de continuar con aquella discusión.

-Si no buscara específicamente satisfacer un deseo de "no guerra", diría que las acciones del reino enano se ganaron varios enemigos al punto de ameritarla. Sin embargo...ciertamente no se puede condenar a un reino entero por la codicia de unos pocos.

Dejando reposar los brazos en la mesa, entrelazó los dedos en profunda reflexión.

-Para mi, esas runas deben ser destruídas por una sencilla razón: son un precedente. Si existen y son ejemplo de lo que se puede hacer con "procesar" a un hada de esa forma, siempre habrá alguien que se pregunte "¿y si hacemos más?". La gente es tenaz, perseguirá la receta o empezará a experimentar por su cuenta hasta crear una propia. -negó- Debe encontrarse hasta la última de las mismas, nuestros esfuerzos deben ser para detectar todas y cada una de ellas en cada reino, decretarlas completamente ilegales y erradicarlas junto con todo conocimiento al respecto. De forma efectiva deben ser borradas de existencia en mente y mundo.

Tomó aire, entonces.

-Sobre el reino enano en si, hm, este será mi intento de tratar con tacto un asunto delicado por medio de...cuestiones diplomáticas. El rey enano actual debe ser denunciado por sus crímenes en público. Debemos...presionar. Nadie querría problemas con tres reinos a la vez, siendo estos los presentes, humanos, dragones y hadas. Sin embargo, esto debe ser hecho cuando todas o la mayoría de las runas del reino enano hayan sido eliminadas con un proceso cuidado de sabotaje, o de lo contrario fácilmente podrían recurrir a ellas como combustible para iniciar una guerra. Sin las mismas, sus opciones se reducirán a entregarse y negociar paz y sucesión de alguno de los príncipes enanos actuales, o enfrentarse a una revuelta civil de parte de gente rechazando sus actos o bien temerosos de que se inicie una guerra por un rey cobarde. De una u otra forma, efectivamente acabaría con el reinado actual, aunque si pudiera ser de forma más diplomática que una revuelta interna, podríamos asegurar un registro completo del castillo para encontrar y destruir lo más que podamos de eso conocimientos.

...

Para hacer más efectiva la amenaza implícita, podríamos anunciar en breves una triple alianza entre reinos, implicando que de tocar a uno los otros dos entrarían en guerra por este. Sé que el reino dracónico es normalmente visto con temor, y las hadas por general no gustan de varias prácticas aquí, pero quizá es un buen momento tanto para fortificar nuestro compromiso con la causa como para iniciar un nuevo capítulo, ofreciendo a los otros beneficios tangibles que nadie pueda negar son convenientes para la prosperidad. Si esto es aceptado, podríamos proceder con breves negociaciones al respecto para más adelante fijarlo en papel.

Tras esto, guardó silencio un momento largo.

-Glaius, imagino que hablas de Yurrax, es la única opción. Es una mezcla de varias personas y él mismo me llevó a la guarida de este nigromante. Pero allí no había nadie, solo un diario donde comenzó a decir que era alguien más. Si encajo las piezas correctamente, tu alumno se usó como parte de su propio experimento. Quizá esperaba volverse más fuerte ganando poder de otras razas, pero en el final ninguna de las personas dentro de él tienen un dominio claro de su existencia. Yurrax especificó que no se dejaría tratar por nadie que no fueras tu. Espero...que sea posible restaurar las existencias usadas para esta especie de fusión profana.