Partida Rol por web

Higetora se rascó la cabeza. Parecía que los Escorpiones sentían la necesidad de hablar en adivinanzas sobre el macabro tema que les ocupaba. - Bueno, yo no les he visto, y cuando he preguntado no han sabido decirme. - Dijo en tono bajo, casi mascullando. No le hacía gracia tener que hablar veladamente de un asunto tan grave, pero decidió que los Escorpión sabían más que él de cómo evitar que el delicado asunto saliera a la luz.
 

Se estremece ligeramente al nombre del Ide. ¿Que hacer? Aprieta los puños, y sus uñas se hunden en las palmas. Todos ellos se estan esforzando por Iuchi-sama... y ella nada. Es hora de aportar algo. Aunque mas no sea esa pequeñez.

-Gomen-nasai sama...+murmura finalmente con un gorgeo extrangulado, atreviendose a intervenir en la conversacion+ Podria comprobarlo por vosotros... si lo deseais, sama.

Junichiro sopesó aquella posiblidad. ¿Utilizar a su protegida de aquella manera? Entendía que la muchacha también quería ayudar pero él podría estar faltando a sus responsabilidades si lo permitía.

- Hmmm... -sopesó unos instantes- Supongo que es una opción, pero permaneceré cerca, por si ocurriera algo.

La joven asiente con una leve sonrisa e, inclina la cabeza profundamente, hasta casi tocar el suelo, para luego retroceder quedamente e ir a cumplir el encargo. Desgraciadamente, sabia bien donde estaba la habitacion del Ide. Sobre la segunda no estaba tan segura, pero deberia ser facil con solo mirar los mon en las puertas. Junto las manos, aguardando a Daidoji-sama antes de proseguir.

Dada la aceptacion general, se desplazan hacia el otro pasillo. Algunas habitaciones ya tienen velas prendidas, señal de la gente que se ha retirado temprano a las mismas. Suzue encabeza, seguida a alguna distancia por los demas.

La habitacion de Usagi es la 4ta de la fila, compartida con el Fenix Asako, mientras que la de Ide y Tonbo es la segunda, justo entre las de los varones del grupo. Por ende, la mas cercana es la del joven del Clan del Conejo. Unas leves y timidas llamadas de la joven Suzue no tienen respuesta, por lo que entreabre, temerosa. Pero en la oscura habitacion no hay nadie. Todo esta en orden del breve vistazo que se puede dar, salvo por la ausencia de los inquilinos.

Dejando esa, pasan a la de Ide. Es apreciable la vacilacion de la muchacha, Daidoji comprende muy bien porque ha de deberse y resulta dificil reprocharselo. No obstante, antes de llamar, Suzue se detiene. Mira algo, extrañada, y luego se tapa la boca.

El blanco papel de la puerta esta manchado de rojo.

- Aparta -ordenó Junichiro a su sirvienta, al tiempo que desenvainaba su katana. Con su mano libre, abrió la puerta de la habitación del Ide mientras apuntaba con su arma hacia el frente, dispuesto a entrar en combate si hacía falta.

Setsuko permaneció atrás, tomó a Suzue por el hombro cuando la apartaron de la puerta y le dijo: En cuanto te diga, si hay una pelea a partir de este momento, saldrás corriendo y le dirás lo que esta pasando a Suzume Yugoki-sama o a Suzume Nana-sama, con total discreción, no hagas un escándalo. Debes estar pendiente de nuestra señal, por lo demás mantente a cubierto y sin llamar la atención.

Dicho esto se movió a la entrada de las habitaciones haciendo un gesto para que la pequeña la siguiera, una vez allí le dio la señal de aguardar, empuñó su tanto sin desenfundarlo y se mantuvo alerta alejada un poco del grupo, pues si llegara a haber una persecución ella cortaría el camino a quien se le ocurriera pasar por ahí.

Mientras el grupo se pone en guardia Daidoji-san abre la puerta con una leve dificultad, pero completamente... La escena adentro esta dentro de lo esperable, pero no por eso es menos placenera. 

Ide-san esta tendido en un charco de su propia sangre, no muy lejos de la entrada. Ha caido boca abajo con las manos extendidas, de modo que su postura oculta la herida mortal. Sus pertenencias yacen en desorden a un lado, sobre su futon, todo lo cual esta salpicado de rojas gotitas...

No hay rastro de su compañero de cuarto, aunque parece que sus pertenencias tambien fueron revisadas. En todo caso, ahora teneis el cadaver entre manos... el segundo.

Notas que aunque Daidoji-san tuvo alguna dificultad para abrir la puerta, no habia nada trabandola. Una mirada detallada te percata que la hoja de madera y papel con el mon unicornio no parece encajar perfectamente en el canal dispuesto.

Fuera de eso, es imposible saber que falta o es diferente en el cuarto a lo que habia, al no conocerlo. Lo que notas es la ausencia. No parece haber marcas o huellas en la sangre que baña el lugar. Sois los primeros en entrar.

El cuerpo de Hiroto se tensiono tras el descubrimiento de aquella escena, algo no estaba bien y ya las dudas le habían sobrepasado; ver la gente algo cansada, los asesinatos en la casa gorrión y demás cosas parecían que nadie se molestaba en ocultarlo.

-Esto ya es demasiado – Murmuro llevándose una mano a la boca al ver el cuerpo – algo sucede y no me refiero a las personas en concreto, el aire cambio, el lugar se siente lúgubre – menciono tratando de encontrar las respuestas en el lugar, encontrar una pista o simplemente comenzar el camino hacia lo que se les ocultaba.

Tal y como imaginaba, la postura del cuerpo indicaba que el Ide había muerto de cara a su asesino, y probablemente suplicando. Habían revuelto sus pertenencias, pero dudaba que lo hubiesen asesinado para robarle. Más bien, parecía que la intención del asesino era esa, confundirlos para pensaran que se trataba de un robo. Él tenía otra teoría.

- Está claro que alguien está intentando sabotear la corte, dañando la reputación de nuestros anfitriones con estos crímenes.
 

Higetora se rascó la incipiente barba del mentón.- Pudiera ser. También está el hecho de que hasta ahora las víctimas han sido, en ambos casos, miembros del Clan Unicornio. Todavía no tenemos suficiente información para especular. - El proceso de rascado siguió hasta la nuca.- Habría que avisar a nuestros anfitriones de manera discreta, antes de que corra la voz y el pánico.

Iré inmediatamente, ustedes aseguren de que nadie entre o salga de este lugar, y no entrar en la habitación, todo tiene que estar tal cual para cuando venga con los maestros. Dijo sin aspavientos la escorpión y salió corriendo en dirección al comedor donde se encontraban los anfitriones y sus maestros. 

Es imposible saber que falta o es diferente en el cuarto a lo que habia, al no conocerlo. En general respeta la misma disposicion sencilla y funcional que el tuyo, salvo por el desorden. Lo que notas en todo caso es la ausencia de señales u objetos peculiares. No parece haber marcas o huellas en la sangre que baña el lugar. Sois los primeros en entrar.

Setsuko se retira* mientras el resto contemplan la escena y aseguran la misma. El patio del palacio esta tranquilo. No parece haber ninguna alarma en las habitaciones vecinas, ni los guardias de la puerta, ubicados a quizas unas decenas de metros. 

Tampoco se ve nadie rondando la plaza, salvo a los monjes de Osano Wo, quienes rezan en silencio en la puerta de su habitacion, por el otro corredor. De momento, no estan llamando la atencion de nadie. Aunque esto sin duda cambiara cuando algun otro se retire a descansar.

Suzue, respira agitada a un lado, evidentemente tratando de superar la escena. Es dificil culparla.

No esta muy lejos la sala del comedor por fortuna, asi que tus pasos prontamente te colocan en ella. Todavia hay gente en la misma, si bien la mayoria ya ha terminado de comer y solo beben sake, dulce aperitivo antes de dormir.

Chomei y Togo-sama lo hacen en un costado, discretamente, observando las conversaciones de la sala con ojos expertos. Los dos reparan en ti brevemente, pero ninguno te hace señas, interesados en sus asuntos. Sera facil hablarles.

Otro cantar es Kashira-sama, quien aun yace rodeado por los jovenes ganadores del dia, con la salvedad de Kuni-san. La mesa central ha sido removida, y charlan con amenidad acompañados de buen sake. 

Setsuko se apróxima a Chomei y a Togo sama, hace una inclinación para hablarles, aunque ella mantiene la compostura, en el momento en que ellos le dan la palabra se nota la preocupación en sus palabras.

Mil disculpas honorables maestros por interrumpirlos, hay un asunto de suma delicadeza que tratar y necesito ubicar a nuestros anfitriones con urgencia y que se actúe con prontitud.

la joven no dice más, espera que ellos le inviten a pasar a un lugar mas privado, sin llamar tanto la atención.

Te observa y entreabre un rojo y ornado abanico discretamente, cubriendo su boca 

-Yugoki-san se retiro con su abuelo no hace mucho. Deben estar en los aposentos privados del venerable anciano. Kashira-sama es el unico que queda, pero seria una descortesia interrumpirle. ¿Que ha sucedido?

Sus ojos escudriñan intensamente tu rostro, mientras Chomei cruza los brazos, dejando que el peso de la charla lo lleven alumna y maestro, al parecer todavia observando la sala, pero de seguro con el oido atento.

Setsuko miró alrededor y dijo las siguientes palabras de manera apenas perceptible para sus dos interlocutores: 

La historia de Iuchi-san se acaba de repetir en los aposentos del Ide-sama. la frase terminó contundente pero sin levantar el tono, la cabeza de la joven permanecía levemente inclinada de tal manera que sus ojos se cruzaran con los de su maestro.