Partida Rol por web

4-4 bayushi un representante de otra faccion se dirige a ti y te pide un favor. Kakita Tomoe

6-3 daidoji oyes un rumor que dice que una delegacion esta espiando o intrigando contra el anfitrion.

6-6 iuchi oyes un rumor que un delegado planea traicionar a los tuyos

8-2 kuni te encuentras con una nota en codigo de una faccion que al parecer, se le cayo a alguien.

6-4 usagi oyes un rumor que el anfitrion esta espiando o intrigando contra una delegacion

8-5 shoshuro te encuentras con un objeto personal que pertenece a un miembro de la faccion del anfitrion

Una vez terminada la prueba, sientes que alguien se aproxima a ti. Al mirar, es una mujer delgada, atletica, de atractivos rasgos y cabello negro. Sus ojos exhiben un raro y perturbado color azul. Hace una reverencia elastica, presentandose.

-Saludos, Bayushi-san. Mi nombre es Kakita Tomoe. Lamento esta abrupta interrupcion, ya que de seguro teniais otros planes antes de almorzar, pero desearia hablar con vos unas palabras, si fuerais tan amable. 

Luego de la competencia, ves a la fragil muchacha caminando en tu direccion. Te saluda con una sonrisa.

-Iuchi-san... Como os encontrais? Me ha llamado la atencion no ver a un hombre de vuestras cualidades participando... Sufris acaso algun malestar?

Luego de tu prolongada meditacion, te encuentras pleno rendimiento. Hay mucha paz y no te llega nada del bullicio que ha de haber en el patio principal, donde se celebro la prueba.

Bajo las figuras sagradas, con el espiritu tranquilo, ahora solo resta almorzar y preparte para la tercer y ultima prueba. En tu caso, el Taryu-jiai. Cual sera la mejor manera de usar tus habilidades contra las de los demas shugenjas?

-La arqueria no es un fuerte de los Usagi, tengo entendido...+oyes decir a un lado. Es la voz calida y levemente afeminada del Tonbo+... sin embargo, no lo hiciste nada mal, Ikku-san. Debes sentirte complacido contigo mismo.

Luego de dejar los arcos donde corresponden, notas algo en el suelo. Es un pequeño pincel de caligrafia.

Te guia a un aparte, hacia el lado izquierdo, tras las habitaciones de los participantes. Alli hay un corredor estrecho que separa los edificios de la muralla. 

-Sere sincero con vos... tengo un favor que pediros. Es algo importante, y por lo cual no os quepa duda que tanto yo como mi padre estariamos agradecidos. Más antes, hay algo que debo saber a ciencia cierta... A cual escuela bushi asististeis?

Curioso. ¿Por que precisamente él? ¿Sabrían algo los demás samurai que le habían acompañado en el viaje?

- Soy un cazador Daidoji

Abre los ojos un tanto, pero asiente.

-Esta bien... imaginaba que no eras un espadachin Kakita, y tus formas son diferentes a los yojimbos que he tratado... pero una confirmacion asi no la esperaba. Te compensare tu confianza, te lo aseguro.

Cruza los brazos.

-He recibido el rumor de que esta planeandose algo en contra de mi padre... Abiertamente, no puedo hacer nada, ni yo ni otros Suzume, porque estarian prevenidos ante nosotros, sin contar con que el rumor puede ser falso. Pero tu eres un Grulla... puedes llegar donde nosotros no, hablar, ganarte la confianza, comprobar que hay de cierto en los rumores. Y ya que no eres cortesano sino bushi, dado el caso, tal vez, actuar para detenerlos... ¿Harias eso por nosotros? Por mi?

Junichiro sopesó la oferta. Ese tipo de sutilezas no eran su especialidad ni mucho menos, y además no estaba allí para eso. Pero el joven Suzume le caía bien, y además le había agradado el austero modo de vida del Clan del Gorrión. El por que alguien iba a tener algo en contra de esos pacíficos samurai se le escapaba; sin duda debía ser por malicia.

- No os voy a engañar, Yugoki-sama; los rumores no son precisamente mi especialidad, y este favor sobrepasa mis deberes para con mi clan. No obstante, dado que si no llega a ser por vuestros hombres probablemente hoy estaría muerto, estoy en deuda con vos y me mantendré alerta por si oyese algo extraño.

-Es cuanto necesito, por ahora... En especial, deseo que prestes atencion dos personas. Por un lado, al Usagi. No me gusta hablar mál de otros, pero en los ultimos tiempos nuestros amigos Escorpion nos han dado a conocer ciertos rumores sobre maho dentro del mismo clan Conejo... y el hecho de que por una vez, hallan respondido a nuestra convocatoria, resulta extraño... No se si no querian tener a este muchacho en sus tierras, o vino para algo más. De un modo u otro, su presencia aqui es motivo de inquietud...

Encoje los hombros expresivamente, con duda... Luego, baja un tanto la voz.

-Segundo, esta la joven Kitsune... Su caracter en si no es propio de su clan, parece haber venido expresamente a luchar y mostrarse a disgusto. Esto no es algo malo, pero sumado a recientes roces relacionados con tierras colindantes y el tributo de arroz, que han minado bastante las relaciones entre ambos clanes... puede ser un movimiento destinado a provocar un incidente en nuestra contra... 

Junichiro pensó en la Kitsune y las malas formas que había demostrado en la prueba que acababa de realizar. Era bastante evidente que esa muestra de frustración había sido exagerada; no se puede esperar que un shugenja sea muy habilidoso en el tiro con arco, y seguramente ella fuera muy consciente de sus limitadas capacidades.

El Usagi solo lo recuerda vagamente; el único encuentro entre ambos tuvo lugar en la taberna, antes de la pelea con los ronin. Creyó recordar al Usagi revolviendo entre las pertenencias de los caídos y dejando su dinero sobre la mesa para pagar los desperfectos. Si bien no se le escapaba la justicia poética de aquella acción, le parecía algo indigno de un buen samurai. El Suzume tenía buenas razones para sospechar de ambos.

- Está bien, Yugoki - sama. A decir verdad, he notado algo peculiar en la actitud de vuestros sospechosos. Me mantendré alerta.

Luego miró a los lados para asegurarse de que no había nadie más

- Y por cierto, no comentéis lo que os acabo de decir. Ha sido una indiscreción por mi parte

No se explicaba como podía haber soltado a que escuela pertenecía con tanta sencillez; quizás se encontrase a gusto en compañía del joven Suzume, que parecía más honesto que muchos samurais Grulla que había conocido, pero había sido un error bastante estúpido.

Ladeo el rostro y curiosa me inclino para tomarlo y revisarlo.

Hiroto le observo y realizo una delicada reverencia ante la kakita - Mis respeto para usted Kakita Tomoe, Bayushi Hiroto es mi nombre...- Sonrio - Los planes pueden retrasarse si las palabras son de importancia - Comunico el Escorpion - Caminemos - Dijo con un ademan para que Ella se adelantara asi Hiroto pusiera colocarse a un costado en aquel recorrido que comenzaria con el primer paso.

- Usted dira kakita-Sama, la escuchare con atencion -

-Vuestro secreto esta a salvo conmigo. +sonrie de una manera complice+ Ahora, para no despertar sospechas, te parece si me acompañas en el almuerzo y tenemos una charla sobre arqueria? Servira para acallar cualquier posible murmuracion, creo yo. Ademas, es un tema sobre el cual me interesaria saber vuestro punto de vista, dado el resultado de la prueba... 

Es un pincelito delicado, bien trabajado. Tiene el mon del gorrion dibujado con delicadeza en su cuerpo central, asi como el kanji triangular para la silaba "Mu", lo que puede ser una marca del propietario.

La joven guia los pasos de ambos hacia el lado derecho del palacio, el pasillo que conduce a los baños.

-Le agradezco su amabilidad al escucharme... Tengo entendido, que formais parte del grupo en el cual vinieron nuestros honorables jueces. Ademas, teneis el gran honor de ser discipulo del famoso magistrado Bayushi Togo, lo cual habla muy bien a favor vuestro y de las espectativas que para con vos tienen vuestros superiores... 

Luego de estos pequeños halagos, la grulla sonrie ligeramente.

-Yo, en cambio, solo soy una artista... Tengo un interes escaso en la politica, y prefiero honrar la tradicion de mi familia buscando la perfeccion personal, en especial en el campo de la pintura. Este torneo es solo una prueba a mis habilidades en esa area, ya que nadie mejor que los Suzume para juzgar el arte visual. Sin embargo, me encuentro preocupada. No esperaba que uno de los jueces fuera Doji Chomei. Su reputacion corre pareja a la de vuestro sensei, pero ademas tiene una fama de severidad, que casi llega a la crueldad, por la cual... bien, temo. 

Llegan finalmente al patio posterior. No ha nadie, salvo un par de sirvientes sacando cosas del almacen y llevandolas a la cocina.

-Tengo entendido que sois el unico cortesano entrenado como tal de vuestro grupo. Por eso decidi hablar con vos, en vez de con Daidoji-san. Quisiera pediros, simplemente, que hagais llegar buenos comentarios sobre mi trabajo y cualidades a Chomei-sama. Dado que estais en su grupo, estara más predispuesto a oiros, estoy segura. Y una buena recomendacion podria afectar los resultados de esa prueba en particular, tal vez redundando en mi beneficio... un favor que no seria olvidado. 

Hago memoria sobre si alguno de los participantes tiene esa marca, y sin pensarlo mucho, tomando esto como cierta iniciativa busco con la mirada al objetivo que nos había planteado mi Sensei.

El unico participante del clan anfitrion es Suzume Yugoki, por ende el kanji no concuerda con su nombre, aunque tal vez sepa de quien es. 

No ves al susodicho, por cierto, ni tampoco a Hiroto. La mayoria de la gente se esta retirando al salon central, desde el cual puede olerse ahora que estan abiertas las puertas, los aromas del almuerzo, aunque unos pocos estan yendo a sus a sus habitaciones o todavia hablando en el patio. 

Algunos sirvientes Gorrion se ocupan de recoger los arcos y flechas con premura, asi como de rastrillar el patio, dejandolo nuevamente terso y limpio. Un par de bushis Suzume vigilan la operacion, reuniendo las flechas y armas no rotas que los sirvientes les dan, armando paquetes con ellas. Nada se desperdicia aqui.

Voy hacia el salón central para ver si esta ahí y tomar algún bocado rápido antes de continuar mi busqueda.