Partida Rol por web

En el salon hay bastante gente desconocida. Muchos visten los kimonos de participantes, otros delicados de seda que los identifican como cortesanos del clan. En la mesa central, bajo el sencillo trono del Daimyo, estan sentados Togo-sama, con un grulla de aspecto delicado, y dos Gorrion, uno maduro y fuerte, el otro anciano pero sonriente. Sin embargo, tampoco aqui estan ni Yugoki ni Hiroto.

Ves a otros participantes, si, aunque otros faltan. Hay varias mesas donde sobra un espacio o dos, y una desocupada en el extremo inferior izquierdo del lugar, cerca de la puerta. En todas las mesas se han servido fuentes de pescado asado, con platillos de salsas, arroz en bolas, pancitos, y vegetales hervidos. Estan preparadas cada una para 4 comensales con sus cuencos de ceramica y botellas de sake individuales.

Junichiro asintió

- De acuerdo. Será un honor almorzar con vos.

-No, no lo es, Baku-san, pero supongo que también la suerte es parte es de la habilidad. Con intentarlo, no perdía mucho.

Comenta Lee con tranquilidad, tratando de sonar modesto.

El Suzume te guia hacia el patio nuevamente y de alli por el corredor, sin prisa. De inmediato empieza su charla preguntandote cual arco consideras mejor, y porque, asi como que metodo prefieres para cuidarlos...

-Vos, no. Yo por mi parte... bien, me temo que incluso blandir esas armas va contra mis creencias. Por suerte, los shugenjas quedamos exentos de la prueba de Iaijutsu, sino deberia renunciar tambien a esa... lo cual seria desagradable. 

Suspira, acomodandose el kimono. Sin embargo, se recupera con rapidez, mientras te dice con tono alegre.

-Si lo deseas, podemos almorzar juntos. He conocido dos jovenes mucho más amenas que la honorable, pero seria, Mayu-san... que nos podrian hacer compania. 

Mirumoto-dono, en realidad las actividades del día de hoy estuvieron poco menos que por fuera del entrenamiento que recibí en las tierras unicornio. Se que sorprende que con la fama de kyujutsu que tienen los jinetes de mi clan no sea uno de sus exponentes. Mis habilidades son  más del tipo místico que físico, espero sepa entender.

-Lo comprendo mejor de lo que puedes pensar, Iuchi-san... Mi familia destaca por sus guerreros, pero las habilidades marciales que poseo son nulas...+sonrie+ lo cual no impide que intente, cuando menos. Es lo importante.... ¿No desearas que tus anfitriones piensen que estas a disgusto, como Miyu-san parece estar haciendo..?

Aunque como arquero eres bueno, como conversador tu desempeño es bastante mediocre... Por suerte, Yugoki no. El toma la voz cantante, mientras entran al salon del comedor.

No hay mesas totalmente desocupadas, salvo una en el lateral izquierdo. De momento, no ves a ninguno de tus compañeros, aunque varios otros participantes si estan disfrutando la comida dispuesta en las mesas mientras charlan. Desde luego, los sensei, asi como los daimyos Suzume, estan comiendo en la mesa central.

- Yugoki - sama, ¿almorzaréis con los sensei?

Mira la mesa. Con 4 comensales (los dos Suzume mayores y los jueces Bayushi y Doji), un 5to estaria colado... 

-... no. Ademas, se supone que debo relacionarme y moverme entre los demas participantes, es una de mis asignaciones. +suspira+ Pero bien, es el camino de la diplomacia. Bien saben los kami cuanto se necesitan los amigos... Tal vez vos no lo veais tan complicado, Daidoji-san. Despues de todo, perteneceis a una familia respetable, de uno de los Clanes Mayores más poderosos. Mas los pequeños como nosotros... bien, todo cuesta mucho. 

Te indica las fuentes del almuerzo

-Estas comidas fueron duramente obtenidas de la tierra, y representan un gran sacrificio. Mi padre, mi abuelo, y desde luego yo, hemos trabajado como granjeros, a la par de nuestros vasallos, arando, plantando, cavando... Sin animo de ofenderos, dudo mucho que vos hallais asido una pala o metido los pies en el lodo para plantar arroz alguna vez en vuestra vida, pero a los que vivimos al borde de la inanicion no nos queda otro camino. De ahi que las buenas relaciones con los vecinos son de suma importancia...

Al decir esto, mira en especial a Miyu-san, que esta comiendo en una mesa con el otro Unicornio, el Ide, y con Saemon. Su rostro serio resulta bastante similar al del ronin en lo que a expresion se refiere.

En absoluto estoy a disgusto, mi buena señora. De hecho anoche mismo tuve un percance bajando una colina y aún me estoy recuperando, yo creo que el día de mañana haré parte de por lo menos una prueba, espero.

-Entiendo... ¿Puede saberse que clase de percance? +pregunta, ladeando la cabeza con curiosidad+ Ahora recuerdo que no os vi en la exhibicion de artes marciales de Lanei-sama...

Junichiro asintió

- Si, puede que nunca haya trabajado como granjero, pero sé lo que es ensuciarse las manos. La mayor parte de nuestro clan prefiere dedicarse a las artes refinadas como la poesía, la caligrafía, la música e incluso el propio arte del duelo, pero los Daidoji somos los que defendemos las fronteras y protegemos a nuestros cortesanos y shugenjas; los que derramamos nuestra sangre por nuestro Clan. Un samurai que realmente esté dispuesto a servir al Emperador hasta la última consecuencia debe estar dispuesto a todo, incluso a cosas que tradicionalmente serían consideradas... poco apropiadas.

Resbalé bajando por la ladera de la colina. El golpe fue bastante fuerte, como cualquiera de mis compañeros podrá constatar.

-Eso debio ser muy doloroso! Lamento escucharlo... Espero que ya os encontreis mejor. +contesta, con expresion apenada, abriendo los ojos.+... Asi que por eso no asististeis... Aunque, es curioso...

Sonrie, apenada

-Perdonad si soy entrometida, pero... quisiera saber que os llamo tanto la atencion en la aldea para una caminata nocturna?. Pase por ella en la mañana y no vi nada peculiar... es una aldea sencilla, sin nada especial. ¿O no?

-Los ...mm..soldados especiales Daidoji +responde, en tono bajo+... tienen su fama, aunque no sean reconocidos publicamente. He oido los rumores. Pero convendreis en que no es lo mismo una tarea samurai, por cuestionable que sea, a las labores que tradicionalmente son de los heimin...

Levanta el tono a uno mas normal.

-Asi pues, agradezco vuestra opinion, Daidoji-san. Espero que tengamos otra charla pronto. Por favor, disfrutad la comida y descansad, que en la tarde nuestras espadas deben cruzarse y deseo ver lo mejor de vos... 

En eso, por detras llega el Kuni...

Bayushi siguio el camino escuchando las palabras de la Kakita, cada una de las letras sostenía un color diferente al siguiente mientras se hilaban entre si formando las palabras que creaban oraciones. El odio era su mejor aliado al igual que las palabras, Hiroto se coloco frente a la Mujer mientras sostenía una sonrisa en su rostro - Sus palabras son directas y sin esquivar lo que su corazón persigue Kakita-San - Dijo Bayushi mientras apartaba de su propio rostro el cabello negro que cubría su ojo, el mismo que había perdido por saber manejar una espada – Aprecio ese carácter y seguridad y sus palabras serán tenidas en cuenta cuando de juzgar vuestra obra se trate, pero debe saber algo… - Se coloco a un costado pero sin invadir el espacio personal del la Grulla – La crueldad misma está motivada por algo más profundo… Que el deseo de conocer el secreto de las cosas y de la vida – Luego volvió a colocarse frente a Ella mirándola a los ojos – Si las palabras no fueran necesarias solo confiaría en usted por su mirada, me recuerda a la luna en invierno justo antes del amanecer – Dijo excusándose por aquel comentario.

-Siento lo dicho pero uno no puede evitar decir las palabras que son halagos en una forma diferente al acostumbrada, pero… - hizo una pausa – Para poder fundamentar mis palabras sobre el juicio de Chomei-Sama debo observar su trabajo y cualidades, también recuerde algo Kakita-San – Bayushi entrelazo los dedos – Pero sepa también que aquel que sabe corresponder a un favor recibido es un amigo que no tiene precio- Sonrió afirmando la petición de la Grulla.

“El que hace un favor a quien lo merece, él mismo lo recibe” ( Pensamiento )

Aquella frase resonó en su mente durante algunos segundos

-No estaría mal, mientras estemos a tiempo para nuestras pruebas. Después de todo, estoy aquí para aprender, no para ganar... aunque sería gratificante. Bromea Ikku con rostro serio. Esperaba tener una oportunidad de preguntarle al Tonbo sobre el asunto que le molestaba desde el día anterior.

-Tenemos más de dos horas para almorzar, hablar y descansar... tiempo suficiente, creo yo, para recrearse a gusto. +comenta, empezando a caminar lentamente hacia el salon+ Sin embargo, luego de la prueba de duelos, las que vienen en los dias que seguiran, se tratan mas de inteligencia, desenvoltura o conocimiento... no del tono marcial de vuestro brazo. Como de confiado os sentis al respecto?