Partida Rol por web

Señores, ¿hasta que punto podemos realmente confiar en la palabra de los guardias? Irrumpió Shoshuro, porque si no hay evidencia de que nadie haya salido, entonces a mi me gustaría saber donde se encuentra el Usagi... lleva un buen rato sin aparecer.

Además siento que estamos preguntando de manera incorrecta, hemos buscado personas saliendo, pero no entrando.

Y aun no se ha esclarecido los eventos de la pelea que hubo hace un par de noches, eran locales y si lo vemos como una retaliación por parte de esos hombres. Al menos es otra posible teoría.

la joven no quería dejar nada al azar y esperaba esclarecer el panorama entero sin que quedaran cabos sueltos. Por estar detrás de una sola hipótesis simplemente podría estar escapando el asesino. 

-El detalle de la puerta es extraño ciertamente. +acota con suavidad, esbozando una media sonrisa.+ No he tenido tiempo para hablar con los sirvientes, pero habra que preguntar al respecto.

Luego se vuelve para escuchar a Setsuko. Las insinuaciones de esta hace que los guardias la miren friamente. El mismo tono de Togo-sama tambien refleja cierta decepción.

-Se puede confiar en ellos tanto como en el mejor de los Suzume, Setsuko-chan... Son la guardia elegida por Kashira-sama. +responde en tono pausado. Aunque al estar de espaldas sin duda no pudo ver el gesto de los hombres, tambien conoce perfectamente el orgullo de los bushi+ Sugiero repases tus palabras antes de decirlas. 

Deja la admonicion en el aire unos instantes, antes de continuar.

-Sobre tu duda, claro que tambien es tenida en cuenta... Pero es lo mismo, nadie sube o baja la colina luego del ocaso. Demasiado riesgoso, como algunos de ustedes han comprobado. Por lo tanto Usagi-san debe estar en alguna parte del castillo. Si hubiesen dado con el, ya lo sabriamos. 

*Quizas...+piensa para si, sin traslucirlo. En cambio analiza la ultima posibilidad, pero rapidamente la descarta.

-Respecto a esos bandidos, segun tengo entendido las tropas de Kashira-sama ya los tienen cercados a buena distancia hacia el Este, cruzando las colinas. Si alguno se hubiera quedado y tratado de entrar como un sirviente los demas le hubieran delatado al momento. Tampoco parece que tenga algo que ver con la situacion presente... Ni Iuchi-kun ni el Ide les habian enfrentado. Fueron ustedes, o los Suzume. 

Setsuko había dicho algunas palabras interesante al igual que los demás formulando diferentes teorías en la charla que se estaba llevando a cabo, sobre los guardias quizás confiar mucho era el error pero eso no podía decirse a viva voz sin quedar mal parado y los sirvientes cuando se les había preguntado también pasaban de la situación esto no significaba que no hubieran visto nada y el miedo de hablar les callaba por lo que podría pasar – Concuerdo con tu palabras Setsuko pero no hay que dejar de lado a todos los participantes incluidos… - Respiro hondo por un segundo – También creí notar a la mayoría de los presentes un tanto cansados, fue justo en la cena – comento Hitoro quizás eso era un dato importante o un simple detalle que apareció de forma repentina.

Todos hablaban y se ponían de acuerdo en que habían pistas por todos lados, pero que no eran capaces en ese momento de juntar y determinar quién era el responsable o el porqué esas sangrientas muertas. Suzue escuchó con especial atención lo que se habló de su amado amo, y sonrió de medio lado, un asesinato así, con el cuerpo escondido en un lugar que tarde o temprano iba a ser descubierto no parecía ser un homicidio en verdad planeado, aunque parecía más bien haber dos posibilidades, uno, que efectivamente era un homicidio planeado, y el cuerpo fue escondido para generar una cuartada para el asesino, o, no fue un asesinato planeado y él descubrió  algo,seguramente al asesino, y fue asesinado porque vio o escuchó algo que no debía, y de ahí que no se encontrara el cuerpo de inmediato. La joven suspiró y volvió a mirar a su amo, para que fuera con ella, Suzue ya tenía información sobre las puertas, ella misma le había preguntado a los sirvientes, que parecían aun no saber nada.

La joven se encogió de hombros, si sólo pudiera acercarse y hablarles libremente, pero no podía hacerlo, luego rodó los ojos y miró hacia dentro, sería bueno ir a ver las puertas, para determinar de donde había sido sacada,  quizás eso daría alguna pista. Suzue se encogió de hombros, y pasó su mano por su vientre, sentía un vacío, debió haber comido algo más que sólo te.

-Mañana sera peor... son 5 pruebas. +dice con una leve sonrisa+... Si, dudo que Kashira-sama suspenda el evento. No hay poco en juego, para ellos.

Junta las manos, por la punta de los dedos.

-De momento, todo lo que podemos hacer ahora es controlar los movimientos de los bushis capaces. Por suerte la lista es bastante breve. Hay 13 Suzume guerreros, contando a la guardia, su gunso, Yugoki-san y Kashira sama. De los invitados, solo estarian el ronin Saemon, el desaparecido Usagi, y Daidoji-kun. 

Una sonrisa levemente taimada aparece en sus labios.

-Podemos descartar a los anfitriones, desde luego. *incluso si fueran culpables no podriamos hacer nada. Algunos de los hombres tambien quedan fuera de sospecha, estaban en puestos muy visibles, como estos de la puerta principal o los que vigilan los aposentos de la familia. Los 5 que quedan estan ahora en sus habitaciones, vigilados por el gunso... En cuanto a los invitados, tenemos suerte de que dos de ellos compartan habitacion. Solo es un lugar a la cual prestar atencion. ¿Supongo que no tendras inconveniente, Daidoji-kun?

- La verdad, no sería inconveniente. Mi habitación ya fue registrada antes, y no me importa que lo vuelvan a hacer. Y además, creo recordar que mi compañero de habitación no apareció por ella la noche en la que murió Iuchi-san; era precisamente a él a quien tenía pensado investigar próximamente -dijo el Daidoji con calma

-Es perfectamente posible. Tanto que hasta resulta conveniente, un culpable sin un clan que le respalde. +señala Togo-sama+ Pero de momento, empecemos por esas posibilidades. Tambien habra que revisar las cosas de Usagi-san, entretanto aparece.

Comienza a caminar hacia esa zona, donde los demas ven que esta tambien Suzue aguardando. No hace comentarios respecto a ella, pero le trae a la mente el otro asunto que todavía no ha atendido.

-Alguno de ustedes, hable con los criados antes de que se retiren a descansar. Puede que algo vieran, y en ese momento no les llamara la atención. 

Aguardó aún, de pie y parada en la puerta, viendo y escuchando las conversaciones de los samurais, la chica suspiró, y sus labios se fruncieron al comprender las palabras de ellos, ¿acaso sospechaban de Daidoji? Ella misma no sabía que cosas habían pasado durante todo ese periodo en que no había podido estar en este mundo. Tragó saliva, y se quedó más pendiente de la conversación, deseando que Daidoji se girara hacia ella.

- Vamos -murmuró Junichiro a su sirvienta. Era obvio que el Escorpión sospechaba de él, pero tenía las espaldas cubiertas si por algún casual el asesino había colocado algo que le inculpase. El asesinato solo se pudo cometer antes de la cena o durante ella. Tomoe podía atestiguar que había estado hablando con ella entre el final de la prueba de artesanía y el comienzo de la cena, y montones de testigos lo habían visto en la cena, principalmente la Soshuro, con quien había estado conversando.

La joven inclinó su cabeza cuando su amo pasado por delante de ella, y completamente sumisa, se fue cabeza gacha detrás del hombre, hacia las habitaciones interiores, esperando poder tener un poco de tiempo y privacidad para cruzar ideas, y claro, determinar el alcance de esa acusación velada que le habían hecho.

Setsuko aguardo a su maestro, se sentía avergonzada, intentaba hacer las cosas de la mejor manera posible y ser lo más útil que pudiera, sin embargo, cada vez que este se encontraba cerca suyo ella hacía o decía cosas que lo decepcionaban...

Hombres definitivamente... pensaba para sus adentros, se supone que durante su vida fue entrenada para complacerlos, manipularlos y lograr a través de su condición femenina que sus objetivos se cumplieran, pero que mal estaba demostrando ese aprendizaje, en tan solo tres o cuatro días había perdido el rumbo, por un lado su afán de mostrar su valía le llevo aceptar una misión que en este momento de lejos esta por cumplirse, no por el hecho de ganar la confianza del Gorrión, sino precisamente porque este se le mostró como ningún otro y lo que menos quisiera es terminar lastimando a quien por primera vez en su vida le hizo sentir en el pecho una sensación cálida, humana y tierna...

por otro miraba al cortesano que la acogió y le brindó la oportunidad que tanto espero y ¿que encontró? un hombre severo, que de muchas maneras le atraía pero que simplemente era un imposible no solo por las jerarquías sino porque cada que se le acercaba ella se mostraba más inepta y asquerosa a sus ojos.

No entiendo lo que quieren los hombres... siguió pensando.

respiro profundo y se acercó al cortesano, con la cabeza baja le susurró apenas para que este escuchara: Togo-sama ¿le puedo servir en algo mas?

-Puedes ir yendo a la habitación donde estaba el Usagi y discretamente pide permiso a Asako-san para revisarla, para ahorrar tiempo. En cuanto terminemos con esta, esa seguirá. También pregúntale si sabe algo de su compañero de cuarto o noto algo extraño. +ordena escuetamente, sin siquiera mirarte. Ya están frente a la puerta y el resto están todos muy cerca, para hacer largo el secreto en reunión. 

Togo-sama y la Shosuro dicen algo entre ellos discretamente, mientras que también se mantienen juntos el Daidoji con la joven Suzue. Pronto los 6 están frente a la puerta del cuarto del samurái Grulla.

Al abrirla notan que su otro ocupante, el ronín Saemon, no se encuentra. Sus pertenencias básicas, aunque no sus armas, sí están en los anaqueles dispuestos para ese uso. Por lo demás la habitación parece limpia y ordenada, sus ocupantes no la han usado mucho más que para dormir.  

De inmediato pueden empezar a revisar, tras una ultima mirada a Junichiro, por si tiene alguna pega.

El grupo de samurais entró en el cuarto, y de inmediato las dudas saltaron, quién debía estar no estaba, aunque sus cosas seguían ahí, Suzue se encogió de hombros, por estar en el cuarto de su amo, y caminó hacia un costado, observando las cosas de su señor, le parecía extraño igual que desconfiaran así de él, pero imaginó que era lo lógico, todos serían sospechosos hasta que  fuesen descartados, aunque de todas formas ponía los pelos de punta la idea de que alguno de los presentes ahí fuese un asesino tan bestial y cobarde. La chica fue hacia las cosas del ronin, y las observó, buscando algo particular, era tarde para que no estuviera, ¿o no?

Shoshuro hace una venia y sale inmediatamente para el cuarto de Asako-san y de Usagi-san en busca de información.

El Asako esta durmiendo al parecer, puesto que tarda un minuto en levantarse, y cuando lo hace se le ve somnoliento, fatigado, envuelto en un sencillo kimono de dormir. No prende ninguna luz y su figura bloquea la puerta, asi que no logras ver nada dentro del cuarto.

-Shosuro-san...+murmura, reconociendote y cerrandose el traje con cierta timidez.+ Es... una agradable sorpresa... pero no es hora para visitas, creo. ¿Que sucede? +pregunta en tono apagado.

Shoshuro sonrió timidamente pero luego su rostro se torno serio y contesto:

Estimado Asako-san, si el motivo que me trae hasta aquí no fuera realmente importante, tenga por seguro que tendría mayor recato frente a la hora de visita. carraspeo un poco. pero esto no es una visita.

lo miro a los ojos. ¿se encuentra usted solo? ¿ha visto a su compañero de habitación últimamente?

Mis disculpas, Daidoji-san.- Fue la escueta disculpa de Higetora mientras empezaba a revolver en la habitación.

Junichiro no dijo nada, se limitó a registrar las pertenencias del ronin. Sin duda un hombre como aquel tendría la fuerza suficiente para dar el golpe que mató al Ide, y había demostrado ser talentoso en prácticamente todos los campos físicos. Pero además estaba el detalle de que no recordaba haberlo visto en su habitación la noche en la que asesinaron al Iuchi.