Partida Rol por web

A tu regreso, debes pasar por la calle donde se celebro el duelo. Notas que todavia, nadie se ha llevado los cuerpos, ni algun magistrado o sus ayudantes se han presentado... La gente parece evitarlos.

Bueno, no todos, ya que ves que los cuerpos ya han sido despojados de sus armas y armaduras. Solo tienen las ropas manchadas de sangre y alguien ha tenido la delicadeza de dejar la cabeza seccionada junto al cuerpo con que solia estar.

  Cuando el escorpión y el cmantis llegan el unicornio ya había acabado sus preguntas. No había sacado nada en claro, el posadero solo le había confirmado que el ronin era un hombre poderoso. No quería continuar preguntando, continuar con ese interrogatorio podía resultar ofensivo y tampoco tenía claro por dónde seguir. – No debería comparar a los unicornio con ningún ronin, da igual cuan poderoso sea este.-  El unicornio hace ademan de alejarse, pero se para y se dirige a Dembe. –Gracias por responder a mis preguntas.- Se separa del posadero y pasa por delante del cubículo ocupado. Inclina la cabeza a en forma de saludo, pero no se para.  Pensaba sentarse con ellos, pero tras ver al mantis llegar piensa que tal vez le pueda interesar lo que el posadero le ha contado, aunque sea poco. Decide ir al cubículo vacio, donde hay más asientos libre. Antes de sentarse mira a Yoritomo Anzai y se asegura de que sus miradas se crucen, tras lo que hace un pequeño gesto con la cabeza.  Si ha oído mis últimas palabras con el posadero sabrá de que estabas hablamos.

El Mantis iba charlando con el Escorpión, cuando vió la mirada del Unicornio y escuchó algunas palabras que le indicaban que algo habia hablado del tema con el posadero. Le vio entrar en uno de los cubiles vacíos, y tras un gesto de cabeza silencioso al Escorpión que estaba charlando con él, entró dentro y se sentó, esperando a que su compañero también lo hiciera.

- Iuchi-San, ¿Qué ha conseguido averiguar de nuestra investigación? - Dijo con una sonrisa pensativa y las manos unidas por las puntas de los dedos frente a la cara.

Hiroto camino junto con Yorimoto-San hasta el cubiculo sentandose a su lado mirando a Iuchi, cerro sus ojos por un par de minutos dejando que sus oidos hagan el trabajo. Su respiracion era pausado como si estuviera completamente relajado en aquel lugar.

 -No mucho. Me confirmo que es un gran espadachín y que como él dijo, había desarrollado su técnica en solitario. Pero no me ha aclarado a que se refería cuando nombro a Tsuruchi-sama. Al parecer este le propuso unirse a la causa de su clan y el se negó. Pero eso no explica su comportamiento.- El unicornio hace una pequeña pausa mientras busca algo en sus bolsillos. – No he contado lo sucedido, no quería que se asustara antas de contestar a mis preguntas.- De su bolsillo saca un puñado de monedas con las que jugueteaba en la mano.

- ¿Vosotros habéis averiguado algo?- Una pregunta que dirige principalmente al mantis, mientras mira al escorpion con una mueca de ligero  desconcierto, que no se esfuerza en ocultar. 

Anzai iba procesando la información lentamente, un ronin talentoso desarrolla su propia técnica, Tsuruchi le dice que se una a su clan y este se niega, pero quizás le haya ofrecido patronazgo. Quizás esté contratandolo para algún fin en concreto... Algo que se le ha pasado por alto.

- Aun no, vos habéis sido más rapido que yo, Iuchi-San. De hecho venía comentando con Bayushi-San la necesidad por mi parte de ir a hablar con Tsuruchi-Sama para tratar el tema de hoy. Quizás quiera acompañarnos... Al parecer es usted un buen investigador. - Dijo con una sonrisa intrigante, mientras sacaba unas copas de sake y sochu.- ¿Una copa? Nos vendrá bien para despejar un poco la mente.

- Pasare de vuestra invitación Yorimoto-San, s mejor estar con todas las facultades ante una reunión importante, no quisiera faltar el respeto pero lo considero así - Explico el Escorpión, acomodo el wakisashi a un costado mirando a los demás.

Debemos ser cuidadosos mi buen Yorimoto, lo he dicho antes y lo repetiré Sonrió de lado relajándose un poco, aunque en su mente seguía grabado el rostro de aquel espadachín

 -Me gustaría pero…  mi futuro está ligado a otra persona. No sé cuál será mi camino después de la reunión que se está llevando a cabo.- El unicornio aparto la mirada hacia un lado y agudizo el oído, como si esperara que justo en ese momento salieran de la sala donde su acompañante se hallaba reunida. Volvió a mirar a sus compañeros de mesa, mientras seguía jugueteando con las monedas de su mano. – Aunque estaré encantado de ayudarles en todo lo que pueda mientras se me permita.-

Cuando termino de pronunciar la ultima palabra lanzo las monedas que tenia en su mano sobre la mesa. No aparto la mirada del mantis y el escorpión como si no prestara atención a las monedas. Pero las piezas que tocaron la mesa no eran las que se utilizaban en el comercio. Cada una de ellas tenia dibujado el mon de una familia.

Tenia que haber algo mas de lo que le había contado el posadero. ¿ que es lo que le permite a ese espadachín comportarse así? Puede que fuera algo mas sencillo. Que al dia siguiente se mandara buscar a aquel samurai para que diera cuentas por sus acciones. Pero sin saber cuanto tiempo podría permanecer allí el unicornio recurrió a una medida poco convencional. ¿ Hay algo mas entre Tanimoto Rozanshin y Tsuruchi-sama? ( si hay que hacer una pregunta clara, es esta)
 

Curiosamente, o tal vez no, la pieza central tiene el mon de la Mantis. La familia Yoritomo.

Anzai asiente ante el comentario del Unicornio, obviamente, él si estaba a las ordenes del hombre al que acompañaba, no le podia pedir que se saliera de sus órdenes para ayudarle en una causa que no era suya. El Bayushi le aconsejó sabiamente que habia que llevar el tema con rigor y cuidado, y la verdad es que llevaba razón. Finalmente se decidió a hablar:

- Lo entiendo Iuchi-San, estaré honrado de ser ayudado por ustedes en la buena medida de que puedan hacerlo. No puedo pedirles que se unan a mi Causa, eso sería pedir demasiado, y pese a todo ha hecho más de lo esperado y de modo notable. - Dijo bebiendo la copa.- Por cierto, ¿Y esas monedas? - Estaba intrigado por ellas.

Mientras aquellos que habían hecho una pequeña escapada a su deber discutían asuntos que no entraban en la incumbencia de Bankunaruchi, éste seguía mirando el tablero y colocando las piezas de una manera que a simple vista eran erráticas. Pero si se echaba un vistazo más concienzudo se podía ver que las disponía de una manera análoga a como se habían dispuesto las tropas en la Batalla del Daisho Roto.

Como si de repente se acabase de acordar de algo levanta la cabeza del tablero y se dirige a Higetora.

-Kuni-sama, tal vez mis palabras puedan parecerle extrañas, pero entended que no nuestros clanes están en puntas opuestas de nuestro amado Imperio. No he visto muchos Cangrejos en nuestras tierras y me había propuesto agradecerle la labor de su clan al próximo Cangrejo con el que me cruzase. Y casi se me olvida hacerlo.

Sonríe amablemente y agacha la cabeza para decir las siguientes palabras.

-De mi parte y la de mi familia, por favor, acepte mi agradecimiento por la labor más terrible de todas. Gracias por vuestro sacrificio y vuestro servicio. Todos tenemos un papel que cumplir para con el Imperio, pero sin duda el vuestro me parece el más difícil de todos.

Levanta por fin la cabeza, después de esas frases y parece que una nueva idea le cruza la cabeza, lo cual hace que tuerza la boca de una manera algo graciosa. Al parecer un tic o una manía porque cuando estaba mirando al tablero también lo hacía de vez en cuando.

-Tampoco quería sonar muy solemne. Era sólamente agradecerle su servicio -comenta algo avergonzado.

Higetora alzó un ojo hacia el Shiba. Dejó que hablase. La cólera empezó a bullir por dentro de él. Muchas veces antes había tenido que sufrir el Cangrejo por su honestidad, cuando los zalameros Grulla untaban sus medias verdades de sinceridad para implicar lo contrario de lo que decían, o los deshonestos Escorpión escupían sus mentiras con su veneno, retorciéndolas hasta que los demás creían que era la verdad. Entonces vio la expresión de honrada vergüenza del Shiba y evitó un estallido en medio de la sala. Después de todo, el muchacho parecía honesto más que sincero.

- En verdad, sois muy amable, Shiba-sama, al recordarme que mientras estamos aquí plácidamente disfrutando del té y la comida, mis hermanos están a cientos de li muriendo a manos de horrores indescriptibles nacidos de pesadillas.- La comisura derecha de su labio se irguió ligeramente. Al ver el la expresión ligeramente mortificada del Shiba, hizo un gesto con la mano quitando hierro al asunto.- Humor Cangrejo. En la Muralla, o vives con él o te vuelves loco. De todos modos, nunca hemos dado mucho peso a las palabras entre mi gente. - Se sentó frente a la mesa de shogi, del lado opuesto del Shiba.- Si quieres mostrar agradecimiento, puedes empezar por mostrarme cómo va esto.

:) ya que parecen haberse entendido, les tengo una pequeña proposicion...

se pueden buscar tableros online de shogui y jugar vosotros. El que gane 2d3 se lleva 1 punto de experiencia para la habilidad Pasatiempos (shogui)

el que pierda, 1 punto de Honor.

Sino, simplemente roleen como juegan y hacen tiradas enfrentadas de Pasatiempos :)

Como ambos vean.

  -Las compre hace muchos años, fue la primera vez que veía algo así y me llamaron la atención.-  Hasta ahora el unicornio no había bajado la vista. Pero ahora más que mirarlas parecía buscar algo. –Tiempo después me entere de que  los que eran capaces de interpretar sus signos podían extraer de ellas información.-  Volvió a alzar la vista y a mirar al mantis, esta vez con una pequeña sonrisa en la boca. -A mí aparte de entretenimiento solo me dan algún que otro dolor de cabeza-

El joven parece alegrarse al ver que el Cangrejo acepta amablemente sus palabras de agradecimiento, aunque su cara se torno algo horrorizada ante la broma que éste le gasta. Después mira con expresión al tablero de shougi.

-La verdad es que yo no soy ningún experto, Kuni-sama, pero creo que al menos me acuerdo de cuáles eran las reglas.

Retira las piezas que había ido poniendo sobre el tablero.

-El tablero representa un campo de batalla, y las piezas los soldados. Como podéis ver las piezas son idénticas entre sí, y es que sólo se diferencian las de un bando u otro por la orientación de la punta que tiene cada una de las piezas. Así...

Así continúa explicando el funcionamiento del juego, o al menos tal y como él lo recuerda cuando se lo explicó su abuelo.

-¿Os atrevéis, entonces, a una partida?

El Yoritomo miró interesado las monedas:

- Asi que son instrumentos adivinatorios... Entiendo, curioso artefacto. Yo jamás vi algo así en mis tierras ciertamente. Aunque ciertamente, eso de interpretar monedas debe de dar unos dolores de cabeza horribles... - Dijo entre carcajadas.

La verdad es que eso habia ayudado a relajar el ambiente... Tanto hablar del trabajo jamás podía ser bueno. Aun asi estaba verdaderamente intrigado en el tipo de información que se podría sacar de una de esas monedas.

Pasando de la zona del duelo, Junichiro regresa a la posada. Hace un gesto de saludo al tabernero y a los samurai que están sentados, y sube a su habitación a guardar el paquete con la comida. Cuando ha terminado, vuelve a bajar y se acerca al tabernero.

- Disculpe, ¿pero sabe usted cuanto va a durar la reunión de nuestros honorables señores?