Partida Rol por web

Higetora escuchaba desganado el relato del carpintero. Supersticiones y paparruchas. Esos inútiles Heimin del Imperio veían espíritus inquietos y brujas malvadas en una brizna de hierba. Sin embargo, es un Cangrejo, y Kuni. Si realmente tal bruja existe más allá de las imaginaciones de los paletos campesinos, es deber de Higetora cazarla. - Hábleme de esa bruja. ¿Dónde se manifiesta? ¿Quien atestigua haberla visto? - Lo más probable es que no fuesen más que habladurías de campesinos y que los críos se hubiesen perdido en el bosque para ser devorados por los lobos. Pero nunca se es lo bastante precavido cuando puede haber un Tsukai de por medio.

 Junichiro esbozó una sonrisa y miró de reojo al Kuni. Directo al grano y sin tapujos; no esperaba otra cosa de un Cangrejo. Pero su brusquedad no le desagradaba en absoluto; los Doji y otras familias más "exquisitas" de la Grulla consideraban a los Cangrejos toscos y maleducados, pero los Daidoji, mucho más prácticos, valoraban y comprendían esa forma de ser. Su deber era muy peligroso, y no tenían tiempo para las dulces palabras y las intrigas de la corte. Mientras que los Doji parloteaban en la corte, los Cangrejo derramaban su sangre a diario para hacer frente al enemigo más peligroso y despiadado de Rokugan. Era algo digno de admiración.

- Kuni-sama tiene razón. Nos ayudaría saber algo de esa "bruja", y donde se esconde, para poder encontrar a los niños

Por supuesto, no se acababa de creer que realmente hubiese una bruja en el bosque; probablemente solo se tratase de una monje o ermitaña solitaria que suscitaba la paranoia de los heimin, o incluso solo sería una superstición y no habría ninguna mujer misteriosa en el bosque. Pero convenía investigarlo, y de todos modos los niños se habían perdido, y habría que encontrarlos.

El hombre mira al cangrejo, reconociendo sus señales de clan y familia.

- En.. en el bosque... +contesta+.Muchos.. muchos la han entrevisto a veces en los lindes... Todos saben que asumen la forma de bellas jovenes... arrancandoles la piel.. y asi atraer otras victimas.

Trata de despejar un pensamiento horrible al respecto, agarrandose las sienes.

-...mi linda Suzue lo sabia.. nunca debia entrar al bosque... pero tal vez fue engañada de otro modo... o el monstruo se atrevio a salir y atacarle en mi casa!.

Bankunaruchi escucha, asomado desde fuera al cubículo. No interviene, hasta que se habla de marchar, sin consideración, a ayudar a unos niños perdidos.

-Comparto con el resto de samurais presentes la urgencia por acudir a ayudar a unos niños extraviados, pero creo es algo precipitado y que estamos fuera de nuestra jurisdicción. ¿No hay ninguna autoridad del clan en la zona a la que pueda acudir?

No parece muy seguro de querer inmiscuirse en un asunto que podría desmbocar en un conflicto de competencias. Si un magistrado investigase posteriormente el caso, no vería si no entorpecida su tarea por una actuaciónimpulsiva de los samurais. Sin embargo, la situación de los niños le preocupa sinceramente.

Esto cada vez se ponia mas interesante.... una bruja, un misterio y parba de secretos parecian salir a la luz en aquel lugar, una vaga sonrisa se dibujaba en el rostro de Hiroto que sin decir mucho escuchaba todo lo que acontecia cruzado de brazos mirando a los presentes. No era el momento de meter bocado u opinar debia saber un poco mas para lugar desarrolar un ateoria.

Anzai habia oido suficiente para poder permitirse añadir algo por el momento:

- Esta bien, nos informaremos mejor, e iremos al bosque a por esa cosa, para hacer justicia y recuperar a sus hijos. Kuni-San seguramente tenga algo de información sobre ese tipo de seres, aunque en estos momentos desearía tener a mi lado también a un Cazador de Brujas Kuni, solo he conocido uno, hará muchos años, pero fue el mejor que haya conocido. En cualquier caso, creo que somos suficientes para dar muerte a esa cosa y recuperar a los niños, si mis compañeros aqui presentes no ven inconveniente en mi decisión. - Miró al anciano.- Por Hirohisa-Sama, necesitamos algunos datos más sobre esa cosa... Sobre lo que es capaz de hacer.

Mira al fenix, asintiendo..

- Es por ello que vine en busca de Tsuruchi-sama... ha estado fuera mucho tiempo, y esperaba que el o los yoriki pudieran ayudarme...

En ello que responde, Anzai y su mirada se ilumina..

- Les dire lo que este a mi alcance, pero me temo que eso es casi todo... Si creen que necesitan saber algo más, solo preguntelo por favor, señor...

-¿Que edad tenía su hija? - preguntó el Kuni, ajeno al resto de la conversación. Su ceño fruncido indicaba que tenía cierta sospecha de a que podrían enfrentarse, si es que realmente era algo. Pero no iba a habalr antes de tiempo.

-Suzue tiene 17 años... y mi pequeño Kotae 12, señor. +contesta rapidamente al hosco cangrejo...

 - ¿Y alguna idea de por que parte del bosque pueden haber entrado? Si encontramos huellas o rastros me será fácil seguirlos

-No... Daidoji-sama. Pero mi casa no dista demasiado del bosque, ya que se encuentra en el linde del pueblo... Si es usted un rastreador como dice, no perdamos tiempo por favor... mis niños corren peligro cada segundo!

Exclama, levantandose presto a salir.

 Junichiro se levanta sin decir palabra, y sigue al anciano hasta la salida de la posada. No se detiene a mirar si los demás samurai le siguen o no; sabe de sobra quienes serán sus compañeros en esta pequeña "aventura".

El mantis se levantó de subido junto a ellos y fue a recuperar sus armas, guardadas por Denbe como en toda casa de Té. Luego se puso en marcha con ellos, ya que el tiempo apremiaba, tras haber dejado un mensaje a Ninsei diciendo a donde iban. Tenian que dejar dicho donde estarían por si pasaba lo peor, tener refuerzos... Nunca se sabe.

- Es hora de ponernos a hacer Justicia... No hay venganza sin ofensa, no hay crimen sin castigo. - Lo ultimo lo dijo a sí mismo como un mantra, para no olvidar su deber.

 Al ver al Mantis dirigirse a recoger sus armas, Junichiro cayó en la cuenta de que solo llevaba su daisho. Se dio un golpe en la frente con la palma de la mano por su despiste, y se disculpó.

- Perdóneme Hirohisa - sama, pero tengo que ir a coger mis armas. No serán más de dos minutos, se lo prometo

Se acercó al posadero y pidió sus armas: un yari, un yumi y un carcaj con flechas. Como todo buen bushi, sabía manejar una katana, pero se sentía mucho más a gusto con una lanza o un arco en las manos. Recogió sus armas y volvió junto al anciano

- Listo. Démonos prisa, el tiempo apremia.

- y no hay Muerto si se toman recaudos - Termino diciendo el Escorpio - Punto uno adentrarse en un territorio sin conocerlo? dos ir por la cabeza de una Bruja la cual puede maldecirnos? tres necesitaríamos la bendición de los monjes - Sentencio a modo de explicación.

Luego miro al hombre - Siento la informalidad y pido perdon por ello, Mi nombre de Bayushi Hiroto... Hirohisa- Sama -

 El unicornio escuchaba la conversación que mantenían con el anciano. Pero no se levanto, permaneció en la mesa en la que estaba, sin participar en absoluto. No era el primer acontecimiento extraños desde que había llegado y de nuevo se sentía cohibido a la hora de actuar. Ni podía entrometerse en los asuntos de esas tierras ni separarse demasiado de aquella posada hasta que acabara la reunión. Decidió permanecer sentado y esperar.Algo para lo que tubo que hacer acopio de fuerza de voluntad.

 Seguía con la pequeña moneda en la mano con una expresión seria y pensando. Sobre el extraño hombre, la "bruja" y la reunión de sus superiores. En cierto modo empezaba a entender que se requiriera la presencia de aquellas personalidades ilustres. Al parecer aquel lugar tenia gran cantidad de problemas. Al resto de samuráis allí presentes se les había olvidado la presencia del ronin por las calles. Se imaginaba como ante el siguiente acontecimiento abandonarían el tema de la desaparición de los hijos de aquel hombre. Imaginarse mentalmente esta situación, en cierto modo parecida a cuando a un perro le tiran una pelota, le dibujo una sonrisa en la cara. Por tardo en volver a aparecer el semblante severo. No debía pensar aquellas cosas, cuando la vida de alguien esta en peligro. Algo que le creo cierta sensación de culpa, sobre todo por no ir a ayudar.

El samurai Fénix no piensa dejar su puesto ni la tarea que le habían encomendado para enojar a otro clan inmiscuyéndose en sus asuntos, pero tampoco se siente bien sin hacer nada. Se acerca al posadero mientras el resto se precipita a la salida.

-Denbe-san, por favor, creo que sería conveniente interrumpir momentáneamente la reunión de los maestros. Creo que debería ser usted quien lo hicera, yo le acompaño, ya pediré yo disculpas por la intromisión y me haré responsable de ella.

El posadero se encuentra en la puerta de lo que deberia dar a la cocina. Sin embargo, sonrrie comprensivamente, haciendo una seña.

Al instante la pared norte de la sala se corre, revelando una puerta secreta! Desde dentro, los senseis y un hombre de recargadas ropas, estan mirandolos especulativos...

-Chomei y Ninsei, creo que ambos deben trabajar en sus yojimbos...+comenta el hombre. No dice nada más, pero su mirada basta para que el anciano Mantis y el afeminado Grulla sonrrian tambien. El resto de los sensei se permite unas risitas, aunque discretas. El hombre las corta con un gesto.+... En cambio Shiba-san se ha portado como cabria esperarse de el. Veo sus palabras justificadas, Asako-chan...+ La hermosa joven Fenix sonrrie educadamente, con una leve reverencia+... y el resto... demasiado lentos o pasivos. No estan mal, pero pueden mejorar.