Partida Rol por web

El licántropo parecía realmente tenso y parecía estar a punto de saltar en cualquier momento, sin embargo, parecía que estaba en una especie de tensión por marcharse y al mismo tiempo por lanzarse contra los allí presentes.

Ray está tan concentrado en el condenado hombre lobo que casi ni se da cuenta de que alguien les habla desde atrás. Mirando de reojo, vio a un tipo vestido de lo mas estrafalario y con dos enormes pistolas. Era el segundo sospechoso del caso para ser exactos y el detective no tenía ni la mas remota idea de donde diablos había aparecido.

   - Pero que coño...- Musitó entre dientes.

Voy dando unos pasos hacia atrás y me topo con alguien, me giro a toda velocidad poniéndome en guardia y un tipo con acento extranjero, alemán quizá, se ríe a costa mía. No te pueden pillar con la guardia baja Emily.

Miro de reojo a mis compañeros ya que si no me equivoco este es otro sospechoso, aunque desde luego no parece tan peligroso como el hombre lobo... pese a las pistolas.

Me dirijo a él es... estamos investigando a este sujeto -  le espeto. Pero no parece el mejor momento para seguir este tipo de diálogo, euuu ¿Va usted tras este... bicho? parece que le busca.

Intento retirarme hacia un lado, es decir, dejar que se maten.

-Hombre... el que nos faltaba- pensé incrédulo al ver al sospechoso Van Helsing, la otra pieza de nuestra investigación.

Eh, no me voy a quejar, tenemos más apoyo, y encima de alguien que parece saber del tema -Disculpala... pero como que ahora caminar para alante no es una opción muy viable- le dije, un poco irónico; teníamos a un hombre lobo delante, mejor ser irónico que estar cagado de miedo -Nos acabamos de conocer ¿pero nos ayuda con... esto?- le pedí con un poco de prisa, mientras tenía la mano sobre la culata de mi pistola para sacarla en cualquier momento.

El hombre sonríe ampliamente, parece en cierta forma divertido y dice:

Para eso estoy aquí… llevo un tiempo buscando a este señor pero… diría que no es exactamente a quien busco, aun asi es mi deber ocuparme de esto.

Mira a los tres investigadores unos segundos y añade:

No creo que quieran quedarse aquí… si lo desean podemos hablar sobre el asunto en otro lugar...

Observo con atención al sujeto extraño que creemos que intervino en el caso anterior.

No sé exactamente qué deberíamos hacer en un caso como este. No parece muy buena idea mediar a favor de un hombre lobo, ¡que hasta hace dos días no existían!, no sé si es mejor este hombre, pero al menos es un hombre.

No atino con las palabras, yo... yo..., me aparto del franco combate y me retiro unos metros para observar desde la lejanía. No sé que hacen mis compañeros, actúo instintivamente alejándome de ese bicho.

-Si sabe una forma de poder hablar en otro lugar... yo no le voy a poner pegas- le dije al tío. Desde luego, hablar delante de un licantropo no era una idea muy buena, estaba al mismo nivel que decidir seguir a un hombre lobo. Pero oye, si ese hombre nos podía sacar de ahí, no sería yo quien se lo impidiera, aunque lo hayamos conocido hace segundos.

La verdad es que la aparición de aquel individuo, tan sospechoso como friki, había sido inesperada pero bienvenida por Ray. Al final, ir detrás del hombre lobo les había sido mas útil para la investigación, que tirarse días de búsqueda infructuosa para dar con el segundo sospechoso de los asesinatos.

El ex policía no era del tipo de personas que delegaran responsabilidades, pero la verdad es que aquel hombre parecía saber lo que se hacía, y Ray no es que pudiera decirse un experto en el trato con licantropos.

   - Bueno, puede que nos retiremos un poco.- Concedió a regañadientes.- Pero tenemos preguntas que hacerle, así que no pienso quitarle los ojos de encima.-

El hombre sonríe ampliamente de nuevo y dice:

Claro… no se preocupe, por el momento solo le ahuyentamos ya que no tengo órdenes de matarle

El licántropo se acerca tras abrir sus mandíbulas y el hombre de acento alemán apunta con sus dos grandes armas y comienza a descargar la munición de estas. Esos disparos parece que hacen bastante daño al peludo ser de gran tamaño que primero da un par de pasos hacia atrás para rugir con fuerza, pero el pistolero no se da por vencido y sigue disparando sin cesar. Los investigadores pueden ver los casquillos caer y les resultan familiares, sin duda es como aquel casquillo que encontraron que Alex les dijo era de una bala de plata.

La situación se estaba enrevesando bastante, se estaba volviendo todo demasiado complicado, con más incógnitas que respuestas, por lo que parece el tipo extraño debía estar contratado por alguien y ni siquiera busca a este hombre lobo, ¿A otro? – me pregunto extrañada.

De sus armas empiezan a salir las balas disparadas haciendo mella en el licántropo. Sin duda este tipo era el que había ajusticiado a la banda, otra cosa hubiera sido demasiada coincidencia.

Busco la mirada de Ray y señalo los casquillos del suelo… Espero acontecimientos con respecto al licántropo, y una vez se hubiera ido acercarme al tipo extraño… Aunque desde luego si fue capaz de ajusticiar a una banda entera no sé que podríamos hacer nosotros tres.

Sabía que debería intervenir, pero Ray dejó que aquel tipo llenase de plomo (o mejor dicho de plata) al hombre lobo en el que se había convertido el señor Graham. Después de todo había venido a la fiesta mejor preparado que ellos, y además parecía saber que era lo que se hacía.

Una cosa quedaba clara, aquel tipo había estado también presente en la escena del crimen, como bien demostraban los casquillos de bala del suelo. Y al parecer, por sus palabras quedaba claro que se encontraba ahí por ordenes de una tercera persona.

El detective se moría de ganas de interrogar a aquél tipo, pero no le quedó mas remedio que esperar a que el sospechoso de las dos pistolas ahuyentase a esa enorme bola de pelos.

Cuando empezó la lluvia de balas contra el hombre lobo, mi primer instinto fue ponerme un poco delante de mis compañeros por si alguna bala perdida fuera hacia nosotros y no le dieran a ellos. Sin duda ese hombre no se andaba con chiquitas.

No hay que ser un genio para imaginarse ahora lo que pasó en ese almacén, ahora solo quedaba saber como prevenir que pasase más veces... supongo que habrá que esperar a que nuestro Van Helsing alemán acabe de ahuyentar al lobo para preguntarle.

No paso mucho tiempo para que el licántropo decidiese tratar de huir, a fin de cuentas, parecía responder al instinto de un animal que se marchaba cuando estaba en auténtico peligro. Al marcharse el hombre de rojo guarda sus armas y se gira, se sorprende al ver a los investigadores allí y dice:

Oh… parece que no se han marchado…

Extiende su mano mientras dice:

Carsten Bertolt… un placer señores y señorita

Decía mientras inclinaba levemente el cuerpo, al estilo de las películas de la nobleza y la aristocracia europea.

Uff... menos mal. Se había largado. Parece que nos habíamos salvado, y gracias a él. Se nos presentó como Carsten Bertolt... sin duda, era un nombre europeo, desde luego americano no era. Cuando extendió la mano, yo se la estreche para presentarme también -Eduardo Mendez, encantado- le dije mientras, luego del apretón de manos, le soltaba.

-Muchas gracias por su ayuda, no quiero ni imaginar que hubiera pasado si usted no hubiera llegado- le agradecí; el tío nos salvó la vida, era lo menos que podía hacer -Si no es molestia, ¿podemos seguir presentandonos mientras caminamos? Un callejón no me parece el mejor lugar para hablar- le propuse educádamente a Carsten.

Tras estrechar la mano de Eduardo asiente mientras dice:

Claro caminemos… conozco una agradable cafetería cerca de aquí donde podremos estar más tranquilos… sobre el otro asunto, hubiera dependido de muchos factores…

El hombre comienza a caminar mientras seguía hablando:

Si se hubieran mostrado agresivos les habría atacado y sin duda no habrían podido hacer nada contra el… a fin de cuentas es una bestia salvaje con una fuerza mayor que la de un oso

Observo como el licántropo se aleja corriendo, sin duda ahora sabemos más del trabajador del puerto... pero... ¿Con qué pruebas nos íbamos a presentar para detenerle? No tenemos nada, tendría que haber grabado con el móvil. ¡Tonta Emily!

Pero de todas maneras ahora teníamos algo entre manos, se presenta el tipo tan extraño con un nombre muy difícil de decir, algo como Carlton o Carting, con maneras muy extrañas.

Se presenta Eduardo y nos ofrece ir a una cafetería cercana, para ser un sospechoso de asesinato actúa de lo más normal.

Hago una leve inclinación de tronco, sa... saludos, yo soy Emily. Un placer - mientras muestro una sonrisa nerviosa, parece que nos vamos a tomar algo con un posible asesino. Os sigo

Finalmente, el hombre lobo sale huyendo ante el ataque inclemente del friki de las dos pistolas. Y con tan intenso tiroteo no es para menos.

Luego, como si no hubiera pasado nada fuera de lo común el tipo se giró hacia ellos y se presentó como Carsten Bertolt. Grabó ese nombre en su mente a fuego, pues después de todo seguía siendo un sospechoso de primer orden. Si, les había ayudado en un momento peliagudo, pero eso no quería decir que tuviera que estar de su lado. Ese tipo tenía sus propias ordenes, y estas desde luego no venían de parte de una fuerza del orden tradicional.

Eduardo actuó como si él y aquel tipo fueran amigos de toda la vida dándole la mano con entusiasmo. Ray no pudo evitar poner los ojos en blanco al ver aquello, pero consiguió reprimir el gruñido enervado que pugnaba por salir de su garganta. ¿De verdad en que pensaba su compañero yéndose de paseo con un posible asesino?

Manteniéndose en silencio siguió al grupo, pero no perdió de vista al tal Carsten. Si hacía el mas mínimo amago violento, le dispararía sin pensárselo dos veces.

-Bien... pues vayamos entonces, me gustaría hacerle varias preguntas cuando lleguemos- le dije satisfecho a Bertolt. Sabía que era posible que estuviera más que involucrado en el crimen de la banda, incluso que tuviera parte de responsabilidad... pero ahora ponerse duro con un tío que ha vaciado dos cargadores contra un hombre lobo sería la segunda cosa más tonta que haríamos esta noche. Mejor ser simpático de momento, se suelen atrapar más moscas con miel que con cañonazos... además, nos había salvado, de momento, se merecía un voto de confianza.

El hombre caminaba con tranquilidad, como si no hubiera pasado nada extraño. Mientras caminaba por el puerto hacia la salida más cercana el hombre caminaba en silencio, parecía que contemplaba la noche. No tardaron más que 10 minutos en llegar a un pub que estaba bastante tranquilo, estaba decorado con motivos marineros y la barra era un barco.

El grupo toma asiento en una mesa que estaba en una zona bastante tranquila algo alejada de las personas que había allí. El europeo se deja caer un poco hacia atrás y observa el lugar mientras dice:

Es un lugar agradable para poder hablar, no hay mucha afluencia de gente y para ser americano tiene una buena cerveza, aunque nada comparable a la de mi tierra

El hombre parecía bastante tranquilo, en ese momento llega una chica vestida con un uniforme que recuerda una versión modernizada de los uniformes vintage de marinera y habla con un tono agradable:

Buenas noches, que puedo servirles

Carstein le observa unos segundos y con un tono distendido dice:

Cerveza negra

La chica apunta todos los pedidos y se marcha mientras el europeo les mira esperando las posibles preguntas

Por el camino el personaje tan extraño actuaba como si nada hubiera pasado, miro de reojo a Eduardo y Ray para mostrar mis sorpresa mientras levanto los hombros con gesto inquisitivo. Cuando llegamos echo un vistazo al bar que por la pinta debe ser frecuentado por gente del puerto, motivos marineros y… claro, como no, objetizando sexualmente a las mujeres una camarera oriental vestida de marinera… de marinera sexy o algo así, tuerzo el gesto mientras miro a mis compañeros molesta frunciendo el ceño.

Vamos hacia una esquina del bar donde hay una mesa que no hay nadie, al poco tiempo se acerca la camarera, agua mineral – respondo a la chica que va vestida, por decir algo, de marinera.

Una vez se ha ido detengo mis ojos en contemplar al extraño sujeto que tan alegremente ha accedido a ser entrevistado… debería dejar que pregunten Ray o Eduardo que tienen formación pero la curiosidad me puede, me muerdo ligeramente el labio esperando un poco a que digan algo mis compañeros pero finalmente me arranco, yo… eh… yo…, ¿Usted mata, bajo el tono de voz hasta casi no ser audible, hombres lobo?, recupero el tono de voz, ¿Para quién trabaja usted? ¿Tuvo algo que ver con el asesinato de la banda latina?