Tras decidirlo con calma, el Caballero Sir Beato de Arlés se queda en el lugar. Maela, a quien el bosque quizás no la emociona demasiado o quizás porque prefiere la compañía del caballero también se queda y de los ocho grogs que acompañan a la expedición, cuatro se quedan atrás, como escolta y para atender el campamento.
Junto con Dolmen y Myrddin, va el capitán Mailoc, junto con los grogs Albert Fox, Steappa, Briant el jovén y otro. Por parte de vuestro nuevo aliado, va él sólo, junto con su consejero Luc, el resto de sus hombres, que pasan de la docena larga, se quedan atrás en el campamento junto a Paul el escudero y la parte de vuestra expedición que atrás queda.
Dejaré abierta esta escena unos días, por si los grogs quieren hablar con los sirvientes del Caballero. Sir Gilbert no dirigirá la palabra a siervos y guardias, pero el consejero Luc, el escudero y los demás guardias y siervos del caballero no tienen ningún inconveniente en hablar con los grogs.
Me acerco a alguno de los guardias, viéndole trabajar un rato sin decir nada. Busco alguna disculpa para relacionar lo que está haciendo él en ese momento con mi rutina como grog en nuestra alianza. Cuando, veo ese instante, disparo algo así:
- Yo siempre vuelvo del bosque orgulloso por la cantidad de caza que le llevo a los señores, y muchas veces ni se dan cuenta de lo que comen. En fin, ellos se lo pierden. El caso es que aquel bosque nuestro me lo conozco mejor que la palma de mi mano, pero este otro me está pareciendo muy raro. ¿Cuánto tiempo lleváis aquí vosotros? ¿Os habéis adentrado más? Nostotros vamos a meternos ahora hacia la roca mellada y, la verdad, no me hace mucha gracia. Me gusaría saber lo que hay en ese maldito bosque. Cualquier información que puedas darme, te la agradeceré, hermano. No quiero sorpresas, con una cicatriz asquerosa cruzándome la cara me vale.
Hablas con algunos de los guardis mientras los señores hacen los preparativos y aquellos de los vuestros que no van a partir se acomodan. Te reciben efusivamente y te pasan algo de sidra.
- Poco sabemos del lugar, ya que no nos adentramos en él, sólo el muy noble Sir Gilbert entra, a veces le acompaña Luc el consejero espiritual del señor, pero otras va solo. Dice que el bosque está embrujado, y bien cierto que es, que hace dos días, vi a una criatura infernal semioculta entre los árboles, un hombre peludo conpatas de cabra, disparé mi ballesta, pero al recargar y volver a apuntar ya se había esfumado. Dice que el camino correcto es empezando a seguir a un zorro rojo y que Dios le guiará. -
Tirada oculta
Motivo: Fox habla con los guardias...
Tirada: 1d10
Resultado: 7(+3)=10
- Gracias, amigo -le contesto.- Que el servicio os sea leve y que Dios quede con vosotros.
¿Me da tiempo a hablar todavía con Luc?
Cuando vuelva con Sir Gilbert, no lo deja solo, pero te verán los demás hablar con Luc, aunque no te oigan.
Dolmen se dirigió a los guerreros que se les unían.
¿Quién de ustedes reza al dios nuevo que llegó de oriente? ¿Quien sigue la religión de nuestros ancestros? Todos sois bienvenidos, valientes. Sólo que a los segundos, sus armas podré bendecir. -dijo, mostrándose como la druida que era. Una alianza necesaria con el caballero de fe verdadera, pero los mismos fines unían a los diferentes medios.
Cuando vuelva con Sir Gilbert, no lo deja solo, pero te verán los demás hablar con Luc, aunque no te oigan.
Ok, entonces en la siguiente escena, si lo entiendo bien, ¿no?
El rudo mercenario escupió al suelo e hizo la señal de los cuernos para alejar el mal de ojo que siempre sigue al dios del madero. A las preguntas de la druida contesto.
Steappa es mi nombre y sigo a los dioses de nuestros padres Woten y Tuor. Y con vehemencia añadió ¡El dios clavado de los cristianos solo es un diosecillo para eunucos y mujeres! Y enrojeciendo ante la maga añadió Exceptuando lo presente domina
Myrddin levantó una mano para indicarle a Steappa que parara.
- No tendremos hoy aquí una guerra entre nosotros por nuestros dioses – le reprendió duramente – Todos nos guardaremos de palabras que ofendan a los seguidores de dioses distintos a los nuestros – advirtió a todos los presentes con intención de que los demás grogs lo tuvieran claro y una indicación indirecta para que Sir Gilbert no echara más leña al fuego.
No era un hombre culto o estudioso y bien sabía que la palabra no era su mejor arma, por el contrario podía meterlo en más de un problema más por bruto que por mal intencionado, por eso sonrió cuando vio la actitud de Steappa y no se sorprendió en absoluto ante la respuesta Myrddin. Para Wolfgang no importaban tanto los dioses, no descreía de ellos ni de su poder, pero durante su vida había luchado con y contra hombres que perseguían todo tipo de Fe y había visto en ellos poderosos aliados y contrincantes sin importar el aspecto religioso. También había visto guerreros poco o nada honorables, gentes que no respetaban su palabra, que seguían a sus mismos dioses o a otros y por eso el greñudo guerrero había decido hacía ya un buen tiempo que ese tipo de creencias no importaban en absoluto a la hora de tratar con otros, también había aprendido que era un tema sensible para muchos, como parecía ser el caso de Steappa y había encontrado en ello otra razón más para cerrar la boca.
Así, en silencio, se acercó a la mujer que había ofrecido bendecir las armas. La reconocía como druida y arremangando la camisa que cubría su antebrazo diestro mostró a la mujer a Inguz a la vez que, con una inclinación de cabeza que indicaba no sólo un saludo sino también respeto, decía -Wolfgang- La palabra sonó algo gutural, como el ladrido de una garganta acostumbrada más a los gruñidos del combate que las palabras de los hombres. Luego reinó el silencio
Sir Gilbert en estos momentos no está, ni Luc, ha ido a prepararse, así que por fortuna ninguno de los dos han oído esta conversación.
Por fortuna.
Lo dejo tal cual y que sirva de aviso para navegantes :)
El campamento recobra la actividad, reforzado por los grogs, el caballero y la Maela, media hora más tarde, Sir Gilbert y Luc salen. Si Luc va ataviado con una excelente lóriga de malla reforzada y lleva las armas de todo buen caballero, espada, escudo y lanza. Sir Luc por el contrario, no parece portar armas, salvo que lleve algún puñal o daga y lleva en las manos un libro cerrado en un estucho de cuero con candado. Ambos llevan cada uno un pequeño saco que se pasan por la espalda con una pequeña cuerda para sujetarlo en la que llevan sus pertenencias personales.
El sol está en lo alto, pero no esperáis que os moleste el calor bajo las ramas de los árboles. Más antes de partir, por insistencia del caballero, coméis. El día ya avanza y pronto encara el atardecer. Tras bendecir Luc la comida, coméis en silencio. Una comida ligera, rápida apenas diez o quince minutos para que no os pese el estómago y coger fuerzas para la caminata. Luego, os dirigís hacia el bosque sobre el que pende el hechizo que creó Mormul, hacia un obelisco que marca el inicio de vuestro siguiente paso en pos de las ruinas de Calebáis.