Partida Rol por web

No creo que esto sea lo más extraño que he vivido en mi vida, pero, desde luego, no me siento nada cómodo con esta situación y preferiría estar en algún lugar que se rigiera por las leyes de la naturaleza. En cuanto al acertijo, supongo que no habrá más remedio que tratar de resolverlo para poder seguir adelante...

-Señores, vos sois los sabios, yo poco sé de estos misterios. Aun así, parece que la ardilla roja representa el zorro y que es la única que nos indica valores positivos. El hombre joven bien podría ser la misma Muerte, o el inexorable paso del tiempo, como bien ha comentado uno de mis hombres si es que he escuchado bien. El gallo también parece representar algo negativo, la codicia humana, el poder que destruye, no sé. Si os interesa mi opinión, es a la ardilla a la que deberíamos seguir... al menos si no conocéis otra forma de orientarse en este siniestro lugar.[/B]

Me sobresalto ligeramente cuando hace su aparición el primer guía. Igual que cuando aparece el segundo. Para el tercero ya empezaba a haber un patrón.

Escuché a los tres con detenimiento fijándome en los detalles, en sus movimientos.

Antes siquiera de poder pensar lo mínimo Dolmen soltó una retahíla de ideas. Le sonreí orgulloso. Era una buena sodalis.

Acto seguido Albert hizo una jugada astuta, propia de un zorro. Una forma interesante de decirnos que la ardilla podía ser el zorro. Wolfgang y Mailoc hacen sus propias aportaciones.

Asiento a los tres indicándoles que les he escuchado.

Los guías se ponen en movimiento. No hay tiempo para pensar mucho, hay que tomar una decisión.

Sonrío.

Me giro hacia Sir Gilbert.

- Sir Gilbert, dijo que su dios le envío en sueños quienes eran los 3 o 4 primeros guías, y que el primero era el zorro, ¿cierto? – espero que su asentimiento - ¿Era la ardilla una metáfora del zorro o debemos esperar a un zorro de verdad?

Él ya había estado aquí varias veces, así que de momento tenía sentido comenzar aceptando su guía. Tardaríamos horas en coger el ritmo del acertijo y puede que algo más en desvelarlo. Me iba haciendo ya a la idea de que tendríamos que dormir en este bosque encantado. Por suerte los grogs eran suficientes para organizar guardias sin que se cansaran en exceso.

   - Por mi fé, yo seguí a un Zorro, convencido estoy de ello, pero si quieren probar a seguir una ardilla... -

   Hace un gesto hacia la ardilla que se aleja.

   - Pero yo esperaré a ver si vuelvo a ver al zorro. -

   Y se sienta en una roca a esperar.

Sonreí ante la respuesta del caballero.
- En ese caso, respetaremos su fe como vos habeis respetado la nuestra y esperaremos junto a vos a ese zorro rojo - respondí con respeto quedándome de pie cerca de él a la espera de los nuevos guías que aparecerían.

Yo seguiría a la ardilla, Myrddin, con algún apoyo, para explorar caminos.  Pero, ¿que pasaría si me lleva con la respuesta del "perdón" o del "amor" a un lugar equivocado?  ¿Regreso aquí al cabo de un tiempo? ¿Los seguiría si es que llegó un zorro rojo en el inter tempus? 

Por otro lado, ¿que pasaría si es acierto al acertijo, me podrían seguir?  

Niego con la cabeza.
- No tengo respuestas a tus preguntas, Dolmen, por lo que prefiero que no nos separemos.
>>Puede que su dios no sea uno de los nuestros, pero nosotros tenemos nuestros propios videntes a quienes los dioses y los espiritus hablan en sueños. ¿Por qué no podría su dios tener la misma capacidad para los suyos? - le pregunto amablemente tratando de sonar comprensivo.

Maldijo por lo bajo, pero esperó.  Myrddin luego tenía razón en estas cosas.   Daría el beneficio suya de la duda por un paso de sol entre las copas de los árboles que veía; menos de un sexto de día.  Y luego, si nada pasaba, no reclamaría.  Y esperaría de nuevo otra ardilla o animal rojo.  Asumía estar con el grupo, a que los magos de Calebais, cristianos parecían haber sido, y eso transminaba el todo y sus acertijos.   ¿A cuando se unirían con estos, y los otros, unidos por magia y tolerando religiones? 

Mientras esperamos, me acerco a Myrddin y le pregunto discretamente si podría contarme qué es exactamente lo que les contó la boina roja. Sé que son asuntos que están por encima de mi capacidad como hombre de armas, pero cualquier información podría ayudarme a estar preparado ante las amenazas que, sin duda, nos esperan (y a que lo estén mis hombres) [de hecho es algo que ya le pregunté a Dolmen hace tiempo, en el pueblo, pero o no me entendió, o no quiso contestarme].

Sonrío amablemente a la pregunta de Mailoc.
- Nada que os pueda servir para prepararos para lo que podamos encontrarnos, capitán.
>> Calebais fue una fortaleza de sabios como la nuestra, pero con sabios muy poderosos. Durante muchos años acumularon riquezas. Tantas que se decía que las paredes estaban cubiertas de tapices y las estatuas recubiertas de plata y oro. – le sonreí aún más – Además de los objetos encantados que pudieran acumular… y entre ellos destacaba uno, una campana, conocida en toda nuestra orden por su poder… - su vista se pierde en la lejanía un momento – Una campana que ellos decían que los protegía de cualquier ataque, que los hacía invulnerables… - deja escapar un suspiro
>> Sin embargo, cayó. Hace 50 años. Nadie sabe porqué ni cómo.
>> Así que en ese tiempo puede haber muerto todo cuanto hubiese allí vivo, o quizás lo hayan tomado las criaturas feéricas que rodeaban la colina, aunque ya visteis que los sátiros no querían acercarse, o quizás solo haya ratas grandes… o quizás sean verdad las leyendas del dragón de esa colina – ante lo que sonríe divertido – No lo sabemos capitán. Puede que sea muy sencillo, o puede que sea muy peligroso.
>> Por mi parte tiene mi palabra de que no deseo poner en riesgo la vida de ninguno de nuestros hombres y que no les pediré que acometamos nada que esté claro que nos sobrepasa, pero sin riesgo no hay ganancia y lo que aquí podemos ganar puede mejorar nuestras vidas de vuelta en nuestro hogar.

Sonrío también, pero con los ojos, con ese brillo poco humano que no puedo esconder: Os agradezco mucho la información, señor. No es mucho, pero podría ayudarme a conocer un poco mejor la naturaleza de aquello a lo que nos enfrentamos. Lo que no acabo de comprender es por qué, si han pasado 50 años, hemos partido casi a la carrera, por qué justo ahora y si es simple casualidad que mos hayamos topado con otro grupo de hombres de armas dispuestos a jugarse la vida internándose en este bosque embrujado

   Tras aparecer, los guías se marchan sin esperaros ni un segundo más, mientras debatís que hacer se pierde un tiempo precioso y cuando tomáis una decisión, que consiste en esperar, de todas formas ya se habían ido.

   Más no tenéis que esperar mucho, unos diez minutos después, tres figuras cada cual más fantástica entra en el claro donde se alza la piedra y donde descansáis.

Algo abrumado aún por este extraño juego de enigmáticas apariciones, no puedo dejar de sorprenderme al ver con mis propios ojos que de verdad aparece un zorro rojo tal y como había advertido el caballero: Aquí está, sigámoslo, ¿no?... ¿Y qué es Quendalon? ¿Alguien lo sabe?

Sonrío astutamente con reconocimiento a Mailoc. Me dispongo a contestarle cuando aparecen las nuevas apariciones y mi atención se vuelve a ellos. Levanto una mano, como pidiendo silencio.

Myrddin había estado intercambiando unas palabras con Mailoc a parte, pero al ver llegar las nuevas apariciones levantó la mano como pidiendo silencio. Prestó atención a las palabras de las tres quedándose extrañado del hurón albino que iba vestido.

Sin embargo, el primero debía ser el zorro rojo.

- Ahí está. Pongamonos en marcha. – dijo yendo tras él sin perder tiempo antes de que desapareciera – Díganos, Sir Gilbert, ¿cuál fue el segundo animal que le dijo su dios que debía seguir?

La espera no duró mucho y si Wolfgang hubiese sido católico hubierase persignado mil veces ante la aparición del fantasma, pero como no lo era y además confiaba en habilidad para el combate llevó instintivamente su mano al empuñadura de su espada, sin embargo antes de que llegase a desenvainar el filo, el resto de los guías apareció haciendo que, a diferencia de lo que cabría esperar, se tranquilicen sus ánimos.

Mailoc habló y los instó a seguir al zorro que estaban esperando por lo que el guerrero comenzó su marcha tras el animal asumiendo que todos harían lo propio.