Partida Rol por web

El Príncipe vestía un traje rojo y en su mano mantenía con firmeza un báculo de oro.

Narses descansando su espalda en el asiento pronuncio unas palabras al grupo de cainitas presentes. Su voz resonaba alta y clara en la sala y tenia un toque de profundidad que llenaba cada rincón del salón.

Damas y caballeros. Que comience la reunión.

Dicho esto miro en general a los presentes y espero que alguien pidiera el turno para concedérselo.

A su lado, el teniente hacia de moderador y solo intervendría en las situaciones de conflicto.

Sin mas preámbulo Tommaso alzo con sutileza su mano. Y una vez concedido el permiso del Príncipe se levanto de su asiento. Se desprendió de su capa para moverse con soltura y aclarando levemente su garganta comenzó a hablar.

Su voz era débil y siseante pero imponía respeto y ponía algo nervioso incluso a los que estaban acostumbrado a ella.

Señores, señoritas... Una noche mas nos reunimos en este concilio para debatir los asuntos que acontecen acerca de la cruzada. El tiempo se nos va de las manos mientras decidimos... La mayoría de los aquí presentes conocen mi experiencia en Tierra Santa y creanme, los Sarracenos son una amenaza. Son una amenaza para el cristianismo y mientras tanto dejamos que con nuestras charlas vayan recobrando fuerzas.

Paseando hasta el centro, gesticulando cada palabra cada expresión con gran maestría recalca hacia todos los presentes estas ultimas palabras.

Mandar la cruzada directamente a Palestina no solo fortalecería a los estados ya establecidos, sino que se le asentaría un duro golpe contra las fortalezas vitales musulmanas.

Lanzo no tardo en intervenir en la conversación, no podía permitir aguardar mas. Levantándose con rapidez de su asiento y señalando con firmeza hacia Tommaso que se encontraba en el centro de la sala dijo con voz ronca:

No, no y no! Con tus absurdas batallitas de Tierra Santa no vais a conseguir tus propósitos Brexiano. Seria una verdadera estupidez atacar directamente. Por eso mismo no cabe en mi cabeza que alguien con tu experiencia piense de manera tan estúpida. Vos sabéis que si atacáramos primero a Egipto alcanzaríamos el éxito total en esta cruzada.

Inmediatamente Tommaso respondio a la interrupción del Ventrue. Con tono sarcástico.

Por eso mismo, vos ni siquiera ha pisado Tierra Santa. Se de lo que hablo porque lo he experimentado. Mis estupideces no son tan necias como tus acusaciones. Atacar Egipto seria desviar la verdadera intención de la cruzada.

Roland haciendo un gesto a su señor Lanzo que parecía a punto de estallar, se abrió paso en la discursion.

Al ver que la expresión del teniente procuro calmar la situación pero siempre con su lengua afilada y preparada.

Caballero Brexiano. Me temo que mi señor Lanzo aboga por la opción mas sensata. Seamos sensatos por un momento señores. Vos habéis estado en Tierra Santa como decís. Has conocido la batallas y las políticas internas que mueven una cruzada. Esta vez la situación es distinta. Si atacamos directamente acabaremos estrellándonos y fracasando con mayor probabilidad. Si atacamos primero Egipto dividiríamos el islam en dos y asi seria mucho mas fácil de derrotar. Es mas, si atacamos Egipto primero romperíamos los lazos entre ellos. De manera de que si atacáramos directamente contra Palestina distintos países musulmanes podrían intervenir en la cruzada de manera solidaria. Crearíamos un lazo entre estos países que posiblemente se aliaran y trabajaran solidariamente para expulsar nuestras tropas.

Ahora Roland se mueve por la sala buscando apoyo. Se detiene delante de vosotros los recién llegados y os pregunta.

¿Acaso no creéis que es mejor para la cruzada que acabe en victoria mas que en fracaso?

Permanece mirando a cada uno de vosotros. Sois nuevos en el lugar y Roland es el primero que parece fijarse realmente en vosotros y ahora espera vuestra respuesta.

Los demás presentes observan atentos a la conversación. Algunos asienten afirmando las palabras del orador mientras que otros parecen en desacuerdo. Aun así permanecen atentamente escuchando mientras por dentro cada uno tiene sus ideales que parecen luchar contra las opiniones de los oradores.

Cuando Roland se acerca a los recién llegados todo el mundo espera expectante la contestación que obtendrá...

Edward escuchaba con atencion la discusion. Parecia que cada una de las partes creia en sus ideales, estando completamente cerrados a nuevas opiniones. Por otra parte un caballero se acerco al grupo recien llegado, y ademas pidio opinion. Era el primer contacto que tenian en el concilio y Edward sabia que era una buena oportunidad para el.

Se levanto tranquilamente de su silla, elevando la mano - Pido permiso para hablar - Una vez concedido dio rienda suelta a su lengua.

- Gracias por su tiempo caballeros. Se que aun no soy conocido, mi nombre es Edward Gotrich, señor feudal de Citeaux. Un honor compartir la noche con ustedes. Desde mi punto de vista, que espero ser lo mas objetivo posible, creo mas oportuno lo que pronuncia el señor Roland Du Rocher. Si la cruzada se dirijiese a Palestina directamente, aunque sea lo mas infima, existe aun la posibilidad que se alien en favor de eliminar un mal comun... como se dice, el enemigo de mi enemigo es mi amigo. - Dice esbozando una sonrisa.

- En cambio si se dirijiese a Egipto, no solo se ganaria territorio y lograr una caida moral de nuestro objetivo, sino que tambien se puede establecer un puesto avanzado y asi poder reclutar mas creyentes y concentrar las fuerzas... Sin mencionar que como recien se dijo... se separaria al Islam en dos... - Miro a los presentes uno a uno mientras daba su opinion.

Al escucha las pláticas de los nobles cainitas, me doy cuenta de que no se está debatiendo realmente los prolegómenos de la Cruzada. Se están sentando las bases de su gloria y su fracaso. Los jugadores sitúan sus piezas sobre el tablero, esperando a recoger los frutos de los acontecimientos.

Pero yo no he venido a jugar. Uní mi vida a la de mi Señor por linaje y valor, y logré la inmortalidad por la fuerza de la espada y el coraje para afrontar la batalla. Así ha sido, y así seguirá siendo.

Cuando Gotrich toma asiento de nuevo, elevo un brazo en silencio, poniéndome en pie. No soy hombre de discursos y política elevada, pero espero paciente el gesto que me permita tomar la palabra.

- Mi nombre es Kristóf Vlaszy, guerrero magiar y caballero del Reino de Hungría. No cuento con experiencia en las Cruzadas, como nuestro ilustre Tommaso Brexiano -Le dedico una sincera reverencia, muestra de respeto de un guerrero a otro- pero es bien sabido que Hungría no es tierra falta de conflictos. Conozco bien el mundo de la espada y el ejército.

- Un ataque sobre Palestina podría ser una gloriosa victoria, o un tremendo fracaso. No obstante, incluso de nuestra victoria podría nuestro enemigo fortalecerse, granjeándose las simpatias y apoyos de sus reinos afines. La estrategia más sabia siempre ha sido dividir, no unir y fortalecer.

- Por tanto, no puedo estar másde acuerdo con la estrategia de centrar las fuerzas en Egipto.

Demasiado he hablado. Demasiado clara ha sido mi postura. Las piezas están sobre la mesa, y me he convertido en una de ellas.

Llego hasta el resinto donde se encontraban las autoridades, fue escuchando las palabras de cada uno de los presentes - Buena noche y respetos ante ustedes..... Mihali de los cuatro vientos..... - Expuso con una reverencia.

- No puedo decir que convendria ya qeu no poseo lo que los señores aqui presentes poseen - Explico - Si puedo ser quien porte la palabra - Expuso ante todos los presentes

Carraspeo para hacerme notar e intervengo en la discusión.

-Le creía más amplio de miras Edward... creo que no existe una visión más simplista de la Cruzada que la suya. Por favor! De veras cree que esto es una guerra de religión?- Dejo silencio para que asimilen esta frase y prosigo -Todo se organiza por ambiciones, por anhelo de poder; y Palestina es un enclave estratégico en el Mediterráneo. Es el puerto más oriental de dicho mar, y la puerta que comunicaría Europa con África y el Oriente.

Caigo en la cuenta que la mayoría de los presentes no me conoce; intercalo mi presentación y prosigo con el discurso

-Déjenme que me presente. Mi nombre es Frey Ramiro de Urgel, Caballero de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Considérenme un representante de dicha Orden, tan importante en anteriores cruzadas, ayudando a soldados cristianos heridos en la batalla. El Gran Maestre de la Orden me ha pedido consejo sobre si debemos o no participar en esta nueva Cruzada, y me encuentro investigando la situación. Estuve defendiendo Tierra Santa, en el Krak de los Caballeros, hasta que cayó en manos de los sarracenos debido a traiciones urdidas por los Templarios.- Al pronunciar esta última frase dirijo una mirada amenazante hacia los templarios presentes

-No creo que os sorprenda si os digo que mi Orden también tiene sus ambiciones, sus anhelos; y parte de ellos residen también en Tierra Santa. El recuperar nuestras posesiones allí sería la mejor razón que le puedo dar a mi Gran Maestre para intervenir; pero he de asegurarme que nuestros objetivos son los correctos.

-Si bien atacando Egipto dividiríamos el Islám en dos, también tendríamos dos frentes de batalla abiertos, con lo que nos será más dificil defender el territorio conquistado. En cambio, actuando con diplomacia, asegurándonos la paz con nuestros hermanos de Bizancio y atacando Palestina tendríamos que preocuparnos tan solo de los posibles ataques por el sur. Una guerra no consiste tan solo en llegar al destino; consiste en permanecer en él, y como ven caballeros, esta es la mejor opción que tenemos ahora.

Me reclino en mi asiento y observo las reacciones que producen mis palabras en los presentes...

Hecho una mirada penetrante a Ramiro.

Hacer eso seria una estupidez... seria perder hombres sin sentido!!! - Dijo elevando un poco la voz y apoyando las dos manos en la mesa - En el caso de ganar... cuantos hombres crees que sobreviviran... seran lo suficiente como para defender un segundo ataque? La verdad que habre hablado de manera simplista, pero por lo menos ha sido coherente... hablar es muy facil cuando no te cobran por ello - Hizo un gesto de discrepancia con el...

Caballeros yo ya he postulado mi punto de vista, no veo la ganancia que se saca perdiendo tantos hombres de gusto, si pudiendo ir avanzando poco a poco se pueden lograr los mismos objetivos y con menos bajas - Dijo con un tono mucho mas tranquilo y relajado a los demas, ignorando a quien le habia cometido tal falta de respeto, insultando su oratoria

-Caballeros, soy Guillaume del Loira, conocido como el León Carmesí por la estela de victoria que me acompaño por mis anteriores campañas en Tierra Santa, sangre de musulmanes.- digo restando importancia a las palabras del caballero de Urgel.

-Siento decir que no me puedo decantar por ninguna opción tal vez ustedes, que llevan ya varias noches de discusión, conozcan los pormenores de la cruzada, pero nosotros, recién llegado-abarco con un gesto del brazo a mis compañeros.- apenas conocemos los detalles. ¿De cuantas tropas podremos disponer? ¿Transportes? ¿Líneas de suministro? ¿Quiénes serán los generales? ¿Tenemos el poder suficiente para decidir todos los pormenores de la Cruzada o somos titiriteros tirando cada uno de las marionetas en una dirección? Creo que antes de dar una opinión precipitada y sin meditar deberíamos ser informados de dichos pormenores. Por otro lado, ustedes ya han dedicado mucho tiempo al estudio de la cuestión, y m gustaría oír los argumentos de cada uno en pro y en contra. Además de saber si alguien plantea una tercera opción.

Miro a todos los presentes esperando a que alguno tome la palabra, exhortado por mis comentarios.

-Muy importante me parece la postura de Bizancio, por su situación privilegiada y sus lazos con la zona. ¿Señorita Sgorina? Y teniendo en cuenta que contamos entre nosotros con un representante de los musulmanes creo que seria el mas indicado para comentar las reacciones que podrían tener a las diferentes propuestas. ¿Cuentan los sarracenos con un líder fuerte? ¿Están organizados y preparados par ala guerra? ¿Son acosados por otros enemigos? Me parece que hay muchos asuntos por comentar antes de dar una opinión. Señor Roland, siento que su ansia le haya llevado a inquirir tan pronto nuestra postura, pero me veo en la obligación de esperar a tener una visión más amplia de la situación.

-Por cierto sir Ramiro, espero que la Orden Hospitalaria no busque en este conflicto una válvula a su odio por los Templarios, no creo que sea el mejor modo de dirimir disputas pasadas. Si ese fuera el caso tal vez seria recomendable que las dos órdenes actuasen en zonas separadas.DE todos modos confío en su juicio y su sentido del deber, poniendo por encima el objetivo santo de las cruzadas sobre los afanes personales.

Dirijo estas palabras cercanas al oído del hospitalario, para no dejar a su orden en ridículo delante de los demás.

Veamos si el caballero aun conserva su honor y sus ideales o se ha convertido en un ente político como todos los que giran alrededor de los poderosos.

Anna avanzo un paso desde su posición para hablar. Con tranquilidad comenzó su exposición:

Como Bizantina ya saben que mi motivo en esta reunión es entramar lazos de unión. Recordad por un momento la majestuosidad del Imperio. El sueño de Roma, ha sido el mas poderoso de todos los tiempos, a pesar del derrumbe de ese sueño los bizantinos continuamos en gran medida la estela de nuestros predecesores. Ya es hora de que cuenten con nosotros para algo. Recordemos nuestro esplendoroso pasado para caminar hacia delante con la cabeza alta y juntos hallaremos la victoria.

La enviada de los lasombras musulmanes engarza rápidamente tras la parada e la exposición de las palabras de Anna.

Khadijah Sadeh con ropajes típicos de su procedencia y con mirada directa e inteligente se dirige a todo el mundo con voz dulce:

No se puede ganar algo con disputas religiosas caballeros entre los vástagos de Cain. Lo mejor para todas las partes seria un alto el fuego. Evitaríamos inmiscuirnos en el caos y la destrucción mutua. ¿Acaso no os dais cuenta de todo el daño que hay tras esta empresa?