Partida Rol por web

Recorres el oscuro callejón con cuidado de no tropezar con los restos de cajones de madera, trozos metálicos y ratas que cruzan el lugar sin prestarte mayor atención. El callejón forma un oscuro tunel, con una fosforecencia al fondo... alguien tiene una luz prendida rodeando la esquina, en lo que supones es un acceso a la parte trasera del galpón!

A través del opaco cristal distingues que tus compañeros han entrado al lugar. No hay forma de confundir, la forma de caminar de Nixios y Tarkov, ergida, militar... y el bulto pequeño y oscuro que es 13.

Aburrido, deslizas la mira del rifle de uno en uno, calculando ángulos de tiro...

En tu evaluación anterior no ves nada sospechoso, aunque hay tantas ventanas oscuras a tu alrededor... al menos 5 con un posición ventajosa para dispararte. Sin embargo, no ves a nadie en ellas.

El trono sea con ustedes... digo mientras fingidamente me siento con aire cansado sobre una caja del suelo y me masajeo la rodilla como si me doliera. Tantas horas de pie... no puede ser... tanto trabajo va a acabar conmigo...no puede ser...

Comento distraidamente como si hubiera salido hace poco de los eternos turnos de trabajo de las factorias. Hago como si no les prestase mucha atención.

Con los ropajes que llevo paso desapercibida entre la población. Tras asegurar el perimetro y ver que no hay nada extraño por la zona, me posiciono para esperar enfrente del almacen, al lado de unos contenedores algo malolientes que soporto con el proposito de que mi perfume pase desapercibido y parezca una de las pobres personas que pueblan ese humilde lugar de la colmena.

Llevo algo más de peso que de normal con las armas que me han dejado mis compañeros, pero todas disimuladas con el viejo poncho de caballero que llevo encima, a un lado y preparado para disparar si la situación se pone mal, el cañon del rifle asoma lo justo y en la pernera el cuchillo tiene la ebilla suelta para agarrarlo y si es caso matar a alguien silenciosamente.

Algo me hace sentir intranquilo, un escalofrío recorre mi espina dorsal y de forma metódica comienzo de nuevo la inspección de mi entorno.

Ese sexto sentido que se te a inculcado en los huesos por el entrenamiento desvía tu mirada hacia la parte trasera del galpón. Allí parece haber un espacio libre, como un callejón trasero; iluminado por las luces nocturnas de la Colmena no te ha llamado la atención desde donde te encuentras, pero ahora escuchas... un ruido. Y crees ver un cambio en la luz.
 

Algo se mueve allí detras... pero para averiguar qué debes dejar el puesto de vigilancia junto a la ventana...

La duda es la perdición de una mente clara, no me lo pienso dos veces y bajo a examinar la zona del ruido, buscando ocultarme en las sombras y moviendo me silenciosamente ,  Cuanto antes verifique so antes podré volver al plan original.

Andando casi despreocupadamente por el callejón, mirando a todos lados con mis gafas activadas para ver mejor en la oscuridad, voy camino de la parte trasera del almacen para ocupar mi puesto. Compruebo mi comunicador paraasegurarme que funciona:

Trahcia al mundo, ¿como se me oye?- Digo en un susurro al lado del microfono

Te acercas hasta el final del callejón, rodeando la estructura. Allí detrás ves a tres hombres, uno bastante mayor y dos jovenes. Están charlando y compartiendo unos cigarrillos, el olor a lho es penetrante, aunque un tanto extraño... te recuerda a los cigarrillos que le confiscaron al drogata.

Detrás de una caja de madera destrozada, observas la situación. Un tiroteo en la parte trasera del galpón es lo último que necesita el grupo que está en el interior...

Con pasos rápidos recorres el borde del galpón hasta llegar al fin del techo. Allí detrás, alrededor de un pequeño fuego oculto en un pequeño pozo en el suelo, tres hombres conversan y fuman. Uno es bastante mayor que los otros dos.

Te quedas paralizado, sin revelar tu posición ventajosa sobre ellos. La conversación no te dice nada, hablan sobre mujeres, el toque de queda, donde conseguir licor... lo interesante es que Trahcia se ha escondido en una esquina* detrás de una caja de madera rota; el escondite no es nada bueno, y solo es cuestión de una mirada para que la descubran.

El psíquico entró detrás de Nixios y Tarkov, los cuales no perdieron un segundo en comenzar a interactuar con las personas que se hallaban en aquel desvencijado almacén. Se mantuvo distante, observando a su alrededor cualquier cosa que no encajara con aquel lugar. Mientras sus compañeros llamaban la atención de los que se encontraban allí, 13 miró al suelo evitando el contacto visual con los lugareños. Sus ojos, podían llegar a intimidar a una población algo temerosa de por sí.

- ¿Qué les asustará tanto?- conjeturaba el psíquico... 

Ante la mención del nombre de la anciana los lugareños levantan las cejas, pero la actuación luego de Tarkov y las extrañas pintas de 13 hacen que mantengan las distancias y todo saludo sea murmulla ininteligible.

La mujer parece no despegar la vista de las negras ropas de 13, y del áquila imperial portada por Khar; su nerviosismo aumenta por momentos, aunque el hombre evidentemente susurra desesperado en su oido para calmarla.

Tus sentidos inmediatamente se disparan, algo ha rozado el Warp. La temperatura en el lugar desciende un par de grados... tal vez imprescindible para quien no sepa lo que significa, o lo que busca, pero definitivamente has visto, en los vidrios de las ventanas, por un segundo, reflejos imposibles.

Intentando mantener la calma, me dirijo con paso lento hacia Tarkov, el cual  está sentado sobre unas cajas. Me esfuerzo para disimular al máximo todos mis movimientos para que no parezcan intimidadores. Cuando me encuentro a su lado, le susurro lo siguiente al oído:

- No hagas movimientos bruscos... Nos están vigilando. Créeme, puedo notarlo...- y me aparto de él buscando un lugar a cubierto donde poder actuar en caso de que las cosas se pongan feas.

Antes de que 13 se aleje de mi respondo sin mover casi los labios: Si, lo se, estate al tanto y actua con normalidad. Luego el psiquico se aleja como mirando el lugar. Un momento despues el micro-comunicador suena en mi oido. Es Trahcia que pregunta por la situacion, con un movimiento natural me resplado en las cajas y apoyo mi cabeza en la mano, el movimiento de quien está cansado y a estas horas de la noche le pesa la cabeza tras una jornada en la fabrica. Sin mover los labios hablo al micro de mi comunicador:

Recibido, se te olle, pero no actives el canal excepto para enmergencias, la cosa esta tensa pero estable, cambio y corto.

Parece que la mujer está nerviosa y no entiendo muy bien el porqué de ello, no debería estarlo puesto que no presentamos ninguna amenaza. Decido levantarme y caminando calmadamente hacia ellos introduzco mi mano en el bolsillo de la chaqueta. Una prueba para ver sus reacciones, con ello veré si alguien se lleva las manos a algún sitio raro en gesto de desenfundar algún arma o similar. Tras comprobar sus movimientos saco del mismo un paquete de varillas de lho y dándole un golpecito al trasero del paquete saco una y la llevo a mi boca, luego repitiendo la operación tiendo la que sobre sale hacia el grupo:

Buenas noches caballeros, señorita- añado ante la joven- Me llamo Lucien Willder, Bola nos dijo que se celebra de vez en cuando esta reunión de vecinos, y que podíamos asistir, que no habría ningún problema. Pero si les molestamos en algo... Solo tiene que decirlo...

Les digo mientras sigo tendiendo la varilla de lho hacia ellos. Todo el mundo sabe que mientras alguien te está ofreciendo algo y está esperando la aceptación de ello, es mas difícil que el interlocutor le responda negativamente a una propuesta, puro intercambio podríamos decir. Paciente espero paquete en mano su respuesta.

- No sucede nada, dice el hombre abrazando por los hombros a la mujer, fuertemente, contra él. La mujer parece muy nerviosa, con la vista perdida, y sus dedos y labios tiemblan levemente. Gracias, el hombre acepta el cigarrillo. Mi nombre es Gert, y ella es Hilna. Y no molestan solo que...

La mirada del hombre se desliza por Khar, y luego por 13. No estamos acostumbrados a Dios y al Diablo, por así decirlo, por estos lugares. Su voz, aunque firme, es temerosa. Ante la mención al Demonio Hilna se acurruca aún más contra su pecho.

Los demás presentes siguen a lo suyo, y otra docena variopinta de personas va llegando, saludando a los conocidos, ocupando cajas como asientos. Ancianos, jovenes, algunos niños... todos sucios, todos pobres y muy pocos parecen comer lo suficiente.

Desde tu posición ves como más personas llegan, y Tarkov traba conversación con una joven pareja de aspecto asustado.

Los demás presentes siguen a lo suyo, y otra docena variopinta de personas va llegando, saludando a los conocidos, ocupando cajas como asientos. Ancianos, jovenes, algunos niños... todos sucios, todos pobres y muy pocos parecen comer lo suficiente.

- Encantado Gert, mi nombre es Nixios ¿Puede adelantarnos de qué van estas reuniones? Nixios observa a la mujer y su reacción hacia sus compañeros, un psíquico siempre causa ese tipo de emociones en la gente. Mientras se acerca para tenderle la mano al hombre revisa al resto de los presentes para anotarse si alguno les presta especial atención.