Partida Rol por web

Por ahora no le quitemos la vista de encima a esa puerta, pero pasemos a la siguiente. A ver si con un poco de suerte encontramos la cámara del tesoro, o si no, al científico.

- Dudo mucho que tanto monstruo encontremos al científico, pero aunque este muerto tenemos que informar, así que avancemos.

Vais a la cuarta cripta y veis que la tumba esta abierta y vacía. Finalmente, os dirigís a la quinta, que es igual a todas las demás con la diferencia que las paredes tienen unos símbolos muy extraños y dentro del sarcófago se oye un extraño sonido.

Murgen examinó la tumba, con sus ruidos.

¿Estará el Doctor aquí encerrado?... No lo digo muy en serio, pero ¿miramos?

- Sin duda este es el más importante, pero hay que abrirlo con cuidado, puede que tenga trampas.

El bardo busca y rebusca algún mecanismo que pudiera activar alguna trampa.  

El bardo patosamente abre la tapa solo unos centímetros y se le resbala encima del dedo meñique

-¡La madre que me...! -grita dolorido.

Seguís oyendo un ruido similar al del remor del agua cayendo, como si hubiera una cascada o un millón de cositas o pequeñas repiqueteando la losa. Podéis investigar, volver a la cuarta cripta o iros de la sala de donde estáis.

Miró al resto con cara de circunstancias. Al parecer el bardo había cumplido su parte de encontrar trampas pero no de la forma esperada. 

¿Qué queréis hacer? ¿Seguimos o levantamos la lápida maldita? 

- No me gustaría dejar algo atrás que pueda emboscarnos, yo voto por saber que ahí aquí.

Yo también, deberíamos abrir eso.  Dijo mientras se sujetaba el dedo torcido.

Miró a Ashena. 

Creo que es un trabajo para los músculos de tu chico. Dijo refiriéndose al animado, y más amable que ella, compañero de la nigromante. 

Ashena se queda mirando unos segundos al guerrero, músculos... en un esqueleto, suspira y le da la orden a Borg.

- Abre eso, no perdamos mas tiempo.

Abrís el sarcófago y de éste salen centenares de grandes escarabajos azulados. El cadáver del interior, enterrado hace poco, debió llevarlos encima y éstos se alimentaron de su carne mientras estuvieron dentro de él. Ahora, al fin, podían comer carne fresca.

El enjambre cubre por completo a Borg, pero éste, sin apenas trozos de carne, ni se inmuta.

Murgen se retiró un paso atrás, siempre pendiente a esos bichos repulsivos.

¿Alguna idea antes de que los bichos se den cuenta de que Bork no tiene mucha chicha? 

Ashena hizo un gesto y de su mano surgió un rayo de energía negativa directamente ha los insenctos.

El bardo arqueo la ceja mientras se apartaba. Una curiosa solución. Muy hábil mi querida señorita. Un truco magistral. Pero el bardo no quito ojo de la plaga de escarabajos 

La energía oscura hizo explotar a un centenar de esos carnívoros insectos, dejando parte de Borg visible.

Murgen, armado con una de las antorchas, miró al resto interrogante

¿Alguien tiene aceite de lámpara?

El bardo de encoge de hombros. No, no he traído ninguna lampara.