Partida Rol por web

Mientras observabais atónitos las gigantescas puertas selladas, el servocraneo de Arcturus apareció flotando por una de las altas y delgadas rendijas que dejaban entrar algo de aire y luz natural, para mostrar a su vuelta unas imágenes holoproyectadas de lo que había mas allá de la pared de roca. Una cúpula, como una burbuja semitransparente, rodeaba la entrada, allí donde había aparecido había dejado grandes surcos en el suelo, y había decapitado la estatua de un santo que se encontraba en su camino. Una nueva muestra de que estabais prisioneros en el interior de la casa dl polvo y la ceniza.

Las palabras de la viuda resonaban ahora en vuestra cabeza con mayor claridad que nunca.

El viajero ha fijado el rumbo y la nave no se puede detener. de trece horas disponen, trece horas hasta que su ira ahogue a todos ustedes en fuego y cenizas, sellados aquí en la tumba que ha sido preparada. un castigo apropiado para ustedes que pretendían tomar de él lo que es suyo. nunca aprenden de las lecciones del pasado, condenados a repetir los pecados de la historia. ¡pero primero van a sufrir, primero serán confesados!

No tienen más que una oportunidad y solo una para aplacar al viajero. un regalo aliviará su justa ira: darme la sangre del vástago de haarlock, que fluya para llenar este cáliz y viviréis, pero si mi taza sigue vacía los hijos del reino roerán vuestra carne y la oscuridad enterrará vuestros huesos

Tras ver la holoproyección, Arcturus puso al servocráneo a patrullar en torno al grupo a una distancia de unos 70 metros, con instrucciones especiales para vovler a él si detectaba cualquier movimiento, por nimio que fuera. Luego se cruzó de brazos y miró al resto de los acólitos, en silencio, tamborileando con los dedos sobre su propio brazo. Recordaba perfectamente las palabras de la Viuda. A pesar de su mutismo, su actitud evidenciaba lo que le pasaba por la cabeza, algo así como "Ahora no os parece tan absurdo lo de la sangre, no?". No obstante, también estaba claro que no se atrevería a reformular una propuesta parecida ante agentes tan intransigentes como Isolda o Hieronymus.

A continuación respiró hondo, mirando a un lado. El tecnosacerdote no era un fundamentalista, tanto por su formación como por su carácter; a pesar de ello, se daba perfecta cuenta de que aquel no era camino aceptable, y lo comprendía. Parecía estar pensando ya en otras alternativas. Tal vez hubiese otra salida en alguna parte, aunque no confiaba en ello. Volvió a mirar expectante al resto del equipo. Parecía esperar alguna idea iluminada de alguno de ellos...

Heinrich hizo memoria. Recuerda cuando Isolda y orionus describieron su vuelta de las criptas donde habían luchado contra algo por una reliquia con el emblema de los Haarlock y como Urtzi describió el emblema de los Haarlock como una araña. Y hace memoria. Recuerda también que Magyar llevaba un anillo con ese emblema. Al principio Heinrich había creído que Magyar lo había robado, aprovechando que sus dos compañeros estaban distrayendo a la bestia que lo guardaba, por simple avaricia.

Pero...

Y si había una razón ulterior a dicho robo?

Y si Magyar era el heredero de los Haarlock y había reclamado lo que era suyo?

-Creo que sé quien es el heredero de los Haarlock y ha demostrado ser alguien diestro, así que igual sabe de una salida alternativa...o nos puede servir su sangre para que ese maldito trasto nos permita salir.

Heinrich indica a sus compañeros que hay que volver al infierno del que vienen, no hay otra alternativa.

-Durante la fiesta vi que Magyar llevaba el anillo con la araña de los Haarlock, igual es el anillo que Ines y Orionus perdieron de vista en las catacumbas o puede que fuera suyo y ya lo llevara encima antes de dicho incidente. Lo mismo me da. Yo creo que eso le identifica como el heredero.

Isolda estaba en su salsa y las palabras de Heyronimus se lo confirmaron más todavía. Toda esa farsa se había quedado atrás, ahora podría castigar y purgar como se debía a todos los herejes allí reunidos; pero el hecho de ver como se cerraban esas puertas ante sus narices y la dejaba encerrada en esa catacumba llena de traidores y con esa maldita estatua que apestaba a brujería o algo peor, hizo que el vello de la nuca se le erizara.

Se quedó un momento parada mientras pensaba en como podrían proceder a continuación cuando las palabras de Heinrich la hicieron girarse bruscamente hacia él.

-No se va a otorgar ningún sacrificio de sangre a esa maldita estatua mientras yo esté viva -dijo encarándose con el guardia- ¿de qué sirve que salgamos con vida si desatamos algo que puede arrasar mundos? No tienes ni idea de lo que pueden llegar a hacer esas cosas, no es que yo sepa en concreto lo que va a hacer si se le da la sangre; pero eso es algo hereje, es un culto oscuro y demoniaco y, te aseguro, que nunca es una buena idea dar lo que piden, por muy sencillo o lógico que parezca -miró a todos- nuestras vidas no son nada para esas cosas, dar la sangre no asegura salir con vida pero asegura que algo de proporciones mucho mayores ocurrirá -movió el cuello, como si lo hubiera tenido bloqueado hasta ahora- Si alguien intenta dar la sangre de los Haarlok a esa cosa, gastaré toda la munición de bolter y toda mi Fé para evitarlo, y me dará igual quien sea.

Las cartas sobre la mesa, no iba a permitir que ninguno hiciera ese tipo de cosas y menos aún en su presencia, ya había aguantado bastante.

-Magyar... ¿el tipo de las pieles? -preguntó- a ese me lo crucé cuando entrábais y llegué a la sala de los espejos siguiendo su camino en sentido contrario, o esa fue mi intención al menos -se encogió de hombros- puede que lo robara, no tengo ni idea; pero si no es un Haarlok creo que el ser que matamos le hubiera atacado -frunció el ceño aún más si podía- encontrarlo puede ser un buen punto para empezar pero la pregunta es, ¿por donde empezamos?

Ya casi habíamos salido del complejo cuando ante nosotros las puertas se cerraron, por unos segundos me quedo mirándolas de arriba a abajo pensando alguna forma de poder abrirlas, pero por mucho que lo pensara en el fondo sabia que eso era imposible, o había otra salida o no saldríamos de allí, me giro hacia el grupo y mientras escucho a Heinrich y a Isolda voy revisando la munición con la que contaba, sospechaba que a lo largo del día me iba a hacer falta mucha mas, Yo estoy contigo Isolda, no podemos darle lo que quiere a ese ser demoníaco o lo que quiera que sea, y si en lugar de ello la destruyéramos, Urtzi sabéis si eso puede ser posible?,

Urtzi se encontraba temblando de pies a cabeza, aún sosteniendo fuertemente entre sus brazos la muñeca embotellada y la carpeta de piel xenos llena de papeles. Aún así, a la mención de su nombre se esforzo por recomponerse y contestar a la pregunta que le formulaban. Para sus adentros pensaba que si ni tan siquiera era capaz de eso, solo podía considerarse un inutil y un estorbo para sus compañeros.

Gianna: no podemos darle lo que quiere a ese ser demoníaco o lo que quiera que sea, y si en lugar de ello la destruyéramos, Urtzi sabéis si eso puede ser posible?

- No sabría decir si es un ser demoníaco o un artefacto extremadamente antiguo de propósito desconocido bajo la voluntad de los Haarlock, pero sin duda es peligroso. Destruirlo... desearía poder afirmarlo, pero si ni siquiera el sagrado bólter ha sido capaz de causarle algún daño, me temo que tal vez no contemos con las herramientas necesarias para realizar semejante tarea. -

Isolda: Magyar... ¿el tipo de las pieles? encontrarlo puede ser un buen punto para empezar pero la pregunta es, ¿por donde empezamos?

- Si se aventuró por las zonas no mapeadas es evidente que posee otros medios para orientarse en este lugar. De hecho, no sabemos gran cosa sobre estas catacumbas, podría haber una salida secundaria que no se encuentre bloqueada. Si queremos encontrarle a él, u otra salida, deberíamos encontrar unos planos más fiables que los que disponemos en este instante. -

El arbites había encabezado la marcha hacia la salida y cuando se encontró con las puertas cerradas no pudo evitar sentirse asombrado. El tamaño de aquellas hojas era enorme y su peso... no podía ni calcularlo. Sin duda haría falta uno de los miticos Adeptus Titánicus de las leyendas o bien la maquinaria de aquel lugar era verdaderamente antigua y poderosa.

Negó con la cabeza aclarando sus pensamientos y evaluó la posibilidad de volarla para conseguir una salida. Dirigió la vista a los dos guardias imperiales. Heinrich, ya lo sabía, no había servido en los artificieros y probablemente Gianna, dado su carácter impulsivo tampoco. Además probablemente tampoco contaran con explosivos suficientes para hacer siquiera una brecha capaz de permitirles el paso¹.

Mientras tanto el grupo se había enfrascado en una discusión e Isolda parecía furiosa aunque contenida. El arbites que había captado retazos suficientes terminó la disputa.

- Nadie hará ningún sacrifio a esa herética monstruosidad - sintió un escalofrío recordando el chirrido que hacía al hablar la estatua - Nadie.

- El único sacrificio serán nuestras vidas, si es preciso al servicio del Divino Emperador.

Al arbites le habría gustado poder decir que se esconderían en los túneles y harían pagar caro a los monjes su traición mediante la guerra de guerrillas. Sabía cuanto daño podían hacer así incluso unos pocos pandilleros de la Subcolmena mla equipados; pero carecían de conocimientos suficientes del entorno, al contrario que sus enemigos.

- Nuestro objetivo prioritario es salir de aqui. Sacar los objetos que tenemos e informar a nuestro patrón, que arrasará este lugar hasta que no quede ni el recuerdo.

- Salvo que exitan salidas menores que desconocemos nuestra mejor opción es encontrar el control de estas puertas y volver a abrirlas - la opción de que las puertas hubieran sido cerradas mediante la fuerza bruta era descabellada.

- Arcturus ¿alguna idea de la ubicación posible? ¿hay algún glifo o runa que podaís leer?²

La discusión se prolongó pocos minutos. Más allá de lo que os había llevado a aquél lugar, lo que ahora cobraba importancia de forma unánime era la respuesta a aquél dilema. ¿cómo abandonar con vida la casa del polvo y la ceniza ahora que la salida había sido bloqueada?

Por fortuna, mientras el debate continuaba nada irrumpió en dirección a la entrada. De hecho, el ya de por si sosegado complejo ahora parecía incluso más silencioso que antes si eso era posible; una falta de ruido que a los acólitos, acostumbrados a la acción violenta y a las multitudes hacinadas, no os resultaba natural.

Hieronymus: Arcturus ¿alguna idea de la ubicación posible? ¿hay algún glifo o runa que podaís leer?

Como a los adeptos del tecnosacerdocio de marte se les ha enseñado desde hace siglos, el espíritu máquina al cargo de semejante y enorme complejo debería ser igualmente grande, probablemente en el centro del complejo, y con un incalculable apetito de energía. Aquello reducía las opciones, pero no proporcionaba una respuesta clara a la pregunta del Arbites.

- El único sacrificio serán nuestras vidas, si es preciso al servicio del Divino Emperador.

El tecnosacerdote puso los ojos en blanco un momento. Qué dramatismo, por el Omnissiah. Estaba dispuesto a cumplir la voluntad del Emperador como el que más pero... bueno, tal vez no como el que más, al parecer.

A pesar de todo, el arbites seguía pareciéndole el más dotado* de todo el equipo, y su orden de prioridades era la más sensata y ajustada a las órdenes: salir de allí con vida y los objetos para informar. No obstante, cabeceó incrédulo ante la idea de buscar el control de las puertas.

-No sé si esas puertas habrán sido movidas por un mecanismo; al menos, por su mecanismo habitual; mucho me temo que la voluntad del espíritu-máquina haya sido violentada para hacerlo, maldita sea la maligna fuerza que así ha procedido. Pero sólo lo intuyo. Buscar una salida secundaria podría ser la mejor idea, si es que no está bloqueada por el mismo campo de fuerza que la entrada principal. Coincido con nuestro adepto -señaló a Urtzi con un leve gesto de la mano- en que tal vez habría que conseguir un mapa más detallado.

Reflexionó un momento. -En todo caso, podemos intentarlo, señor Homron. El espíritu-máquina que rija este complejo debe ser grande y muy poderosa. Seguramente esté en el centro del complejo. Tal vez allí encontremos algunas soluciones.

Dicho esto, se puso a buscar un punto de conexión para poder entrar en sintonía con el espíritu que dominaba el complejo.

Isolda se apartó de Heinrich y se quedó mirando esas puertas como si pudiera ver a través de ellas con alguna capacidad otorgada por el mismísimo Emperador.

-Lo que sea, pero movámonos ya. La última vez que hubo tanto silencio en este lugar salió un ser de un espejo y nos atacó a Orionus y a mí -puntualizó, y no le gustó nada el pensar que pudiera ocurrir lo mismo- podemos intentar buscar un cogitador y que Acturus se conecte y obtenga toda la información que pueda, cualquier cosa que sepamos nos servirá de ayuda.

- Lo que sea, pero movámonos ya - dijo Isolda mientras buscaba enemigos en cada sombra, como si una criatura disforme fuera a saltar desde allí.

El arbites contempló las puertas negó con la cabeza, decartando la idea de intentar volarlas por última vez - Isolda tiene razón. Vamos. Registraremos las estancias del Administratum, allí a la derecha. Quizás encontraremos información que guardara el difunto Hiram Brand sobre el complejo. Salidas, un mapa más completo, equipo e incluso supervivientes de las fuerzas de seguridad de las PDF.

El arbites había contemplado la posibilidad de registrar las estancias privadas¹. Pero dudaba que ninguno de los asistentes hubiera dejado mucha información o equipo allí. Probablemente no encontrarían allí más que salas vacías, como la que habían ocupado los adeptos inquisitoriales.

- Formación cerrada ²- ordenó y distribuyó al equipo en la misma formación que al llegar hasta aqui desde el almacén.

Poco mas había que decir, el tiempo apremiaba, y segun fuera este pasando mas cerca de nuestro final nos encontraríamos, no dejo de mostrar una media sonrisa llena de ironía mientras escucho las ordenes de formación del viejo, estaba en su salsa, dando ordenes como si se sintiera el mismísimo Inquisidor jefe, con paso decidido me pongo a la retaguardia del grupo mientras intento darle algo de ánimos a Urtzi, no te preocupes, saldremos de esta..., lo que aun no sabíamos es cuantos...

El tropel de acólitos fue a marcha rápida por los pasillos de La casa del polvo y la ceniza. Cuando llegaron a la sala de la entrada donde estaba el gigantesco portón en movimiento cerrándose. Se apresuraron para llegar a salir por la puerta antes de que se cerrase por completo pero fue imposible, el portón se clausuro.

Los compañeros/as del asesino expresaron una seriedad y sutil desanimo por la grave situación. A Orionus le vino a la memoria las palabras de la viuda dorada:

El viajero ha fijado el rumbo y la nave no se puede detener. de trece horas disponen, trece horas hasta que su ira ahogue a todos ustedes en fuego y cenizas, sellados aquí en la tumba que ha sido preparada. un castigo apropiado para ustedes que pretendían tomar de él lo que es suyo. nunca aprenden de las lecciones del pasado, condenados a repetir los pecados de la historia. ¡pero primero van a sufrir, primero serán confesados!

No tienen más que una oportunidad y solo una para aplacar al viajero. un regalo aliviará su justa ira: darme la sangre del vástago de haarlock, que fluya para llenar este cáliz y viviréis, pero si mi taza sigue vacía los hijos del reino roerán vuestra carne y la oscuridad enterrará vuestros huesos

Mientras los compañeros/as del asesino dialogaban, el asesino entro en un autismo temporal pensando (¿el dónde ir y qué hacer?). Al salir de ese autismo en un minuto, el grupo mantuvo un incómodo silencio y tenue melancolía en el ambiente.

Se nombraron lugares a los que ir pero ninguno parecía el más optimista y como segura salida de esa residencia. Hasta que se decantaron por volver a las estancias ya que se percibía el nerviosismo de los acólitos por no moverse de ese lugar fácil de localizarlos.

Mientras iban en camino comento el asesino en voz baja "Cuando estuvimos Isolda y yo en la sala secreta, no pudimos explorarla profundamente, eso que la usaban como almacén o podía llevarnos a un pasaje que diera a una salida de este lugar".

La media sonrisa sardonica de Heinrich aflora en sus labios. Ya estaba todo el grupo al completo y hasta parecia que tenian un plan.

Ocupo su posicion en cabeza, haciendole un saludo con la cabeza a Hieronymus.

-Listo y cargado. Tu diriges.

Le dice en la confianza que ya tienen tras los infiernos que han pasado juntos. Heinrich se sabe en deuda con el veterano arbites, al fin y al cabo es su angel de la guarda designado.

Sin un objetivo claramente definido en el horizonte, los acólitos optaron por seguir las órdenes de Hieronymus hacia los pasillos laterales más cercanos, en dirección a los alojamientos de los adeptos del Administratum. Los pasillos se encontraban igual de vacíos y silenciosos que la entrada principal y todas las puertas que encontrásteis estaban abiertas de par en par.

La inmensa mayoría de aquellas habitaciones se encontraba en un absoluto desorden y caos. Los muebles yacían volcados y rotos, cajones arrojados por el suelo, pergaminos desperdigados, rotos y manchados con el contenido de tinteros volcados, placas de datos pisoteadas e incontables formas más de destrucción. En las habitaciones privadas las camas estaban volcadas y las mantas y colchas rasgadas. Era como si por allí hubiera pasado una estampida, derribando concienzudamente todo aquello que había encontrado a su paso.

Urtzi se revolvió aún más inquieto que antes entre sus túnicas, tal vez afectado por una repentina familiaridad con los otros miembros del adeptus administratum, aunque no mencionó nada sobre aquello. Era evidente que el estado de aquellas habitaciones no auguraba nada bueno.

- Probablemente estaban todos en los jardines de la subasta desde que encontraron el retrato destruido. - se atrevió a señalar - Quien sabe si las habitaciones no se encontrarían en este estado ya antes de que la viuda hiciera su sombría declaración profética -

Acturus se vio descorazonado por el estado en que se encontraban la sede del Administratum. Se limitó a mover unos cuantos objetos con el pie y a mirar con lástima algunas placas de datos. Miró a los demás acólitos, con la esperanza de que alguno localizase alguna información valiosa. Se entretuvo lanzando una corta oración para que el servocráneo se mantuviera vigilante a la entrada de aquellas instalaciones.
 

Heinirich cubre su sector de la habitacion con la escopeta, sabiendo que justo tras el entraria Hieronymus cubriendo el suyo, no es la primera, ni sera la utlima vez, que aslaten una habitacion juntos.

Todo a su alrededor parece desordenado, compartiendo el caos que se estaba dando en el salon de subastas, nada que un buen lanzallamas no pudiera solucionar.

Pero no estaban ahi para limpiar, habia que buscar una forma de salir de esa encerrona y, puesto que la idea de darle al mecanismo de cierre que era la viuda dorada lo que pedia se habia descartado, pues tendrian que encontrar otra forma, igual habia algo en la habitacion del administratum, o al menos asi les habia aconsejado el experto en mecanismos del grupo de empezar la investigacion.

las granadas seguro que habian causado un gran impacto en las filas de los dolientes, pero con lo grande que era la casa del polvo y la ceniza y sin haberla explorado. Su numero era desconocido para Heinrich y era algo que tenia en su bandeja de cosas por hacer.