Partida Rol por web

Morzog llega con su caballo y lo detiene junto a los demás.

Somos el circo ambulante. - Piensa para si.

Venimos de la única ciudad civilizada de por aquí, El don de Hextor. Estamos a las ordenes del capitán de la guardia Khaled Al-Ryne ... dime soldado, ¿Quien eres tu y que haces tan lejos de la ciudad? - Su voz suena ligeramente imponente y despectiva por igual.

Uno de los soldados te reconoce sin mayor problema y rápidamente baja su ballesta

- Perdonad, ciudadanos - dice con una sonrisa intentando calmar los ánimos- No esperábamos encontrar otra patrulla de la ciudad en estas tierras salvajes. Somos una expedición de reconocimiento y castigo, y volvemos a casa después de atacar una aldea de indignos. Veo que como nosotros estais en misión para nuestro glorioso imperio. Acompañadnos a nuestro campamento y compartid con nosotros vino y noticias

Saludo a los soldados con un ligero gesto...

*Eso explica los gritos. Alguna indigna. Bah...

-Estaremos complacidos de compartir con vosotros... +le digo al soldado, acariciando mi simbolo sagrado distraidamente+ pero solo unos momentos, tenemos asuntos que atender y el viaje es largo. Ha sido fructifera vuestra mision?

Eso explica que los animales salvajes estuvieran desaparecidos. Con una expedición militar por aquí, no tenemos posibilidad alguna de cazar, Girac, comenta Xiaoyan con aire ausente.

Briareos, me intriga que Al-Ryne no nos dijera que había tropas propias por aquí. Soldado, pregunta sin mirarle a la cara, como es su costumbre, ¿habéis visto o encontrado grandes trasgos en algún momento de vuestra misión?

- No, señora. - te responde el soldado.

- Lo explica Xiaoyan... lo explica muy bien.

Comento en un tono excesivamente serio. El capitán tenía mucha prisa porque emprendiéramos la misión ¿quizás temiera que alguien se le adelantara? Si eso es así, significa que nos vamos a meter en una ratonera de la que saldremos con otro patrón o no saldremos.
Decido fijarme más en los guardias por si acaso disponen de alguna señal que indiquen a quién deben lealtad.

Quizás me esté volviendo paranoico.

Los guardias parecen venir de una misión de un par de semanas, lo que es congruente con lo que os cuentan. Llevan la armadura algo desgastada. Uno de ellos tiene el brazo izquierdo vendado, y las armas están algo melladas.

No tienen señal de servicio a ninguna casa noble o templo particular

Me yergo en la silla cuando veo a los guardas. Relajo mi pose para no llamar la atencion. Consciente de mi reputacion entre la guardia. Procuro no llamar la atención mientras seguimos a los hombres a su campamento.

Acompañais a los guardias al campamento. De un solo vistazo comprendeis que vienen del norte lo que no parece casar con que no hayan visto gran trasgos, pero sin duda son nigerthianos y regresan a nigerthia. Los caballos están atados a varios árboles, y también atados, pero con cadenas, hay cinco prisioneros (futuros esclavos) dos de ellos varones bastante heridos, dos niños y una mujer algo madura pero aun de buen ver. Todos los esclavos, como suele ser habitual, han sido desnudados. También hay un carro con diversos bienes, aunque no son demasiados, ni parecen demasido valiosos. De los diez que deberían formar el grupo quedan siete. Además de los dos guardias que os acompañan hay otros dos de pie en aptitud de vigilar, uno está tendido en el suelo sobre un jergón, bastante herido, aunque consciente. Y los otros dos están algo alejados, divirtiéndose con una adolescente indigna a la que están violando al lado de un árbol.

Uno de los que están de pie es el que parece dirigir el grupo y se acerca a vosotros

- Saludos, hermanos de nigerthia. Permitidnos ofreceros nuestra hospitalidad

Morzog murmura para si.

Nunca lo entenderé, los llaman indignos pero aun así, se acuestan con ellos ... es como ir a la cama con un cerdo o una vaca ... una debilidad bien marcada de la que tarde o temprano sus enemigos se aprovecharan. - Suspira con resignación.

Acaricio al caballo para tranquilizarlo, los gritos han debido de ponerlo nervioso y no para quieto.

- Tres bajas y una cuarta en camino. Menuda misión de castigo.

Comento para mis compañeros valorando la situación, aunque soy consciente de que el comentario no debe de sentar muy bien al lider de la patrulla.

Observo la escena, asintiendo despacio para mi.

-Saludos, compatriota, que la ira de Hextor descienda sobre tus enemigos.... +contesto, mientras desmonto+ Veo que vuestra mision ha sido algo dura y algunos de tus compañeros han sufrido las consecuencias...  Si estan dispuesto a compartir noticias del norte donde vienen, tan cordialmente como vuestro vino, podria hacer uso de mis dones para aliviar sus heridas.

Digo todo esto con simple amabilidad, indicando al soldado tendido, mientras mi mirada vaga por el campamento.

Umm, lo de detectar al infiel de Bri que detecta? Que Morzog no es que sea un creyente de Hextor ... bueno, solo lo es de palabra para que no le molsten los ciudadanos.

- Hextor os bendiga, sacerdote, pues verdaderamente venís en buen momento. Por supuesto compartiremos nuestras noticias con vosotros. - responde el soldado que lleva el mando tras soltar una risotada y acto seguido se acerca al guardia herido- ¿Ves Azim?, ya te dije que llegarías a la ciudad con nosotros. Aun podrás divertirte con la puta un rato, ya lo verás - luego vuelve a centrar en vosotros su atención- Curadlo y os prometo en nombre de nuestros dioses que os contaré lo que necesiteis saber lo qu sepamos sobre las tierras donde hemos estado

Tanta alegria es bastante sorpresiva, pero al menos son de la fe... Me aproximo al herido, examinando su herida atentamente, para ver con que arma fue hecha. Luego apoyo mis manos en la herida y murmuro en voz baja

-Supremo señor, restaura las fuerzas de tu soldado...

Me mantengo bien cerca de Briareos. sé que son nuestras tropas pero nunca se sabe...