Partida Rol por web

Ravic se abalanzó sobre el sarcófago animado que se había tragado a Alí. Comenzaba a odiar cada centímetros cuadrado de aquella tumba, pero no se doblegaría ante los peligros de aquella tumba. Descargó un golpe al fondo, pero este rebotó en el grueso sarcófago sin provocar aparentes daños.

Nuevamente, aquella maldita tumba, los volvía a poner a prueba.

La situación era desesperante. El esfuerzo combinado de todos los compañeros no había logrado hacer mella en el extraño sarcófago.
Tal era la irritación que Ibrahïm sentía, que Abbas se vio afectado por el estado de ánimo de su compañero.
Trató de recular, asustado y sin saber muy bien qué pasaba.
Pero al fin, la ferocidad que anidaba en su interior se impuso y corrió con agilidad dando un ligero rodeo.
De un salto, salvó la altura que le separaba de su objetivo y, tomando impulso, arremetió con un potente cabezazo.
Se escuchó un fuerte topetazo, pero ni la increíble fuerza del golpe logró dañar al oponente.

Los Leones de Wati acudieron raudos al rescate del desafortunado Ali. Todo le pasaba a él. En su anterior visita un montón de arena casi acaba con su vida y en aquellos momentos se encontraba en el interior de un sarcófago animado que se lo había tragado. El cierre hermético no permitía el paso del aire. Si no salía pronto corría el riesgo de asfixiarse.

Las prisas por ayudar restó precisión a los ataques de los Leones de Wati. Por contra, el dorado ataúd hizo un giro repentino que provocó que Abbas recibiera un sonoro topetazo.

Ravic tuvo la idea clara. Era peligrosa, pero había que arriesgarse porque el tiempo jugaba en su contra. Se desplazó, casi a ciegas, intentando que las embestidas del demoníaco sarcófago no lo apresaran a él también. Tenía que ponerse diametralmente opuesto a Awib, para hacer que la atención del sarcófago se dividiese, y así, poder encontrar un hueco en sus defensas.

Ravic inició un movimiento para encontrar una mejor posición de combate. El sarcófago reaccionó bruscamente con otro giro repetino y golpeó las rodillas del explorador.

Tras esto la espada corta penetró en la chapa y después en la madera del objeto animado....

La muchacha se movió con rapidez para buscar una mejor posición de ataque, pero nada le salía bien.

Su amigo moriría por su culpa...

Awib reanudó su ataque pero era inútil, su martillo no lograba resquebrajar el material del sarcófago. 

A Ibrahïm se le heló la sangre cuando vio que Abbas recibía un sonoro golpe.
Respiró aliviado al comprobar que el chivo aún permanecía en pie.
- ¡Abbas, sal de ahí, ya!

El joven había identificado a aquel ser como un constructo, muy comunes (como ya habían podido comprobar) en los antiguos hipogeos.
Una vez dada la orden al caprino, canalizó todo el odio que sentía hacia aquel objeto antinaturalmente dotado de vida y lo transformó en una brillante saeta ardiente que cruzó el aire para estrellarse sobre su pulida superficie.

Abbas retrocedió cuando el monstruoso mueble se le vino encima. El golpe fue muy violento, pero se las apañó para mantener el equilibrio.
En ese momento, le llegó la voz cargada de preocupación del joven mago y el chivo obedeció al punto.

Alí notaba como desde fuera sus compañeros golpeaban sin cesar a aquel cubículo que lo mantenía aprisionado, nada parecía dañarle. Volvió a intentar a la desesperada clavar una y otra vez su daga en aquella superficie dura, pero apenas conseguía hacerle rasguños... el aire empezaba a escasear y nada parecía poder sacarle de aquella trampa mortal. Si aquel era su destino lo aceptaría, pero no sin pelear.

Cual peonza el sarcófago dio un giro sobre uno de sus vértices saliendo de la posición en la que le acosaban varios Leones de Wati. En el movimiento un brusco golpe impactó en el cuerpo de Ravic...

Dentro, Ali empezó a notar la falta de aire.... Dentro de poco tendría que empezar a aguantar la respiración....

La situación era crítica. Las manos de Nylwa temblaban por el mismo pánico que sentía. La responsabilidad de no marrar más ataques, hacían mella en la mente de la chiquilla que intentaba infructuosamente sobreponerse a lo que allí estaba sucediendo... Quizás Awib tuviera razón... Tal vez fuera sólo una cría inocente y pánfila que desconocía las penurias de la vida real. Durante años, había vivido en el Templo del Sol Eterno, junto a Mikhai y Neb-Sheni. Ellos habían sido como sus padres y la niña jamás se había preocupado de otra cosa que no fuera jugar o disfrutar de historias. Pero ahora, allí, todos esos recuerdos felices de paz y amor, se desvanecían frente a una aberración encarnada en el maldito y grotesco sarcófago que tenían delante...

- ¡¡Jamás vencerás montón de madera!!- increpó la muchacha con lágrimas puras en sus ojos - ¡¡SUELTA A MI AMIGO ALÍ!!- y tras gritar con una fuerza desmedida, surgida de lo más hondo de su ser, lanzó una punzada con su guja que se hundió en el sarcófago...

Por primera vez había dicho el nombre del mercader de forma correcta. 

Comenzaba a notar como poco a poco el aire se enrarecía, como comenzaba a escasear y como la cabeza empezaba a hacer estragos... no veía la posibilidad de lograr escapar de ahí, la muerte le rondaba y sus compañeros no atinaban a auxiliarle.

Pero entonces pasó, un grito proveniente de la joven Nylwa en el que por fin nombraba su nombre correctamente precedió a un impacto que sacudió al monstruo y arrojó algo de esperanza para el mercader, esperanzas que motivaron de nuevo las ganas de salir con vida de ésa situación. Agarró con ambas manos su daga y hendió lo más fuerte que pudo su hoja contra la pared de donde creyó que había impactado la guja de la niña mujer.

El combate continuaba. Ahora, sin embargo, parecía que el esfuerzo estaba dando resultados.
Se movió para tener una mejor perspectiva de la batalla; cuando hubo ocupado una posición más propicia, acudió a su memoria un detalle importante sobre estas criaturas.
- ¡Escuchad! - dijo, a voz en grito - Es especialmente sensible al frío.

En ese momento, la escarcha que se acumulaba en sus miembros en las noches más frías, acudió de nuevo a sus mientes y transformó ese hielo en un brillante proyectil que, pese a su enorme empeño, fue a impactar sobre una de las columnas.

- ¡Sed inclementes! Posee una resistencia fuera de lo común.

Ravic se vio de nuevo sorprendido por un ataque del sarcófago animado. ¿Cómo podía adelantarse a sus movimientos estando tan bien pertrechado? ¿Acaso su habilidad estaba fuera de sus posibilidades? Ravic empezaba a dudar de estas, o de que la endemoniada cripta les leyera el pensamiento de alguna forma.

Igualmente no podían desfallecer. Lanzó un envite a fondo. Pero como intentando corroborar sus pensamientos, el sarcófago se movió lo justo como para que su golpe no surgiera efecto. ¿Realmente les estaba leyendo el pensamiento aquella maldita tumba?, fue el pensamiento oscuro que se implantó en su mente.

Awib volvió a fallar su golpe, la frustración empezó a hacer mella en ella pero su ferrea disciplina en combate la mantuvo concentrada. 

Los Leones de Wati parecían reaccionar a la sorpresa inicial y consiguieron impactar alguna vez en el ataúd... Pero había sido construido a conciencia y no sería fácil acabar con él... Y seguía dando tumbos intentando dañar a Ravic, aunque aquella vez no tuvo éxito.

Mientras tanto el último de los Lisimba percibió que ya no podía seguir respirando, cogió una gran bocanada antes de cerrar la boca y rezar a todos los dioses para que sus compañeros pudieran ayudarle a salir de aquella mortaja.

Ravic desechó sus surrealistas ideas y se concentró nuevamente en el objetivo. Esta vez vio venir el golpe y lo bloqueó con el escudo, resistiendo el empuje del malvado ser.

Una vez detenido, y al más puro estilo de legión romana, descargó un golpe directo con la espada corta. Ravic notó como impactaba, pero algo le decía que la criatura había resistido mejor el golpe de lo que aparentaba. El combate seguía presentando un oscuro desenlace ...

La disciplina en combate de la paladina enana le hizo mantener la calma durante el díficil combate con el sarcófago que parecía estar a punto de asfixiar a Ali, que iba de desgracia en desgracia en aquella peligrosa necropolis osiriana. Esta vez el martillo de runas de Awib impactó con un sonoro golpe sobre el sarcofago produciendo un ruido similar al de una campana de un templo. Pero aquel material era demasiado duro, incluso para el metal enano, y apenas deformo su superfície.