Partida Rol por web

La Constelación de Arena

Cultura Orca - Escena Primera

Cargando editor
16/04/2013, 12:15
Chaedri Hojaverde

La mujer elfa se esforzaba por controlar su manada espiritual. Los ataques fueron constantes y debilitaron a su enemigo hasta el punto de derribarlo. En un esfuerzo musitó unas palabras y su contacto telepático se mantuvo. Ahora estaba tumbado tratando de esquivar el ataque de los lobos y la del furioso dracónido.

- Tiradas (2)

Motivo: poder Manada de Lobos

Tirada: 1d20

Resultado: 7(+4)=11

Motivo: Posible Daño

Tirada: 1d6

Resultado: 4(+4)=8

Notas de juego

Estándar: Lobo espiritual ataca (+4 SAB vs Ref)
Movimiento: Me acerco lo que pueda.

Pregunta: ¿quiénes están adyacente a Golash?

Cargando editor
17/04/2013, 00:34
Director

 

Solo dos movimientos más fueron necesarios, ambos dracónidos dieron dos golpes continuos, casi simultáneos, que finalizaron el combate. La lluvia de escarcha de Rhasgar cubrió a Vas'ir Golash de blancas partículas de hielo que quemaban su piel expuesta, y aquella cubierta por el metal sufría más aún los efectos del frío maximizados por el mismo. Del otro lado un diestro  tajo de la cimitarra de Heskan dejó a la vista una gran parte del tórax del enemigo, y haciendo acopio de todas sus fuerzas el dracónido lanzó una acertada estocada que hundió el arma hasta la empuñadura, más de la mitad de la misma saliendo por la espalda de Golash.

El viento que le cubría se calmó poco a poco, como si hubiera sido provocado de forma natural.  La espada - que había desaparecido al fundirse con Golash - apareció en la mano de este, quebrada e inservible, y cayó al suelo. Heskan retiró la cimitarra y Golash cayó de rodillas. El impacto pareció hacer saltar varias esquirlas de su armadura, solo que no eran sólidas, sino más bien gotas de metal. Aún de rodillas, la armadura que había cubierto el cuerpo del hombre-rata se licuó, cayendo a chorros por su cuerpo como si de mercurio se tratase, formando un estanque a sus pies. Finalmente la muerte le alcanzó y cayó de lado, haciendo salpicar el charco de metal.

Las gotas se elevaron en el aire pero jamás volvieron al suelo. Sus hermanas que habían formado el charco se elevaron junto a ellas y empezaron a dar vueltas y vueltas sobre un punto en el aire, cada vez más rápido, cada vez más de ellas, hasta que formaron una esfera de metal que giraba y giraba sobre sí misma, reflejando a los allí presentes y la sala de forma retorcida y salvaje.

 

No hubo tiempo para plantearse si aquello era algo bueno o malo. El primer relámpago emergió de la esfera sin previo aviso e impactó en Goinar, convirtiéndolo al instante en una extraña figura de metal líquido que se descompuso en millares de gotitas, prestas a unirse a la esfera central.

Mientras el resto del grupo se intentaba alejar a toda prisa de aquel fenómeno, varios relámpagos emergieron de la esfera hacia todas direcciones, convirtiendo todo en metal que era absorbido con rapidez, haciendo crecer la esfera en tamaño, velocidad, y ferocidad. Heskan fue segundo, seguido de Rhasgar y Chaedri. Dalrien y Jullian tuvieron suerte de no caer durante los primeros instantes. Intentaron apartar la estantería para huir del lugar, pero Dalrien fue alcanzado justo cuando empezaban a empujar. Jullian vio la ya enorme esfera de metal, absorbiendo los restos del elfo,  lanzando relámpagos por doquier, y esperó su turno. No tuvo que esperar demasiado.