Partida Rol por web

Cuando estemos cerca, pero antes de que el lobo invernal nos detecte, echamos un vistazo para ver si Drogner está en perfectas condiciones.

Si no estubieras solo no te hubieras molestado ni en hablar con nosotros.

Solo intento pasar el rato.

- Parece que tus amigos se retrasan.....¿qué prefieres que te arranque primero?

Tanta hambre tienes, tan pronto quieres acabar con nuestra conversación tan amena.

Esta herido?

Si lo esta le digo lo siguiente, para usar magia imnata, curar heridas lijeras.

Tengo la capacidad de sanar, no se si te curare completamente pero te aliviare algo el dolor, solo si no me atacas.

Pues nos acercamos y echamos el vistazo.

Deshacéis el camino de vuelta a la gruta y desde la distancia intentáis percibir la situación que os espera. Escucháis al lobo y a Drogner hablar sobre qué parte se va a comer primero.

Vamos preparados para cualquier incidente y nos acercamos.

Le digo al lobo. Te traemos la comida, así que deja libre a nuestro compañero.

El lobo invernal se vuelve como si acabarais de fastidiarle una caza o un discurso.

- Bueno, pues aquí está vuestro amigo vivito y coleando.

 Horan está receloso nate la presencia de la bestia y la reputación que la precede. Mantiene el hacha firmemente sujeta.

 - Aquí tienes la comida, este era el trato, bestia.

 Horan se fija en las heridas que tiene la bestia, son graves, de que índole son, flechas, lanzas o tajos, o golpes o zarpazos...?

- Ya era hora de que llegarais, no me gustaba la clase de cocina que me quería dar

Más vale tarde que nunca.

Dunk se adelanta y apunta con su hacha al lobo invernal.

- Todo esto acaba aquí. Nosotros cogemos nuestras cosas y nos vamos....pero si decides seguirnos nos ocuparemos de ti.

Un pequeño cosquilleo os recorre la nuca al pensar en tener que enfrentaros a tan majestuosa criatura.

Sigo atento ante cualquier incidencia.

Pues si no hay más que hablar seguiremos nuestro camino.

- Por mí podemos irnos, dice mientras recoge sus cosas.

El lobo se acerca a la comida que ha dejado Dunkin en el suelo olfateando el aroma a sangre fresca.

- Tranquilo, aunque no lo creas cumplo mi palabra- contesta al enano enseñando los dientes.