Partida Rol por web

Finn dispara otras dos flechas, sin descanso, su cara no demuestra ninguna emoción.

Las certeras flechas de Finn matan a uno de los kobold y dejan malherido a otro.
Edgrin mira su patética daga dudando si entrar al combate. Si tuviera al menos mi vieja ballesta...

Soker se mueve mientras desenvaina su espada corta e intenta apuñalarla al kobold que está en la zona del caldero que está pendiente de Tekdur.

Soker falla su ataque.
El kobold de color negro alza de nuevo su cadena dentada apoyado por sus compañeros del caldero. Sin embargo no tiene demasiada suerte.
Los otros kobolds siguen hostigando a Tekdur.

Tekdur trata de golpear al kobold de la cadena con tan mala suerte que casi se lleva por delante a Geon

Rumuk avanza blandiendo su espada larga, pero golpea con fuerza al pozo.

-Malditos monstruos escurridizos. Me colgaré tu cabeza del cinturón.- dice el enano mientras deja descender su hacha sobre el infortunado kobold de la cadena armada.

Finn entra por fin en la sala, buscando un mejor ángulo de tiro. desgraciadamente, los kobolds son muy ágiles para él.

El hachazo de Geon se clava en la cadera del kobold que grita de dolor.
¡Maldito barbas! Eso duele.
La flecha de Finn no tiene tanta suerte.

Soker trata de golpear a la criatura con su espada corta pero el arma choca contra el caldero. El varisiano piensa durante un segundo y retrocede.

¿Que demonios está pasando? dice Kimi mientras se aproxima al campo de batalla.

No te acerques, pequeña.- Dice Finn, con voz firme pero tranquila.- Estamos despejando el terreno.

Los kobolds del caldero comienzan a pinchar a Tekdur que se gira para golpearles.
En ese momento el kobold negro araña la cara del enano con su cadena dentada. La herida palpita mientras el barbaro enano se siente debilitar.
El bárbaro siente que no puede soportar muchos más golpes...
Los kobolds se ponen a reir y no consiguen fustigar a Tekdur esta vez.

Tekdur suelta un grito de dolor y se tambalea, con el semblante pálido musita

- Geon o Rumuk, déjadme salir, no creo que aguante mucho más aquí.

-Tu problema era yo, maldito; no él.- dice Geon, mientras suelta una patada que sujeta al escurridizo kobold de la cadena contra la pared.

Tras sujetarlo, no tuvo ningún inonveniente en cercenarle la cabeza con el hacha. Envalentonado con la sangría, lanzó con gran precisión el hacha de mano contra el kobold que acosaba a Tekdur, clavándosela en el pecho:

-Ahora vas tú.- anunció al otro kobold, acercándose por un costado de Rumuk, con los ojos inyectados en sangre y la barba llena de ella.