Partida Rol por web

Miras la habitación en la que estaba el charco gris, es una habitación que se encuentra completamente vacía

Encogiéndome de hombros, me alejo de la sala y sigo por el pasillo que se dirige al sur

Vas a la sala que hay al sur puedes ver un pozo que se encuentra en el lado sur de la habitación, y una cadena de hierro cuelga del techo en el lado sur. El frio empieza a hacerte cada vez más daño, comienzas a tiritar, vas hacia el pasillo paralelo al que has venido, pero no ves nada fuera de lo normal

Muerto de frío y con una tiritona cada vez más evidente, me acerco a la cadena, mirando hacia arriba para intentar saber qué hace ahí.

Miras la cadena, al parecer antaño servía para sacar o meter algo en el pozo, ahora simplemente está abandonada y congelada

Negando con la cabeza ante la estupidez de quedarme ahí, embobado, me puse nuevamente en camino, dirigiéndome por la salida del sur, la más cercana que tenía y que parecía que giraba al oeste.

Seguía negando con la cabeza, pues había oído que la congelación llegaba sin apenas enterarte. Te entraba cansancio, luego sueño y, si caías dormido, nunca despertabas.

Entras en la siguiente habitación para ver un círculo de piedras altas se encuentra en el lado sur de la habitación, y varias piezas de papel rasgado están dispersas por toda la habitación

A pesar del frío, y sin saber muy bien qué tendría que buscar o qué forma tiene la salida, pudiendo ser perfectamente un portal, me acerco a las piedras, para observarlas. De paso, miro los papeles, para ver si hay algo escrito.

Recoges los papeles del suelo, todos están rasgados pero aún así puedes llegar a leer las locuras de alguien que pasó demasiado tiempo allí, entre otras cosas puedes leer: "Hace frío" "Este lugar está maldito" "Voy a morir aquí" "Todos moriremos". Colocado en el círculo de piedras hay púas que un buen artesano mecánico puede implementar en una armadura

Niego con la cabeza ante la idea que se había cruzado por la cabeza. No era buena, como todas las mías, pero ¿qué otra cosa podría hacer? ya lo decían todos los del distrito, que habilidades tenía, pero cabezón como una mula.

Recogí los papeles, no sabía bien por qué, pero los recogí, y me acerqué a las púas. Las toqué levemente, comprobando que no estuvieran demasiado heladas para congelarme las manos al agarrarlas y las guardé en la mochila.

Acto seguido, continúa hasta la que parece la última habitación, echando un vistazo hacia atrás, comprobando que no me seguía nadie.

Coges las púas, no están congeladas, sí algo frías, pero no congeladas, lo que te hace pensar que no llevan ahí mucho tiempo. Vas hasta la última habitación para encontrar que está vacía, solo con un hoyo en el suelo sin nada en su interior

Todo se vuelve negro, el lugar se desvanece y apareces en un nuevo lugar, en uno donde el frío te hace daño. Miras a tu alrededor, aunque hace muchísimo frío no hay rastro de la plaga de arañas, y miras hacia las salidas, son arcos sin puertas, no tendrías que volver a correr de puerta en puerta. Un gran horno y un depósito de carbón se encuentran en el centro de la habitación

Estás a punto de golpear a las rata cuando todo se vuelve negro, el lugar se desvanece y apareces en un lugar que ya conoces, en una habitación que ya conoces, has vuelto al mismo nivel del que te marchaste, y estás en las mismas condiciones, no has matado a Lidar

Parecía que la sala de las ratas había colapsado de las primeras, o tal vez todo el nivel. Y lo peor, ni siquiera me habían llevado a la arena, dónde podía acabar con mi objetivo. Había estado dando vueltas sin ningún sentido, pidiendo favores al mismo patrocinador por cuya culpa había estado en esa situación, y todo para volver allí, pero ahora con ventaja para los demás. Tsk.

Conocía la sala dónde estaba, ya había pasado por ese lugar. Si su percepción no estaba muy equivocada, ya había recorrido todas las habitaciones al sur de esa posición, así como la más inmediata al este y la que estaba por encima de esa, dónde había aparecido la primera vez y enfrentado al troll, o sus restos al menos.

La siguiente sala al norte era dónde había escuchado ruidos de combate en su anterior visita, y la única vía con sentido. Si no había encontrado la salida antes, más que por el transporte de Sudrak, no lo iba a encontrar ahora. Al no ser que los que allí mandaban hubieran metido la mano otra vez, claro. Como fuera, era más probable que no simplemente no la hubiera encontrado y tuviera que seguir investigando.

Confiado en que podría avanzar rápidamente, fue por el camino escogido, pértiga por delante, y atravesó el arco hacia el siguiente cuarto y aquello que le esperara.