Partida Rol por web

Esquivó la mayoría de las esquirlas heladas, afiladas como dagas, y aprovechó el momento para moverse junto al duendecillo, fintando para evitar ataques, y se acercó hasta Lídar, al cual atacó directamente antes de que pudiera escapar de allí. O peor, que hiciera el primer movimiento contra él.

Lanzó una patada, que pareció seguida por una sombra, hacia el estómago del otro Tributo, buscando terminar con un enemigo antes de que hubiera posibles represalias.

Lidar esquivó el aliento del duendecillo, buscaba algo en la sala que pudiera servirle de ayuda ya que se encontraba gravemente herido, ve como Vincent rueda alrededor del enemigo, parece que va a atacarlo pero termina atacando a Lidar, lo golpea con tanta fuerza que el malherido Lidar nada puede hacer, antes de que su cuerpo caiga a la blanca nieve ha muerto. Lidar uno de los pocos tributos que quedaba con vida acababa de morir, cada vez eran menos. Vincent podía sentirse orgulloso, acababa de reforzar el favor de Glith

El duendecillo de hielo no satisfecho con su ataque, vuelve a lanzar su aliento contra Vincent

Una vez más prácticamente se dobló sobre si mismo, retorciéndose para esquivar la helada exhalación, cortante como esquirlas congeladas. No logró evitar un pequeño corte, pero había evitado la mayor parte del daño, y tenía la oportunidad de devolver el golpe.

Intentando ignorar el dolor, lanzó una doble patada contra el mephit, pero la pierna no le sostuvo correctamente y apenas logró siquiera rozar al esquivo duendecillo. 

Vincent se había confiado al matar a otro tributo y sus ataques en esta ocasión no habían sido tan certeros como en otras, el duendecillo parece saber sus limitaciones y se dedica a lanzar aliento en forma de escarcha sobre Vincent esperando ralentizarlo de este modo

Volvió a esquivar el gélido aliento con relativa facilidad, aunque sabía que aquello no podía durar eternamente. Cada barrido le debilitaba un poco —era prácticamente imposible evitar la escarcha por completo— y tarde o temprano no sería lo suficientemente rápido. El mephit estaba siendo un enemigo esquivo y peligroso, pero no se daba por vencido, y otra vez atacó.

Parecía que la buena suerte te hubiese abandonado con la muerte de Lidar, aunque conseguías esquivar el ataque del duendecillo de hielo, no eras capaz de acabar con él. Una vez más el duendecillo uso su aliento, parecía no cesar en querer congelarte para así tener alguna oportunidad de golpearte.

De repente ves que el escenario cambia, te han vuelto a llevar del lugar, y es en ese momento en el que ves que hay luces, parece un quirofano, alguien musita unas palabras y te duermes, cuando despiertas estás en tu habitación. Te duele la cara, vas al espejo que hay allí y ves que donde antes estaba tu ojo ahora hay una gema carmesí en forma de ojo, aunque tu visión se ha vuelto algo roja, ves que no has perdido la visión, puedes ver a través de ese ojo carmesí

Ahora podrás lanzar fuego por ese ojo, una vez al día crearas una bola de fuego. Sudrak

Una vez más tuvo que esquivar el frío aliento del mephit, que sin embargo volvió a herirle. Estaba a punto de responder cuando, de repente, todo se volvió difuso, luego una luz brillante y, después...

Villtur y tú entrais a la vez en el transportador, pero cuando apareces en la habitación estás sola, apareces en un lugar en el que hace mucho frio, está todo nevado y el frío es extremo que quema tu piel, quizás sea una broma de los patrocinadores, pero apareces en el fondo de un pozo.

Los patrocinadores parecen haberse cansado de tu vagancia y te lanzan directamente al dungeons, al aparecer en el lugar sientes el frio extremo que habías sentido anteriormente.

Apareces en una habitación que ya conoces, pero en esta ocasión sin enemigos, el gran esqueleto que había allí ya no estaba

Anazareth y tú entrais al mismo tiempo, pero cuando apareces en una habitación lo haces solo, no hay rastro de la drow por ninguna parte. La habitación en la que te encuentras está repleta de nieve, sientes como el frío cala tus huesos quemandote por dentro.

En la habitación hay tres salidas, dos a la derecha, una da hacia una habitación y la otra hacia un pasillo, la que da a la habitación te percatas de que tiene un gran esqueleto en su interior. Hay otra salida a la izquierda que da a una habitación

Después de todo lo que haces en el Capitolio vuelves a la mazmorra, es la misma en la que has estado anteriormente, la que está inundada por la nieve, apareces en una habitación que no has visto anteriormente, está vacía, de objetos, porque no te encuentras solo, un gran esqueleto está en la misma habitación que tú

    Frío, Villtur rara vez había tenido que enfrentarse a la nieve pero igualmente no era algo que le fuese del todo extraño, se sacudió la espalda y se preparó para a lo que fuese que le tocara enfrentarse a partir de ahora. La drow no estaba junto a él y sabía que su nombre estaba ahora marcado por lo que debería de extremar el cuidado. Miró a su alrededor hasta ubicar cada una de las salidas para tomar su decisión con respecto a cual sería su próximo paso.

    Se orientó hacia la derecha y comenzó a caminar con cautela hacia el pasillo a sabiendas de que otros de los tributos ya se encontraban allí.

El nivel de la mazmorra debía ser el mismo, pero no la habitación, lo que significaba que había avanzado más allá del mephit de hielo. Por supuesto, como era de esperar, no estaba solo, y su enemigo volvía a ser otro esqueleto de gran tamaño. Otro saco de huesos al que convertir en polvo.

Las habilidades que había adquirido no eran demasiado útiles contra ese enemigo, pero se sentía más fuerte que nunca, y estaba dispuesto a ponerse a prueba al límite de sus capacidades si era necesario. Esa criatura no iba a ser mas que la primera piedra en el camino.

Liberó el poder contenido en su interior, haciendo que su cuerpo fuera cubierto momentáneamente por un fuego abrasador, y atacó con todo, a fondo.

De repente, todo había desaparecido, como por arte de magia. En un momento estaba en el pasillo, alzando al cabeza para ver cómo ese Vincent seguía progresando y, de repente, me encontraba otra vez en ese puto sitio de mierda, con este frio de cojones y sin poder haber ido a vender y comprar una mierda. Lo cierto es que estaba un poco harto de todo esto y casi hubiera agradecido que me hubieran dejado morir, quizás así, el sufrimiento acabaría de una vez.

Mirando a mi alrededor, vi la habitación donde combatí al esqueleto, pero ya no estaba. No sabía quién habría acabado con él, quizás el propio Vincent, pues había liquidado a ese cobarde de Lid...Lidion..Lidiar, o como cojones se llamara. Ya no importaba. La cuestión es que, quizás, hubiera algo allí de valor que pudiera coger antes de seguir buscando la salida.

Por mucho que me jodiera, tenía que volver  encontrar el favor de esos putos patrocinadores. Intenté recordar lo que querían

El Patrocinador 1 quiere que Villtur muera, cosa que estaba fuera de mi alcance, pues estaba en el capitolio la última vez que le ví. y El Patrocinador 4 y 5 querían un traje de lastre y una armadura de mente esquiva, casi nada. Eso y nada era lo mismo en esta caverna helado. Con resignación, busqué antes de continuar mi camino.

-¡Fría pasión de Lolth! -exclamó en agonía por el frío- ¿Cómo saldré de aquí?

Te adentras en el pasillo no ves ni oyes a otros, cuando llegas al cruce del pasillo puedes ver la habilitación donde está el gran esqueleto parece herido, es de gran tamaño y no puede salir de la habitación, hacia abajo prosigue el pasillo hacia lo desconocido

Igual que había aparecido el enemigo desapareció, sus huesos hecho papillas, calcinados y convertidos en polvos después de tan brutal ataque con el que no había tenido tiempo ni de defenderse

Miras en la habitación y no encuentras nada, así que te diriges hacia el sur para ver una habitación vacía, con los restos de lo que en un momento fue un esqueleto, ahora está inmovil y machadado, cerca puedes ver una lanza de caballería pesada, ¿quien pondría una lanza de caballeria en un lugar donde no hay caballos? Seguramente sería una broma cruel de los patrocinadores