Partida Rol por web

Me adentré en aquel local con la cabeza gacha, ocultando mi pálido rostro bajo las sombras de la capucha. No deseaba soliviantar a los estúpidos y supersticiosos ignorantes del lugar, que creyeran ver en mí el enemigo de sus pesadillas sólo con mi aspecto. Podía bien serlo si me daban motivos para ello, pero no era mi deseo en aquellos momentos. No había motivos.

Me desvié del andar de mis compañeros al ver la más cercana de aquellas esferas luminosas, fascinada. No era que no hubiera visto antes una magia así, era el contexto lo que no me cuadraba. O más bien, la descontextualización.

Demasiada magia para un antro como este... -Murmuré sin apartar la vista de aquel globo luminoso, hasta que oí la voz de Aalis y desperté de aquel embrujo en que mi mente se había sumergido. Incómoda, me calé la capucha con mayor ahínco mirando a ambos lados, y me dirigí junto al grupo, pasando junto a la paladina mientras preguntaba si contábamos con alguna petición- Creía que la prioridad era ahogar la culpa en el fondo de una botella... -Susurré con cierto sarcasmo, oculta mi sonrisa desganada bajo la capucha- Si hay alguna sin ventana, sabes que la prefiero. -Indiqué a Aalis antes de darle la espalda y dirigirme al rincón más oscuro y lóbrego del local, aguardando sentada a qué resolviera nuestros asuntos, lejos de miradas y conversaciones.

Sin ventanas. Me seguía siendo más cómodo descansar en lugares donde recordase las celdas y criptas en que había vivido durante tantos años, la mayor parte de mi vida. Dudaba si volvería a pisar a la Colmena, y sinceramente, temía no volver a hacerlo.

Pero también temía lo contrario.

El drow no le dio demasiada importancia a aquellas luces, para él era algo ordinario una forma de alumbrado limpia, barata y eficaz, ampliamente utilizada en la suboscuridad. Pasaba su vista curioso por la posada y las diferentes gentes mientras acompañaba a Aalis hacia la barra, obviamente muchos le miraban a él pero si aquella situación le molestaba poco hizo por demostrarlo.-A ver que tienen, porque no creo que sea un lugar para grandes lujos. De todos modos, como dije, yo me ocupo de los gastos.-comentó a la paladina por lo bajo-Buen hombre, mis compañeras y yo buscamos habitación ¿qué puede ofrecernos?Venimos al llamamiento de Lord Kyle y nos gustaría adecentarnos un poco ante de reunirnos con él, de todos modos ha sido un día duro de largo camino. ¿Qué vino puede ofrecernos mientras esperamos a mi y a mis encantadoras compañeras?-se quitó la mochila fatigoso cuando apenas pesaba y se sentó en un taburete junto a la barra haciendo un gesto a las demás para que se reunieran con él para poder brindar.

Boris es un hombre de nariz prominente y ojos claros. Tiene el cabello fosco y luce un espeso bigote. 

El tabernero mira a Olplyn como si fuera un demonio que le estuviera tendiendo un contrato por su alma en vez de preguntarle por una habitación. Sirve una jarra bastante grande de cerveza a un hombre pelirrojo que está sentado en la barra y se seca las manos en un paño sin dejar de mirar al drow, como si estuviera haciendo tiempo para poner en orden sus ideas. Al final, la mención al llamamiento de aventureros del Lord Kyle parece ganar peso sobre su renuencia a alojar a un drow en su posada. Ensaya una sonrisa poco convincente.

-El vaso grande de vino cuesta una pieza de plata, señor.

El mero hecho de que sirvieran el vino en un vaso grande le decía a Olplyn todo lo que necesitaba saber sobre la calidad del mismo.

-La habitación cuesta cinco piezas de oro por persona y día, e incluye todas todas las comidas y cuadras si las necesitan. Las bebidas van aparte.

El susurro que me dedicó Elsbeth me llenó de sorpresa. No por la mención a la culpa, ni siquiera por aquella referencia a ahogar las penas; sino por hablar de ello como una prioridad.

- Y yo creía que me conocías mejor. – le devolví el susurro, con una burlona media sonrisa, poco antes de escuchar su petición respecto a la habitación. – Claro, descuida. – respondí, quedando a la espera de que el resto también se pronunciara.

La nigromante tomó asiento, y viendo que Valentine y Olplyn no hacían ninguna petición me dispuse a acercarme a la barra, siendo seguida por el drow para mi sorpresa. De camino me reiteró que él se ocupaba de la cuenta, y nada más llegar se dirigió al posadero, parecía incluso alegre.

Esperemos que le dure.

Se hizo evidente que al tabernero no le agradaba la presencia de Olplyn, pero finalmente le ofreció una respuesta respecto a la bebida, informándonos después sobre el alojamiento.

- Gracias, buen hombre. Sin embargo, dormiremos de dos en dos. ¿Qué hay de las habitaciones dobles? ¿Las hay con dos camas? ¿Alguna sin ventanas? – pregunté al posadero, antes de girar mi rostro hacia el mago y hablarle en voz baja. – A ver si así Valentine y tú arregláis vuestras diferencias. O puedes tomártelo como un pequeño castigo por vuestra pueril actitud, lo que prefieras… - apunté divertida.

No había olvidado lo sucedido en aquella cabaña, pero trataba de frenar la culpa como podía, antes de terminar de ahogarla con el mejor alcohol de aquel lugar.

Cuando pregunta aalis por preferencias, simplemente me encojo de hombros.

Veo como mis compañeros se acercan al posadero. Cuando oigo el precio de las habitaciones casi se me caen los ojos de las órbitas.

-¿Ha .. ha dicho 5 Mo por habitación? Joder-Digo en voz baja para que no me oiga el posadero, sólo Elsbeth. Sin embargo, ante la mención de habitaciones dobles, ni se inmuta.

-Si vamos a pagar esa cantidad, más vale que la comida esté deliciosa, los colchones sean de plumas y las sábanas de seda.- digo al aire, esta vez sí que en voz alta.

-En habitaciones simples o dobles, cinco monedas por persona y día, señorita -insiste Boris.

El posadero enarca una ceja cuando le piden una habitación sin ventanas, y echa un vistazo, de nuevo, al drow.

-Bueno... si vuestro amigo echa de menos los túneles puedo ponerle una cama en el almacén. Pero nada de rebajas -dice, y agita un dedo admonitorio-, y si me falta una sola botella...

Deja la frase en el aire, antes de contestar a Valentine.

-Señorita, no hay sábanas de sedas. Se le congelarían a usted los pies con este frío. Buenas mantas y sábanas de algodón. ¡Y mi mujer es la mejora cocinera de todo el Valle Aislado! Tenemos buenas sopas y estofados condimentados, ricas galletas con sabor a puerro y cebolleta untadas con queso fundido, asados...

-Eso sí, más os vale que no os andéis con remilgos -dice el hombre pelirrojo que estaba sentado en la barra, junto a la enorme jarra de cerveza-. Aquí la gente corta el asado cuando aún está crudo. Si os gusta la carne muy hecha, tendréis que conformaros con unas chuletas.

Levanta la jarra a modo de brindis.

-Bienvenidos a Pembrose, forasteros. Me llamo Wilaeth Brem, explorador y arquero -dice tocando con la yema de los dedos el extremo de su arco descordado-. Aquí todo el mundo me llama Brem. Me alegro de que al fin haya llegado al pueblo alguien con arrestos suficientes como para enfrentarse a esos trasgos malnacidos. Aunque no ha sido la mejor idea presentaros como aventureros, Boris os sacará hasta la última moneda de oro de vuestros bolsillos.

Brem estalla en sonoras carcajadas tras su propia ocurrencia.

-Tener un drow en vuestro grupo tampoco ayuda -señala, haciendo un gesto de disculpa hacia Olplyn-. Pero estáis en la única posada de Pembrose digna de tal nombre. No es que tengáis más opciones, a menos que no os importe dormir en el desván de la Mesa Verde...

Olplyn sonríe hacia Brem mientras deja veinte monedas de oro y cinco monedas de plata frente a Boris cubriéndolas todavía con la mano.-Serán dos dobles, ingenioso el chiste de los túneles pero las luces danzantes del local ya calman mi nostalgia¿quien se las instaló?si puedo preguntar. Póngale un buen vaso de vino a mis compañeras y otro a Brem.- le hizo un gesto educado con la cabeza.-Siempre es grato ser bien recibido de tanto en tanto Brem, era lógico pensar que el posadero nos quisiera sacar los cuartos pero no pasa nada, si en verdad Lord Kyle quiere que acabemos con los trasgos no solo tendrá que ofrecernos una buena recompensa sino también hacer frente a la abultada factura de su posadero. Ya se entenderán ellos dos jajaja, que no se diga que el drow no paga sus deudas.-el tono del drow no era amenazante en ningún modo, más bien era devolver una jugarreta con otra. Sonrió risueño al posadero animándole a tomar el dinero que considerase necesario, pues a él poco le importaba.-¿Y qué tal todo por estos lares?¿qué nuevas se cuentan por aquí?De camino aquí encontramos restos del último ataque de esas sucias bestias.-el drow se acercó con su copa junto a Brem para sentarse en algún taburete y charlar con el distendidamente mientras de su zurrón sacaba un puñado de exóticos frutos secos dejándolos sobre la barra invitando al explorador a que cogiera si gustaba.

Me puse en pie y caminé lentamente hacia la barra, tras haber estado atendiendo desde la distancia a la conversación. LO hice con la mirada fija en el posadero, una mirada gélida, pétrea, inamovible. Y cuando mis carnosos labios se separaron, no fueron palabras comprensibles para la mayoría lo que surgió de ellas, sino vocablos guturales y siniestros, propios de la lengua de los orcos. Una antigua frase que oía a menudo en mi más tierna juventud, cuando Padre me destinó a las más oscuras cavernas de la Colmena.

Si la carne no está cruda, se echa a perder su sabor. -Traduje inmediatamente, más para aquel Brem que para Boris, a quien no quitaba ojo de encima- La habitación sin ventanas no era para él... era para mí. -le informé, arrastrando mis palabras con suavidad- No será necesario, ya que supone tantas molestias. -Mis ojos rasgados se entrecerraron ligeramente- Tomaré nota, igualmente, de su "buena voluntad" al respecto. Como tomaré nota del precio que pone para nosotros por sus "servicios". La paciencia es la madre de todas las virtudes, decía mi padre... -Añadí, mostrando un atisbo de sonrisa en la comisura de mis labios.

Un mohín de fastidio ante las palabras del posadero, pero claro, Wilaeth lo ha dejado bien claro. Aventuraros bien pertrechados, precios especiales. Menos mal que Olplyin, por una vez, ha dado una buena respuesta.  Alcanzo mi vaso de vino y, haciendo un gesto de brindis, digo para mí:

-Por los caídos hoy. Descansen en paz.

Fruncí el ceño cuando el tabernero nos dijo que una habitación doble costaba lo mismo que una individual, ¿Dónde se había visto algo así? No tenía problemas en pagar, de hecho insistía en hacerlo cuando tras realizar algún encargo de manera exitosa insistían en pagar nuestra estancia, pero tampoco era cuestión de pagar de más.

Aun así lo dejé estar, ya que el tal Boris no parecía de humor, o al menos eso parecía por la forma en la que se dirigía a Olplyn. Tras responder también este a Valentine, otro hombre se pronunció, hablándonos sobre la comida para después presentarse. Arrojó algo de luz sobre el asunto de lo caras que eran las habitaciones, diciendo también alegrarse por nuestra presencia allí.

No me dio tiempo a presentarme, pues el drow en seguida trató de entablar conversación mientras tomaba algo y no quise interrumpir. Fue entonces cuando escuché hablar a Elsbeth, quien tras aclarar sus preferencias por la carne y el alojamiento, aseguraba que recordaría el trato dado por el posadero. Esperaba que este no se tomara a mal su maliciosa sonrisa y me acerqué algo más a la barra para hablar con él.

- Señor, me han dicho que puedo dejar aquí un mensaje para Sir Aloin, ¿Es así? – dije bajando la voz, tratando de ser discreta.

Boris desvía rápidamente la mirada de Elsbeth y barre las monedas con la mano para recogerlas en el cuenco de la otra. Se apresura a servir las bebidas que Olplyn había encargado y a alejarse de aquella mujer tan inquietante.

-Dile a tu amiga que se relaje. Está más tensa que la cuerda de mi arco -bromea Brem.

El explorador coge un puñado de frutos secos de Olplyn y los mastica a dos carrillos.

-¡Eh! Esta mierda está buena -dice con la boca llena-. Bueno, los grandes trasgos están armando un buen revuelo últimamente, atacando viajeros o caravanas de suministros que no están bien defendidas. Lord Kyle envió un par de guardias a echarle un vistazo al viejo fuerte y descubrieron que ahora lo utilizan ellos como base de operaciones para sus fechorías. El chaval quiere recuperarlo y devolverlo a su antigua gloria... pero los guardias tienen miedo. Una cosa es atajar una pelea de borrachos o zurrarle a un ladronzuelo con las manos demasiado largas y otra es asaltar un castillo ocupado por una fuerza hostil. Claro que ahí es donde entráis vosotros.

Sonríe de medio lado y se pega un buen trago de cerveza. Tras limpiarse la espuma con la manga, prosigue.

-Aparte de eso, los orcos y los drow siguen siendo peor que un grano en el culo, así que no serás bienvenido en ninguno de los pueblos de la zona. Hay entradas a la Infraoscuridad por todo el Valle Aislado, de modo que las incursiones son constantes. Pero eso ya lo sabías, claro. 

Boris vuelve con el vino que habéis encargado, y es entonces cuando Aalis lo aborda.

-¿Sir Aloin? Sí, claro -responde en un murmullo-. Se marchó hacia Twain hace unos días en busca de Grus. Pero dejó una generosa propina, y me encargaré de entregarle el mensaje cuando regrese.

Valentina sigue paladeando el licor, pensando en sus cosas y observando a sus compañeras y compañero.

-Bueno, entonces una habitación individual para mí. Si total vamos a pagar lo mismo, mejor estar a salvo de los ronquidos. Jeje.- digo, sin mucha gracia.

-Interesante. Tomar un fuerte protegido por grandes trasgos... igual si lo tomas haces serás mejor recibido, Olplyin. ¿Dejamos las cosas en las habitaciones y vamos a ver a Lord Kyle?- digo, apurando el resto del vino.

El drow miró de reojo a Elsbeth sin darle importancia a su actitud y sus comentarios, era habitual en ella y al drow no le parecía mal, mucho menos despues de la actitud del posadero.- ¡Oh!Pero donde están mis modales, permiteme que nos presente. Mi nombre es Olplyn Draeval, gran conocedor de la artes arcanas y creeme cuando digo que no hay persona que mayores motivos para odiar a mi gente, mientras este por aqui en la medidad de lo posible os ayudaré a llevar a todos y cada uno de ellos al cadalso si eso os place.- dijo bastante convencido de ello.-Mis preciosas compañeras son:Aalis Dragomir nuestra agerrida paladin, Elsbeth Bathory la dama de la noche y Valentine U'lu quien además de sanar nuestras heridas es capaz de levantar incluso el animo de un muerto. En tan buena compañia da gusto viajar.-el drow se ofreció a mediar en las presentaciones con una sonrisita entre los labios pensando en cuanto odiaria la nigromante estos cacareos con pueblerinos.

Dejó un par más de frutos secos sobre la barra para ir picando, muy al tanto de que el posadero no cogiera ninguno, al menos quería la satisfacción de soltarle alguna chanza en compesación a su precios.-¿Chaval?¿Qué edad tiene Lord Kyle? si me permites la pregunta, ciertamente eso de fuerte complica el asunto pero bueno todo es negociable.-le hizo un gesto con la mano para que cogiera más frutos secos si gustaba.-Llevo ya algunos años por la zona, estoy acostumbrado a la desconfianza y ciertamente me agrada la soledad de mi laboratorio, el año pasado ayudé a los campesinos de las granjas del norte con una banda de gnolls, por eso se me "tolera" supongo que con el tiempo la cosa irá a mejor. De todos modos agradezco charlar con alguien curtido y que ha viajado, de tanto en tanto es grato ver que algunos no se fijan solo en el color de la piel, obviamente no creo que Yazgrua sea de la misma opinión jajajaja.

Bueno¿Qué me recomiendas para cenar Brem?Me agradería invitarte si me lo permies y así podrías contarme más sobre esas entradas a la suboscuridad, con algo de tiempo y si me puedo seguir permitiendo pernoctar en este "palacio" tal vez pudiera sellar algunas de ella con mi magia, las que os estén dando más problemas por supuesto.-el drow empezaba a mover hilos allanandose el terreno poco a poco con vino y buenas palabras para ir sonsacando lo que le interesaba. Un explorador era útil, debía conocer bien la zona y tal vez arrojara algo de luz sobre el misterio de la cripta.-Tranquila Valentine, no creo que haya tanta prisa y ya es tarde, mejor mañana tras un buen baño y con nuestras mejores galas. ¿Qué impresión le causaríamos al noble si nos presentamos ante él cubiertos por el polvo de camino y oliendo a sudor?Ciertamente no creo que muy buena.-

No me pasó desapercibido el modo apresurado con que el maldito usurero sirvió las bebidas. De hecho, me congratuló contemplarlo. Teníamos intención de pasar tiempo en la ciudad, y posiblemente más aún en el valle, de modo que ocasiones de resarcirme habría, seguramente. Paciencia y memoria, esas eran las claves.

¿Te parezco tensa, Wilaeth? -Pregunté con aire divertido, acercándome más a él mientras tomaba mi bebida- No lo estoy... aún. -Añadí entornando los ojos, dedicándole una leve sonrisa.

Olplyn comenzó a soltar su lengua como le era habitual. Puse los ojos en blanco y abandoné cualquier intención de sumarme a la conversación, en cuanto se refirió a mí como dama de la noche. Me giré, dispuesta a alejarme de nuevo con la bebida en la mano, cuando habló de Valentine y su capacidad para "levantar el ánimo". Me detuve, negando con la cabeza ante la velada insinuación que acababa de oír, y preguntándome cuándo resolverían aquellos dos sus asuntos de una vez. Suspiré y continué hacia la mesa, sopesando las implicaciones del liderazgo de un mozalbete, si es que era el caso como parecía. En cualquier caso, aquellos menesteres que siempre en manos más hábiles que las mías, de modo que aguardé pacientemente. Siempre pacientemente, y con memoria.

El tabernero no solo me confirmó que podía dejarle un mensaje a Sir Aloin, sino que me informó de qué estaba haciendo, y a quién buscaba. Antes de responderle, escuché como Valentine pedía una habitación para ella, para tras las palabras de Brem instarnos a ir a ver a Lord Kyle.

- Valentine, dormiremos de dos en dos, será lo mejor. Tu con Olplyn y yo con Elbseth. – le dije con seriedad. – Ahora vamos, dame un segundo. – añadí antes de volverme nuevamente hacia Boris. – ¿Podría decirle a Sir Aloin que Aalis Dragomir quiere hablar con él? Imagino que nos quedaremos unos días por aquí. Por cierto… ¿Quién es ese Grus? Si fuera tan amable de informarme a ese respecto… Intento ayudar a Sir Aloin en su cometido. – aquello era así, aunque aún no estaba del todo segura de qué era lo que pretendía el miembro de la Orden del Sol Invencible.

Olplyn había estado hablando, presentándonos y mostrando su cara más amable, pero al querer atrasar la visita a Lord Kyle tuve que interrumpirle.

- Creo que peor impresión causaríamos de postergar nuestra visita por algo tan trivial. Tampoco tenemos por qué ir todos si queréis quedaros aquí charlando. Eso sí, dejadme algo de bebida, espero poder relajarme un rato cuando acabemos con los quehaceres de hoy. – expliqué a mi compañero, antes de dirigir mi mirada hacia Elsbeth, quien se había vuelto a sentar; queriendo saber qué opinaba ella.

Tras ello mis ojos regresaran raudos a Boris, a la espera de su respuesta.

Boris asiente con gesto serio a Aalis.

-Sí, sí. Se lo diré. 

Cierra el grifo de la barrica de vino de donde ha servido vuestras copas antes de añadir:

-Vuestro amigo me preguntó sobre quién en el Valle Aislado podría traducir textos en idiomas "poco frecuentes" -dice utilizando los dedos para entrecomillar-. Así que le remitía a Grus. Grus es el mago más poderoso de la región y uno de esos cambiacaras¹, como se llamen. No es el tipo más altruista del mundo, ni el más simpático... 

Dice, y mira en derredor nerviosamente como si temiera que el mago pudiera estar escuchándole.

-Pero si alguien sabe de cosas raras y mágicas en el Valle Aislado, ése es él. 

-Hay quien te encerraría a ti cuando hubieras terminado de hacer lo mismo con tus congéneres, Olplyn. Pero yo aprecio tu actitud positiva. Se adivina toda una historia sobre tu odio a los de tu raza. Me la tienes que contar, algún día. 

Brem ensancha la sonrisa cuando Elsbeth se acerca a él. 

-Puedo darte un masajito en la espalda cuando estés tensa -le responde y añade en tono jocoso:-, Dama de la Noche. 

Sus ojos se entretienen unos instantes en el trasero de la nigromante mientras ella regresa a la mesa. Cuando termina de ponerse metafóricamente las botas, devuelve su atención a Olplyn.

-Encantado de conoceros -dice Brem , abarcándoos a todos con la mirada, antes de guiñarle un ojo a Valentine-. Mi ánimo está bien, pero siempre puede mejorar.

Te recomiendo el jabalí asado si puedes echarle el guante antes de que lo devoren, mi oscuro amigo. Lo guisan con zanahorias, cebollas y un generoso chorro de brandy. Está delicioso, y yo sé mucho de carnes de caza. Pero no me preguntes sobre edades, soy pésimo estimándolas. Eso sí, te puedo asegurar que Lord Kyle tiene menos pelos en la barba que una elfa en la... espalda. 

Sonríe y, viendo que Valentine apura su vino, Brem hace lo propio con su cerveza y se acerca el vaso de vino al que le ha invitado Olplyn. Su semblante cambia de la guasa a la seriedad en un latido de corazón.

-Conozco al menos una entrada segura a la Infraoscuridad. Un claro en el Bosque de Nin, dominado por un la carcasa hueca de un árbol. El Árbol Aullante, le llaman, porque el sonido que emite el viento al silbar al través parece el de un hombre moribundo. Os puedo guiar hasta allí si queréis -propone el arquero-. Tengo ideas sobre otras posibles localizaciones que me gustaría explorar, pero no me he atrevido a ir yo solo a comprobarlo.

-Bueno Brem, ha sido un placer pero mis compañeras me reclaman para ir a ver a Lord Kyle. Si esta noche te dejas caer por aquí mantengo mi invitación a cenar y charlaremos con más calma.- en cierto modo al drow le estaba costando aguantarse la risilla ante los comentarios de Brem, pues en lo que a Elsbeth se trataba este no sabia que jugaba con fuego.-Esta bien, esta bien Aalis vayamos todos mejor.- de prontó escuchó el comentario del pelo en la espalda de la elfa y estalló en carcajadas.- Jajajaja, ese si que ha sido bueno ¿en verdad no eres barbo en lugar de explorador?Lo dicho, nos vemos luego y me comentas la ultimas nuevas y que tal la gente por aquí.-el drow recogió su mochila aparentemente vacía y liviana presentándose dispuesto ante sus compañeras para partir. Se sentó en la mesa junto a Elsbeth tomando el vino lentamente esperando a las demás. Algo pasó por su mente mientra cavilaba, reaccionando de repente con un berrido al posadero.- ¡Por cierto Boris!Guardanos algo de ese jabalí asado para los cuatro, regresaremos con hambre y no queremos perdernos ninguno de tus ases en la manga, ya que pagamos bien y por adelantado que menos ¿no?. Dicen que tú mujer es una gran cocinera, veremos que tal.-complacido sonrió a Elsbeth como si estuviera de buen humor, jugueteando con la copa, probando el vino y pasando su mirada distraída por todo el local.Sentía curiosidad por todo  aquel gentío, todo aquel algarabío sin necesidad de peleas ni de muertes le era extraño, inquietantemente extraño.