Partida Rol por web

Pasais el resto de la noche y el dia siguiente en la habitacion de la posada, parece que nadie se atreve a molestaros durante vuestra estancia.

La habitacion no es una sala comun de descanso la unica diferencia es que es para vosotros solos, asi que se podria decir que es la habitacion mas grande del hostal.

A la noche siguiente los ghouls tienen mucho mejor aspecto y todo parece estar listo para que partais en cuanto lo deseeis.

Aunque algunos seguis teniendo un hambre cada vez mayor...

En tu caceria encuentras a un joven de unos 23 años, no es que sea nada del otro mundo pero para ser de un pueblucho perdido, parece sano y medianamente limpio.

Felina, y realmente hambrienta, Lhyria halla algo que más o menos logra complacerle...

Le echa una ojeada, y se acerca a él, totalmente sensual...

Sonriendo, se acerca más... Su escote está a la vista del joven, y realmente es muy tentador... Sin mediar una palabra, la vampiresa aguarda a la reacción del humano...

El joven te observa con recelo y guardando las distancias, al parecer no es una aldea demasiado hospitalaria..O quizas solo es que no sois bien recibidos.

-Señorita no creo que deviera estar por aqui. -Dice tanjante- Y mucho menos sola.

Thorkell se incorpora un poco de su cama, sentándose y comprobando que Ivar estaba haciendo la ultima guardia.

-En fin, caballeros, los ghouls an descansado lo suficiente al parecer... ¿Podemos pues seguir con nuestro cometido? Aunque deberíamos hablar sobre que sendero tomar, pues hemos perdido por el camino a dos Cainitas y un criado. ¿Tendríamos que informar al príncipe Vencel sobre nuestro retraso a nuestro asignado destino?

Puedes ver como en la habitacion solo estas tu junto a Evangeline la cual parece que acaba de despertar casi al mismo tiempo que tu. Pero no ahi ni rastro del arabe ni de la señorita Vikkos y su criada.

Lo cual te parece un poco extraño.

Evangeline empieza a sentirse saciada, pues hace dias que no se alimenta.
Usa ofuscación y abandona la posada en busca de presas.
 

Thorkell se despierta, en la sala no queda casi nadie, a excepción de Eva y sus criados, los cuales han estado haciendo guardia. Según se despierta se va incorporando de su cama, para poder contemplar la habitación.

Mmm... ¿Estamos solos? ¿Y los demás vástagos? Me molesta mucho que anden tan por libre... ¿Que tramara la señorita de buena familia y el árabe?

Eva aun estaa en su cama, lo que le hace suponer que no es un complot contra él... No al menos únicamente.

-Veo que despertáis ahora, Eva ¿En ese caso debo suponer que no sabéis nada sobre la desaparición de nuestros "compañeros"? -Dice levantándose de la cama mientras sus criados se acercan para ayudar a su señor a ponerse la armadura.

Encuentras a una joven solitaria en un callejon, es mas o menos apetecible aunque esta un poco sucia, es mas te recuerda a ti en tu epoca mortal.

Lhyria sonríe al joven, divertida...

-Y por qué no...?-Le rodea, caminando lentamente...

Le observa, mientras realza toda su sensualidad...


-Hay algún problema en todo esto...?

El joven esta quieto, se le nota tenso como un palo, pero claramente embelesado por tu belleza. Como un ratoncillo hipnotizado por una serpiente.

-No, no esta bien por que...Por que los forasteros no sois bien recibidos...Asi que mejor que os largueis..

Um... ni idea... aunque ahora hay asuntos que requieren de mi presencia... nos veremos más tarde, mi señor palidanoche.
Hace una breve reverencia, e instantaneamente se ofusca y se larga.

Throkell se ajusta las correas de sus guanteletes una vez desaparece la mujer.
Todos desaparecen sin mediar palabra... Ahora esta claro que traman algo y no pienso caer en su treta. Si intentan hacerme algo no tendre misericordia esta vez... Lo primero sera hechar un vistazo al pueblo, tendremos que partir de un momento a otro.

-Ivar, Kodran, Erik y Hakon... Tenemos que marcharnos, no quisiera que nos dejaran tirados en este pueblucho de mala muerte...

Y dicho esto, abandona el dormitorio, consciente de que la malkavian le puede estar espiando.

Sales del dormitorio y llegas hasta la sala principal de la posada, la gente no os mira con mucho mas aprecio del que lo hacia la noche anterior.

En un rincon mas apartado y vacio parece encontrarse el assamita sumido en sus pensamientos.