Partida Rol por web

Levantó las palmas en dirección a ti, indicando que te calmaras, tus palabras le dieron una idea – Cálmate, esa no es la actitud para conseguir salir de aquí – Te dijo tras tu patada a la cama.

- ¿Estás dispuesta a eso? ¿Aceptarías llevar una pulsera y presentarte de forma periódica en la comisaría? Podría pelear por ello – Se quedó pensativo.

Luego se acercó a los barrotes donde tu estabas. Su mirada cambió y sonrió un poco. Te besó el dorso de una de las manos con la que sujetadas los barrotes - Pero... ¿Y yo que gano si lo consigo? - Su mirada se había vuelto lasciva. Estaban claras sus intenciones, una chica se da cuenta de esas cosas.

Suspire cuando dijo que me calmara que no era la actitud para salir. Entonces me acerque a los barrotes.

- Si si estaría dispuesta a llevar un localizador o venir regularmente , lo que sea con tal de salir. Sonreí cuando dijo que podría pelear por ello. Entonces no sabia cuanto me iba arrepentir dos segundos después de haber dicho lo que sea por salir.

Barton se acerco y me beso una de las manos con las que sujetaba los barrotes. Mi cara se convirtió en pura incredulidad y en rabia después. -SERAS HIJO DE PUTA. Grite -¿Por eso no me has sacado de aquí? Tenia ganas de golpearle de haberle agarrado esa cabeza y golpearsela contra lo barrotes. Me obligue a separarme para no hacerlo. Suspire y di una vuelta por la celda me pase las manos por el pelo nerviosa y cabreada. Estaba claro. Desde aquel día en el bar cuando lo rechace me la había guardado. Cuando apareció como mi abogado desconfié pero luego se comporto de una manera normal y lo fui olvidando. Pero este debía de ser su plan desde el principio.

¿Que podía hacer? Si se lo contaba a la Policía no saldría de aquí nunca. El lo negaría y me pudriría aquí dentro. Si quería que las puertas se abrieran , ¿Tendría que abrirme de piernas? ¿A eso habíamos llegado?

Me mordí el labio molesta y nerviosa. Me volví a acercarme a los barrotes. Me contuve para hablar bajo. Lo que menos quería es que los presos lo escucharan.

-Esta bien tu sácame de aquí. Pero una sola vez y nada de cosas raras. Di otros suspiro , no podía creer que estuviera aceptando acostarme con ese cerdo por salir de aquí.-¿Hay trato?

- Eh, eh, vamos por partes... Aquí te has metido tú sola, y yo... pues da la casualidad que puedo ayudarte... estamos encerrados por esa maldita cúpula y pienso que el dinero pronto carecerá de valor – Suspiró y te miró con curiosidad

Luego se serenó y se tomó su tiempo – Tú tienes algo que quiero y yo te puedo poner en libertad. Es una simple transacción comercial – El tipo parecía estar convencido de lo que decía.

- Mira, sé como tratar a una dama y me gustas, estás que te cagas de buena. Si quieres la cosa podría no terminar ahí. Pero vale, por mi parte acepto el trato. Nuestro acuerdo sólo incluye una vez. Por cierto... No dudes que si no cumples con tu parte, te puedo mandar de nuevo entre rejas. ¿De acuerdo? - El también se quería asegurar.

Lo miro con asco cuando dice que aquí me había metido yo sola. La verdad es que en eso tenia razón. Y que el dinero pronto carecería de valor si esa cúpula no caía también era cierto. Pero que me hiciera chantaje con sexo para sacarme era increíble. O no tanto.

Sonrió con desgana cuando dice que es una simple transacción comercial.

-¿ Y por que la idea me hace sentir tan sucia?

Entonces dio su discurso de saber tratar a una Dama.

-Poco tenia yo de Dama, si no fuera por que eres quien pude sacarme de aquí , te haría sentir mas dolor del nunca hayas experimentado en tu vida. Soy medica y se hacerlo. Lo que me estaba proponiendo me hacia pensar en ¿Cuantas mujeres podría haber chantajeado?. Mujeres sin recursos a las que ofreció ``amablemente´´ pagar sus servicios de otra forma. Pero para mi desgracia no tenia otra opción que aceptar.

-No cuentes con ello. Respondí a su idea de repetir. Mi celda estaba lejos del resto por lo que podíamos hablar con cierta intimidad , pero no sabia por que prefería hablar susurrando. Como si el no decirlo mas alto no fuera hacerlo menos real.-Si entiendo que si no cumplo el trato volveré a prisión.

-¿Como había llegado a esto? Hacia una semana estaba en África salvado vidas y ahora estaba en la cárcel acusada de un crimen que había cometido y negociando por sexo mi libertad. La culpa era del cerdo de Padre. Si no hubiera vuelto a pegar a Mama no habría vuelto y nada de esto hubiera pasado. Mama no estaría en coma, yo no estaría en la Cárcel y tu no estarías muerto. No sabia por que esa ultima parte es la que menos pena me daba.

-Bien semental. Dije con ironía. Cuando antes me saques antes tendrás tu pago. Dije señalando mi cuerpo con las manos y negando con la cabeza.

- Bueno, no voy a perder la esperanza – Te guiñó un ojo – Nunca digas nunca.

Barton asintió con la cabeza a tus últimas palabras – Está bien, voy a intentar convencer al Inspector.

Sin mucho más que decir se fue por donde volvió y quedaste de nuevo a solas. Te quedaste con sentimientos encontrados. Por una parte, la soledad de la celda. Quedarte aquí con todo lo que debía de estar ocurriendo a fuera... Te daba la sensación de que podría ser tu final. En cambio al menos fuera podías intentar valerte por ti sola. Tu destino estaría en tus manos y no en el de los demás.

Pero... ¿Y si Barton no volvía? ¿Y si todo habían sido suposiciones y no te dejaban salir? Los minutos te parecía horas en estos momentos.

Después de verle guiñarme el ojo era oficial. Barton se había convertido en el numero uno de mi lista de los mas odiados. No me moleste en contestarle a ese comentario.

-Tu date prisa.

Y por fin se fue dejándome sola. Me senté en la cama completamente derrotada y comencé a llorar.

Tenia que salir de aquí. Sabia que si me quedaba en la celda mas tarde o mas temprano seria el fin. Si no se quitaba esa cúpula ¿Cuanto tiempo tardaría alguien en asaltar la comisaria para conseguir armas? Lo había visto antes en pueblos de África cuando la desesperación afloraba la gente perdía su humanidad y aquí pasaría igual. Pero fuera podría ser útil y podría estar mucho mas segura que aquí dentro.

Pero el precio a pagar. Un polvo. Algo que a priori era bueno y divertido. Pero lo que lo volvía amargo como la hiel era el ser obligada a ello. Si no ponía una pistola en mi cabeza y me obligaba pero si quería salir de aquí tenia que acostarme con Barton. No era una violación pero si una forma de prostitución. Lo cual me apenaba mucho. Siempre me había considerado una mujer fuerte e independiente. Y había sentido lastima o asco por las mujeres que utilizaban sus cuerpos para conseguir sus fines. Y aquí estaba yo. Apunto de acostarme con mi abogado para salir de aquí.

De pronto me asalto la duda. ¿Y si no volvía? ¿ Y si era una broma? Aun recordaba su frase en el restaurante. `` A todo cerdo le llega su San Martin´´ ¿Y si quería darme esperanza para luego quitármela?

Me me frote la cara. No podía permitirme venirme abajo. Me levante y que quite la chaqueta y la camiseta quedándome en sujetador. Me tumbe en el suelo y comencé a hacer flexiones y abdominales siguiendo el consejo del Policía. Así me mantendría en forma y con la cabeza ocupada

Fue tu manera de intentar ocupar el tiempo y la mente. Machacarte a hacer flexiones. También fue una forma de tratar de aplacar la ira o al menos contenerla. Hiciste flexiones hasta quedar exhausta.

Difícil de precisar cuento tiempo pasó, quizá una hora o quizá dos. Hasta que por fin escuchaste el ansiado sonido de los goznes de aquella puerta. Luego unos pasos. Luego... Aquel personaje.

Sonreía satisfecho – No ha sido una negociación fácil y tiene condiciones, pero puedes salir.... Punto uno, deberás llevar esta pulsera. Punto dos, deberás acudir aquí a la comisaría una vez al día a hacer acto de presencia. Punto tres, a la mínima infracción aunque sea una multa de tráfico volverás a estar entre rejas y hasta que pases a disposición judicial, sin excusas aunque pasen seis meses.

De nuevo se escuchó la puerta, venía el agente que hoy te había traído el desayuno con las llaves de tu celda. Se respiraba la cercanía de la libertad. Apenas habían pasado 18 horas, pero parecía una eternidad.

Barton te pasó la pulsera para que te la pusieras – Has de llevarla en todo momento, lo siento, no son mis normas.

No sabia cuantas flexiones había hecho pero había terminado exhausta. Una vez que termine me lave un poco y volví a vestirme. Al menos me había ayudado a mantener vacía mi mente y controlar la rabia que me daba todo esto.

Estaba recostada en la cama cuando escuche la puerta y me levante rauda hacia los barrotes. Escuche los pasos hasta que Barton sonriente se planto delante de la celda diciendo lo difícil que había sido la negociación. Le mire con decepción.

-Claro pero tenias un buen inventivo. ¿no?

Me explico la otra parte de condiciones que tenia que cumplir si quería seguir libre.

-Si llevare la pulsera y acudiré puntualmente todo los días. -¿Ni una multa de trafico? Así que supongo que si te parto la cara vuelvo aquí. Si lo he entendido ser una buena chica.

Volví a escuchar la puerta y esta vez era el Policía que me había traído el desayuno. Al verlo con la pulsera sonreí , casi podía saborearla libertad. Vale no era un cien por cien autentica , tenia condiciones pero no tendría que pasarme hasta que la cúpula desapareciera aquí metida.

-No me la quitare tranquilo. Y si ya se que estas, no son tus normas. Remarque la palabra estas. Estaba claro cuales habían sido las normas de Barton para sacarme de aquí. Era curioso lo rápido que lo había logrado una vez sabia que iba a meterse en mis bragas.

-Dios la sola idea de pensarlo me da nauseas.

-¿Bien puedo irme ya? Si es así Barton ¿Podrías llevarme a mi hotel? Cuanto antes pague el peaje por salir mejor.

Estaban claras cuales eran las condiciones, las oficiales y las extraoficiales también. El policía esperó a que te pusieras la pulsera para abrir la puerta de tu celda. Decidiste quitarte el “trámite” con Barton y al menos así quedar libre también en ese aspecto.

- Si, vamos, tengo el coche ahí afuera - Todos comenzasteis a caminar hacia la puerta del fondo. S escuchó un silbido procedente de la celda de los presos varones - ¡No nos abandones morena! ¿Ahora en quien pensaré por las noches?

Subisteis a la planta superior y te entregaron tu maleta – Todos los días tienes que firmar en este libro. Firma ya hoy y así ya queda hecho – Te dijo el agente Aldiss

Con un suspiro me puse la pulsera con un suspiro. Una vez hecho empezamos el camino hacia mi libertad. Al salir los demás preso me dedicaron su calidad palabras.

-En tu puta madre. Pensé. Estaba tan cabreada que se lo hubiera dicho directamente , pero me parecía una idea muy estúpida para estrenar mi libertad.

Por fin subimos a la parte de arriba. A pesar de que había estado unas dieciocho horas me parecía como si escapara del Infierno de Dante.

- No se preocupe firmare todos los días. Y firme el primer día de mi libertad vigilada. ¿Tengo que firmar siempre a la misma hora? Lo digo por que tengo intención de ayudar en el hospital.

Mire a Barton una vez me hubo respondido el policía.

-Bien te sigo. 

Inteligente decisión la de no contestar a los presos.

Ya arriba - No, no es necesario que sea a la misma hora – Te confirmó el agente - Pero mejor no apure en la hora a primera o a última del día.

Ya por fin saliste de la comisaría y te guió hasta su coche. La primera bocanada de aire de la calle te supo a gloria. El coche de Barton, un deportivo que no estaba nada mal. Subió a su coche y espero a que hicieras lo propio para arrancar.

- Bueno, ya eres libre, por cierto, tengo una pregunta ¿Qué consideras como “raro” en el sexo? Me refiero a que es lo que no quieres hacer – Enarcó una ceja y te miró un instante sin dejar de conducir hacia tu hotel. Su pregunta iría referida a lo que digiste en tu celda de “nada raro”

Asentí cuando me dijo que no apurara ni a primera ni ultima hora. No quería que por una tontería de que un Policía no me abriera por que estaba dormido ,no pudiera firmar.

Al salir a la calle respire y sonreí saboreando la libertad.

Seguí a Barton hasta su coche un deportivo que no estaba mal.

- ¿Como decían? ¿Así de como de grande es el motor igual de pequeña es la llave?.

Monte y entonces arranco dirigiéndonos a mi hotel. Entonces me pregunto por que es lo que consideraba raro. No pude evitarlo y comencé a reir.

Pare de reír y le mire.

- ¿Esa es una pregunta de caballero que sabe tratar a una dama? Este tío era increíble. Pero lo que estaba claro es que no era tonto y hacer un trato con el era como hacer un trato con el Diablo , muy peligroso como leyeras la letra pequeña. Joder no me creo que este hablando esto. Pues no se. Nada de atarme , golpear, morder , sexo anal. No se lo normal de como folla la gente. Le hubiera dicho que sin tocarme o sin besarme pero me temía que si ponía muchas conducciones jodería el trato.

Te miró sin saber que era lo que te parecía gracioso. Pero por suerte se lo tomó con calma.

- No sé como serán los caballeros que tú conoces, pero lo cortés no quita lo valiente. Una cosa es que te trate bien y que sea educado. En circunstancias normales así me considero. Pero si crees que eso significa que no puedo hablar de sexo sin tapujos.... pues estás equivocada. Un caballero no se avergüenza de tratar los temas con franqueza. O al menos, así lo veo yo – Suspiró

- Vaya – Entonces se rió él – Entiendo que no quieras que te ate porque no te fies, pero no acepto que lo consideres como raro – Abrió mucho la boba - ¿Consideras el sexo anal como raro? - Negó con la cabeza – Te queda todo un mundo por descubrir... no te hacía yo tan “modosita”. Francamente he conocido a monjas más experimentadas que tú – Aquello dolió.

Cuando empezó a decirme que no sabia como eran los caballeros que conocía reprimí una mueca de risa.

-No te jode el tío que se cree un caballero. Me chantajea para que me acueste con el a cambio de sacarme de la cárcel , pero el tío se cree un caballero de brillante armadura.

-Pues no lo se llevo varios años en África. Supongo que serán caballeros diferentes. Comente tranquila. Por lo que había visto en el bar Barton era un persona bastante alterable.

Pero cuando empezó a reírse le mire extrañada. Asentí cuando dijo que no quería que me atara por que no me fiaba. Pero cuando dijo que me quedaba un mundo por descubrir y que no me imaginaba tan modosita y que había monjas mas experimentadas que yo fue como recibir un bofetada.

Vale que no era un putón. Pero tampoco era modosita. Es mas recurría al sexo sin compromiso mas que a tener una pareja. Y me consideraba abierta en cuanto al sexo. Pero que este tío me llamara monja me cabreaba de sobremanera.

-Yo...yo... tartamudee un poco presa de la rabia que me había hecho tener con lo de la monja. Yo no soy ninguna monja Dije enfadada. De hecho soy muy buena en la cama es solo que soy Medica y el sexo anal tiene un montón de riesgos. El ano no pertenece al aparato reproductor , por lo que no esta fisiologicamente preparado para hacer el acto sexual. Había entrado en modo medica. Es un organo contaminado con materia fecal y muchos microorganismos. Es mas facil que el preservativo se rompa aumentando el riesgo de contagio y enfermedades. O de producir desgarros en el recto. Ademas si después de penetrar el recto se penetra la vagina sin cambiar el preservativo es casi seguro que se provocara una infección. Nunca lo habia probado ,vale que le había dado la versión mas dura de la parte medica. Existían lubricantes que disminuían el riesgo de fisuras y siempre se podía lavar bien la zona para evitar infecciones , pero lo que no me apetecía nada era que me diera por el culo de una forma literal y figurada como estaba haciendo al obligarme al acostarme con el para salir de la cárcel.

Enarcó una ceja con lo de los caballeros diferentes. La verdad que lo que se imaginó que podías haber conocido allí era bastante diferente, pero tampoco dijo nada al respecto.

Tu enfado le hizo sonreír, aunque no de forma burlona, sino más bien como si tu reacción fuese justo la que esperaba de ti. Te escuchó atentamente y negó con la cabeza.

- Tus argumentos no hacen más que confirmar mi teoría. Vale, no eres una monja, perdona mi comentario. Pero está claro que tus relaciones sexuales han sido bastante... ordinarias y me atrevería a decir que aburridas – Apostilló – He practicado el sexo anal con bastantes mujeres y nunca, repito, nunca he tenido ningún problema. Ni infecciones, ni desgarros... Hay que saber como hacerlo, eso si, y no le resto importancia. También puede resultar un poco molesto al inicio, pero te aseguro que no he recibido quejas. De ahí a decir que se trata de algo arriesgado... - Agitó la mano - En fin.

Suspiró y tomó aire para hablarte con franqueza – Mira, no te voy a obligar a tener sexo anal conmigo, ni te voy a maltratar. Pero si deseas iniciarte en el tema, o en cualquier otro, deberías elegir a alguien experimentado como yo. Sea de un modo u otro te aseguro que voy a tratar de que te resulte todo tan placentero como a mi.

Aparcó el coche cerca del hotel – Hemos llegado.

Cuando estaba enfadada le vi sonreír y me mordí el labio nerviosa.

-Mierda soy estúpida.

Entonces dijo que no era una monja pero si que mis relaciones habían sido aburridas.

-Si tu lo dices. Comente sin echar mas leña al fuego o mostrar mas enfado.

-Vaya si a este paso me va a decir que me va a hacer un Master Class del sexo. Que engreído.

Por lo que observe en el restaurante . Barton era una persona ansiosa, nerviosa y por lo que vi antes y ahora egocéntrica.-Menudo cóctel.

-Gracias me quedare con tu numero por si un día me apetece. Comente irónica.¿Placentero? Imagino quien disfrutara mas de los dos.

Cuando dijo que habíamos llegado levante la vista y vi mi hotel. Di un largo suspiro.

-Bien pues vamos dentro.

Barton tampoco quiso echar más leña al fuego, saltaba a la vista que no estabas a gusto, pero parecía que eso no lo desanimaba. Te daba la impresión que al menos él si se creía con posibilidades de hacerte cambiar de parecer ¿Utopía? ¿Engreído? ¿Egocéntrico? Lo que estaba claro era que Barton era muy peculiar e incapaz de dejar indiferente a nadie.

El hombre se ofreció a ayudarte con la maleta y tras pasar por recepción para decir que volvías a ocupar la habitación subisteis para arriba.

Allí tras abrir la puerta Barton habló de nuevo – No quiero abusar pero... ¿Me dejarías darme una ducha? Me gusta hacer todo lo posible por dar buena impresión. Aunque si deseas hacer uso del baño antes que yo, te cedo el turno, no tengo problema en ello – Te dijo en tono neutro

Barton se ofreció a ayudarme con la maleta a lo que me negué. Con un simple.

-Puedo sola.

Al llegar a la recepción y decir a la dueña que volvía al hotel , juraría que vi su mirada clavada en mi. Que me sacara la policía esposada no era buena señal y siendo un pueblo pequeño estaba segura de que todo el mundo sabría por que me habían detenido. O igual todo eran imaginaciones mías y la señora era simplemente algo rancia.

Cuando subimos a la habitación vi que estaba todo mas o menos como lo deje.

Entonces Barton me dijo ``¿No quiero abusar?´´ -Un detalle .Pensé. Aunque lo que me dijo me sorprendió y alegro por así decirlo. Si perfecto ve a ducharte , tenia pensado decírtelo cuando llegáramos. A simple vista Burton parecía una persona aseada pero no iba a acostarme con el sin que pasara antes por la ducha. Cuando termines iré yo.

Barton asintió - De acuerdo, gracias – Te dijo y sin más demora entró en el baño.

Esto te permitió disponer de unos minutos para arreglar tus cosas o al menos para abrir la maleta de nuevo. Pasado un plazo de tiempo razonable la puerta del baño se abrió de nuevo y el hombre salió con una toalla enrollada por la cintura. No sería el hombre más atractivo del mundo pero al menos tampoco estaba mal.

- Si quieres entrar... - Te dejó la puerta abierta y esperó por lo que tuvieses que decir.

Barton entro en la ducha. Por lo que tuve unos minutos. Se me pasaron muchísimas ideas en esos escasos minutos. Incluso diría que demasiadas. Marcharme a la carrera. Malo inventaría cualquier tecnicismo para que volviera a la Cárcel. Darle una paliza. Provocaría el mismo resultado que antes. Incluso paso por mi mente el hacerlo desaparecer...pero llegue a la conclusión de que no era una asesina. Si había matado a mi padre. Y puede que fuera algo medio premeditado por que llevaba el sedante pero había sido por la rabia de ver a mi madre. Barton era un cerdo asqueroso. Pero en ultima instancia la culpa de estar aquí era mía. Yo mate a mi padre. También pensé en esconder el teléfono y grabar el audio. Pero seria sospechoso hacerle hablar sobre nuestro trato. Barton no era tonto y si dejaba el teléfono lo suficiente a la vista como para que grabara podría verlo y sospechar con lo que rompería nuestro ``trato´´ Y volvería a la cárcel. Para bien o para mal. Lo mejor era pasar este trago cuando antes.

A los pocos minutos salio con solo una toalla enrollada en la cintura. Vale tenia que admitir que no era el tío mas apuesto del mundo ,pero tampoco era un congrio. Seria peor que fuera un gordo sudoroso.

-Si creo que me duchare antes. Y después , pero dudo que el agua limpie la suciedad que sentiré.

Me metí rápida en la ducha. Una vez dentro deje que el agua cayera por mi cuerpo.

Bueno valor Robin. Piensa que hacia mucho tiempo que no echabas un polvo. Intenta olvidarte del soborno. Pero era mas fácil decirlo que hacerlo y mas cuando le rechace en el restaurante. Pero Barton era la prueba viviente del que la sigue la consigue.

Una vez termine salí con un albornoz.

 - Bien ya estoy. Cuando quieras.