Partida Rol por web

Tras meditas distintas opciones finalmente te decidiste por la menos honrosa, pero la más sensata. Al menos te aseguraba que pasado “el trago” serías libre, bueno, estaba lo de pasar por comisaría una vez al día, pero mejor eso que estar entre barrotes.

Barton seguía sentado en la cama tal cual había quedado cuando entraste al baño. Te sonrió al verte salir – Eres preciosa, ven aquí – Palmeó en la cama a su lado y esperó a que lo hicieras. Si finalmente te decides a ello lo primero que hizo fue tocarte el pelo, meter sus dedos entre tus rizos. La yema de sus dedos rozó suavemente tu espalda cosa que te produjo un escalofrío.

Si, tal vez lo mejor era no pensar en que había un trato ahí.

Barton me estaba esperando sentado en la cama. Al verme salir sonrió. Y me dijo que era preciosa. Nunca me había considerado especialmente guapa. Pero a Barton parecía gustarle mucho.

-Bueno vamos a ello Robin.

Me senté a su lado. Su mano fue a mi pelo , metiendo sus dedos entre mis rizos. Luego bajo la mano y la yema de sus dedos rozo suavemente mi espalda bajando parte del albornoz lo que me provoco un escalofrió. Hacia mucho tiempo que no estaba con nadie. Me había centrado demasiado en mi trabajo. Mentiría si no dijera que me moría por un revolcon. El problema era el entorno que flotaba en el aire. Aun así decidí que lo mejor era no pensar en nuestro trato e intentan llevarlo de la mejor manera posible.

Parecía que Barton te estaba tanteando. Su comienzo suave no sería el típico del tío que acude a una prostituta buscando el placer rápido y en especial el placer propio sin importarle lo más mínimo la otra persona.

Se acercó un poco más. Sus labios fueron a tu cuello, a mitad camino entre tu oreja y tu hombro. Pasó sus labios suavemente por allí y depositó varios besos. Luego suspiró y el aire expulsado te creó algunas cosquillas.

Sus besos se fueron dirigiendo hacia tu hombro y tu albornoz bajó un poco más por aquella zona, aunque tus pechos seguían cubiertos. Mordisqueó un poco tu hombro y con su otra mano bajó el albornoz de tu otro hombro.

Desde luego se estaba tomando su tiempo. No parecía una persona que simplemente quisiera meterla en caliente. Lo cual pare que negarlo no era malo. ¿O si? Quería que todo acabara cuanto antes. Aunque prefería las caricias ,a que me hubiera puesto boca abajo y me hubiera penetrado hasta que se hubiera corrido. Al menos así parecía algo mas normal y no tan...sucio.

Se acerco un poco mas y empezó a besar mi cuello.

-Aah. Sus caricias y su respiración me hizo soltar un pequeño jadeo. Siguió besando y mordisqueando mis hombros , con una mano me bajo parte del albornoz hasta tener ambos hombros al descubierto.

-Desde luego parece decidido a tomárselo con calma. Pense mientras le dejaba hacer.

El hombre al menos no estaba resultando ser un desagradable y efectivamente parecía estar tomándoselo con calma. Pero una cosa no le podía pasar desapercibido, estabas quieta, dejándote hacer, algo que era más que comprensible dada la situación.

Barton se detuvo. Algo debió de pasar por su mente. Negó con la cabeza. De pronto sus manos volvieron a colocar el albornoz sobre tus hombros.

Su mirada era un poco triste ahora, pero aún así trató de sonreírte - No. Así no. Lo siento, te pido perdón. Quise conseguir con malas artes lo que no puedo alcanzar. No me debes nada, estamos en paz – Se levantó y se dirigió al baño para volver a vestirse ya que su ropa había quedado allí.

Por el momento no estaba resultando tan horrible y traumatico como yo pensaba. Estaba en una actitud pasiva pero no era la situación mas cómoda para mi.

De pronto Barton se debuto y volvió a colocarme el albornoz.

-¿Que? ¿Que pasa? Pregunte nerviosa sin saber muy bien que ocurría. Trato de sonreír pero sin mucho éxito. Y de pronto de todo lo que hubiera podido imaginar que diría eso era lo único que no me podía imaginar. Acto seguido se fue al baño a vestirse.

-¿No te debo nada? Pregunte aunque fue mas para mi que para el. Me levante y me acerque a la puerta del baño sin entrar. No lo entiendo. ¿ No es lo que querías? Me costaba entender que por fin iba a tener lo que tanto había querido y lo dejara escapar. No es que me quejara , pero me sorprendía mucho. ¿Era por alguna extraña razón?. O ¿por que después de todo se había dado cuenta de que esto no estaba bien?

Aquello te sorprendió tanto que no lo comprendías o te costaba comprender. Barton abrió la puerta del baño ya con los pantalones puestos, pero aún estaba descalzo y estaba comenzando a abrocharse la camisa.

Pero ¿Cómo explicarlo? Resultaba más fácil de sentir que decirlo con palabras – Si y No... Claro que me gustaría costarme contigo, me gustas y estás buenísima – Suspiró – Pero yo no te gusto o no te atraigo, o simplemente no quieres. Perfecto, he de asumirlo, punto – Aquello no debía de estar resultándole fácil de decir.

Se pasó ambas manos por la cara – No te preocupes, no podré trabas en tu libertad. Si quieres también puedo dejar de ser tu abogado. – Levantó un poco las manos e hizo una mueca que trataba de parecer una sonrisa pero sin mucho éxito.

No entendía nada. Escuche sus explicaciones. La verdad es que el hecho de haber cambiado de idea le honraba bastante. El decir todo eso suponía que no le era fácil.

-Barton. Entiende que la situación... Siendo mujer que te hagan chantaje con el sexo no es el mejor aliciente. No se tampoco empezamos con buen pie. Aquel día en el restaurante igual fui algo borde pero necesitaba estar sola por encima de todo. Era curioso y gracioso pero ver ahí con esa cara derrotada y dándose por vencido me hizo sentir.¿Lastima?

Barton siguió hablando y dijo que no pondría trabas a mi libertad y que si quería podía dejar de ser mi abogado. La verdad es que cuando quiso si logro sacarme y tampoco sabia que abogados había en el pueblo.

- No, no tienes que dejar de ser mi abogado. Y agradezco mucho que hayas rectificado , supongo que no es fácil para ti. Me había hecho chantaje. Pero ¿Por que me daba pena? Supongo que estar encerrados con esta cúpula nos vuelve a todos un poco...¿Locos? Hice una pausa. Estaba segura que me arrepentiría. Pero era mi abogado y egoistamente hablando si estaba contento y no deprimido trabajaría mejor. Que arpía me hacia sentir el estar pensando todo esto. Desde que la cúpula empezó , me daba miedo pensar que tenia comportamientos como mi padre. Manipuladora ,a agresiva. ¿Los tenia por la cúpula? ¿O siempre habían estado? Olvidemos todo el tema del trato y del restaurante. Tienes mi teléfono y sabes donde me alojo. Llámame y tomaremos esa copa de vino.

Resultaba todo tan... confuso. La situación en general. Pero al menos él parecía tenerlo más claro que nunca.

- Entiendo la situación perfectamente. Y yo tampoco te hablé bien, disculpa – Dijo mientras acababa de abrocharse la camisa y se sentaba para comenzar con los zapatos.

- Bueno... los teléfonos no funcionan, así que va a estar complicado lo de llamarte – Ese comentario te trajo a la memoria la situación que se estaba viviendo en el pueblo – Pero aceptaré esa copa de vino cuando quieras – Como no concretaste el tampoco lo hizo, seguramente pensando en que lo habías dicho a modo de cortesía, pero que no iba en serio.

La verdad es que Barton era todo un personaje. Incluso acabo disculpándose por la forma en que me hablo en el restaurante.

Entonces comento que seria difícil llamarme por que no había teléfono.

-jajajajajajajaja. Reí mas relajada y alegre que en todo el día. Es verdad no me acordaba. Suspire y me en la cama. Dios,todo lo que a pasado desde que he vuelto al pueblo.

Barton dijo que aceptaría esa copa de vino cuando quisiera.

Bien estaré por aquí o en el Hospital. Déjame una nota el día que quieras. Sera mas fácil tu tienes coche. Recordé como me había quedado sin el.Ah me gusta el tinto de sabor fuerte.

Acabó de vestirse por completo y con otra mueca hizo un intento por sonreír.

- Lo siento, no estoy teniendo un buen día. Si tú necesitas localizarme esta es mi dirección – Lo que te dijo no concordaba mucho con lo que dijiste y nada con tu estado anímico.

Te dejó una tarjeta encima de la mesita, y sin añadir nada más, dio media vuelta. Abrió la puerta salió y cerró suavemente.

Vi como terminaba de vestirse. No entendía nada.

-¿Tendrá trastorno bipolar? Vi como me dejaba una tarjeta con su dirección encima de la mesita y salio cerrando suavemente la puerta.

No entendía nada. Una vez se fue comencé a vestirme con la ropa que había traído de la cárcel. Bajaría a recepción para ver si alguien me había dejado un mensaje y me hacercaria luego al Hospital para hablar con mi madre o para ver si podía ayudar. Una idea paso por mi cabeza. En los pueblos pequeños a veces las autopsias era realizadas en el hospital y no es los laboratorios de la policía. Si pudiera acceder a la autopsia de mi padre , podría hacerme una idea de lo que sabia la policía. Aunque era las autopsias solían tardar unas veinte cuatro horas. Pero siendo mi padre el mejor amigo de Rogers imaginaba que hubiera agilizado mucho el proceso.

Te vestiste y bajaste a recepción. Allí preguntaste por lo de los mensajes. Pero no tenías nada.

Saliste a la calle, parecía hacer un poco de calor para la época que era. Además te extrañó que no había prácticamente nadie por la calle, parecía una ciudad desierta y te resultaba un poco extraña. Sólo habías estado unas horas en la cárcel y parecían años.

No tenías coche así que no te quedaba otra que comenzar a caminar en dirección al hospital, pasados diez o quince minutos llegaste a la puerta. Allí si que parecía haber bastante vida, agetreo de gente y personal médico de un lado para otro.

Como me imaginaba, no tenia ningún mensaje. Tampoco es que tuviera muchos amigos aquí y si le sumamos el haber estado en la carcel...

Al salir a la Calle me quite la chaqueta , hacia bastante calor para esta época. Aunque mejor ,en África hacia siempre bastante calor y ya me había acostumbrado a el. Fui caminando al Hospital. Durante el trayecto fui mirado en pueblo. No había ni veinte cuatro horas en cárcel y esto ya parecía un pueblo fantasma. Imaginaba que que seria por el miedo. Aunque Barton tenia razón en algo dentro de poco el dinero valdrá poco y como no quiten esa cúpula rápido empezaran los saqueos y la situación podría ponerse muy tensa.

Al llegar al Hospital vi que ahí si que había vida y bastante jaleo.

-Bueno tendré que ayudar. Si ese bastardo de Rogers me deja claro.

Con ese pensamiento entre a buscarle para ofrecerle mi ayuda. Preferi a ayudar a un cocodrilo aunque me fuera arrancar el brazo que ayudarle a el. Pero la gente no tenia la culpa de lo gilipollas que era Rogers.

Como uno de los doctores más importantes del hospital, el Doctor Rogers tenía su propio despacho desde el que podía coordinar temas de dirección médica.

Tu intención fue ir a buscarlo en primer lugar, así que te dirigiste al pasillo en el que se encontraban los puestos directivos. Allí el suelo gruñía a cada paso pues se encontraba bastante encerado.

Te situaste ante su despacho y llamaste con los nudillos, quizá no estaba... pero resultó que sí.

Escuchaste un – Adelante – Y tras abrir la puerta el doctor se quedó alucinado al verte – Ahí va mi madre – Fue su primera exclamación

La mejor opción para ayudar en el Hospital era hablar con Rogers. Era uno de los médicos mas importantes del Hospital y si no  quería que ayudará no me dejarian. Y quería ayudar por varios motivos. El primero es que me gustaba ayudar a la gente para eso me hice médica y por eso me fui a África. La segunda es que seguro que andaban mal de personal por la cúpula. La tercera que así podría vigilar a mi madre y la cuarta que si tenían pruebas y me condenaban mi abogado siempre podria alegar buena voluntad. Vale esta era la más egoísta pero no quería ir a la carcel.

Al llegar su despacho llame con los nudillos sin saber si estaría.le escuche decir adelante por l o que pase. Pero su reacción me sorprendió y me dio una pista sobre las pruebas que decía tener al Policía.

- Buenos días a ti también. Dije un poco irónica.por tu cara deduzco que no esperabas verme o al menos fuera de la carcel.suspire.aun así he venido a ayudar.

Suspiró y comenzó a tamborilear su mesa con los dedos – Pues... Eso es totalmente cierto, eres la última persona que esperaba ver por aquí. Supongo que por el desparpajo con el que te presentas no te has fugado sino que de algún modo u otro te han dejado salir – Enarcó una ceja y se puso en pie, le resultó imposible contenerse.

- Verás Robin... Como decirlo... Por un lado, pensando en los recursos y en los pacientes la idea es tentadora pero dime... Asesina, o mejor dicho Parricida. ¿Y quien me asegura a mi que no te vas a cargar a otra persona? Tenerte aquí trabajando no sería un acto de caridad hacia los pacientes ¡Sería una irresponsabilidad! - Con la última frase golpeó con el puño en la mesa.

La situación se tensaba, pero aquí uno de los dos tenía más que perder, y debías de pensar en tu peculiar “libertad condicional”. Aunque siempre te quedaba una tercera opción, darte a la fuga, aunque encerrada en la cúpula no solo había ciudad, también había una buena parte de monte que debía de quedar dentro.

Escuche el comentario de Rogers seria sin decir nada.

-Me han dejado salir. Lo cual por lo que veo te sorprende bastante.

Aunque su reacción siguiente me pillo de sorpresa poco a poco fue tensándose en lo que me decía hasta que dio con el puño en la mesa.

No soportaba a Rogers siempre me había mirado como si fuera comestible y que siempre encubriera a mi padre me desesperaba. Me gustaría poder cruzarle la cara. Pero la Policía había sido clara cualquier cosa y volvía a la cárcel.

Tuve que respirar hondo para calmarme me había llamado asesina.

-Mira Rogers. No mate a mi padre. Si tenia pruebas me daba igual. Era una alcohólico que bebía a todas horas y tomaba pastillas , tu siendo su amigo del alma deberías saberlo. respire para tranquilizarme Y no seré culpable hasta que en un juicio me condenen. He venido a ayudar. Soy medico y de las buenas. En África no tenemos ni una cuarta parte de tus recursos y nos las apañamos para salvar vidas. Mire al techo y luego a Rogers. No he venido a discutir. Si quieres me ayuda te la ofrezco. Si no me marcho.

- No voy a entrar en debates contigo. Yo sé que eres culpable y eso es suficiente, no me vas a convencer con tus artimañas – Te dijo el doctor – Lo del juicio es un mero formalismo, si crees que eso te exime de todo allá tú.

Suspiró fuerte tratando de sacarse la tensión de encima – Bien. Largo de aquí... Emmm sólo un apunte antes de que te marches... - Sonrió de forma cínica - ¿Te crees que no hay cámaras de vigilancia en el hospital? ¿Y que no hay un control exhaustivo de cada uno de medicamentos que se almacenan?

Eso resultó ser todo un mazazo, estaba claro a que se refería. Y la cara del doctor era todo satisfacción.

Escuche a Rogers decir que el juicio era un mero formalismo. Me encogí de hombros cuando dijo eso.

-Bien si no quieres mi ayuda no digas que no te la ofrecí. Y entonces dijo algo que no esperaba. Cuando dijo lo de las cámaras de seguridad. Mi mente volvió a aquel instante en el que entre en la sala de medicamentos. Había cogido el calmante de un frasco a granel. Pero juraría que no había cámaras pero por lo que decía Rogers si debía de haber.¿Y si esa era la famosa prueba que tenia la policía? Aunque el tranquilizante hubiera podido disimularse por la historia de adicciones de mi padre si tenían una grabación en la que se me veía llenar la jeringuilla estaba perdida. Y por la cara de satisfacción de Rogers así era.

Mi cara cambio de golpe.

-Yo...yo creo que mejor me voy. Dije algo nerviosa. Salia a toda prisa de su despacho y me meti en la primera habitación que vi libre. cogí una toalla y me puse a llorar en ella.

Mierda mierda mierda mierda. Dije como si fuera un mantra. Ya podía disfrutar de la libertad por que cuando esa cosa se cayera volvería a la cárcel mas rápido que un caramelo desaparecía en la puerta de un colegio. Lo mas sensato seria escapar. ¿Pero a donde? Esa Cúpula aunque muy grande rodeadaba el pueblo y sus inmediaciones aunque pudiera escapar al bosque el cual conocía en parte de cuando vivía aquí. ¿que haría allí? Mientras la Cúpula siguiera aquí no podía irme o esconderme. Aunque a la menor señal de que iba a volver a la Cárcel tenia que escaparme y esconderme donde fuera y si la Cúpula caía tenia que marcharme a toda velocidad. Tal vez atravesando los bosques. Con todo el jaleo que se formaría tras la caída debería de ser fácil. Pero por ahora tenia que tranquilizarme.

- Vamos Robin. Respira tranquila. Respira. Me decía para obligarme a hacerlo. Tenia que aparentar normalidad o daba igual que llevara pulsera y fuera a firmar volvería a aquella celda que ahora mismo se me antojaba tan pequeña que de solo pensar en ella me faltaba el aire.

Respire hondo y me levante para salir del hospital.