Partida Rol por web

Johnny observó mientras terminaba de cambiar el cargador de su morita como la experiencia en combate de la cabo y la natural habilidad de Crow con su fusil terminaban el trabajo sucio con esos arácnidos. Rápida y letalmente esos últimos cuerpos de quitina dejaron de moverse. Se mantuvo sin embargo en posición de vigilancia y esbozó una amplia sonrisa que mostraba todos sus dientes Wow, todo un despliegue de habilidad Eco. Lanzó una risilla de satisfacción

Sargento, ¿mantengo la posición de vigilancia o retorno a mis tareas técnicas?

Miller avanza con su pistola en alto. No es que sea más efectiva que el morita, pero si aun quedaba algún bicho cerca y le cargaba, no podría defenderse con el rifle de asalto.

Sus pisadas resonaban sobre la nieve, seguidas de Josh, que se estaba convirtiendo en su compañero de "marrones". Alrededor, los cuerpos sin vida de los bichos se cubrían de escarcha y el zapador se preguntó como de gilipollas eran aquellas criaturas para venir a morir a su muro, su muerte no había servido de nada, ¿o si?

Cambio de nuevo la frecuencia para poder hablar con mi escuadrón. Escucho la pregunta de Frost y mientras detengo mis pasos, le respondo:

-No pierdas tiempo Frost, reanuda tus tareas antes de que otra comitiva de bienvenida arácnida aparezca por el horizonte.

Giro y presto atención a la zona de la muralla este. -Porque demonios no informan de su maldito estado... 

-Rodríguez, desde tu ubicación, ¿puedes ver la zona sur de la muralla? Sino es así, baja un poco más y dime como ves su situación. Los muy inútiles de los dos escuadrones asignados en la zona este y sur no me han respondido cuando he solicitado información de su área. Por ahora que sepamos ECO, tenemos constancia de que la zona norte es segura, han arrasado con todos los bichos que han intentando ir a por ellos.

Apreto el puño metálico con mucha fuerza.

Ray levantó perplejo la mirada de su arma recién desencasquillada hacia la Cabo. No, no había escuchado mal. Había ordenado los chicos alambre descendieran de nuevo para rematar faena antes siquiera de haber acabado con los bichos. O tenía unos ovarios más grandes que sus propias pelotas o le fallaba el purificador de oxígeno y se había vuelto majara.

Estaba a punto de abrir la boca para señalar lo evidente cuando escuchó la ráfaga corta de Odonell, seguida del seco estampido del rifle de Crow. Con la boca aún abierta miró más allá del muro y vio caer al bicho de la Cabo. Pero el espectáculo lo puso Crow, al hacer saltar a la cucaracha por los aires con un boquete en el que habría cabido una letrina.

-Me cago en la puta. Nuestro cuervo está hecho una puta alimaña -dijo admirativamente-. Crow, vas a tener que darme algunas clases de tiro o una hostia bien dada, a ver si me quitas el frío de encima y reacciono.

Suspiró. Esperaba que no hubiera un nuevo ataque, pero como decía el poeta, toda situación terrorífica es susceptible de empeorar. De modo que Morita en ristre, clavó sus ojos en la superficie nevada, para ver si veía algo arrastrándose sobre el blanco.

[¿Sargento, me copia? no paro de darle vueltas al tema. Esos bichos no pueden ser tan gilipollas como para venir a estamparse contra el muro sólo para que entremos en calor, hay algo más, pero el trozo de hamburguesa al que yo llamo cerebro no me ayuda en esto, ¿entiende? ¿Para qué cojones han hecho un ataque tan idiota como este?]

Miller era un cansino por naturaleza, siempre se cuestionaba todo y tal vez por la herencia de científico que llevaba en sus genes o simplemente por tocapelotas. El zapador bendijo la radio que le permitía mantenerse en contacto con el resto, casi ignorando que él y Josh estaban muy lejos, fuera del alcance de los morita y servidos a los bichos en una gélida bandeja de plata.

Crown ni se te ocurra pegarle, es mi trabajo por encasquillarse el arma.

Chicos estar atentos, solo es question de tiempo que vengan mas. Y si alguien esta pensando de que esto es el final, asumir que tendremos que salir de aqui por patas tarde o temprano, la question es como saldremos de aquí, bailando a nuestro ritmo o al de los bichos y recordar que tienen muchas patas y pueden pisarnos.

Tranquilo Miller, solo nos estan estudiando nuestra capacidad de defensa, terminar de colgar las alambradas, si podeis estudiar posibles caminos de accesos de los bichos instala las cargas y vuelve a casa. A no ser que el sargento tenga algo que decir.

[Copiado Cabo, creo que no nos llevará mucho terminar a Josh y a mi. Espero que esos hijos de la gran puta nos dejen poner las cargas.]

El zapador miró hacia atrás, al fusilero que le acompañaba y le hizo un gesto tranquilizador con el pulgar hacia arriba.

Entendido Sargento wolf, alto y claro. Hizo una breve pausa y cambió a un tono más personal Va a costarme enfriar la cabeza y volver al configurar las comunicaciones luego de estar un rato acariciando el morita. Se oyó un breve clac cuando ponía el seguro al rifle y lentamente dejaba de apuntar, preparándose para partir hacia el centro de mando, junto al Capitán Tsumina. Esta vez voy a estar lejos de la muralla Josh, tendrás que trepar sin mi. Recuerda encender los motores del traje...

Sin dejar de mirar a los compañeros de escuadra que se dirigen a la alambrada, saco una cantimplora y doy un trago (correr y matar bichos da mucha sed). Y de paso repaso el equipo que llevo colgado no sea que haya dejado parte por el camino.

a Rodriguez se le ilumina la cara y le aparece una sonrisa al ver el ultimo bicho caer abatido al suelo, momento en el que dice: - asi se hace colegas!!!!, si seguis asi me tomare una cerveza a vuestra salud jejejejjeeje.

momento despues el sargento requiere un informe a lo que contesta rapidamente,: - Señor, de acuerdo señor, intentare darle la respuesta lo mas rapidamente y precisa que pueda.

Dicho eso mira hacia la zona sur y al no verlo totalmente se acerca al muro del sur desde el que mirara ayudado por la optica del traje observando el terreno a ver si queda algo, despues le pasara el informe y retornara a su posicion para seguir vigilando su zona.

El trabajo estaba hecho, los últimos bichos habían caído ya. En general los infantes habían hecho un buen trabajo, aunque a los oficiales les preocupa que no fuera suficiente a su llegado momento.
A la par aun no estaban listos para algo serio, los sistemas de comunicaciones aun no funcionaban, el pozo aun no había sido volado, el sistema de luces que quizá no necesitaran tampoco funcionaba. Estaba también el asunto de la cerca que aun no estaba terminada y el hecho de que aun no pudieran echar a andar el lanzamisiles.
El combate no había tenido realmente hechos trascendentes salvo quizá el ataque del Hopper al técnico del escuadrón Heat y el que tanto Garth de la Fox como el cabo Evans de la Eco estuvieran apunto de ser alimento para bicho.
El pelotón tenía tiempo para prepararse y terminar sus labores, el clima hostil había amainado y ahora podían observar hasta cerca de un kilómetro en el horizonte. Todo estaba en calma, lo único que se podía ver era a los cadáveres de los bichos regados por la zona y que poco a poco eran cubiertos por una fina capa de nieve.

-Esto no ha terminado señores, quiero un recuento de los daños de inmediato. Hay que terminar con todo lo que quedo pendiente cuanto antes, no sabemos en que momento esas cosas caerán de nuevo contra nosotros-

Crow sonrió para si mismo, el tiro había salido a pedir de boca, esperaba poder repetirlo pronto.

La camaradería comenzaba a obrar sus frutos en el grupo, expuesto  - al menos – a una situación peligrosa los miembros de la infantería móvil tendían a liberarse del stress haciéndose chanzas o charlando entre ellos.

Algo típico entre los infantes.

Gracias Bauer y Rumsfeld, y no señora no seria capaz de quitarle su trabajo, dijo con un tono de voz extrañamente alegre en el silencioso infante.

No lo habría admitido públicamente, pero comenzaba a sentirse a gusto.

Al escuchar el mensaje entrante del Capitán Okaka Tsumina, rapidamente cambio el canal para poder responderle. -Señor, ninguna baja y ningún herido en el Escuadrón Eco, señor. El técnico Frost reanuda sus tareas de reparación, ahora mismo se dirige hasta su posición, señor. Miller y Garth han vuelto a descender la muralla para terminar de colocar el alambre. Hago una breve pausa para coger aire. -Por ahora no hay movimiento enemigo, el clima hostil ha amainado, por lo que podemos ver hasta casi una distancia de un kilómetro. Señor, con el debido respeto esto no me gusta, han venido muy pocos bichos a recibirnos, no es lo normal. Sospecho que la verdadera comitiva de bienvenida será más numerosa, debemos terminar con los preparativos cuanto antes. También tenemos otro problema señor, cuando habíamos terminado de matar bichos en nuestro perímetro, solicite estado del resto de escuadrones para saber como les iba a ellos o si necesitaban ayuda, pero solo recibí el informe del escuadrón asignado a la parte norte, los otros dos escuadrones no me han informado, y eso me parece una falta de organización por sus respectivos jefes de escuadrón. *Corto*

El técnico palmeó al Caín en el hombro mientras bebía y chequeaba su equipo, con una sonrisa torcida Tranquilo, Rumsfeld, que el agua alcance hasta el final de la misión. Cuida el puesto mientras sigo tocando cables con el capitán. Siguió caminando a paso tranquilo, tratando de ahorrar energías y volver a poner la cabeza en las tareas que debía finalizar, que si bien no eran peligrosas, eran vitales para la misión de la infantería móvil. Cuando pasó cerca de Baron lo saludó con un movimiento de cabeza Escuché como te descargabas con ese pobre bicho, deberías guardarte algún insulto para los que siguen, o te vas a quedar corto compañero.

Cuando estuvo cerca de la cabo y el teniente los saludó a ambos con respeto pero sin detenerse Todo un ejemplo en el campo de batalla cabo, da seguridad al grupo el tenerla codo a codo machacando bichos.

Avanzó hacia el centro de comando ya sumido en sus pensamientos, imaginando como tendría que temrinar esas calibraciones y como sería ese escáner.

Vamos Eco, para la próxima oleada debemos estar el doble de organizados y preparados.

La adrenalina no había desaparecido. Seguía circulando por las venas de Bauer, pero también era consciente del bajón, de esa fase que seguía a una situación de tensión, a esa descarga de serotonina que hacía que el cuerpo tendiera a relajarse. Como tras un buen polvo. Solo que el suyo había sido desastroso. Sin embargo, pese a todo, las cosas habían ido bien. Ninguna baja en el escuadrón Eco y ni un bicho superviviente. Quizás por ello había un tiempo para la exaltación, la sensación de triunfo, la camaradería y el humor.

-¿De verdad que quiere pegarme, Cabo? Con todos los respetos, no sabía que le fuera ese rollito. Aunque visto lo visto, lo prefiero a que me pegue un tiro. Ahí sí que no levantaría cabeza. Bueno, ni cabeza ni nada -dijo echándose a reír.

Se separó un tanto del muro. Su cargador estaba a medias y tenía otro completo. Era el momento de empezar a hacer las cosas bien y con tiempo, ahora que disponían de un aparente respiro. Algo que probablemente no duraría. Miró alrededor, en el suelo, y vio la bala que se había encasquillado. La recogió y se la guardó como recuerdo de algo que no debía volverse a producir. Lo que habían vivido quizás fuera un ataque definitivo, quizás una avanzadilla, siendo esto último lo más probable. Suspiró. Una mezcla de resignación, cabreo y frustración. Todos podrían grabar en sus culatas alguna muesca. No era su caso.

Sacó el cargador semivacío y lo sustituyó por el completo. La vida no solía dar segundas oportunidades cuando lo que tenías delante eran putos bichos. Bauer sabía que había tenido suerte de estar acompañado por el resto de los Eco. En otras circunstancias, con otra gente, quizás... Sí, tenía una nueva oportunidad. Posiblemente era la última que se le regalaba. No podía volver a fallar a los suyos. Y quizás tampoco tuviera oportunidad de volver a cantar. Y la letra, primero semisusurrada, cobró fuerza en aquel páramo helado ahora tranquilo.

Más gusta jo,
más gusta jo,
más gusta joven y bella,
como una pu,
como una pu,
como una pura doncella;
y con mi Pi,
y con mi Pi,
y con mi pipa en la mano;
toco las te,
toco las te,
toco las teclas del piano.

Límpiate el cu,
límpiate el cu,
límpiate el cutis, morena;
con ese cho,
con ese cho,
con ese chorro de crema.

Tengo los hue,
tengo los hue,
tengo los huesos molidos,
de tanto fo,
de tanto fo,
de tanto fostiar bichos.