Partida Rol por web

El herido fue estabilizado. Sus quemaduras revestían gravedad, pero posiblemente recuperara gran parte de los tejidos con un correcto tratamiento de inmersión en bacta. La esposa del herido derramó un millón de gracias sobre Mazar, al tiempo que pudieron escuchar el rumor de la lanzadera TIE/Sh aterrizando en el poblado.

Mientras embarcaban al herido y los civiles, los exploradores fueron revisando los contornos en dirección este. No debieron andar demasiado, pues había en aquella selva figuras ocultas. El infrarrojo indicaba alguna especie de camuflaje óptico, pero la distorsión de éste campo era visible en el modo visión nocturna. Las figuras parecían espiarles, desde la distancia, preparadas para intervenir. No eran muchas, o eso parecía. ¿Exploradores quizá? Lo que estaba claro es que eran soldados, por que el perfil mostraba una armadura y algo parecido a un fusil.

Lily dio con la posición elevada. Realmente, en aquel llano, lo más elevado que había era lo alto del silo donde los lugareños guardaban el fruto de su trabajo. Para ir hacia una posición mejor, había que caminar hacia el oeste, siguiendo el sendero ladera arriba, que era el camino que había seguido Mara Jade. La lanzadera Sh ya remontaba el vuelo, dispuesta a la retirada.

-Atención, movimiento en el bosque -informó la piloto de TIE- Del este hacia nuestra posición, a tres o cuatro clicks. Movimiento nutrido de fuerzas enemigas, número sin precisar.
-Aquí base avanzada. El radar muestra numerosas señales de pequeño tamaño acercándose a su posición por vía aérea.

Sacaron los prismáticos y comprobaron el alcance de la amenaza. Parecía un ataque combinado tierra-aire. En el firmamento, un haz de pequeñas naves automatizadas al estilo de los droides de las guerras clon, que se acercaban a gran velocidad. El TIE/Sh ganó altura a gran velocidad, escapando de la amenaza. No obstante, iban a afrontar un ataque con sus fuerzas divididas y el único apoyo de dos TIE interceptor en el aire. ¿Sería suficiente?

Me encontraba acariciando el silo de alimentos. Tenía que comunicarlo a mis superiores, tampoco me parecía la mejor posición, ya que cualquiera que subiera ahí arriba acabaría muy expuesto al ser el único punto elevado en el terreno, pero tener conocimiento de ello, seguramente era importante para el mando.

Pero cuando estaba desplazando la mano hacia el comunicador, este se activó alertándonos de un movimiento en el bosque. Asustada, miré a los lados con nerviosismo, me había alejado demasiado del resto y me sentía totalmente desprotegida.

Lamentablemente, no tenía tiempo para volver con los demás ya que enseguida puede ver como empezaban a dibujarse unas pequeñas figuras en el cielo, se acercaban a gran velocidad. No esperé ni a verlas disparar y me arrojé contra el suelo, dando un par de vueltas, rodando por el barro y la maleza, hasta que me quedé quieta, en una posición mucho más segura.

Cogí el bláster y empecé a manosearlo histérica, preparándome para lo peor, había multitud de enemigos y no sabía bien que esperar de ellos. Cuando conseguí tranquilizarme un poco del estado de excitación inicial. En esta posición estaba protegida, así que decidí activar la radio, para dar mi localización. -Estoy sola… cerca del silo…- A partir de ahí, solo me quedaba alzar mi arma y defenderme, a la espera de que los refuerzos llegaran cuanto antes. 

Ah, joder. 

Los pitidos de alarma en el comunicador fueron como música en los oídos de Yoyuc. Para esto se había alistado. Un escalofrío de excitación le recorrió el espinazo : sentía verdadera curiosidad por ver al enemigo. En el fondo daba igual, claro, nunca se había encontrado soldados enemigos que fueran inmunes al fuego  (exceptuando blindados, aeronaves, armaduras integrales y aquellos malditos mercenarios dreeglok de Pamisha IV) o a la culata de un blaster  (cuando todo lo demás fallaba).

En cualquier caso, tocaba cubrirse. Los depósitos de un lanzallamas eran muy vulnerables a los disparos.

Yoyuc corrió hasta los restos de un deslizador cercano a la línea del perímetro. Era bastante cobertura y estaba muy cerca de la selva. El enemigo vendría (probablemente) por allí amparándose en los arbustos. Y el lanzallamas de Yoyuc les estaría esperando. 

-Mantén la calma, niña-dijo por el comunicador. Intentó sonar reconfortante pero con su vozarrón aguardentoso parecía más un bantha moribundo-Estos no cogen prisioneros. 

La situación parecía controlada o eso querían hacer creer pues tras el despliegue de las fuerzas imperiales se inició lo que parecía un nuevo ataque.

Las comunicaciones de los TIE en el aire no dejaban lugar a dudas, se acercaba un fuerte destacamento que les superaba.

Era el momento de actuar, no había tiempo para dudas.

Se acerca un ataque aéreo. Sargento, Mazar al APC. El resto lleven a los colonos dentro del edificio.

Dallin hacia aspavientos con su mano indicando a soldados y colonos que buscarán refugio dentro ya que en campo abierto eran totalmente vulnerables a un ataque aéreo.

Delta, Delta. Aquí teniente Dallin, nos encontramos en el asentamiento atacado,
drones enemigos y unidades terrestres se nos echan encima. Solicitó refuerzos inmediatos

Tran la comunicación con el mando y mientras el propio Dallin buscaba refugio volvió a usar el comunicador para Mara y Taldor.

He solicitado refuerzos, mantendremos posición en el asentamiento resistiendo ante su llegada y para cubrir su repliegue.

Tras estabilizar al herido se procedió a la evacuación de los pocos supervivientes, algo que Aiden agradeció ya que tener civiles en una zona de combate era todo un incordio. Mejor que los sacaran de allí antes de que empezara el jaleo de verdad. El cual, para sorpresa de pocos, no se hizo mucho de esperar.

Los exploradores los alertaron de que se el enemigo se aproximaba, los superaban en número y su armamento no era nada desdeñable según lo que habían visto en la base atacada. El primer encuentro con los alienígenas estaba a punto de tener lugar. Los atacantes se componían de infantería y droides voladores de pequeño tamaño. Aiden había vivido las Guerras Clon y no reconocía el diseño de los mismos, sorprendentemenre pequeños. Pero sabía que no debía subestimarlos, el par de cañones de tenían no tenían pinta de poder ser tomados a broma.

El álferez Dallin rápidamente se puso a impartir órdenes, Aiden hizo lo mismo disponiendo a su escuadra para el combate - Honaka, refuerce la posición de Lily y mantenganla. Mazar, ocupe la torreta superior del transporte - moverlo quedaba descartado ya que era la única barrera que tapaba la entrada al poblado, y sacarlo de allí les daría vía libre a los soldados enemigos para penetrar en sus defensas, pero la torreta si podía serles de ayuda. Vió que Yoyuc ya se había colocado en una posición óptima para usar su arma, de gran poder destructivo pero con un alcance demasiado limitado para el gusto de Aiden. Él por su parte corrió hacia el vehículo y se apostó tras él, con el DLT-19 preparado para ametrallar al primero que se acercara.

Sus ojos se encendieron por la emoción cuando la Vong se lanzó al ataque sin contemplaciones, bien era conocido que aunque podía ser una gran diplomática, si se lo proponía, era más una mujer de acción y parca en palabras. Más cuando se trataba de “Jedis”. Sabía que ponía en peligro a sus sobras con aquella temeraria decisión pero eran Death Troopers, estaba segura que mostrarían su valía mientras ella se ocupaba de la mujer. Si era necesario la mataría, aunque se conformaba con dejarle tullida y sacarle algo de información antes de acabar con ella.

Pudo reconocer su estilo de combate en cuanto arremetió contra ella, estaba usando su forma predilecta de combate. ¿Acaso pretendí dar a entender que la conocía mejor que ella misma pese a ser la primera vez que se batían en duelo? Estuvo tentada de responder con otra esquiva distinta pero no iba a mostrar debilidad ni duda, de manera que afianzo sus pies y se dispuso a detener el ataque de la feroz mujer.

Y así lo hizo, los sables láser se encontraron haciendo saltar las chispas entre ellos dejando que el característico sonido de su choque resonara por el templo. Rápidamente e ignorando la llamada de Dallin, avisando del ataque que esta a punto de sufrir el asentamiento de colonos, contraataco con un ágil movimiento.

Vi elevarse al TIE después de cargar al herido y su familia. Parece que todo iba bien, hasta que desde los exploradores TIE nos advierten de que un pequeño numero de enemigos voladores se acerca rápido a nuestra posición:-Esto me pasa por abrir la boca.-me dije a mi mismo en voz baja aunque sólo lo hubiera pensado. 

Dallin estaba dando las órdenes mientras yo estaba oteando el cielo con los prismáticos para localizar la posición desde donde atacaría el enemigo. El Sargento Aiden me manda con Lily para reforzar ese lado del poblado:-Si, sargento.-dije asintiendo y luego contacté con Lily, mientras avanzaba a zancadas hacia su posición:-Voy para allá nena. Entro por el sur.-

Con el rifle en ristre entré en el silo y vi a la mandaloriana a cubierto esperando:-Parece que se aproximan por el este, vamos a ver qué podemos hacer hasta que vengan los refuerzos.-le expliqué mientras me quitaba la mochila de la espalda para que no me molestara para moverme y ajusté la mira del rifle blaster y comprobé el nivel de munición que tenía. Hice lo mismo con la pistola:-Tenemos que racionar la munición. Ráfagas cortas y apunta bien. Avisa cuando recargues y démosles una paliza a esos hojalatas.-

No le dio tiempo ni a reaccionar. Las "cosas" les superaron a una velocidad increíble. No se podía imaginar que esos robotitos voladores, armados como si fueran soldados, pudieran disponer de semejante velocidad y potencia de fuego: - Espero que por lo menos no sean también muy resistentes.

- Chicos cobertura de fortuna, fuego a discrección.  Es lo que alcanzó a decir, mientras sus reflejos y la costumbre que tenía su cuerpo de quitarse del medio de las zonas batidas por el enemigo, le lanzaban sobre unos matujos que le llenaron más de barro e inmundicia de lo que antes podía imaginarse que estaría. - Esto va a costar horas limpiar.

Dadas las órdenes, me apresuré a estabilizar al superviviente. La mujer twi'lek aguardaba con angustia abrazada a sus dos criaturas a pocos pasos de la camilla donde habían colocado a su malherido esposo.

En los años de servicio en la academia había tenido muchas intervenciones parecidas, pero siempre dentro del entorno militar. Esta vez la cosa cambiaba. La familia entera observaba como empezaba a sacar los utensilios médicos. Noté la presión de "trabajar" siendo observado.

La expresión torcida en la cara de la mujer me produjo una gran turbación, balbuceaba con voz entrecortada que ayudaramos a su amado con un fuerte acento, se notaba que era una familia muy unida y sufría al ver en esas condiciones a su cabeza de familia. Pensé en el papel del Imperio en la Galaxia y el deber de proteger a sus ciudadanos. Más que nunca estaba cumpliendo con aquella premisa. El sentido del deber se mezcló con la adrenalina del momento, mis manos trabajaban rápidas, pero el casco me estorbaba en aquella tarea.

Me quité el casco y lo tiré a un lado, desvelando mi enmascarado rostro. El niño pareció asustarse ante la revelación de mi rostro alienigena, recogiendose tras la pierna de su madre, que junto a su hija sin embargo parecieron más sorprendidas que asustadas. Miré a la twi'lek y dije con lo más parecido a una sonrisa que me permitían mis facciones:

"- Tranquila señora, su esposo está en buenas manos. El Imperio esta aquí." Le asentí con la mirada reforzando la seguridad de mis palabras.

La mujer que aún estaba asimilando el aspecto de aquel soldado de asalto tan poco ortodoxo y de voz extraña, consiguió sacar una sonrisa de su boca, aunque triste, esperanzada, mientras una lágrima se derramaba de sus grandes ojos y se mezclaba con la lluvia.

"- Tiene que salvarlo... Por los dioses, es lo único que nos queda, han acabado con... todos... nuestra comunidad... mis hijos... ¿Qué haremos si...?"

La cogí de la mano y apreté firmemente.
"- No. No permitiré que le ocurra nada."

No sin dificultad, bajo ese agua interminable, estabilizé al hombre que había recobrado la consciencia poco a poco. En cuanto fijó la vista en mí, en un arranque de confusión me agarró del borde del cuello de la armadura, sorprendido al ver mi rostro desconocido para él. Percibí su miedo. Le cogí de la mano en tono apaciguador.

"-Tranquilo señor, está a salvo."

En ese momento reconoció la armadura y pareció calmarse.

"- ¡Mi mujer! ¡Mis hijos! Dónde... ¿Qué ha pasado? ¿Dónde están?"

"- Están bien. No se han apartado de su lado. Tiene una familia maravillosa, es usted muy afortunado... Siento lo que ha pasado. Son casi los únicos supervivientes aquí."

"- ¿Los únicos? Dios mío... ¿Qué haremos ahora?" Intentó incorporarse, dolorido, volviendo su mirada hacia su familia. La mujer se abalanzó sobre él, que se quejó bajo sus quemadruas, hecha un río de lágrimas pero con alivio y alegría en su rostro.
Ambos sollozaron abrazados a sus hijos.

"- Gracias señor soldado." Me dijo la pequeña que me abrazó de improviso. Aquel gesto me pilló con la guardia baja. Tras un segundo estupefacto, ahí arrodillado, le devolví el abrazo, que pareció durar una eternidad. Una sensación de orgullo y deber cumplido me llenó por dentro. La twi'lek me dirijió una mirada llena de agradecimiento. Se desprendió en un millar de agradecimientos mientras yo me levantaba y le acariciaba la cabeza a la niña que volvía con sus padres.

No había sido una intervención demasiado dificil, y no tenía demasiada importancia para la misión. Pero estando allí, con aquella familia, todo se veía desde una perspectiva muy diferente. Para ellos aquel rincón de la galxia, era su mundo entero. Y se lo habían arrebatado casi todo. Gracias al Imperio podrían vivir para contarlo un día más. Juntos.

Recogí mi casco del suelo. Se oyó el estruendo de un caza TIE.

Al ponerme el casco empezé a recibir las comunicaciones por radio. Venían enemigos.

"- La madre que..." Susurré.

El TIE/Sh aterrizó justo a tiempo para empezar la evacuación.

Recibí las ordenes del Dallin y Jelal.

Cita:

"- ¡Rápido tenemos que evacuarles, suban a la nave!"
"- ¿Qué... qué pasa, qué ocurre?
Preguntó angustiada la mujer.
"- Se acercan enemigos. ¡Vamos! ¡El resto a cubierto!"

Juntos llegamos al TIE/Sh y subimos al padre herido.
"- Suerte. En seguida estarán a salvo en la flota. Vosotros cuidad de vuestro padre y vuestra madre, ¿eh?."
"- ¡Gracias, gracias! ¡Nunca olvidaremos lo que ha hecho por nosotros!"

Me despedí de aquella gente, la escotilla del transporte se cerró y despegó raudo. Me apresuré a ocupar mi puesto en la torreta del APC. Vi como Honaka marchaba hacia el silo al encuentro con Lily. El sargento se colocó parapetado tras Yoyuc. Cargé la munición de la torreta y me preparé mentalmente para lo que se avecinaba. Ya estaban casi encima de nosotros.

Sarah recibió el impacto de su propio disparo del rifle desviado y devuelto por la enemiga, usuaria de la fuerza a la que acaba de disparar. Por suerte al desviarlo, el haz de energía se debilitó y al impartar en su hombro izquierdo no le provocó mas que un pequeño roce en la armadura y seguramente un buen moratón cuando se mirar la herida.

Reponiéndose al momento, escuchó por línea interna como Tremayne que les estaban cortando la retirada a su espalda. Un grupo de soldados enemigos ataviados con unos con unos cascos extraños con una luz roja central, se habían situado a su espada, cerrando la entrada para todo aquel que quisiera salir.

Por si fuera poco, dos de ellos entraron y comenzaron a subir las escaleras buscando una posición elevada que les diera ventaja. Al verlos Sarah cambió de objetivo y se lo dijo a Tremayne.

-¡¡Tanque!! ¡¡Dos a tus cuatro, suben la esclera!!

Mientras decia esto la death tropper apuntaba a uno de los que subían por la escalera, apuntando al cuello que parecía que era el punto más débil de su armadura y le disparaba.

Se había parapetado tras la puerta, así que solo pudo realizar un disparo. Esperaba que fuera suficiente, por lo que apuntó a aquella luz roja del casco. Los dos tiros dieron en su blanco, y sendos enemigos cayeron al suelo, al parecer sin vida. Las armaduras que llevaban hacían un ruido característico al caer, aunque menos aparatoso que las suyas.

Inmediatamente, el grupo de enemigos que estaba justo detrás se puso a cubierto de la mejor manera que pudo: detrás de los árboles, de rocas y hondonadas. Se habían puesto sobre alerta. Un par de ellos sondeó su defensa disparando con sus armas. Su chasqueo era característico: cargaban una especie de pulso electromagnético y lo lanzaban a una gran velocidad. Cuando impactaba contra un objeto, explotaba en una descarga de energía que apenas emitía sonido. Frente al poder de penetración de sus bláster, éstas armas "destruían" la armadura y poco a poco sus coberturas. De hecho, con aquellos disparos apunto estuvieron de abrirse dos boquetes en la pared de piedra.

Los sables volvieron a chocar. Las dos mujeres se quedaron mirando, cara a cara, a pocos centímetros la una de la otra. Mara Jade, seria y con los ojos entrecerrados. Su enemiga, con un rostro de locura homicida en los ojos. La mano enguantada se movió, intentando el viejo truco de empujar con la fuerza para romper el bloqueo de los sables y el horrísono chirriar de sus haces de plasma.

Pero la Vong estaba prevenida. Con un gesto equivalente, comenzó a agitar los midiclorianos a su alrededor. Era buena en aquello, por que sintió como rápidamente la fuerza que había concitado en su ayuda se volvía en su contra. Ahora, la enorme fuerza la empujó a ella hacia atrás, haciéndole apagar el sable y girar sobre si misma para evitar una de las columnas. Cayó, cambiando de plano horizontal a vertical para frenar el impulso con las piernas recogidas y las botas raspando el enlosado del templo. Fue un movimiento antinatural, elegante, pero ella acostumbraba a hacerlos con facilidad. Las proezas físicas de las que era capaz habían encandilado al emperador y constituían una fuente de envidia por parte de lord Vader, incapaz de realizarlas con aquella pesada armadura y el cuerpo mutilado.

Aquello se ponía en serio, la capucha le había caído hacia atrás y ahora tenía el pelo suelto. La mayoría de los combates siquiera la despeinaban, y éste estaba comenzando a hacerla sudar. Volvió a encender el sable, un segundo antes de que su enemiga atacara con furia.

Los droides del enemigo cayeron sobre el campamento derramando sus disparos contra todos lados. Se concentraban, no obstante, en las estructuras, en un primer instante, como si sus escáneres hicieran tiempo para detectarles. Los disparos destruían la chapa más fina, que desaparecía calcinada tras un breve e intenso flash. Sus armas apenas hacían ruido al impactar, solo al preparar el disparo.

Yoyuc tuvo que agachar la cabeza, pero luego el mismo dron se concentró en las inmediaciones del silo, donde disparó en dirección a Lily y Honaka, que se salvaron del fuego casi de milagro. Disparos desde la torreta del APC, con poco éxito. Aquellos chismes eran ágiles, y se necesitaba pericia y fuego continuado para acertarles. La situación fue salvada por el artillero del AT-ST cercano, ya que al pararse el dron para apuntarles mejor tuvo una ventana de oportunidad para pulverizar al aparato con sus autocañones bláster.

La torreta comenzó entonces a dar en el blanco. Uno, dos... caían con facilidad una vez alcanzados. Sin embargo, seguían siendo una molestia zumbante sobre sus cabezas. Por eso, la piloto del TIE atrajo su atención haciendo una pasada cerca. Los drones se concentraron entonces en perseguirla, alejándose de sus cabezas.

Tuvieron el tiempo suficiente para salir de sus escondrijos y volver a vigilar el perímetro, por que los scout troopers comenzaban a verse superados. Se retiraban manteniendo disciplina de fuego, desde el este, y de ésta forma provocaron que el enemigo tuviera que renunciar a su camuflaje para devolver el fuego. Cayeron tres de los scout, durante la retirada, pues una vez que te alcanzaba uno de aquellos fusiles, tu armadura reventaba como si fuera la cáscara de una nuez.

-Scout entrando por el este, contengan el fuego -ordenó Silky.

Dallin había intentado llamar a Mara Jade para informarle de que lo más prudente era replegarse. Pero ella, por alguna razón, no contestaba al comunicador. El asunto pintaba mal, y se ponía peor mientras los últimos scout entraban por la brecha este del perímetro y tomaban posiciones en el perímetro de la defensa. El AT-ST que estaba en la plaza se acercó por detrás para proporcionar fuego de apoyo pesado, pero aquello tenía todos los visos de ser una carga a pie del enemigo.

Le veían acercarse entre la maleza, a 100 metros, con buena velocidad. Al salir de la línea de árboles, los tuvieron a tiro. El AT-ST hizo un buen trabajo, pero si la mayor parte de los soldados no cubrían el acceso al este, la carga les superaría con facilidad... incluso contando con la ventaja que suponía el lanzallamas de Yoyuc.

Se replegaban a la desesperada. El empuje era tremendo y el ancho de su avance imposibilitaba el flanquearlos, dejarlos pasar y cuando hubiera el enemigo superado sus posiciones, machacarlos entre dos frentes. No había manera. Les había descubierto el enemigo a la vez. - Si los hubiera detectado antes ...

- Chicos como ensayamos. Fuego de cobertura y repliegue, fuego de covertura y repliegue, por turnos los binomios...

- Por lo menos sus armas no son escandalosas ... pero eso hace más complicado el detectarles. Mierda frita. Estaba frustrado por su trabajo. Había hecho lo que se esperaba, pero no lo bien que él deseaba. Esperaba que pudieran sobrevivir a ello, pero la batalla tendría un coste ... y por ahora eran 4 de los suyos. - Mierda frita.

- Los que queden solos acompañen a binomios conformados. Estaban empezando a pagar con sangre aquello y no le gustaba lo más mínimo. Ellos creaban inteligencia. Ellos decubrían al enemigo. Ellos .... ellos estaban siendo pateado. Coordinaba órdenes con sentimientos. Las órdenes eran profesionales, los sentimientos encontrados. Entonces, llegando al recinto comunicó por radio. - Solicito fuego de cobertura y apoyo. Nos estamos replegando. No había tenido respuesta y no sabía si su última comunicación había sido escuchada por alguien.

Parapetada como estaba en detrás de una columna, Sarah apuntó con su rifle a los enemigos que se apostaban a la salida del templo y que estaban disparndo ese arma rara que parecía poder con todo. Debían darse prisa en conseguir hacer una brecha por la que poder escapar o pronto acabarían con ellos aunque fuese derribando todo el templo.

Mientras la death trooper hacía hablar a su rifle, habló a su compañero Tremayn.

- ¡Tanque!, encárgate de la cobertura yo de los enemigos.

Sarah no había elegido a la ligera a su compañeros de equipo, sabía que ese grandullón que era Antinnis, era un portento con armas pesadas*, lo que complementaba a la perfección con lo experta que era Sarah con su rifle.

La batalla se les echaba encima, los primeros disparos de los drones se dejaron caer mié tras tomaban posiciones.

Aquí Dallin, los tenemos encima comunicó el oficial solicitando nuevamente refuerzos.

Yoyuc, fríelos enciende toda la emplazada este en cuando lleguen nuestros exploradores, el humo nos protegerá de los drones y sellar en os un acceso. El resto fuego de cobertura mientras se repliegan nuestros hombres. Maldita sea, Lily la torre, necesito unos ojos allí arriba.

Mara no había dado señales de vida aunque a Dallin no le cabía duda de que sabía cuidarse sola.

El enemigo atacaba con todas sus fuerzas por un único frente, en una carga que podía acabar arrollándolos dada la formación disperasa de la escuadra. Aiden vió aquél peligro y rápidamente ideó un plan para reorganizar sus fuerzas al tiempo que no daban cuartel a los atacantes. Contacó por el comunicador del casco con el alférez Dallin para proponerle su curso de acción - Señor, sugiero aguantar lo que podamos el perímetro exterior y entonces fingir que retrocedemos hacia el oeste, así obligaremos al enemigo a entrar en el centro del poblado y quedar al descubierto de nuestras armas. De lo contrario podrán volver a usar la cobertura de los árboles, y de ese modo también podremos reunir a los nuestros y formar una posición defensiva sólida - aunque viendo la potencia de las armas enemigas y como ni siquiera la armadura de fase IV aguantaba un disparo contra ellas, sería mejor que Mara Jade y el par de Death Troopers no tardaran demasiado en regresar.

Mientras esperaba respuesta de su superior, se asomó tras  la cobertura en la que estaba y preparó su arma. Yoyuc estaba escondido unos metros por delante de él, a la espera de que el enemigo entrara en el rango de alcance de su arma. Mientras, Aiden se dedicaría a cubrirlo para que los atacantes se centraran en él y el fuego los pillara por sorpresa. Dejando escapar lentamente la respiración, apretó el gatillo y una ráfaga de rojo láser tras otra salió de su blaster de repetición. Ya había visto como de mortíferas eran sus armas, ahora era el momento de ver si sus defensas eran igual de buenas.

Los disparos del dron habían impactado muy cerca, los había sentido, pero no había llegado a verlos debido a que me había lanzado contra el suelo para cubrirme, me debía haber ido de muy poco. Suspiré aliviada mientras hacía acopio del valor necesario para levantar la cabeza.

La levanté, pudiendo así ver a Honaka muy cerca, no lo había visto llegar. Al menos no estaba sola, le hice un gesto de agradecimiento con la mano.

Por el comunicador podía escuchar las órdenes de Dallin, quería que subiera al silo, a mí no me parecía una buena idea, pero tampoco sabía bien que hacer sino, así que serpenteé entre el barro acercándome a las escaleras del silo, antes de incorporarme miré a los lados rápidamente, asegurándome de cuando era el mejor momento para subir, luego me colgué el bláster del hombro y empecé a trepar lo más rápido que podía hacia lo alto de la estructura.

Una vez arriba, me coloqué como pude y saqué el arma, intentando apuntar a los drones que nos estaban atacando desde el cielo, en cuanto uno se hubo aproximado lo máximo posible disparé una ráfaga, los haces láser parecía que habían dado de lleno en la pequeña nave no tripulada.

Pero aun quedaban muchas más, de momento no podía alegrarme.