Partida Rol por web

¿Qué sucedió a cada investigador tras los horribles acontecimientos que habían tenido lugar en Yokelville?

26 de Febrero de 1922

Paseo por la libreria ojeando los estantes con las manos tras la espalda. La larga gabardina ondea abierta empujada por el aire de un ruidoso ventilador al fondo del pasillo. El librero me mira con aburrimiento desde el mostrador y mi hijo Pol me sigue callado con un par de libros en sus manos. Acaba de cumplir nueve años y paseamos en busca de algunos libros para el colegio y otros que deseo que lea, saco de un estante un gordísimo tomo de la historia de los EEUU, Pol me mira con horror y yo asiento con la cabeza silenciando cualquier queja.

Mis pasos se detienen arrastrando las suelas hasta quedar unidos y saco un oscuro libro fechada su imprenta de Diciembre de 1921, la cubierta es negra y en letras rojas puede leerse

Demencia

Strawberry pasa la a la primera hoja donde puede leerse al completo

Demencia, un relato acerca de la histeria colectiva y asesinatos bajo la luz de la luna
Autor: Jason Strawberry

Mi hijo me mira con resignación y sonriéndole devuelvo el libro al estante, la novela negra estaba de capa caída, pensé en publicarlo como artículo sin que hubiera pasado más allá de un artículo sensacionalista o haberlo relatado tal como fué sin que hubiera ido más allá. Me decidí por adornarlo un poco, sin mencionar a los hombres insecto que tanto hubieran ridiculizado el libro, poniendo una sucesión de asesinatos que no ocurrieron y terminándolo con un final heroico entorno al protagonista: Charlie Mallard, quien se adentraba en un pueblo sombrío en busca de su desaparecido tío entrando en una trama de asesinatos.

El libro no había tenido ningún éxito, tal como esperaba, se habían publicado cinco mil ejemplares pagados de mi bolsillo y a tres meses de su publicación tan solo se habían vendido setecientos, la mayoría a bibliotecas adineradas que aguardaban publicaciones con tal de llenar sus estanterías con este tipo de novelas que jamás nadie leería.

Doy unas palmadas a mi hijo y repaso los libros que lleva entre las manos.... álgebra, historia, gramática y ortografía, geografía, ciencias.... parece que estaba todo lo que él iba a necesitar, y aunque hubiera perdido mucho dinero siempre me quedaba seguir redactando artículos para varios periódicos. La vida iba a ser dificil, pero Pol Strawberry tendría un futuro propio.

La muerte de Charles Mallard fue confirmada por las autoridades por parte de un grupo ritualista radicado en Yokelville poco tiempo después. Aunque las versiones de demonios y criaturas imposibles fueron calificadas de "exageraciones de la prensa" o de "sofisticadas metáforas periodísticas", las autoridades locales terminaron aceptando la versión publicada del Boston Herald. Y por supuesto, había un hombre que no podía estar más satisfecho.

-Te digo que no, que esa mierda no es para mi Albert...- dice hablando por teléfono. Con un cigarro en la mano, sentado en su cama, sin camisa, las cobijas cubriéndole y a su lado, duerme alguien.

-Al carajo Daniels, si quiere que me quede en el Herald, tendrá que hacérmela fácil, en el Globe me están ofreciendo casi el doble de paga... y me lo estoy pensando...- dice sonriente. Un par de respuestas desde el otro lado.

-Vamos, soy un héroe periodístico, el Globe me quiere y ocuparía el cargo de Mallard. Mira que hay muchos que se están mordiendo la lengua. O me empezáis a tratar bien, o mañana tendréis mi carta de renuncia. A ver como os mira el público cuando empiece a escribir para la competencia y no para vosotros...- dijo exhalando una bocanada de humo. Un par de respuestas más.

-¿Ves como puedes intentarlo? ahora, ve, os daré hasta la mitad de la semana, o recogeré mis cosas... - dice mientras sus ojos brillaban con algo de malicia. -...entendido? bien...- y cuelga el teléfono, pone sus brazos, tras su cabeza, satisfecho.

-Problemas cariño?...- una voz femenina que acaba de despertarse, se mueve en las sábanas.

-Nada que no pueda manejar, ya verás como antes del miércoles estarán arrastrándose ante mi...- dice y toma una cajetilla de cigarrillos. -¿Fumas?- pregunta con un tono salgo sarcástico.

-Siempre- y sonríe, la mujer se mueve y se levanta, teniendo cuidado de que las cobijas no se deslicen, Mary Stone toma un cigarro y lo enciende. Dos chimeneas en la cama. Ha sido difícil hacer que olvidara, al menos que dejara atrás lo sucedido en Yokelville, pero por ahora, no había nada imposible para Gordon Flemming, no podía estar más satisfecho.