Partida Rol por web

Tras dormir con Isabella, que te recuerda cruelmente que "no tenéis condones" tras ponerte muy pero que muy a tono, llega la mañana. Y con ella el momento de emprender la marcha. Te sorprende la decisión de isabella, que escoge quedarse. Te confiesa que sabe que tienes razón, que no será útil allí. Pero aquí puede ayudar a tu hermano. Solo quería lo hablases con ella y que no te cerrases. Contenta, te da un buen beso antes de que subas al barco.

Alex ya está en él, y la ves apartar la mirada cuando eres besado. Varios hombres de Adolf irán con vosotros. Y Cath, por supuesto. La peliazul parece un tanto deprimida, pero no explica el motivo. Al zarpar. tiempo agradable y mar relativamente en calma, todos te miran. Esperando tu plan, sin duda. Eres el líder.

El cambio repentino de Isabella me parece muy raro considerando lo cabezota que siempre ha sido. ¿Para eso montó tanto espectáculo? No acabo de entenderlo pero es mejor así, no tendremos que estar preocupándonos por protegerla ya que el resto de acompañantes son mucho más autosuficientes que ella en cuanto a acción se refiere.

Una vez en el barco me considero afortunado por tener buena mar -Está bien, por si nadie os lo ha explicado os diré que vamos a una de las islas prohibidas, puede que sea la única. Tengo que entregar un mensaje -pero evidentemente no les indico ni muestro que se trata de un trozo de papel porque nunca se sabe -Por desgracia no sabemos lo que encontraremos allí pero lo más probable es que los mercenarios que ya atacaron a los Barbas de Hielo se nos hayan adelantado o no tarden en alcanzarnos, por eso tenemos que estar preparados -les observo y señalo vagamente con la cabeza una de las torretas que hemos subido a bordo -Cuando entregue el mensaje podremos volver a casa, pensad en ello para poder enfrentaros a esta última aventura que por fin os hará libres -nosotros llevamos poco tiempo aquí pero ellos ya acumulan años enteros y no quiero ni imaginarme lo desesperante que habrá sido eso.

-La mayoría esperaréis en el barco, nadie tiene permiso para pisar esa isla excepto yo y... puede que Alex -no estoy seguro pero dado que estaba presente cuando el tipo del parche me encomendó la misión tal vez iba incluida en el pack -Respetaremos esa indicación, no quiero arriesgarme a que nadie sea aplastado por un Dios furioso -después de esas instrucciones me aparto para que dejar de sentirme tan observado. No acostumbro a ser un líder, normalmente voy por mi cuenta, y la responsabilidad empieza a ser un poco sofocante.

-¿Qué me he perdido? -pregunto a Cath acercándome a ella sin ganas de andarme por las ramas. Todavía tiene la cara hinchada pero mejor que la última vez que la vi.

todos asienten tras escuchar tu explicación, y tu arenga. Quizá no te guste, pero no eres mal comandante. Cada cual se coloca en su puesto dedicándose a sus tareas. Alex está en la proa, ojeando su libreta.

Cath te mira, no parece querer hablar pero acaba cediendo. En voz baja, solo para ti.

-Tu hermano es un borde. He ido a despedirme y a, bueno, decirle algo por si por lo que sea no vuelvo. Y me ha echado, super borde. No de "malas" maneras pero le ha faltado el pelo de un calvo. No lo entiendo, ayer estaba bien conmigo. Es como si de pronto algo lo amargase.- suspira -No lo entiendo.

Y, aunque no lo dice, empieza a pasarle factura que tu hermano no sepa "ni que existe".

-Igual hasta se alegra si me pegan un tiro en la isla esa.

Cuando veo a Cath en ese plan me doy cuenta de para qué hubiera sido útil la presencia de Isabella en el barco. Seguro que tendría mucho más tacto que yo para estos temas más propios de adolescentes que de gente de mi edad -Voy a ser directo y sincero contigo, tampoco creo que sepa hacerlo de otra manera -considerando como es ella seguramente lo preferirá así -A él le gusta otra persona, o le gustaba, lo que sea. Ahora sabe que no es correspondido y entre eso, su pierna y toda esta mierda... Es normal que esté de mala leche, se le pasará cuando volvamos a casa y tenga tiempo para relajarse -quizá le duela pero al mismo tiempo le ayudará a entenderlo todo mejor y con el tiempo lo superará, al igual que Jason -¿Necesitas algo o prefieres que te deje sola?

Puedes ver como está a punto de saltar, pero acaba sonriendo a medias. Divertida, no por la situación sino por ti.

-Desde luego puede contarse contigo para ser suave como un martillo pilón, hot guy.- suspira, bromeando. La situación es una mierda para ella, no hay porque hacerla peor. -Supongo que dejarme pegar un tiro le quitaría problemas a Jason. En fin...ahora, a mi en privado, cuéntame cual es exactamente el plan y el motivo por el que vamos a esa isla. Me lo debes después de machacarme así. 

Notas que te mira preocupada. No quiere que te metas en un lío mayor de lo que puedes morder.

Inspiro aire hondamente y después suspiro largamente -Lo siento, peliazul, pero aunque duela al menos ahora lo entiendes. Si le das tiempo creo que empezará a fijarse en ti pero ahora tienes que concentrarte en lo que vamos a hacer y no vuelvas a decir lo de dejarte matar porque sabes de sobra que a Alex y a mí nos destrozaría, ¿o es que ya no contamos? Y Percy... maldito cabrón, donde andará metido -al final no conseguí información sobre él de Isabella ni de Olivia pero mientras no se confirme su muerte sigue existiendo la duda.

-Joder, no pretendía... -miro un momento la barandilla en la que apoyo las manos con un nuevo suspiro. ¿Quizá debería haberme callado y soltar una mentira piadosa? Qué mal se me dan estas cosas pero intento compensarlo un poco dándole un abrazo repentino. Puede que algo torpe pero desde luego con buena intención -Más o menos es lo que he dicho, ya sabes que no se me da bien andarme por las ramas. Lo que me he saltado es que el mensaje hay que entregárselo a un Dios que fue exiliado por hacer algo mal así que la cosa puede ser un poco más jodida que simplemente unos mercenarios cagándola allá por donde van -arrugo la frente y entonces señalo a Alex con la cabeza -La jefa de logística seguramente se enteró mejor de quién es el tipo, yo me pierdo con tanto nombre extraño -admito con naturalidad antes de volver a mirarla -Creo que ella tiene un problema parecido al tuyo pero no estoy seguro todavía -ella es mucho más sutil pero el comentario de Olivia desde luego me dio que pensar.

-¿Parecido al mío...? Venga ya...Alex es adorable. Deberías estar loco por sus huesos. Claro que Isabella tiene un buen polvo.- o ya se le ha pasado, o hace como que se le ha pasado volviendo a "ser Cath" -Hasta a mi me dan ganas de morderle ese...en fin.

-Aasí que llevamos mensajes a dioses locos. Ten cuidado Loki es conocido por engañar...mucho. Y gastar bromas pesadas.- te palmea el brazo antes de ir con Alex. Las escuchas hablar de Perceval. Ninguna de las dos quiere pensar que esté muerto aunque las posibilidades son...abrumadoras.

La isla no es nada halagüeña. Rodeada de rocas el acceso es difícil y os lleváis más de un susto cuando el casco chirría al rozar alguna. La niebla espesa no ayuda en absoluto. Pero finalmente tocáis tierra. Los hombres te miran, uno de ellos preparado en la ametralladora que habéis fijado al casco. Las chicas también esperan tu decisión. ¿Llevarás a Alex? ¿Irás solo? ¿O iréis más?

-¿Estás segura de que eres hetero? -la miro con verdadera duda mientras niego con la cabeza pero lo que me dice del tal Loki no me gusta ni pizca. Un Dios que gasta bromas y engaña, ¿como se lucha contra eso? Ahora empiezo a entender porque está "castigado", a saber la que habrá liado.

Una vez llegamos observo como preparan las armas con aprobación y finalmente salto para bajar a tierra, mojándome las botas en el proceso. Me he quedado con uno de los rifles modernos, un cuchillo y el machete además de unos prismáticos y una brújula que dudo que aquí sirva de mucho -De momento os quedaréis aquí. Puede que vuelva deprisa si veo que los mercenarios me cortan el paso -precisamente para eso son los prismáticos, para verlos antes que ellos a mí -¿Vas a venir? Tú eliges... -le ofrezco a Alex poco dispuesto a hacerme responsable de esa decisión.

Le dejo unos segundos para pensarlo o incluso hablarlo con Cath mientras reviso nuevamente los alrededores con los prismáticos. Parece que está todo despejado y desierto, puede que incluso demasiado.

Alex salta a tu lado y se te acerca. Te habla "en privado".

-Creo...creo que debo ir. Puede que sea más un estorbo que una ayuda pero será mejor si alguien te cubre la espalda ¿No? Pero si meto la pata, no hagas locuras. Hay más gente que depende de ti. No quiero que te juegues el futuro de todo el mundo por salvarme, si es que esa situación se da.

Me pongo tenso y rígido en cuanto se me acerca pero no por ella si no por lo que pueda ocurrirle. Cuando está claro que la tierra no se la va a tragar vuelvo a relajarme un poco -Prefiero tus conocimientos sobre ese Dios, Cath me ha dicho que le gusta timar a la gente así que tendrás que ayudarme a que no nos tome el pelo. De cubrirnos ya me encargo yo -levanto un poco el rifle para que entienda a qué me refiero y después de asegurarme de que ha cogido alguna arma que pueda manejar empezamos a avanzar -No te separes o tendremos que atarnos una cuerda como si tuviéramos cinco años -sonrío de lado un momento, después la miro de reojo cuando me hace esa petición pero me limito a emitir un ruido poco concreto.

No puedo asegurar lo que haré en una situación de ese tipo, normalmente actúo por instinto, sea para bien o para mal.

La orografía de la isla es accidentada, con poca vegetación que de color a la tierra grisácea. Aunque aquí y allí hay acumulaciones de árboles raquíticos. Puntos donde habrá ...algo...más de agua. Pero en general no hay nada. Nada.

Tan solo niebla y el eco de vuestras pisadas. Notas como Alex termina por cogerte de la camisa, como una niña pequeña. Segur oque preferiría hacerlo de la mano, pero no te ocupará una mano solo por tener miedo.

-Parece como si etsuviéramos en... ¿Saturno? -la miró sin tener demasiada idea sobre astronomía pero definitivamente parecía una de esas pelis que recreaban otros planetas y el caso es que a aquellas alturas ya no le sorprendía. Le ponía tenso porque todo seguía demasiado tranquilo y sombrío como para ser natural pero no le sorprendía.

-Mejor así, no te sueltes -la miró de reojo agradeciendo el agarre internamente, así sabía seguro que estaba detrás suyo y no se la había tragando aquella extraña niebla.

Pasados largos minutos se detuvo repentinamente -¡¡LOKIIII!! -gritó como si se tratara de algún tipo de invocación, levantando una ceja y mirando alrededor. No perdía nada por intentarlo aunque delatar su posición quizá no era muy inteligente pero en aquel lugar el sonido se dispersaba tanto que resultaba menos arriesgado que en otras circunstancias.

Alex pega un respingo por lo repentino de tu grito. -¡Loco!- susurra.

Pero tu locura, más que atraer a un grupo de mercenarios con ansias de sangre, despeja un camino en la niebla que parece guiaros hacia una acumulación algo mayor de árboles. Puede que en lugar de cuatro o cinco haya treinta o cuarenta...pero en el centro sí que parece haber una construcción. Casi se diría que una jaula. Vienen ruidos de su interior y alrededores.

Es casi demasiado fácil como para no ser una trampa...¿Lo será?

-¿No dijisteis que está medio chiflado? Pues esa era la manera de encontrarle -señalo el camino que se abre a travésde la niebla con un movimiento de cabeza y una sonrisa triunfal pero según nos acercamos con precaución la situación parece más sospechosa, lo suficiente como para detenerme en cuanto distingo esa especie de jaula.

-Creo que realmente está ahí pero eso no quita que pueda estar rodeado de mercenarios -utilizo nuevamente los prismáticos para revisar los alrededores más cercanos. Si están dentro de la niebla tampoco me verán, o eso quiero creer -Quizá sea mejor que esperes junto a los árboles por si necesito un apoyo inesperado -no sabemos lo que puede ocurrir pero un pequeño as bajo la manga nunca viene mal.

Asiente y se desplaza lo más silenciosa que puede. mientras lo hace...tú ves a los mercenarios. Puede que solo sean dos o tres pero están tan desmembrados que es difícil contar. Los alrededores de la jaula son casi una piscina de sangre. algo realmente peligroso está por ahí cerca.

Muy cerca, acechándoos. Incluso respirando en tu nuca.

Cuando te giras, no hay nada allí. Y, peor aún, tampoco hay Alex. Por ninguna parte.

¿Los cuerpos desmembrados? Pues sinceramente aunque es perturbador tratándose de una isla prohibida con un Dios pirado no puedo decir que me pille por sorpresa pero agradable no se puede decir que sea, de hecho me pone los huevos de corbata durante un momento pero cuando quiero asegurarme de que Alex sigue ahí y que se le ocurra la mejor manera de tantear al tipo resulta que ya no está -Joder, joder... Seguro que se solo se ha escondido muy bien -me digo a mí mismo intentando creérmelo pero sin conseguirlo del todo.

En ese momento saco de mi bolsillo la maldita nota lacada que espero que sirva como una especie de salvoconducto -No queremos molestarte, solo somos mensajeros. Te traemos una carta de tu madre. Creo... creo que está preocupada por ti -avanzo tan despacio que apenas llego hasta la zona de árboles y los primeros cuerpos amputados pero procuro no mirarlos directamente para no vomitar -¿Te interesa, Loki? Solo tienes que dejar que te la dé y volveremos a irnos por donde vinimos -hablo en voz alta a sabiendas de que si el grito funcionó me estará entendiendo perfectamente, aunque no pienso darle una mierda sin Alex de vuelta, eso también está decidido y claro.

Ves como un hombre se aferra a los barrotes y te mira. Sonríe.

-¡Oh! Un visitante. Ven, ven. Creo que tengo un poco de té por aquí cerca. Puedes sentarte aquí entre la mano con tres dedos y el fémur astillado. Bueno, si limpias un poco la piedra de sangre claro. Aunque mejor que no hables muy alto. Igual despiertas a...espera ¿Piensas que todo esto lo he hecho yo? Como ves, estoy encerrado. El desorden es cosa de mi hijo. No hay manera de conseguir que deje las cabezas apiladas en un sitio, los torsos en otro y los miembros en otro. Es muy travieso.

En ese momento, inclina la cabeza a un lado. Escucha. Y también tú lo haces, es Alex.

-¿Rick? ¡Rick! ¿Dónde estás? ¡Rick!

La voz no llega muy alta, engullida por la niebla, pero no parece que Alex esté especialmente cerca.

-Tsk...a este paso Fenrir se va a despertar. Lástima que unos barrotes encierren al único presente capaz de pararle.

Me acerco un poco más a la jaula, torciendo alguna mueca desagradable al pisar cosas que prefiero no saber lo que son pero una vez veo la cara del tipo me detengo, quedándome a una distancia prudencial para que no pueda alcanzarme. Así es suficiente para que podamos hablar aunque él no pierde el tiempo en ofrecerme un trato que parece cualquier cosa menos fiable.

Cuesta bastante pensar con frialdad después de escuchar a Alex aparentemente perdida en la niebla pero, ¿y si ni siquiera es ella? Este es el Dios del engaño, no se puede decir que su palabra me produzca confianza -Que yo sepa eres un Dios, dudo que una jaula retenga tus poderes y de todas formas no creo que yo pueda abrirla -miro con curiosidad si hay algún tipo de cerradura pero de momento sin intención de tocarla. Tal vez si los barrotes los construyó su padre el confinamiento tenga más sentido pero sigo sin entender porque su hijo anda suelto. Algo no cuadra.

-Solo quiero que traigas a mi amiga de vuelta y darte esto, ¿no podemos hacerlo por las buenas? -suspiro pesadamente porque en el fondo sé de sobras que me va a tocar los cojones a dos manos. Solo hay que ver como sonríe como un chiflado, si me lo encuentro así a oscuras me cago encima.

-Oh, yo creo que sí puedes abrirla. Y si no...será una lástima. Fenrir es muy...entusiasta con sus juguetes nuevos.- indica con un gesto la matanza que te rodea. -Tal vez ese mensaje nos ayude en algo. Dámelo, o leemelo. Venga, acércate.

Un aullido muy cercano te pone los pelos de punta. Y a Alex, pues se calla de golpe. También se escuchan otras voces. Sus dueños parecen ponerse nerviosos. Como si supiesen lo que implica el aullido.

-¿Cómo voy a hacer nada por las malas aquí encerrado? Dependo de tu bondad.

Entrecierro ligeramente los ojos después de la petición de Loki pero no, no puedo darle la única cosa que tengo para negociar con él -Me cago en la puta... -maldigo y me seco el sudor frío de la frente después de ese aullido, entonces le enseño el sello al Dios encerrado para que pueda apreciar que es auténtico antes de romperlo para desenroscar el pergamino en cuestión y leerlo para si mismo.

-¿Bondad o estupidez? Trae de vuelta a mi amiga apartando la niebla como has hecho hace un momento y te daré el mensaje. Tienes mi palabra -dudaba que eso valiera de mucho pero estaba seguro de que si abría aquella puerta nada bueno ocurriría.