Partida Rol por web

Sombras y movimientos fugaces a tu alrededor. Justo en el rabillo del ojo, donde acaba tu visión periférica. Cuando miras de frente, nada. Es realmente enervante.

De pronto, algo te agarra de la pierna

Puedo notar como ese cabrón intenta jugar con mi mente y lo peor es que se lo puede permitir porque posee poderes y "trucos" que desconozco. ¿Cuáles son sus limitaciones? Tratándose de un Dios quizá sean infinitas y esa idea no es que me emocione especialmente pero ya estoy demasiado cansado de huir y esquivar. Si tengo que morir como el resto de los que me acompañaban tal vez es porque me lo merezco.

Al notar algo en la pierna repentinamente doy un respingo, sacudiéndola enérgicamente para sacármelo de encima, sea lo que sea.

Al sacudir lo que te agarra descubres una peluda garra y, muy cerca, un hocico lleno de dientes. Casi le disparas pero ¿Por qué tiene el pelo azul? Con un respingo te das cuenta de que se trata de Cath, herida de muerte, que trataba de buscar ayuda. Pero tu rechazo acaba con ella. Las pocas fuerzas que le quedaban se le escapan, con una mirada dolida y llena de miedo.

Muere.

Y desaparece, sigues en la playa pero no hay nada cerca. Ni cuerpos mutilados, ni sangre, ni restos de naufragio. Salvo una voz.

-¿Rick? ¿Eres tú Rick?

Se trata de Cath, acercándose entre la niebla.

-¿Y Alex?

Pero ¿Será ella de verdad?

-¡¡Cath...!! -doy un brinco antes de lanzarme a por ella pero termino de rodillas en el suelo sin nadie más a mi alrededor. ¿Qué cojones...?

A esas alturas ya estoy lo suficientemente nervioso como para que el pulso y la respiración se agiten de nuevo pero consigo ponerme en pie, observando a la nueva Cath con desconfianza. Ese hijo de puta quiere que me una a su Club de los Chiflados.

-Se ha perdido entre la niebla. ¿Dónde están los barcos? - las cosas no cuadran y por eso la miro con suspicacia.

-¡Rick!- acelera sus pasos hasta estar frente a ti, pero frunce el ceño -¿Te han dado en la cabeza? ¿Es que no los ves? Están ahí en el agua.- mira en la dirección que indica. -Bueno...vale. Es que no se ven con esta niebla. Joder es tan densa que diría que tiene hasta grumos.

-Hay que encontrar a Alex, se escuchan a ratos voces raras...y gruñidos. ¿Qué os ha pasado ahí dentro? Espera..¡¿Eso es sangre?! ¿Estás bien?- manotea en el aire sin saber donde poner las manos para ayudarte.

-Yo qué sé... - me froto la frente bastante aturdido por lo que acaba de decirme, por eso no descarto que mi cerebro se esté derritiendo y miro la dirección que me señala sin demasiada confianza -Están todos muertos, lo he visto hace un momento... -susurro para mí mismo, temeroso de volver a albergar esperanzas que podrían ser falsas.

-No, no estoy bien, ese cabrón me está volviendo loco. Creo que es capaz de crear ilusiones o algo por el estilo - la miro de nuevo con cierta desconfianza, dejando que note que no estoy seguro ni de que ella esté ahí pero cuando intenta encontrar el origen de mi sangre admito que se asemeja muy-mucho a la Cath de verdad -Estáte quieta o acabarás sacándome un ojo. Si quieres meter mano no es el momento - le sujeto las manos para bajárselas y detenerlas -Necesito ver los barcos antes de ir a por Alex, guiáme - la suelto de nuevo deseando que lo que me ha dicho sea verdad, si no todo esto seguirá siendo una trampa.

-Vale. A ver...he venido justo en esta dirección así que- gira 180 grados -tengo que volver justo en esa. Creo.

Avanza en cuanto te sujetas a su ropa. no tardáis ni un minuto en llegar casi al agua y ver de esa manera los barcos. Intactos. Las tropas están dentro, algunos contentos de verte. Otros realmente aliviados.

-¿Ves? Aquí están. Ahora dime que vas a encontrar a Alex. No quiero que esté sola en la niebla. Podría caerse...o algo, no sé.- no parece saber que la isla sea peligrosa por nada más que la niebla, claro que no ha visto lo que vendría a ser un campo de fútbol lleno de miembros desgarrados y vísceras. Y sangre. -Venga ¿Qué hacemos?

La sigo por una vez de forma obediente, aunque taciturno, y no me despego de ella hasta que vemos los barcos y me llevo las manos a la cabeza, entre muy confuso y aliviado.

Saludo a algunos de los que me preguntan qué está ocurriendo pero no les respondo, me dedico a palpar el metal de las embarcaciones como todo un buen pirado -Ya hemos entregado el mensaje que el tío del parche nos dijo, ese cabrón debería sacarnos de aquí - digo más para mí mismo que para nadie más y entonces me giro hacia Cath -¿Caerse? - me da la risa tonta debido a los nervios y la inocencia del comentario. Hay que joderse, si eso fuera lo peor que puede pasarle... -Cariño, quiero que subas al barco en el que esté Adolf, él es uno de los más competentes por aquí. Luego les dices a los soldaditos de plomo que preparen sus torretas porque la próxima vez que venga puede que lo haga acompañado de un lobito poco agradable - le hago gestos para que se mueva, no hay tiempo para más explicaciones, después pido una cuerda que anudamos al barco para volver a internarme en la niebla con la esperanza de no perderme otra vez. Es bastante fácil que "alguien" la corte pero es lo mejor que se me ocurre por ahora

Extrañada, va a quejarse. Por supuesto. Pero acaba obedeciendo y se sube al barco de Adolf. Te observa alejarte, preocupada, mientras eres engullido por la niebla.

Pronto empiezas a escuchar tu nombre de nuevo. Ecos, susurros...es realmente enervante. Pero al menos ahora tienes un medio de salir, mientras la cuerda aguante. Pronto encuentras a Ripper, ante Alex. Ambos discuten ella apoyando la espalda contra una gran piedra. Él apuntándola con su arma.

Parece que ella quiere razonar y mostrarle lo absurdo de su pretensión: las manzanas doradas. Ninguno te ha visto aún. PEro algo te dice que hay algo más ahí. Cerca. Acechando.

Avanzar entre la niebla es una constante lucha contra mis propios nervios y no puedo evitar preguntarme, ¿a los demás también les ocurrirá?, ¿escuchará Alex su propio nombre mientras camina entre la bruma? Imposible de saber pero ya se lo preguntaré más adelante pues no tengo intención alguna de dejarla morir aquí.

Cuando veo la escena entre ambos me detengo en seco, sin intención de perder la gran ventaja que supone el poder atacar por sorpresa. Noto otra presencia cercana y entonces tengo claro que no puedo simplemente terminar con Ripper, le necesito de cebo y no titubeo ni un ápice al dispararle en las piernas para derribarle. Sé que tiene una pistola pero se le caerá de las manos y Alex es lo suficientemente lista como para cogerla o apartarla -¡Nos largamos! - le hago gestos a Alex para que corra hacia mí cagando hostias. Si el lobo no se entretiene con Ripper estaremos jodidos por enésima vez.

Todo ocurre muy deprisa. Tus disparos dan en las piernas de Ripper justo a la vez que el enorme lobo sale de la nada y le arranca la cabeza de una dentellada. Alex reacciona como un resorte, salpicada por la sangre del ex-contratista y va hacia ti. Se agacha para recoger la pistola aunque ya no haya necesidad de apartarla de Ripper.

Corréis siguiendo la cuerda, como si os persiguiese un lobo del infierno, y llegáis a los barcos siguiendo el camino de la cuerda. En cuanto os ve llegar tan rápido Adolf da las ordenes para zarpar lo antes posible. Y justo a tiempo porque Fenrir hace acto de presencia. Las armas más pesadas no hacen grancosa, pero al menos lo empujan. Os dan tiempo.

Lográis salir, su aullido os acompaña.

En cuanto la tengo al alcance sujeto una de las muñecas de Alex, corriendo a toda hostia siguiendo la cuerda a la vez que la vamos recogiendo para que no acabe siendo un estorbo.

Al llegar junto a los barcos la impulso sin muchos miramientos para que la cojan desde arriba, yo salto poco después para sujetarme a la escalera de mano y subir hasta cubierta jadeando como un animal pero aun así no dudo en precipitarme hasta la barandilla para ver como el maldito lobo se queda en la costa, aullando por haberse quedado sin más raciones para su almuerzo -¡La próxima vez me comes el rabo! - le dedico una buena peineta y entonces carraspeo, intentando recobrar la escasa compostura que puedo llegar a tener.

-¿Todos bien y a bordo? - busco con la mirada a Cath a sabiendas de que es la más revoltosa y después a Alex porque la he tenido demasiado rato fuera de vista pero se nota que está en forma porque aunque sea a base de carreras ha conseguido librarse de todo. Su padre estaría orgulloso de ella, apunta alto -¿Tenemos tiritas...? - señalo mi propia espalda permitiéndome el lujo de quejarme entre dientes pero finalmente me limito a cruzarme de brazos -Hemos cumplido nuestra parte - frunzo el ceño pues esperaba algo más de cooperación por parte de nuestro aliado tuerto.

Alex toma  los avíos médicos que tenéis y se dedica a curar tu espalda. Cath trastea con un walkie, murmurando sobre aumentar la potencia para avisar a Jason, sola en la proa. distraída. Adolf mira al horizonte.

-Parece que se está formando una tormenta. Una enorme.

Alex mira y toma aire de golpe.

-¿Será nuestra salida? Debemos darnos prisa y  prepararnos todos los que nos vayamos a ir. Ya...ya no hay que buscar a nadie más.- la ves mirar la pistola que tenía Ripper. -Percy no se separaría de su arma. Él...no aparecerá ya. -lucha por mostrarse fuerte.

En cuanto Alex se acerca con el botiquín tomo asiento para facilitarle la tarea de atender mi espalda. Intento no quejarme demasiado pero hay que joderse con lo que escuece, aunque sé que es inevitable -Joder, dadme un respiro. Sólo cinco minutos, no pido tanto... - resoplo sonoramente y miro enfurruñado al horizonte y la tormenta que se está formando.

Cierro un momento los ojos cuando Alex admite haber reconocido la pistola y en ese momento comprendo porque decidió cogerla a pesar de no necesitarla. Estoy seguro de que Percy dio guerra antes de cederla pero por desgracia no la suficiente -Está bien pero si es nuestro billete de vuelta necesitamos que todos los que siguen en tierra también se dirijan hacia ella. ¿Podemos hacer eso? - miro a Adolf para saber si hay suficientes barcos en la orilla y después a Cath y sus intentos de establecer contacto -Yo no me voy de aquí sin Isabella y Jason - no tengo problema en que ellos sigan adelante, de hecho lo comprendo, pero quiero dejar mi intención clara desde el principio.

El Komandant suspira.

-Lo hemos pensado y hablado. No todos quieren regresar. Les gusta la vida aquí. Y habiendo pasado tanto tiempo en vuestro mundo...probablemente la mejor opción sea quedarnos. Los que quieran se marcharán. El resto nos quedaremos. Yo no los dejaré solos.

Raudos, os dirigís al asentamiento.

-¿Cuanto tiempo habrá pasado para nosotros allí?- comenta Alex unos minutos después.

Miro a Adolf con muda admiración cuando decide quedarse en esta mierda de sitio por su gente pero en algo tiene razón: no encajarían en el mundo moderno y podrían acabar volviéndose locos o internados en un psiquiátrico -Lo comprendo. Los que quieran acompañarnos serán bienvenidos, me encargaré de que vuelvan a sus casas o lo que quede de ellas -asiento con determinación, entonces le doy las gracias a Alex por las curas en la espalda y suspiro, impaciente.

-No tengo ni idea, quizá solo unos minutos o años pero al menos nosotros podremos estar juntos - le sonrío apoyando una mano en su hombro, refiriéndome a todos los que llegamos aquí juntos. Si acabamos en una ciudad futurista o qué sé yo nos tendremos los unos a los otros para apoyarnos y ayudarnos, eso es bastante -Venga, ya llegamos - me levanto en cuanto distingo la orilla, con ganas de volver a abrazar a mi hermano e Isabella para largarnos de aquí cuanto antes.

Para cuando llegáis al muelle del refugio de adolf y los suyos, hace rato que os han visto. Por ello Isabella está esperandoos y se lanza a besarte apenas bajas. Al notar tus vendas su preocupación regresa y si no te desnuda allí mismo para asegurarse de que las curas están bien hechas es porque Adolf no pierde tiempo y llama a todo el mundo a reunión. Alex va contando lo sucedido a tu hermano, que te asiente al cruzar miradas. Cath está algo alejada. Seguramente sin querer acercarse a Jason aún, avergonzada.

Pronto, los refugiados se van pronunciando uno a uno. Decidiendo todos el quedarse. No se marcharán...era un ben objetivo que perseguir. Pero ahora, dada la oportunidad real, se dan cuenta de que su vida está ahí. No en el mundo que dejaron, uno que ahora les sería extraño y ajeno.

Por tanto, el barco que os dio Odin queda para vosotros. Para dejar que un remolino gigante os engulla.

Con lo bien que fue la última vez.

Recibo a Isabella con una sonrisa y el mismo entusiasmo, a excepción de los vendajes a los que resto importancia. Me da mucha pena que Cath se mantenga al margen y Jason tampoco pueda conseguir a "su chica" pero lo superarán con el tiempo. Quizá hasta la peliazul consigue hacer mella en mi hermano, tampoco sería tan raro.

Me sorprende que finalmente la gente de Adolf se quede pero lo respeto y facilita las cosas pues reintegrarse en la sociedad actual podría ser peor para ellos.

Finalmente empaquetamos nuestras escasas pertenencias y subimos al barco de Odín, permitiendo que Olivia también nos acompañe si así lo deseaa -Espero que esta vez sean más considerados que la primera pero la verdad es que lo dudo - por eso mismo nos hemos conseguido una especie de chalecos flotantes rudimentarios pero útiles -Nuestro último viaje en barco en mucho tiempo, espero -suspiro antes de levar anclas en dirección a la tormenta.

El trayecto en barco no es nada agradable para ninguno de los cinco, pero especialmente para Jason. Con una pierna menos y, por mucho que no lo admita, estando más débil las olas se le hacen difíciles de aguantar. Pero no se queja, ninguno lo hace. Eso sí, ves gestos de pena en Alex, Aunque ya dijo que Perceval estaba muerto...marcharse es matarlo del todo en caso de que no lo estuviese ya. Pero no hay remedio.

En ocasiones, entre los salpicones de las olas y la lluvia que arrecia cada vez más aciertas a ver fugazmente una capa roja entre relámpago y relámpago. Thor, es el quien crea la tormenta que os sacará de ahí.

El momento se acerca...el Maelstrom comienza a formarse.

-Joder...- no sabes quien lo dice, pero resume bien la situación.

Entre los bandazos del barco, ves a Cath en la proa. Mirando al frente fijamente. Probablemente demasiado asustada para hacer otra cosa. aunque sea tan terca como Jason y no lo admita. Cada uno a su manera.

-Ataos si creeis no poder sujetaros - recomiendo alzando la voz entre el viento que se agita, ayudando a los que quieran hacerlo y casi obligando a Isabella y Jason a ello.

Le doy un suave golpe a Alex para señalar a Thor y finalmente entrecierro los ojos, corriendo a trompicones hasta Cath para sujetarla -Estás muy rara pero no voy a dejar que hagas ninguna locura -le aseguro sosteniéndola contra la barandilla con todas mis fuerzas -Pronto estaremos en casa, aguanta un poco más -espero que eso la aliente un poco.