Partida Rol por web

Dejas atrás el campamento/fortaleza nazi y avanzasen dirección al territorio del oso, en busca de las plantas. No tardas en dejar de ver el lugar. No tanto por la distancia que recorres sino por los árboles y el desnivel. Aunque aún puedes ver el humo de las hogueras. Han tenido que pasarlo mal para sobrevivir tanto tiempo, y seguro que no sabes ni la mitad de los peligros que hay por ahí. Tampoco es que hayas tenido tiempo de informarte más, hay prioridades que atender.

La vegetación es abundante, pese a la nieve. Aquí y allí ves rastros de la presencia de animales, aunque no ves ninguno por, probablemente, lo ruidosos que eres. No es lo tuyo vivir en la naturaleza ni orientarte por el sol o las estrellas, por suerte la montaña y el poblado son dos puntos de referencia fáciles de ubicar. Pero al encontrar el río sabes que estás donde tienes que estar, sin necesidad de nada más.

Ahora, hay que encontrar esas hierbas.

Por suerte para mí el camino hasta el río se podría decir que no tiene pérdida. Miro atrás a menudo en un intento de memorizar lo mejor posible la ruta de vuelta al poblado porque es posible que después me desvíe un poco pero por ahora me centro en lo que he venido a hacer, que es buscar los árboles de corteza clara para acto seguido comparar las plantas de su alrededor con la que tengo dibujada. Sería más fácil si no tuviera que comprobar mi alrededor constantemente para asegurarme de que nada, ni nadie, me ataca a traición.

Puede que la suerte esté de tu lado por fin ya que ves al oso antes de que este te vea a ti. Está lejos pero aún así...es enorme. Se encuentra estirado contra un árbol tratando de hacer caer una colmena. Aciertas a verlo al otro lado del río en lo alto de la colina. Debe separaros más o menos medio kilómetro. Además, el viento viene de su dirección. No te olerá.

Y a cien metros de ti colina abajo, casi en la orilla del río, ves uno de esos árboles blancos. En su base parecen estar las plantas verdes. Ahí las tienes, a la vista, aunque será reducir la distancia con el oso.

Se me ponen los huevos de corbata durante un instante en cuanto veo al oso más gordo de la historia. Por suerte parece estar entretenido y el viento juega a mi favor pero eso no significa que no me sienta tenso teniéndolo por las inmediaciones.

Poco después de ese descubrimiento ventajoso también identifico uno de esos malditos árboles. Me seco el sudor de la frente, preparo el fusil en mis manos y comienzo a descender con cuidado, optando por ser lento y más silencioso, agazapado entre los muchos matorrales y plantas que cubren el camino hasta la orilla del río.

Quizá bajar de esa manera no fuese la mejor idea, podrían crujir las hojas, haber algún animal escondido que hiciese ruido...mil cosas. Pero bajar a plena vista, por más que el oso no mire en tu dirección, tampoco era una buena opción. en cualquier caso, sale bien y llegas abajo sin problemas. Puedes comprobar que las hierbas que veías son las que necesitabas. Y hay suficientes para llenar una bolsa.

Hora de regresar por donde has venido.

Te da la impresión de escuchar algo en la distancia, pero es demasiado tenue para identificarlo. Solo...algo. El problema es que el oso también ha notado algo y ya no está apoyado en el árbol, sino concentrado en escuchar.

Conseguir llenar la bandolera de esas hojas me anima bastante, para qué mentir, pero sé que toda esta mierda no ha acabado y todavía tengo que conseguir dejar al oso atrás de nuevo.

Al escuchar ese sonido extraño me detengo en seco y termino de agacharme, apoyando las manos en el suelo y manteniéndome oculto por varios matorrales. No sé qué se supone que ha sido eso pero estaba lejos así que no le daré mayor importancia por ahora pero el animal parece que sí, me tocará esperar un tiempo prudencial hasta que vuelva a relajarse y yo pueda seguir mi camino en busca de Cath.

El ruido...será lo que sea. Pero no es nada comparado con el rugido del oso. De Baloo. Porque...ese claramente es Baloo, tiene que serlo, y no el de antes.

Algo por encima del oso que comía miel aparece otro oso, que se alza sobre sus patas traseras y ruge al otro. Un oso enorme...tan grande que no debería ser posible. Si no te engaña la vista...debe andar por los 4 metros.

El otro oso, comprensiblemente, se acobarda. Pero parece que no va a escapar de la pelea. Quizá sea tu oportunidad.

Intento no mearme encima de la impresión en cuanto el otro oso aparece de repente. ¿¿Qué cojones?? ¿Cómo puede ser tan silencioso siendo tan enorme? Se sale de cualquier escala que englobe lo que se considera "normal", por eso tardo unos segundos en reaccionar.

Para entonces ambos animales han iniciado una pelea que me sorprende. ¿De verdad el "pequeñajo" se va a quedar a luchar? No lo sé y tampoco me importa, aprovecho el hecho de que están bastante ocupados para largarme de ahí rápidamente, intentando no levantarme del todo porque tampoco quiero llamar la atención más de la cuenta.

A mitad de camino de regreso, los osos están ocupados y no te molestan. El walkie vuelve a chasquear.

-...bando. Probando. ¿Se me escucha? He fabricado una antena, Cath, estarías orgullosa. ¿Se me escucha? Cambio.- ¡es Alex! Parece...abatida. Triste.

Vuelves a escuchar el ruido de antes, ahora más claramente. Es un cuerno de guerra. Con el sonido, dos drakkars parecen surgir del horizonte. Van a embestirse el uno al otro.

"No salgo de una para meterme en otra", pienso para mis adentros en cuanto el walkie empieza a emitir ruidos. Por suerte ya estoy lejos de los osos y he conseguido librarme de ellos con mucha habilidad considerando que no soy precisamente el mejor de los ninjas.

-¿Alex? Soy Rick, no sé dónde estás pero si encuentras una colina y ves varias hogueras probablemente encuentres un refugio en el que enseguida estaré de vuelta con Jason. Si no el tanque nazi en medio del bosque también sirve -me explico precipitadamente porque no sé cuando empezará a fallar la comunicación -Cam... ¿bio? -lo último lo digo más aturdido de lo esperado al ver el espectáculo que se inicia en el mar, ¿qué cojones pasa con este sitio? Es como si alguien hubiera hecho un cóctel con demasiadas cosas raras.

Mientras hablo intento llegar hasta el tanque en el que acordé encontrarme con Cath, espero que no esté en uno de esos barcos tocando los tambores de guerra.

-¡Rick! dios, gracias...¿Estás bien? ¿Y los demás? Joder...ya creía que estaba sola ¡La antena funciona! Rick, Rick...no sé ¿Un tanque? ¿dices que hay un tanque? Yo estoy juste debajo de una de las ramas del árbol gigante. Seguro que lo es. En un...castillo o palacio que parece abandonado. Creo que será más fácil de ver que un tanque ¿en serio? en medio del bosque.

Notas su alegría al escucharte, pero no pierde los nervios ni se desconcentra.

Los barcos chocan entre sí y te llega en sonido apagado del choque de armas y escudos.

-La madre que me... -mascullo para mí mismo según distingo los sonidos de la batalla a lo lejos, apresurando el paso para llegar hasta el dichoso tanque. Si fuera creyente ya estaría rezando para que Cath no ande metida en ninguno de esos barcos.

-¿Como puede ser que estés ahí? La gente con la que estamos Jason y yo nos han dicho que es imposible llegar hasta el árbol así que no sé si es tan fácil encontrarse ahí como dices -me siento bastante confuso con esa información tan contradictoria pero tampoco me extrañaría que los nazis me hayan mentido -Cath también está entera, me dijo que estaba con una especie de vikingos y ahora estoy viendo una batalla entre ese tipo de gente -le explico mientras me froto la cabeza, bastante confuso -Deberías intentar contactar con ella, yo no puedo dejar solo a mi hermano, está herido -no estoy seguro de poder cumplir mi palabra y seguir protegiéndolas si tengo que cuidar de él pero si al menos se tienen la una a la otra no me sentiría tan culpable.

-¿Gente? ¿Qué gente? ¡Mierda! ¿Herido? ¿Qué le pasa? ¿Es serio?- escuchas un crujido y a Alex maldecir. -No no no te caigas...Rick, la señal va a..

Se corta.

La batalla continúa...y cerca del tanque no hay nadie. Ni siquiera señales de que alguien haya pasado por allí.

El comandante te saluda cuando regresas.

-Me alegra verlo vivo. Y esas hierbas ayudarán a su hermano y a otros. Ha tenido suerte...de vez en cuando las tribus nos atacan. Pero en ocasiones estallan conflictos como ese. Cuando no es así...suelen atacar por tierra y mar. Si llegan a desembarcar quizá los habrías visto...demasiado de cerca.

Cuando llego de nuevo a la base puede que lo haga algo más abatido de lo que debería. Me alegra haber conseguido las hierbas para Jason pero me preocupa la ubicación de las chicas -He visto ese oso monstruoso y sé la suerte que he tenido, espero que me dure una temporada -admito con un suspiro, cediendo las plantas al experto para que empiece a prepararlas y aplicarlas. Si no se le dan las raciones necesarias a mi hermano tendré que cabrearme.

-¿Hay otros grupos a parte de vosotros y esos vikingos por aquí? -miro al comandante de forma algo inquisitiva. Después de lo que me dijo sobre el árbol las cosas no encajan -Me gustaría ver a mi hermano, ¿dónde está? -es de los pocos en los que puedo confiar plenamente y además quiero asegurarme de que están cumpliendo lo que han dicho.

-Sí y no. Estamos nosotros y están los vikingos, varias aldeas distintas. Y están...las historias. Se cuentan muchas cosas, pero no les daría demasiado crédito. Gigantes de hielo. Mujeres aladas. Los rumores no desaparecen. Pero ver, no he visto a ninguna.

Te asiente, entendiendo tu preocupación.

-Claro, sígueme.

Te lleva hasta la construcción más grande. En ella hay varios camastros. En uno de ellos está tu hermano. En esos momentos, acunado entre los grandes pechos de una mujerona. Aunque está dormido o inconsciente y no se entera...la mujer le hace beber poco a poco, gota a gota, desde una tela gruesa. Un biberón rudimentario. Por el color verdoso, debe ser una infusión de la hierba verde.

-Considerando todo lo que he visto en solo unas horas yo ya me creo cualquier cosa -resoplo sonoramente mientras sigo al comandante hasta lo que parece ser una especie de clínica. La situación en la que encuentro a mi hermano consigue que mi rostro se arrugue un momento antes de tener que aguantarme la risa. Una lástima no poder hacerle una foto para enseñársela luego, aunque seguro que me diría que es inapropiado.

-¿Cómo está? -le pregunto a la pechugona mujet mientras me acerco a ambos. Que lo trate como a un bebé garantiza sus cuidados pero también es bastante turbio.

Te mira, sin entender. Es el doctor quien se acerca.

-Su hermano está bien. Inga no entiende el alemán, solo habla el idioma de aquí...es una nativa a la que acogimos. Como a varias otras. Se toma su trabajo muy en serio. El chico está estable. No andará...no va con broma, quiero decir que estará en cama un tiempo...la fiebre no se irá como si nada. Acabará débil, pero con estas hierbas la superará. ¿Qué tal está Baloo?

Adolf espera, pacientemente.

Asiento distraídamente mientras me froto la barba. No estoy seguro de que la situación le haga la más mínima gracia a Jason en cuanto despierte pero espero que encuentre la fortaleza necesaria para superar su propia barrera psicológica. Yo intentaré estar con él para apoyarle pero considerando lo mucho que queda por hacer en esta isla no puedo garantizarlo -La última vez que le vi se estaba peleando con otro oso por un panel de miel. Aplaudo a ese pequeñín por no amedrentarse, la verdad -después de darle las gracias al doctor vuelvo hasta el comandante, tan solo a unos pasos de distancia.

-Me dijo que no habían sido capaces de alcanzar ese árbol gigantesco en todo este tiempo, ¿me equivoco? -quiero confirmarlo pero podría ser cierto ya que si allí hay algunas ruinas hubiera sido más lógico que se asentaran entre ellas.

Niega.

-No, no te equivocas. Por más que hemos intentado navegar hacia allí...el árbol siempre parece estar a la misma distancia. O bien está tan lejos que la distancia que hemos recorrido no basta para cambiar eso...o algo extraño ocurre cuando navegas hacia él .Eso, cuando puedes navegar hacia él...criaturas marinas, vikingos surcando las aguas, trozos de hielo enormes, tormentas...es peligroso. Un viaje que no termina está avocado, antes o después, a topar con uno de los peligros.

Suspira.

-Se decía que mi hermano logró llegar. Johan, chalado...Pero eso fue antes de que las relaciones con nuestros vecinos empeorasen. Quizá ellos saben algo que nosotros no. Los más místicos de todos ellos son los barba de hielo. A veces podemos comerciar con ellos, siempre andan buscando bayas para teñirse el pelo de azul.

-Interesante... de una forma u otra ese árbol está siempre protegido -frunzo el ceño, quedándome algo pensativo. Cuando estoy a punto de decir algo cierro la boca de golpe al oír lo de esos barba de hielo, convencido de que tiene que ser la tribu que tiene a Cath retenida y de ahí su admiración entorno a su cabello -Es probable que una de mis compañeras esté con ese poblado ahora. Conseguí ponerme en contacto con ella por radio pero fue solo un instante -le muestro el walkie para que entienda a qué me refiero pero lo guardo antes de que sienta la tentación de mirarlo demasiado de cerca.

-Si conseguimos acordar un intercambio y hablar con ella puede que se haya enterado de algo interesante durante su estancia -no suena demasiado descabellado, o eso creo. Personalmente lo único que me interesa es que ella vuelva a estar en nuestro bando pero sé que no puedo pedirle eso a Adolf sin ofrecerle algo que le interese a cambio, en este caso información potencial.