Partida Rol por web

Mejor olvidate de eso - le respondió a Gaheris algo apesumbrado, aquel sueño se había extinguido en el mismo instante que habían sido obligados a aceptar el encargo, solo que Marcus no lo había visto hasta que estuvo a punto de ser ejecutado como un perro pulgoso.

Marcus se mantuvo callado, observó como antendian las heridas de esos dos en silencio, pero no llegó a comentar nada. Ayudó en lo que pudo pero nada más... ni tan si quiera ver desnuda de torso para arriba a Drusila provocó reacción alguna en Marcus, la angustia que sentía se había apoderado de él.

 Tras las curas, cenamos las comida que nos han traído, Miro a mis compañeros, preocupados por su estado:

 - ¿Como os encontráis?.

Drussilla abrio los ojos lentamente.

- Lista para follarme a un chico guapo. Al sentarse sintió el dolor de los puntos cicatrizando. Ahhh... bueno... tal vez mañana...

Bebió algo de dudoso gusto, pero tenia tan seca la garganta que le pareció un elixir.

- Como está el Capitán?

 Con una sonrisa encantadora, pese a mi estado, le respondí a la guerrera divertido:

 - Pues en cuanto los dos volvamos a estar en forma, estaré encantado de complacerte...

 Luego miré a Marcus preocupado, mientras respondía la pregunta de Drussilla:

 - Fisicamente se recuperará, pero son las heridas de su ama las que me preocupan ahora mismo. Confio en que también logré sobreponerse de ellas...

Una leve sonrisa desdentada se dibuja en los labios del médico. Menea la cabeza negativamente, pero no dice nada más, terminando su copa e incorporándose, para luego retirarse despacio.

Al abrir los guardias la celda, uno de ellos mira a Marcus. Pensar que ese tipo será su nuevo superior… Obviamente ellos estuvieron presentes durante la "negociacion", pero aun no se lo creen. 

- ¿Quiere unirse a nosotros? Ultima oportunidad de probar rancho de soldado. +señala indicando la mesa donde tienen comida y bebida junto a las armas.+ Antes que lo lleven a su nueva vida de nobleza, capitán.

Marcus ignoró la conversación entre Drussilla y Gaheris, aunque inevitablemente era capaz de escuchar todo, sencillamente no entró en el tema por un desinterés enorme, lo cierto era que su mal estar interior evitaba que se comportara de manera normal o habitual a lo que él acostumbraba.

Cuando los guardias le ofrecieron unirse a ellos, un profundo sentimiento de desconfianza se apoderó de Marcus ¿le habrían envenenado la comida? ¿orinado en ella? Marcus negó con la cabeza y aludió a una tremenda falta de apetito - en otro momento, no quiero poneroslo fácil y no llegar a esa vida de nobleza - detestaba la idea, pero mejor que pudrirse en una celda si que era.

 Suspiré, a este paso iba a conseguir que nos matasen a todos:

 - Marcus, por favor. Si no tienes apetito, dilo, pero no hace falta que ofendas a estos hombres que solo quieren tener un detalle contigo...

Marcus le lanzó una furibunda mirada a Gaheris y gruñó algo sin ninguna clase de sentido. Cruzó los brazos sobre su pecho - ni tengo apetito, ni ganas de morir - le espetó a Gaheris sin querer compartir sus paranoicas sospechas, ya que Marcus, herido de orgullo mortalmente, desconfiaba practicamente de todo, hasta de su propia sombra y hacía un esfuerzo en mantener la confianza en Gaheris

El rudo refunfuñar de Marcus se ve levemente acompañado por el cerrarse de la reja. La primera negativa había sido suficientemente clara y la segunda bastaba para convencer al soldado de la clase de capitán que les tocaría. Insistir seria gastar el tiempo. Regresa a la mesa a consumir su cena con los colegas, compartiendo una charla en tono bajo, cuando una joven entra al lugar.

A primera vista es una dama noble, aunque no recuerdan haberla visto. De hecho parece algo anodina, discreta, aunque bien mirada no es fea. Solo le falta presencia y quizas eso la haga pasar inadvertida, aunque tambien es cierto que han pasado poco tiempo en el castillo. Tras unas breves palabras en voz baja con los guardias, uno de estos se levanta. 

-Capitan, vienen por usted.

Se levantó lanzando una rápida mirada a los dos que quedaban conscientes en la celda y esperó a que abrieran la misma - ¿quién va? - preguntó furibundo, malhumorado y afectado por el terrible giro de acontecimientos... capitán, aquella palabra resonó por su mente como si fuera un eco cruel en una oscura caverna. 

Drussilla, recostada en su litera, largó una interminable mirada a la jóven, registrándola de arriba a abajo. Luego sonrió y habló a Marcus sin apartar sus ojos de los de ella...

- Capitán... parece que comienzan los juegos... No se preocupe, los esperaremos aquí, no iremos a ningún lado... por ahora...

Miré a la mujer, sin saber muy bien como tomarme esto. ¿Era una emisaria a la que Marcus tenía que acompañar o una ramera que le estaban ofreciendo?. En cualquier caso, lo mejor era que no siguiera siendo un cabezota:

 - Será mejor que acompañes a la dama. Nosotros estaremos bien... - Le dije a nuestro compañero, indicando con una significativa mirada que debe de aceptar ir.

Marcus se retira con la mujer, sin despedirse siquiera, y les deja a solas. Los guardias mascullan algo de los calzones, cierran, y vuelven a su relajo.

La celda es austera pero funcional. Salvo por la pared abierta, podría parecer cualquier barraca militar. Puede que los próximos destinos de ambos tengan que ver con eso.

Cierto, ahora el sordo dolor comienza a aumentar, ya cuando toda la adrenalina del combate ha desaparecido y pero será mañana, cuando también lo haga la fatiga.  Incluso así, con la ayuda del maldito viejo, la cosa ira para largo. ¿Y luego qué?

Drussilla observaba la sutura de su herida con detenimiento. No había mas para hacer que esperar... Recordó conversaciones anteriores y frunció el seño. -A que venía eso de formar ejército propio? Y... realmente por qué tanto interes en Marcus? Darle el control de una guardia solo por... por parecer honorable? No me lo creo...

 - Queríamos formar un importante ejercito mercenario. Uno que fuera importante y digno de respeto... - Le respondí a la dama, tratando de concentrarme en curarme...

- Un ejército mercenario en Poniente? Umm... siento acabar con tus ilusiones, pero ningún señor permitiría algo así. Una pequeña compañía si, pero un gran ejército... En cuanto tuvieran algo de poder los aplastarían. Tal vez en las Ciudades Libres... Como fuere... creo que por ahora pensar en ejércitos es un poco... apresurado.

Drussilla apretó fuerte sus puños y luego los aflojó. Y volvió a hacerlo largo rato. Era una forma de fortalecer sus manos. No había mucho mas para hacer...

- Swift... Swift parece... no creo que sea él quien planifique todo esto. Parece solo un títere. Será interesante averiguar quien es el titiritero...

 - No hay que fiarse de las apariencias, si hay algo que he aprendido de servir a diferentes señores, es que son unos manipuladores natos... - Le respondí desconfiando. - ... Puede que sirva a alguien, o puede que no, pero eso no significa que no siga sus propios intereses...

- Banefort... de él debemos cuidarnos... y de la hija de Swift...

Se acomodó en su catre y dejo escapar un gruñido mezcla de dolor y de aburrimiento.

- Crees que Marcus nos podrá sacar de aqui pronto?